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Nombre:

El Havre

Otro: Le Havre

Localización:

Tipo: Urbanismo

Categoría:

Foto:

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Continente: Europa

País: Francia

Localización: Sena Marítimo, Alta Normandía

Año: 1517

Estado: Terminado

Descripción:Visitar Le Havre

Al otro lado de la desembocadura del Sena, en la Alta Normandía, se encuentra Le Havre (El Havre), con cerca de 200.000 habitantes y el segundo puerto más importante de Francia. Fundada en 1517, Le Havre creció mucho más rápido que su vecina sirviendo como punto estratégico militar y comercial. Fue protagonista de la exploración de las Américas, de la trata de esclavos, del comercio con Inglaterra, de invasiones, guerras, etc. Su puerto, en contraposición al de Honfleur, es enorme y de escasa belleza. A decir verdad, Le Havre no es una ciudad especialmente bonita (o es bonita a su manera). Y es que los bombardeos de la II Guerra Mundial la dañaron muy gravemente, reduciendo buena parte de sus edificios históricos a escombros. La restaurada Catedral de Notre-Dame es uno de los pocos edificios que mantiene una apariencia similar a la que debió tener en el s.XVI.

Pese a las nefastas consecuencias de la guerra, Le Havre supo resurgir de sus cenizas y la reconstrucción de su centro, llevada a cabo entre 1945 y 1964 por Auguste Perret, fue reconocida por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. A nivel estético no supimos encontrarle la gracia, sinceramente, pero quienes entiendan de arquitectura y urbanismo seguro que valorarán el motivo por el cual recibió esta distinción: “la explotación novedosa del potencial del hormigón”. De hecho, Perret es recordado por muchos como “el padre del hormigón”. Sus dos edificios más paradigmáticos son el Hôtel de Ville (Ayuntamiento) y la geométrica Iglesia de San José. Y podéis visitar el Appartement témoin Perret para haceros una idea de cómo eran los pisos destinados a realojar a las familias

Le Havre tiene otros edificios singulares, entre los que destaca Le Volcan (1982) de Oscar Niemeyer, utilizada como sala de eventos. Por otra parte, la ciudad tuvo también un estrecho vínculo con el impresionismo. Monet vivió allí durante casi toda su infancia y pintó en Le Havre el cuadro que daría nombre al movimiento: “Impresión, sol naciente”, con su personal visión del puerto. No encontraréis este cuadro en Le Havre, pero sí un buen número de afamadas pinturas impresionistas en el Museo de las Bellas Artes André Malraux, el más visitado de la ciudad. Si pensáis visitar Le Havre también encontraréis datos prácticos al final del post.

El Puente de Normandía

Honfleur y Le Havre están conectadas por el Pont de Normandie, que atraviesa la desembocadura del río Sena con sus 2.143 metros de longitud. Construido en 7 años, el Puente de Normandía fue inaugurado en 1995 y hasta 1999 fue el puente atirantado más largo del mundo. Hoy en día es el 6º en ese ranking, pero sus desmesuradas proporciones siguen impactando a cualquiera. Nosotros sólo lo vimos desde la distancia por cuestiones que no vienen al caso, pero si tenéis oportunidad de cruzarlo, creo que debe merecer la pena la experiencia.desplazadas.

http://www.losapuntesdelviajero.com/2015/04/honfleur-le-havre-visita-a-normandia.html

Guía turístico de Le Havre - Lugares de interés

El Havre es una ciudad del noroeste de Francia, en la desembocadura del río Sena, en la costa del estrecho de La Mancha. Según datos del año 2009, la población de la ciudad es de 188 mil habitantes. El 1517 se considera como el año de la fundación de la ciudad. Entonces era una ciudad portuaria en el lugar de una pequeña aldea de pescadores. Durante la Segunda Guerra Mundial, fue seriamente dañado. Sin embargo, después de la guerra fue restaurado, pero pocos edificios antiguos se han conservado hasta hoy en día.

Traducido del francés, el nombre de la ciudad significa "el puerto". El nombre de la ciudad habla por si mismo, porque El Havre es una ciudad portuaria importante de Francia, el segundo puerto más grande del país. Aparte de ser el centro industrial y portuario de Francia, tiene industrias bien desarrolladas de petróleo, de cemento, algodonera, química y la fabricación de barcos.

