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Nombre:

Roma

Otro: Ciudad del Vaticano

Localización:
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Tipo: Urbanismo

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Continente: Europa

País: Italia

Localización: Provincia de Roma, Región del Lazio

Año: 753 a. C.

Estado: Terminado

Descripción:Historia de Roma

El origen de Roma es algo todavía desconocido. Las diversas teorías se basan en la información de los autores antiguos y en los diferentes tipos de hallazgos arqueológicos encontrados en Roma.

Por estos motivos, esta etapa inicial de la historia de Roma se ha venido situando más en el terreno de la leyenda que en el de la historia. Incluso se llegó a poner en duda la existencia del período monárquico.

Los historiadores de los siglos XIX y de buena parte del XX desestimaron la tradición y la historia de los primeros reyes de Roma (Rómulo, Numa Pompilio, Tulio Hostilio) así como la de la fecha fundacional, (753 a.C.), y ambas se catalogaron como meramente legendarias.

Ha sido ya avanzado el siglo XX cuando, gracias a la arqueología y a otras ciencias, se ha logrado revalorizar la tradición sustrayéndola de muchos elementos legendarios y de interpretaciones sospechosas.

Posiblemente, los primeros habitantes de Roma procedían de diversas partes y no tenían ni el desarrollo económico ni cultural de sus vecinos del norte, los etruscos, ni del sur, los sabinos y los latinos.

En el Palatino los arqueólogos encontraron los restos de un primitivo poblado del siglo VIII a.C. con enterramientos a sus pies. Parece ser, que partiendo de un núcleo la población se fue extendiendo por las laderas de las colinas próximas y, en el siglo siguiente, por el valle que había entre ellas.

Etapas en la historia de Roma

Si queréis profundizar en la historia de Roma, os ofrecemos las distintas etapas de ésta:

http://www.disfrutaroma.com/historia

Las tradiciones romanas adornaron el surgimiento de la ciudad de Roma con diversas leyendas que fueron recogidas principalmente por el historiador romano Tito Livio.

La leyenda de Rómulo y Remo

Dice la leyenda que Ascanio, hijo del héroe troyano Eneas (hijo de Venus y de Anquises), habría fundado la ciudad de Alba Longa sobre la orilla derecha del río Tíber. Sobre esta ciudad latina reinaron muchos de sus descendientes hasta llegar a Numitor y a su hermano Amulio. Éste destronó a Numitor y, para que no pudiese tener descendencia que le disputase el trono, condenó a su hija, Rea Silvia, a ser sacerdotisa de la diosa Vesta para que permaneciese virgen.

A pesar de ello, Marte, el dios de la guerra, engendró en Rea Silvia a los mellizos Rómulo y Remo. Cuando éstos nacieron y para salvarlos fueron arrojados al Tíber dentro de una canasta que encalló en la zona de las siete colinas situada cerca de la desembocadura del Tíber, en el mar.

Una loba, llamada Luperca, se acercó a beber y les recogió y amamantó en su guarida del Monte Palatino hasta que, finalmente, les encontró y rescató un pastor cuya mujer los crió. Ya adultos, los mellizos repusieron a Numitor en el trono de Alba Longa y fundaron, como colonia de ésta, una ciudad en la ribera derecha del Tíber, en el lugar donde habían sido amamantados por la loba, para ser sus Reyes.

Se dice que la loba que amamantó a Rómulo y Remo fue su madre adoptiva humana. El término loba, en latín lupa, también era utilizado, en sentido despectivo, para las prostitutas de la época.

La leyenda también nos cuenta como Rómulo mató a Remo. Cerca de la desembocadura del río Tíber había siete colinas: los montes Aventino, Celio, Capitolio, Esquilino, Palatino, Quirinal y Viminal. Rómulo y Remo discutieron sobre el lugar en el que fundar la ciudad y decidieron consultar el vuelo de las aves, a la manera etrusca. Rómulo vio doce buitres volando sobre el Palatino y Remo sólo divisó seis en otra de las colinas. Entonces Rómulo, para delimitar la nueva ciudad, trazó un recuadro con un arado en lo alto del monte Palatino y juró que mataría a quien osase traspasarlo. Remo le desobedeció y cruzó con desprecio la línea, por lo que su hermano le mató y quedó como el único y primer Rey de Roma. Este hecho habría ocurrido en el año 754 a. C., según la versión de la historia oficial de la Roma antigua.

Origen griego

Según otras fuentes antiguas, la fundación de la ciudad se relaciona con el mundo griego, ya que los fundadores tenían ascendencia troyana. Esta leyenda presenta a Eneas, príncipe troyano, como antepasado directo de Rómulo y Remo, el cual, al casarse con la hija del rey latino, se convirtió a su vez en rey.

Esta interpretación la encontramos no sólo en historiadores griegos, sino que también se defendió en el mundo itálico frente a otras tradiciones que le atribuían un origen arcadio, relacionadas con el mito de Evandro, o aqueo, relacionada con el de Odiseo o Ulises. De esta manera, la historiografía griega atribuyó un origen divino y griego a la fundación de Roma, versión asumida posteriormente por ésta.



Sin embargo, no puede considerarse admisible la tradición de un origen troyano de Roma si se compara la fecha de la destrucción de Troya (1200 a.C.) con los restos arqueológicos del poblamiento del Lacio y el Septimontium, semejante a otros muchos poblados del Bronce Final de Italia y que dista mucho de ser un poblamiento importante, y mucho menos una ciudad.

http://www.disfrutaroma.com/leyenda-romulo-remo

La Monarquía (753a.C-509 a.C)

La fecha de la fundación de Roma en el año 753 a.C. es la más aceptada, cualquiera que fuese en esa época su denominación y estuviera organizada en forma de ciudad o fuese un conjunto de aldeas.

Que la primera forma de organización política fue de tipo monárquico nos lo confirman los restos arqueológicos y la tradición. En las excavaciones llevadas a cabo en la Regia (casa donde vivía el rey) del Foro Romano, apareció un vaso de bucchero fechado a mediados del siglo VII a.C., con la inscripción Rex. Asimismo se encuentra la palabra regei inscrita en el Lapis Niger, cipo del Foro, que contiene una ley sagrada.

También puede deducirse la antigüedad de la monarquía de otras instituciones del Lacio, como la del rex nemorensis (rey del bosque), sacerdote que se encargaba de los bosques consagrados a Diana desde el siglo VI a.C. hasta la época del imperio.

La particularidad romana de mantener cualquier institución nos lleva a encontrar en la república al sacerdote-rey, rex sacrorum, como una pervivencia de la realeza aunque con funciones religiosas únicamente.

La tradición señala que el primer rey fue Rómulo, hijo de Marte y rey en cierto modo mítico, el cual configuró el primer ordenamiento político de la ciudad.

Su nombre, Romulo, significa Romano.

El crecimiento de Roma

Nos dicen las fuentes que Rómulo, después de fundar la ciudad, buscó incrementar el número de sus súbditos por dos métodos: abriendo un refugio sobre la colina del Capitolio, donde se implantaron comerciantes extranjeros y gentes marginadas de otras comunidades, y raptando mujeres sabinas. El rey del pueblo sabino de Curi, Tito Tacio, atacó Roma y tomó el Capitolio. Posteriormente, ambas aldeas se unieron y se constituyeron en una sola ciudad con dos reyes hasta la muerte de Tito Tacio.

La lista canónica de los siete reyes de Roma, u ocho, si se incluye a Tito Tacio, es la siguiente: Rómulo, Numa Pompilio, Tulio Hostilio, Anco Marcio, Lucio Tarquinio Prisco, Servio Tulio y Tarquinio el Soberbio. Ningún historiador pone en duda la existencia de los tres últimos ya que la documentación arqueológica confirma los textos de los historiadores antiguos y también por las características de estos tres monarcas, similar a la de los tiranos griegos. Tampoco existen argumentos que hagan pensar que los primeros reyes sean falsos.



Hay historiadores que sostienen que ya existía la lista de los reyes cuando los primeros historiadores romanos, en el siglo III a.C., escribieron sobre los orígenes de Roma, lo que confirmaría la existencia de los mismos.

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La República (509a.C-27 a.C)

Según la tradición, en el año 509 a.C. se produjeron una serie de hechos esenciales en la historia de Roma: se expulsó al último monarca, Roma fue tomada por el ejército de Porsenna, se firmó el tratado entre Roma y Cartago, se iniciaron de los Fastos Consulares y se consagró el templo de Júpiter Capitolino. Parecen muchos acontecimientos para tan poco tiempo. El único perteneciente con seguridad al año 509 a.C. es la dedicatoria del templo de Júpiter. Los restantes pudieron suceder más tarde, aunque con poca diferencia de tiempo.

Los Fastos Consulares (listas con los nombres de los cónsules que servían como referencia para datar acontecimientos importantes) resultan básicos para el estudio de la República a partir del 503 a.C., fecha en que se considera que ya son dignos de credibilidad.

Otro sistema utilizado se basa en el ritual del clavus annalis. Esta práctica se inició al año siguiente de la dedicatoria del templo de Júpiter Capitolino y consistía en clavar un clavo en el muro de la cella de Minerva cada aniversario de esta dedicatoria. El primer clavo fue clavado en el 508 a.C., un año después de su consagración. El templo de Júpiter Capitolino constaba, además de la cella de Júpiter, de otras dos anexas: la de Minerva y la de Juno.