Entre los lugares de interés se destacan el Museo du Priere, la abadía Saint Sover, construido en el estilo romano, el Grandville Saint Onorine gótico, donde está expuesta una colección de objetos del culto de los siglos XVI-XX. El museo de la escultura medieval presentará la exposición de maquetas de casas de diferentes períodos, a partir de la edad antigua.

Hasta nuestros días se ha conservado la iglesia de Notre Dame, y la iglesia de San José, construida en el siglo XX, impresiona con la combinación de los estilos neogótico y funcionalismo. Además, uno puede visitar el museo del Havre Viejo, Museo de las Bellas Artes, Museo Marítimo, museos de a naturaleza y de la historia.

En el centro de la ciudad hay un canal, por el cual van barcos pequeños que sirven para organizar el ocio de los turistas, allí hay clubes y restaurantes.

http://www.orangesmile.com/guia-turistica/le-havre/

Le Havre: qué hace falta visitar - cultura, arquitectura, museos y templos

El Harve tiene fama por sus numerosas curiosidades de ciudad. En la ciudad funcionan muchos museos y galerías, se han conservado diferentes edificios religiosos y construcciones antiguas. Una de las más viejas construcciones de la ciudad es la iglesia Saint-Onorin junto con monasterio ubicado al lado. Estas construcciones fueron construidas aún en el siglo XI, ya que a principios del siglo XX tuvo lugar una reconstrucción de gran tamaño de todos los edificios que se quedaron intactos. Hoy día una parte de construcciones antiguas está convertida en museo que guarda colecciones de esculturas religiosas, pinturas y maquetes de viviendas antiguas.

Los aficionados de arte teatral tendrán interés en visita del centro cultural Vulcano que además del teatro para 1200 visitantes incluye un cine moderno. No menos interesante el edificio es de punto de vista arquitectónica, porque está construido en forma de volcano pintado de color blanco.

El símbolo insustituible del Harve es la catedral Notre Damme que fue construida en primera mitad del siglo XVI. Durante su historia larga el edificio fue reconstruido muchas veces, cambiando totalmente su aspecto. El único elemento que se conservó como la parte de primera catedral es un campanario que fue construido en 1520. La fachada del edificio que los turistas ven hoy día se hizo en mejores tradiciones de estilo barroco. A partir del año 1974 la catedral Notre Damme ubica la residencia del obispo.

El edificio del ayuntamiento municipal es un modelo perfecto de la arquitectura moderna y se situa cerca de la plaza principal del Harve. La altura de edificio es 60 metros. En el techo está instalada una plazoleta de observación grande. Una parte de locales del ayuntamiento están reequipados en museo histórico que cuenta sobre acontecimientos importantes y peculiaridades de la formación de la ciudad. La casa de armador es otro museo interesante que presenta un chalet bonito que fue construido en el siglo XVIII.

Paseando por las salas del museo se puede ver muebles antiguos, artículos de decoración de piedras preciosas y las colecciones interesantes de muestras. El chalet guarda una biblioteca rica, que el comerciante entregó el patrimonio a sus hijos. Además se exponen modelos de edificios antiguos y barcos, documentos históricos y cosas privadas del dueño. Un edificio arquitectónico del período más tardío es la iglesia de San José, que fue construida inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial en honor de población civil caída durante la Guerra. La altura de la torre de iglesia es 107 metros, por eso las naves que entran en el puerto la tienen cómo un faro.

http://www.orangesmile.com/guia-turistica/le-havre/cultura--1441598.htm

Le Havre, la ciudad de la luz que inspiró a los impresionistas

por María Jesús Tomé - may 5, 2015

Le Havre, en la región francesa de la Normandía, es una ciudad cuya arquitectura moderna está clasificada como patrimonio mundial de la UNESCO. Aunque pueda parecer una paradoja por la frase anterior, a bote pronto, Le Havre no es una ciudad bella pero sí que cuenta con varios emplazamientos que hacen de ella un lugar al que merezca la pena ir.

En mi último viaje por Francia tuve la oportunidad de visitarla y por este motivo os aconsejamos conocer la obra de Auguste Perret, gran arquitecto del siglo XX, un visionario que hizo del hormigón su verdadero aliado y fue uno de los adalides en la reconstrucción de esta ciudad normanda, muy dañada después de la Segunda Guerra Mundial.

En el siglo XIX, Le Havre se convierte en un gran polo industrial con uno de los puertos más importantes no solo de Francia sino de Europa dedicado al transporte de materias primas y pasajeros, a raíz del desarrollo de los barcos transatlánticos. Por este motivo, durante la II Guerra Mundial sus muelles se convirtieron en objetivos de los bombardeos por ser un verdadero punto estratégico. Lo sorprendente es que fueron los ingleses quienes la destruyeron ya que Le Havre estaba en manos de los nazis. Incluso hay teorías que apuntan a que el bombardeo de Le Havre fue premeditado ya que este puerto francés podía hacer sombra después del conflicto bélico a los del Reino Unido. Pero es solo una teoría.

Le Havre, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco

El legado de Auguste Perret está muy presente en Le Havre, ya que fue quien se encargó de las obras de reconstrucción de la ciudad entre 1945 y 1964. El mejor ejemplo de ellos es el apartamento Témoin Perret, el piso muestra que se enseñaba a los habitantes de la ciudad que lo habían perdido todo durante la guerra.

El habitáculo es espacioso y muy bien aprovechado y está equipado con los mejores electrodomésticos de la época. Sorprende porque todavía conserva el mobiliario típico de los años cincuenta. Este conjunto fue clasificado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el 2005.

Varios arquitectos de prestigio han dejado su impronta en Le Havre. Por ejemplo, Jean Nouvel es el autor de los baños de los muelles mientras que Oscar Niemeyer ideó El Volcán, un espacio del año 1982 que incluye un teatro, una sala de conciertos y un cine.

Otros lugares muy recomendables para visitar son la iglesia de Saint Joseph y su original torre linterna octogonal de 110 metros de altura. Iniciada por Auguste Perret y acabada después de su fallecimiento por los arquitectos de su estudio, es el símbolo de renacimiento de la ciudad.

Por último, no hay que irse de Le Havre sin dar un paseo por los Jardines Colgantes, localizados en una antigua fortaleza militar en la parte alta de la ciudad, desde donde se tienen unas vistas excelentes del puerto. Cuenta con viveros con plantas tropicales que se pueden visitar por el precio de un euro por persona.

Le Havre y los impresionistas

Dicen que la luz de la Normandía sirvió de inspiración a los impresionistas para pintar algunas de sus obras. De hecho, el cuadro Impresión, Sol Naciente de Claude Monet (considerado la pintura que inició este importante movimiento pictórico) fue realizado en Le Havre, concretamente en la vecina localidad de Sainte-Adresse en el año 1872.

Precisamente en Le Havre se puede realizar la ruta de los impresionistas en la que se pueden visitar nueve lugares donde fueron realizados algunos de los cuadros más representativos de ese movimiento.

En este sentido no es extraño que Le Havre cuente con una de las pinacotecas más importantes del mundo en cuanto a colecciones impresionistas. Se trata del Museo André Malraux, que lleva el nombre de uno de los personajes de referencia de la cultura francesa de mitad del siglo XX.

Una curiosidad…

Durante la Primera Guerra Mundial, la pequeña localidad de Sainte-Adresse fue la capital de Bélgica ya que el gobierno belga en el exilio se instaló en esta ciudad en octubre de 1914 hasta noviembre de 1918.

http://tusdestinos.net/francia-le-havre-viaje-visitar-turismo/

El Havre5 (Le Havre /ləˈɑvʁ/, en francés) es una ciudad del noroeste de Francia, en el departamento de Sena Marítimo (Alta Normandía). Está situada en la orilla derecha del estuario del río Sena a orillas del Canal de La Mancha.6

El Havre fue fuertemente bombardeada durante la Segunda Guerra Mundial. Por ello, fue condecorada con la Legión de Honor en 1949. El área destruida fue reconstruida entre 1945 y 1964 según el plan de un equipo dirigido por el arquitecto Auguste Perret.6 En 2005, la Unesco inscribió el Centro reconstruido de El Havre en el Patrimonio Mundial de la Humanidad,7 dando la bienvenida a la "explotación novedosa del potencial del hormigón". El espacio donde se ubica, de 133 hectáreas, representa según la UNESCO "un ejemplo excepcional de la arquitectura del urbanismo posterior a la guerra" y es uno de los raros lugares de este tipo inscritos en Europa.