La década que siguió al 509 (fecha de la conspiración contra el último rey de Roma, Tarquinio el Soberbio, cuando estaba fuera de Roma sitiando la ciudad de Ardea) es un período oscuro del que sólo se conocen hechos aislados.

Transición de la Monarquía a la República

La transición política de la Monarquía a la República fue seguida de graves tensiones sociales internas que fueron aprovechadas por los pueblos vecinos para reducir el control territorial de Roma y conseguir su desaparición. De ahí que, durante los primeros 70 años de la República, Roma tuviera que ratificar su identidad en demasiadas ocasiones.

Los primeros años de la República son de incertidumbre como consecuencia de la confusión política existente. Había partidarios de la Monarquía, de la República, de Porsenna y de la Liga latina, entre otros. Los que conjuraron en el 509 a.C. no tenían prevista ninguna fórmula institucional para sustituir a la monarquía.

Todos los historiadores están de acuerdo en que el Consulado -magistratura doble y colegiada durante toda la República- no surgió inmediatamente después de la expulsión de Tarquinio.



La tesis más generalizada presupone que en la transición de la Monarquía al consulado se pasó por una fase intermedia en la que se designaba un praetor maximus por un año y que, más tarde, desdoblaría sus funciones. Aunque ya se acercaba al sistema binario de los cónsules, éstos seguían designándose como pretores al menos hasta 449 a.C., con la ley Valeria Horaria.

Parece ser que las supremas magistraturas no fueron monopolizadas por los patres -personas que controlaban el Senado, el ejército y los sacerdocios desde el inicio de la historia de Roma- ya que se conocen casos de plebeyos que ocuparon el consulado hasta el año hasta el 485 a.C. El clima de tensiones y enfrentamientos de los comienzos de la República llevaría a las facciones más fuertes a formalizar compromisos y alianzas entre ellas.

A partir del 485 se produjo la intransigencia del patriciado pasando a controlar todas las magistraturas civiles y religiosas y excluyendo a los plebeyos de cualquier tipo de responsabilidad en el gobierno.

El derecho romano

Además de por las luchas entre patricios y plebeyos, la República se caracterizó por la expansión del poder de Roma a toda la Italia peninsular, por la promulgación de la Ley de las XII Tablas en el 450 a.C y por las guerras civiles por la igualdad.La Ley de las XII Tablas, llamada así porque estaba escrita en doce tablas, es el código más antiguo de derecho romano. Se estableció para aplacar las demandas de los plebeyos.

Hasta que se redactó este código el derecho romano había tenido un carácter sagrado, por haber estado unido a la monarquía y al colegio de los pontífices. Con su redacción el derecho romano se desacraliza constituyendo la base del derecho del mundo occidental. Para el historiador Tito Livio, las XII Tablas eran la fuente de todo el derecho romano, tanto público como privado.

Entre los años 133 y 27 a.C. se desarrolló una etapa muy convulsa en la historia de Roma debido a una compleja situación económica, social y política que llevó a momentos de tensión, como los vividos con los Gracos o las guerras sociales entre nobles y plebe.

La dictadura: la transición de la República al Imperio Romano

El gran paso hacia un sistema político en el que el poder se acumulase en manos de una sola persona lo dio Sila (dictador en los años 82-79). La sistematización de Sila fue muy importante y una de las consecuencias que tuvo, y que influyó en gran medida en la política y en el propio final de la República, radicó en el hecho de que concentró todo el poder político en manos del Senado, hecho que no sucedíó con el poder ejecutivo.

Esto dio lugar a que el Senado tuviera que confiar el ejecutivo a un hombre fuerte, a un general que, además, fuese político. A su vez, los populares también querían ocupar el poder provocando un fortalecimiento del poder personal a la hora de gobernar. El fortalecimiento del personalismo condujo a los triunviratos y a las dictaduras de César o Augusto, y supuso el fin de la República y el principio de una nueva etapa, el Imperio.

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El Imperio Romano (27 a.C-476 d.C)

El Imperio es el sistema en el que el poder político real estaba en manos de un solo individuo, el emperador. Se inauguró con el emperador Augusto. El Senado quedó limitado a ser un órgano de apoyo de ese poder político.

Se denomina Alto Imperio al periodo que va de Augusto a Diocleciano y Bajo Imperio el que tiene lugar entre Diocleciano y la caída del Imperio Romano en Occidente.

El Alto Imperio (27 a.C-305 d.C)

Entre los años 14 y 68 los herederos de Augusto, se van sucediendo en el poder: Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón. Esta sucesión dinástica se vio interrumpida por la guerra civil que, en el año 68, se libró entre los tres emperadores que gobernaban en ese año. Este primer período de crisis que vive el Imperio será superado por los Flavios.