Su sobrenombre es Puerta Oceánica. Arquitectónicamente, esta imagen viene dada por la "puerta" que forma el edificio que está al final de la avenida Foch que desemboca en el mar. Es el segundo puerto francés, la primera ciudad normanda y la segunda área metropolitana de la Alta Normandía.

Toponimia

Havre significaba antiguamente "puerto". La ciudad se llamaba, en un principio, Franciscopolis en homenaje a Francisco I que tomó la iniciativa de su construcción (1517). Más tarde se llamó Le Havre de Grâce, término éste que procede de la capilla de Notre-Dame-de-Grâce que ya existía en el lugar antes de la fundación de la ciudad.

Historia

Desde muy antiguo el tráfico fluvial sobre el río Sena estaba en relación con el dinamismo de las ciudades del estuario (puerto de Caracotinum, precursor de Harfleur). Una calzada romana unía Lillebonne (Iuliobona) con Sainte-Adresse (capital de Caux) y pasaba por el territorio actual de la ciudad de El Havre. En una capilla de la abadía de Graville, el sarcófago de santa Honoria fue redescubierto en 1867.

Durante la Alta Edad Media, el puerto de Eure (o Leurre) estaba en el sud-oeste de Harfleur, en la orilla marítima del Sena. Servía de abrigo a los navíos que con la marea podían entrar en el puerto de Harfleur cuando el puerto de El Havre no existía todavía. En el siglo XI se construyó, en la orilla sur del estuario del Sena, el puerto de Honfleur. Los navíos, muy cargados, no podían remontar el Sena y se utilizaban los ante-puertos de Chef-de-Caux, situados al noroeste de El Havre actual, Harfleur y Leurre. El estuario no contaba, por aquel entonces, más que con algunas aldeas de pescadores y de agricultores: Graville, Ingouville, aldea de Lieu-de-Grâce, Saint-Denis-Chef-de-Caux (antecesores de Sainte-Adresse), Harfleur. Fue entonces cuando se crearon las primeras parroquias.

Después de la Guerra de los Cien Años, la renovación económica y el crecimiento de la navegación trasatlántica hicieron pensar en la construcción de un nuevo puerto en la orilla norte del estuario del Sena. El enarenamiento del puerto de Harfleur y la sospecha de un desembarco inglés, propiciaron que el rey Francisco I fundara el puerto de El Havre al mismo tiempo que la ciudad.

Los comienzos de El Havre

Pese a las múltiples dificultades que presentaba el terreno, pantanoso, y las tempestades, el puerto de El Havre acogió sus primeros navíos en octubre de 1517. El 8 de octubre de 1517, Francisco I firmó la carta de fundación de la villa. Un torreón defendía la entrada. Las armas de la villa fueron las de Francisco I: una salamandra. El rey se desplazó a El Havre en agosto de 1520 para confirmar la perpetuidad de los privilegios concedidos a los havreses. La función militar fue, asimismo, instituida: El Havre fue uno de los puntos de unión de la flota francesa durante las diferentes guerras. Se establecieron arsenales y desde allí salían los navíos que iban a pescar el bacalao a Terranova. El Nuevo Mundo atraía a los aventureros y muchos partieron hacia allí desde El Havre: Villegagnon zarpó de El Havre para fundar una colonia en Brasil (Fort-Coligny) en 1555. Actualmente, la plaza llamada de los "caníbales" recuerda los antiguos lazos de unión con el Nuevo Mundo. A finales del siglo XVI, el contrabando empezó a crecer y empezaron a llegar a El Havre productos americanos como cuero, azúcar y tabaco. Uno de los principales cabecillas de este sospechoso tráfico fue un havrés explorador y cartógrafo, Guillermo Le Testu: un barrio de El Havre todavía lleva su nombre.

En 1536, los primeros trabajos de construcción de la futura catedral de Notre-Dame los empezó Guillaume de Marceilles. En 1541, Francisco I confió el proyecto de urbanismo y fortificación al arquitecto italiano Girolamo Bellarmato, al que concedió plenos poderes. Éste organizó el barrio de San Francisco según las normas precisas del plan hipodámico.

La Reforma tuvo una relativa repercusión en Normandía: los nobles menores del País de Caux se vieron influenciados y se construyó un templo protestante en El Havre en 1561. El 8 de mayo de 1562, durante las Guerras de Religión, los reformados sitiaron El Havre. Temiendo un contraataque de la armada real pidieron ayuda a los ingleses, que enviaron 6.000 soldados de infantería y 300 a caballo al mando del conde Warwick. Los ocupantes construyeron el fuerte de Warwick y cuatro bastiones según el Tratado de Hampton-Court. Las tropas de Carlos IX, mandadas por el condestable de Montmorency, atacaron El Havre y los ingleses fueron finalmente derrotados en julio de 1563. El fuerte de Warwick fue destruido por orden del rey de Francia.

Siglos XVII y XVIII

La función defensiva de El Havre se hizo evidente y la modernización del puerto comenzó en el siglo XVII, por orden del Cardenal Richelieu, gobernador de la ciudad: se construyó un arsenal, se reforzaron las murallas y se levantó una fortaleza, en la cual el Cardenal Mazarino haría encarcelar a los príncipes frondistas Longueville, Conti y Condé. A finales del siglo XVIII la ciudadela fue abandonada y no quedó más que un cuartel.

Durante el siglo XVII, El Havre reafirmó su vocación marítima e internacional: la compañía de las Indias se instaló en 1642. El tráfico negrero enriqueció a los negociantes havreses, sobre todo durante el siglo XVIII. De todas formas el comercio marítimo estuvo sometido a las relaciones internacionales en el contexto europeo: las guerras de Luis XIV y de Luis XV interrumpieron, momentáneamente, el desarrollo de El Havre. Los ingleses y después los británicos bombardearon la villa en muchas ocasiones.

El desarrollo económico de El Havre se basaba en el crecimiento de la población (20.000 habitantes en 1789[cita requerida]) y en las transformaciones del puerto y la ciudad: instalación de una manufactura de tabaco en el barrio de San Francisco, expansión de los astilleros navales. Después de una visita en 1786, Luis XVI aprobó el proyecto de expansión de la villa: Lamandé se encargó de multiplicar por cuatro la superficie de la ciudad.

Período revolucionario (1789-1815)

Entre 1789 y 1793, el puerto de El Havre fue el segundo de Francia, después de Nantes. El comercio triangular continuó hasta la llegada de la guerra y la abolición de la esclavitud. El puerto fue un enclave estratégico debido al comercio de los cereales (almacén de París) y a su proximidad con el enemigo británico. El Terror transformó la catedral de Notre-Dame en el templo de la Razón. La ciudad adquirió el estatuto de subprefactura tras la reforma administrativa del 18 de brumario. Bajo el I Imperio Francés, Napoleón Bonaparte ordenó que se construyeran varios fuertes en El Havre. Durante la guerra contra Gran Bretaña y el bloqueo, la actividad del puerto se redujo considerablemente mientras crecía la de los corsarios. La población de El Havre disminuyó a tan sólo 16.000 habitantes.

La prosperidad del siglo XIX

El fin de las guerras revolucionarias francesas y napoleónicas permitió que el comercio volviera a tener una actividad normal en la medida en que se alejaba, también, la amenaza británica. El Havre se expandió por fuera de las murallas y se crearon nuevos barrios: pero también aparecieron indigentes que se instalaron en el barrio de San Francisco. Las epidemias de cólera, tifoidea y "fiebres" ocasionaron miles de muertos durante los años 1830-1850. El alcoholismo y la mortalidad infantil causaron estragos en las clases más pobres.

El ayuntamiento de la ciudad en 1897.