A los Flavios les sucedieron los Antoninos (96-193), nombre genérico que se da a los emperadores Nerva, Trajano, Adriano, Antonino Pío, Marco Aurelio y Cómodo, con una política similar a la de los Flavios.

Con Septimio Severo se inauguró la dinastía de los Severos (197-235), en la que se encontraba él mismo, Caracalla, Macrino, Heliogábalo y Alejandro Severo.

El poder absoluto de Roma, capital del Imperio, se fue debilitando con el tiempo. Entre los años 235 y 300 la única prioridad de Roma fue la defensa de las fronteras del Imperio de los continuos ataques de los pueblos bárbaros y de los que provenían imperio sasánido de Persia. La presión de estos pueblos motivó que el ejército asumiese el poder a partir del 235, momento que se conoce como Anarquía militar y que duró unos cincuenta años. Estos emperadores soldados tenían como única finalidad la lucha contra los enemigos del Imperio.



La consecuencia de estas guerras fue el encarecimiento del mantenimiento del ejército y el alto grado de endeudamiento para mantenerlo, lo que llevó al empobrecimiento de la población y a la pérdida de su identidad y sus valores. Un aspecto de su pérdida de identidad fue la crisis religiosa, por la invasión de nuevas religiones orientales.

La persecución de los cristianos por Diocleciano, también llamada Gran Persecución, no fue más que un intento de eliminar los peligros a los que se enfrentaba el imperio.

En el año 284 una revuelta militar salvó al Imperio, proclamándose Diocleciano emperador. Durante su gobierno se instauró la Tetrarquía, sistema por el cual el imperio se repartía entre dos augustos y dos césares.

Diocleciano abdicó en el año 305 demostrando la ineficacia del sistema tetrárquico sin alguien de peso que lo dirija.

El Bajo Imperio (305-476)

Desde la abdicación de Diocleciano, en el 305, se sucedieron una serie de luchas que se prolongaron hasta el 312, cuando Constantino se convirtió en el único emperador de Occidente y último emperador del imperio unificado. Instituyó el cristianismo como religión oficial del Imperio.

En esta etapa se produce el traslado de la capitalidad del Imperio a la antigua ciudad de Bizancio, reconstruida y ampliada por decisión del emperador. Bizancio, desde el 8 de noviembre del 324 (fecha de su inauguración) pasó a denominarse Constantinopla o ciudad de Constantino.

Más tarde Teodosio dividió el Imperio entre sus dos hijos Arcadio y Honorio surgiendo el Imperio Romano de Occidente y el Imperio Romano de Oriente.

En el año 476 tiene lugar la caída del Imperio Romano en Occidente. El Imperio Romano de Oriente, posteriormente llamado Imperio Bizantino, sobrevivió hasta 1453, fecha de la caída de Constantinopla la actual Estambul.

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El Papado en Roma

Desde que la capital del Imperio de Oriente fue trasladada a Constantinopla y lo que quedaba del Imperio de Occidente fue llevado a Rávena, Roma perdió su poder quedando como única autoridad la del Papa que consolidó su poder con la ayuda de los lombardos y de Carlomagno.

Hasta el año 751, cuando fue invadida por los lombardos, Roma formaba parte del Imperio Bizantino. En el 756, Pipino el Breve otorgó al Papa el poder sobre regiones próximas a Roma, surgiendo los Estados Pontificios.

El desarrollo del antiguo cristianismo hizo que el Obispo de Roma adquiriese gran relevancia tanto religiosa como política y que llegase a establecer a Roma como centro del cristianismo. Hasta que se anexionó al Reino de Italia en 1870, Roma fue la capital de los Estados Pontificios.

Hasta el siglo XIX el poder papal mantuvo siempre una constante lucha con el Imperio Sacro Germánico y otros poderes en Europa. A pesar de ello Roma se enriqueció y llegó a tener un gran peso internacional.

Para lograr este crecimiento se dieron una serie de hechos que contribuyeron a ello: la ciudad fue el mayor centro de peregrinación durante la edad media, la institución del Jubileo, en 1300, los concilios, el mecenazgo papal convirtiéndose en foco del renacimiento sustituyendo a Florencia y su influencia cultural.

El poder papal continuo hasta el siglo XIX.



El fin del poder papal

La Revolución francesa acabó con el poder papal. Con la revolución de 1848 Roma se incorporó a la nueva Italia y, tras la batalla de Porta Pia en 1870 (batalla llevada a cabo por Pío IX para mantener su soberanía sobre los Estados Pontificios), Roma se convirtió en la nueva capital de Italia.

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Roma como capital de Italia

El Papa no llegó a aceptar la unificación de Italia y se refugió en El Vaticano dando lugar a la llamada "cuestión romana", disputa política que tuvo lugar desde el año 1861 hasta el 1929 entre el gobierno italiano y el papado. El 11 de febrero de 1929 el Papa Pío XI y Musolini firmaron el Pacto de Letrán por el que se reconocía el Estado Vaticano.

Mussolini, aliado de la alemania nazi, había tomado Roma en 1922 y la había declarado como Imperio. Para recuperar la antigua grandeza de Roma, hizo restaurar sus principales monumentos y la convirtió en centro de la administración, con lo que su población pasó de 212.000 habitantes que tenía durante la unificación a más de un millón. (En la época del Imperio llegó a tener más de 2.000.000 de habitantes).

Durante la Segunda Guerra Mundial, Roma sufrió escasos bombardeos y apenas resultó dañada. Ninguno de los bandos en conflicto quisieron atentar contra la vida del Papa Pío XII. El 4 de junio de 1944, Roma fue tomada por los Aliados.

En 1946, mediante referéndum, se abolió la monarquía y se instauró la república.

Los años 50 y 60 son para Roma los años de la Dolce Vita. En los 80 llegó a alcanzar los 2.800.000 habitantes.

El 25 de marzo de 1957 Roma fue sede de la firma del "Tratado de Roma" por el que seis países firmaron el Tratado Constitutivo de la Comunidad Económica Europea (CEE) y el Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea de la Energía Atómica (EURATOM), lo que dio lugar al nacimiento de la Unión Europea.



La Roma del siglo XXI

Actualmente, Roma cuenta con un impresionante centro histórico que refleja su pasado. Caminando por la ciudad se pueden encontrar restos de la Roma Antigua, de la Edad Media, palacios renacentistas, plazas, fuentes e iglesias barrocas y muchos ejemplos de estilos artísticos del siglo XIX y XX.

Como capital de Italia, Roma tiene la mayor parte de los edificios políticos del país. La población ha crecido de forma exponencial y actualmente cuenta con unos 2,8 millones de habitantes.

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Estos tres lugares le transportarán atrás en el tiempo unos 2.000 años, hasta la época de esplendor del imperio.

El mejor consejo que se puede dar es sacar la entrada en el Palatino y comenzar por esta colina la visita, continuando por el foro y finalizando en el Coliseo. De este modo se ahorrará las tremendas colas de turistas que no saben que los tickets valen para los 3 sitios, y se dirigen directamente al Coliseo. Los billetes valen para dos días, por lo que no se apure si no le da tiempo en uno a hacer todo el recorrido. Desgraciadamente, hasta el año 2008 el foro era gratis, pero ahora también está incluido entre los lugares de pago.

- Colina Palatina

Es la colina más céntrica de la ciudad, donde supuestamente la loba amamantó a Rómulo y Remo, y donde el primero, tras haber asesinado a su hermano, decidió comenzar a construir la ciudad.

En ella podrá observar abundantes restos de casas de emperadores romanos, entre las que destaca sobremanera la Casa de Augusto – conservando incluso frescos originales- así como otras construcciones como p.e. un estadio de carreras pedestres.

También podrá asomarse y obtener espléndidas vistas del Circo Massimo en primer término con el monte Aventino (e incluso el edificio de la FAO) al fondo.

- Foro Romano

Roma Desgraciadamente, lo que en la actualidad se puede observar en este rincón de Roma, es sólo una sombra de todo lo que hubo. Se trataba del centro de la vida política y social de la ciudad. A la luz de los restos, es difícil imaginar el bullicio y el esplendor que poseía. Si no se decide a contratar un guía que le pueda ayudar en esta labor de imaginación, le recomendamos adquiera en las inmediaciones una de las múltiples publicaciones que muestran superpuestos a las fotografías tomadas en la actualidad, los modelos de la apariencia de los edificios en época romana.

Busque y no deje de fotografiar los imponentes arcos de triunfo mandados erigir por los emperadores Septimio Severo, Tito y Constantino, este último cerca del Coliseo.

- Coliseo

Roma Poco puede decirse que ya no se sepa de uno de los monumentos más famosos del mundo. El anfiteatro, de unas 55.000 personas de capacidad donde luchaban fieras y gladiadores, fue inaugurado en el año 80 d.c. con más de 100 días seguidos de juegos. Aquellos que ocupaban puesto cerca de la arena eran el Emperador y los senadores, y a medida que se ascendía se situaban los estratos inferiores de la sociedad.