A lo largo del siglo XIX, el aspecto cosmopolita de la ciudad portuaria iba adquiriendo importancia: en los tiempos de prosperidad económica, la mano de obra de El Havre procedía del País de Caux que había quedado sin trabajo a causa de los problemas del ramo textil. La implantación de una gran comunidad de bretones (10% de la población havresa a finales del siglo XIX[cita requerida]) modificó la vida cultural de El Havre. La recuperación económica de la villa atrajo a empresarios anglosajones y nórdicos; italianos, polacos y más tarde magrebíes podían encontrarse en los barrios y en las fábricas.

La ciudad y el puerto se trasformaron gracias a todos los trabajos y acondicionamientos, en parte financiados por el Estado, que se fueron realizando a lo largo del siglo XIX, con las interrupciones causadas por las crisis políticas o económicas. La fundación de una bolsa de comercio, la instalación progresiva de la iluminación de gas a partir de 1836,[cita requerida] la recogida de las basuras (1844) y el alcantarillado demostraban la preocupación por la modernización urbana. Mediado el siglo, las viejas murallas fueron derribadas y los barrios limítrofes quedaron anexados a la ciudad. En consecuencia la población de la villa aumentó bruscamente.

Si El período 1850-1914 fueron los años dorados de El Havre; obviando algunos años de depresión (Guerra Franco-Prusiana) el comercio se expandió y la ciudad se embelleció con las construcciones municipales (amplias calles, ayuntamiento, palacio de justicia, nueva bolsa).

Los efectos de la revolución industrial se hacían visibles en El Havre: la primera draga de vapor se utilizó en 1831. Los astilleros crecieron. El ferrocarril llegó en 1847 permitiendo la comunicación con El Havre. Poco antes de la Primera Guerra Mundial, El Havre ya era el primer puerto europeo para el café; importó unas 250.000 toneladas de algodón y 100.000 toneladas de petróleo.[cita requerida]

La Villa Maritime, construída en 1890.

El sector industrial existía, pero en el siglo XIX era minoritario; las fábricas crecían al mismo tiempo que el tráfico portuario (astilleros, refinerías de azúcar, fábricas de cuerdas, etc.). El sector bancario se iba desarrollando aunque todavía seguía siendo tributario del exterior. El número de escuelas era insuficiente, lo que se solucionaría durante los años 1870.

El puerto seguía siendo la puerta de América: recibía los productos tropicales (café, algodón). El cabotaje europeo aportaba la madera, el aceite y el trigo del norte de Europa y el vino y el aceite mediterráneos. El Havre era un puerto primordial para los emigrantes que iban a América. Los viajes trasatlánticos iban adquiriendo importancia durante la segunda mitad del siglo XIX. En 1913, cerca de 741.000 pasajeros salieron de El Havre.[cita requerida] Fue el principio de los transatlánticos que fueron el orgullo de los havreses.

Desde 1830, El Havre se convirtió en una estación balnearia frecuentada por los parisinos. La creación de los baños marítimos se remonta a esa época. En 1850 se construyó el bulevar marítimo. El casino Marie-Christine (1912) y el palacio de las Regatas (1906) reunían a la burguesía. Al final del siglo XIX y de la "Belle Époque" se anunciaban ya las tensiones sociales exacerbadas por la inflación y el desempleo. A partir de 1886, la sublevación obrera, apoyada por los socialistas cada vez más influyentes, afectó a la ciudad. El asunto Jules

Durand fue sintomático en este contexto.

El tiempo de las guerras (1914-1945)

El balance de las pérdidas humanas de la Primera Guerra Mundial es catastrófico para la ciudad: cerca de 6.000 havreses muertos, la mayoría de ellos soldados. La ciudad se vio convulsionada por las destrucciones masivas, aunque el frente estuviera en el norte. Varios navíos fueron torpedeados por los U-Boot en la rada de El Havre. Uno de los efectos más notorios fue el hecho de que se instalara un gobierno belga en Sainte-Adresse, en las afueras de El Havre, forzado a huir de la ocupación alemana. La ciudad sirvió como última base para la Entente Cordiale, especialmente para los barcos de guerra británicos.

El período de entreguerras se significó por el descenso de la demografía y la crisis social y económica. Al término de la guerra, la inflación arruinó a varios habitantes y la población obrera se multiplicó en la ciudad. Las penurias y la carestía de la vida provocaron la gran huelga de 1922, en el curso de la cual fue proclamado el estado de sitio. En 1936, la fábrica Bréguet de El Havre fue ocupada por los huelguistas; fue el principio del movimiento obrero bajo el Frente Popular. En el aspecto económico, el importante crecimiento de la segunda mitad del siglo XIX era ya un recuerdo. Los puertos del Norte de Europa afectaron seriamente a El Havre y los trabajos de mantenimiento portuario se ralentizaron. Sin embargo, las importaciones de petróleo continuaron aumentando y las refinerías crecieron al este de El Havre. La crisis de 1929 y las medidas proteccionistas no consiguieron acrecentar el desarrollo del comercio. Sólo el sector de transportes parecía mantenerse, con 500.000 pasajeros transportados en 1930. El transatlántico La Normandía zarpó para Nueva York en 1935. Pero enseguida proliferaron las amenazas de guerra.

En la primavera de 1940 la Wehrmacht de la Alemania nazi ocupó El Havre, con una guarnición de 40.000 soldados. Transformaron la ciudad en una base militar y construyeron la Festung Le Havre, una línea de casernas, blocaos y baterías de artillería. Este dispositivo se integró en el Muro atlántico. Para los havreses la vida cotidiana se volvió complicada a causa de las penurias, la censura y los bombardeos. La resistencia havresa se constituyó formando diversos núcleos, como el grupo del Liceo de El Havre o el Vagabond Bien-Aimé. Estos grupos pasaban información a los británicos y participaban en las acciones de sabotaje llevadas a cabo para facilitar el desembarco de Normandía. Durante la Segunda Guerra Mundial, El Havre soportó 132 bombardeos, pero las destrucciones más importantes se produjeron el 5 y 6 de septiembre de 1944, cuando los aliados bombardearon el centro de la ciudad y el puerto para abatir a los ocupantes. El objetivo era facilitar el avituallamiento y la progresión de las tropas aliadas que habían desembarcado tres meses antes en la Baja Normandía. Al final de la guerra 5.126 personas habían resultado muertas o desaparecidas en el territorio de la ciudad de Le Havre, de las cuales 2.053 (muertos o desaparecidos) durante el mes de septiembre de 1944.8 Además, 143 británicos y 600 soldados alemanes cayeron durante los ataques.8 También 150 hectáreas fueron arrasadas y 12.500 inmuebles destruidos. El puerto fue destruido, 350 restos de navíos están en el fondo del agua. La rada y el estuario fueron minados.

Historia reciente

Durante la primavera de 1945, el Ministerio de la Reconstrucción y de Urbanismo confió el proyecto de reconstrucción del centro de la ciudad a Auguste Perret. Éste quería hacer tabla rasa de las antiguas estructuras y aplicar las teorías del clasicismo estructural. El material a emplear para la construcción de los edificios sería el hormigón y el plan general una trama ortogonal.

La desindustrialización producida por el cierre de las ACH, por ejemplo, y las transformaciones del comercio portuario causaron dificultades económicas. La crisis del petróleo de 1973 produjo asimismo un marasmo industrial a mitad de los años 1970. El Havre fue, por entonces, un bastión comunista hasta los años 1990. Después la ciudad se sumergió en un proceso de reconversión, y el municipio trabajó para el renacimiento de El Havre reforzando su imagen.

https://es.wikipedia.org/wiki/El_Havre

https://fr.wikipedia.org/wiki/Le_Havre

http://www.survoldefrance.fr/affichage.php?lieu=Le Havre

https://www.flickr.com/search/?user_id=31539208@N08&view_all=1&text=Le Havre

https://www.flickr.com/photos/lhsk/albums/72157639685536343

http://jeromehouyvet.photoshelter.com/gallery/SEINE-MARITIME-from-above-vue-du-ciel-Normandy-France/G0000JBmVopd6ymc/

Vídeo:

Web recomendada: http://www.lehavre.fr/

Contador: 5306

Inserción: 2015-09-20 20:48:43

 

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