Su nombre se debe a la colosal estatua que se encontraba en sus inmediaciones, el Coloso de Nerón. Como dato anecdótico que quizá menos gente sabe o puede llegar a imaginar, indicar el tremendo olor a carne putrefacta en descomposición tanto de animales como de seres humanos que se podía sentir sentado en sus gradas. En multitud de ocasiones, trabajadores contratados a tal efecto eran encargados de perfumar el ambiente con incienso y otras hierbas aromáticas, para tratar de disimular aquel hedor.

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- Piazza Navona

Roma Se trata de la plaza con más vida de todas las existentes en Roma. Prácticamente de la mañana a la noche se encuentra llena de turistas, artistas callejeros, músicos, vendedores de obras de arte, y de camareros que van arriba y abajo recibiendo y sirviendo comandas en los restaurantes que se encuentran en la plaza.

Además, es un lugar donde se celebran muy asiduamente conciertos y otras manifestaciones culturales, así como mítines y marchas de carácter político.

Su forma es debida a que en la antigüedad en el mismo espacio donde hoy está la plaza, se encontraba el Estadio de Domiziano, habiendo seguido la construcción de los edificios, la forma de este recinto.

En su punto medio podemos contemplar el obelisco sobre la magnífica Fontana dei quattro fiumi -Fuente de los cuatro ríos (Danubio, Ganges, Nilo y Rio de la Plata)-, del maestro Bernini, así como la iglesia de Sta. Agnese in Agone, de su ‘rival’, Borromini. De Bernini también son las otras dos fuentes, al norte y al sur de la plaza: la Fontana del Moro y la del Nettuno.

- Trastevere

Este barrio es sin duda, el más verdaderamente “romano”. Su nombre significa “más allá del rio Tiber” (de aquí el nombre latino “TransTiberim” y el consecuente Trastevere).

Es especial por su atmosfera, por su gente -que se hacen llamar “trasteverinos”-, por el encanto que se percibe en cada placita, en el conjunto mágico de sus callejuelas y callejones, en las magnificas arquitecturas religiosas y públicas que nos han llegado prácticamente intactas...

Llegó a ser incluso el barrio más poblado de Roma, en época del emperador Augusto.

Entre todas las iglesias que desde muy antiguo fueron siendo inauguradas en esta parte de la ciudad, destaca la de S. María in Trastevere, la basílica más antigua de Roma (año 337). Se encuentra en la plaza del mismo nombre, verdadero centro neurálgico de todo el barrio. Posee importantísimas muestras de arte bizantino, sobre todo preciosos mosaicos de teselas doradas.

Pero Trastevere se descubre, poco a poco y sin prisa, también entre un taller y un mesón, entre una librería y una galería de arte y naturalmente, entre sus increíbles restaurantes y pizzerías.

De este modo, caminando tranquilamente, es posible encontrar una torre de época medieval (Torre de los Anguillara del siglo XIII), una iglesia – la de S. Benedetto in Piscinula – con uno de los pavimentos más bellos de la ciudad (hecho en el siglo XI con trozos de mármoles antiguos donados por la familia de los Cosmati) y con el campanario más pequeño de Roma, un vicolo (callejón) llamado el “Vicolo dell’Atleta”, donde hace dos siglos se descubrió una estatua romana de gran importancia por la historia del arte clásico.

Otra iglesia que merece la pena visitar es la de Santa Cecilia: en sus subterráneos conserva una serie de construcciones que se han identificado como pertenecientes a diferentes épocas romanas desde la republicana (siglo II a.C.) hasta los siglos II y IV d.C.

- Panteón

Roma Se trata de la única construcción de la antigua Roma que ha llegado hasta nuestros días prácticamente como fue concebida. Agripa lo mandó construir en el 27 a.c. siendo destruido posteriormente por un incendio; entonces, el emperador de origen hispano Adriano, mandó rehacer un nuevo templo en su nombre.

Esto es lo que puede leerse en el friso de su pórtico de entrada:

M.AGRIPPA.L.F.COS.TERTIVM.FECIT

Marco Agrippa, hijo de Lucio, cónsul por tercera vez, (lo) hizo

Inicialmente se trataba de un edificio consagrado a todas las divinidades del imperio –de ahí su nombre: Pan=todos teón (theon)=dioses- para posteriormente convertirse en templo cristiano. En él se encuentran tumbas de personajes tan ilustres como Vittorio Emanuele II, primer rey de Italia y Rafael.

El elemento que más llama la atención es el famoso buco, agujero de 9 metros de diámetro existente en el techo. Es justamente eso, un agujero que deja pasar los rayos de sol creando un precioso efecto en días claros, y del mismo modo el agua en días lluviosos. Curiosamente, no hace falta recoger el agua, ya que dispone de un sistema de pequeñas incisiones en el pavimento, que hacen que toda ella desaparezca automática y velozmente. Para aligerar peso y no provocar la caída de toda la estructura, a medida que nos acercamos al agujero, se mezcla la piedra con materiales más ligeros, hasta el punto de que en el área que lo rodea, esta está mezclada con piedra pómez.

La magnífica cúpula semiesférica en la que se encuentra el buco, si estuviese completa, se inscribiría perfectamente en el espacio interior tocando el suelo en un solo punto (la distancia del suelo al agujero el es justo el diámetro de dicha esfera). La cúpula es la mayor de fábrica de la historia, más grande incluso que la de San Pedro. Su diámetro mide 43,44 metros.

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- Fontana di Trevi

Roma No le descubriremos mucho acerca de otro de los monumentos más famosos del mundo, si le decimos que situándose de espaldas al mismo y lanzando una moneda, usted volverá a visitar la ciudad. Últimamente se ha extendido la creencia de que lanzando una segunda moneda, se tiene derecho de semejante forma, a expresar un deseo, e incluso que haciendo lo propio con una tercera, se pueda solicitar pasar por el altar...

Esta imponente fuente tardó 30 años en construirse, del 1732 al 1762, según proyecto de Nicola Salvi. Como dato anecdótico, señalar que perdió el concurso organizado por el papa Clemente XII un par de años antes, aunque fue el elegido final por ser ciudadano romano y en detrimento del ganador, Alessandro Galilei, que era florentino.

El conjunto muestra al dios Neptuno, flanqueado por dos tritones, cada uno de los cuales está acompañado por un caballo que representa uno de los dos estados de la mar, esto es, la mar en calma por un lado y la mar revuelta y embravecida por el otro.

Un buen consejo es volver sobre las 3 o las 4 de la madrugada, si tiene usted cuerpo y energías, momento en el que la encontrará todavía iluminada y prácticamente sin gente, lo que le permitirá apreciarla y disfrutarla mucho más tranquilamente.

- Castillo y puente de Sant'Angelo

Roma Antes de convertirse en lo que es en la actualidad, el Castel Sant’Angelo fue inicialmente mausoleo del emperador Adriano para posteriormente convertirse en fortaleza-refugio de los papas e incluso cárcel de los Estados Pontificios.

Dentro, alberga un pequeño museo que verdaderamente no vale los 11 € de la entrada, en el que destacan las piezas de la armería. La vista desde la terraza sí que es por el contrario una de las mejores de Roma, ya que no está a demasiada altura y sí muy cercana a muchos de los monumentos del centro de la ciudad, por lo que se pueden apreciar con cercanía y detalle.

En cuanto al puente, el más bonito y carismático de Roma, podemos decir que en él se encuentran 10 ángeles – 5 a cada lado – cada uno de los cuales porta un elemento en referencia a la pasión de Cristo, como por ejemplo la cruz, la columna a la que estuvo encadenado, los clavos, la corona de espinas, etc. En la orilla más alejada del Castello, las estatuas de S. Pedro y S. Pablo custodian la entrada al mismo. Dos de los ángeles originales, esculpidos por Bernini, fueron considerados demasiado bellos por el papa Clemente IX, que no quiso que estas imágenes sufrieran con las inclemencias del clima y sí que estuviesen más resguardadas para que perdurasen en el tiempo. Por ello, los donó directamente a su autor. En el siglo XVIII, sus sucesores los donaron a su vez a la iglesia de Sant’Andrea delle Frate.

- Piazza Spagna

Roma Se trata de la escalera probablemente más famosa del mundo, debiendo su nombre al palacio de la embajada de España ante la Santa Sede que se encuentra en la plaza existente a sus pies.

Fue construida por orden del papa Benedicto XIII, con ocasión del jubileo de 1725, para conectar dicha embajada borbónica con la iglesia de la Trinità dei Monti, el templo que se encuentra arriba de los 135 escalones.

Es la primavera la época en la que presenta un aspecto más bonito, ya que se encuentra recubierta de miles de flores. Se trata de un punto de encuentro de jóvenes donde pasar la tarde, y casi en cualquier época del año se encuentra con muchísimo ambiente a todas horas.

A los pies de la escalinata se puede observar la fuente de la Barcaccia, de Pietro Bernini y su hijo Gian Lorenzo, representando el hecho de que según se cuenta, llegó hasta ese punto una barca arrastrada por un aluvión del Tiber en el año 1598.

- Piazza Venezia y Campidoglio

Roma Son varios los elementos a visitar en el entorno de Piazza Venezia. De todos ellos, el más importante es sin duda el Monumento a Vittorio Emanuele II, primer rey de la Italia unificada. Desde que fue erigido, ha sido objeto de tremendas críticas ya que supuso la destrucción de una gran área de la Colina Capitolina, una de las colinas históricas de Roma, donde se encontraba un barrio medieval. Para algunos, dicho monumento es demasiado grande, demasiado blanco, no encaja con el resto de construcciones de su alrededor. Como dato anecdótico, basta indicar que ha sido apodado de diversas maneras, siendo los sobrenombres más extendidos ‘la máquina de escribir’ – debido a su forma- o ‘el pastel de boda’ –debido al color blanco nata que posee -.

El monumento representa la unidad de Italia, presidido en su centro por la figura del monarca. También se encuentra la tumba al soldado desconocido con una llama eterna allí emplazada tras la Segunda Guerra Mundial

Muy cerca de esta plaza, encontramos la del Campidoglio. Ha sido siempre el corazón del gobierno de la ciudad. Actualmente tienen sede en ella los Museos Capitolinos, los primeros museos de la historia. El centro de la plaza, proyectada por Miguel Ángel, está dominada por la réplica de la estatua ecuestre de bronce del emperador Marco Aurelio – el original puede verse a pocos metros de allí, dentro de los mencionados Museos Capitolinos-.

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La ciudad de las siete colinas ofrece debido a lo abrupto de su orografía, unas posibilidades inimitables para ser observada desde miradores naturales diseminados por toda la ciudad. Entre ellos, los más recomendables serían:

- Il giardino degli aranci – El jardín de los naranjos-

En el monte Aventino, una de aquellas 7 colinas históricas de la ciudad, se encuentra el mirador más romántico de toda Roma. Se trata de aquel que se asoma en uno de los extremos del Jardín de los Naranjos. Este pequeño y precioso jardín, toma el nombre de los múltiples árboles frutales de los que es posible probar naranjas dulces varios meses al año.

Es la panorámica ideal para divisar la Isola Tiberina, Trastevere y el Giannicolo al fondo, así como otros puntos de la ciudad como la cúpula del museo judío o la espalda del Campidoglio, con el monumento a Vittorio Emanuele de Piazza Venezia.

- Giannicolo

Esta colina, por el contrario, nunca perteneció a las 7 históricas de la ciudad, sino que ha sido incorporada hace relativamente poco tiempo. Se trata de la elevación existente tras el barrio de Trastevere. En su ladera es posible visitar el Jardín Ortobotánico de Roma, y a medida que subimos, monumentos como aquel a los caídos en la Primera Guerra Mundial o la fontana del Acqua Paola. En la cima disfrutamos de un precioso panorama de la ciudad y de la estatua ecuestre de Garibaldi. Esta colina también es la sede de la Academia de España y la residencia del embajador español, justo al lado de la iglesia de San Pietro in Montorio, lugar donde supuestamente fue crucificado San Pedro.

- Pincio

La vista desde este mirador de Villa Borghese, nos ofrece principalmente una bonita panorámica de la Piazza del Popolo, el Ponte Regina Margherita y Via Cola di Rienzo, con la ciudad vaticana al fondo. Hacia la derecha puede divisarse el Monte Mario, con su observatorio astronómico, y hacia la izquierda todo el centro de la ciudad, y sus mil cúpulas.

- Monte Mario

Tampoco este monte forma parte de las colinas históricas de la antigua Roma. Se trata de la elevación más alta de la ciudad con sus 139 metros de altura. Es muy difícil llegar a su cima si no disponemos de coche propio. En su cima, un famoso observatorio astronómico, Lo Zodìaco, domina la ciudad. La panorámica desde allí es impresionante, con las Colinas Albanas al fondo, aunque quizá se eche en falta el poder divisar la cúpula de San Pedro, cúpula que queda prácticamente a espaldas del mirador.

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Foro Romano

El Foro Romano era la zona en la que se desarrollaba la vida pública y religiosa en la antigua Roma. El Foro es, junto con el Coliseo, la mayor muestra de grandeza del Imperio Romano que se puede ver en la actualidad.

Al finalizar el Imperio, el Foro Romano se dejó en el olvido y poco a poco quedó enterrado. Aunque en el siglo XVI ya se conocía la existencia y la ubicación del Foro, no fue hasta el siglo XX cuando se realizaron las excavaciones.

Como curiosidad, el área en el que se encuentra el Foro fue en sus inicios una zona pantanosa. En el siglo VI a.C. el área fue drenada mediante la Cloaca Máxima, uno de los primeros sistemas de alcantarillado del mundo.

Puntos de interés

Además del gran número de templos que hay en el foro (Saturno, Venus, Rómulo, Vesta, etc.), conviene prestar especial atención a los siguientes puntos de interés:

Vía Sacra: Era la principal calle de la antigua Roma y comunicaba la Plaza del Campidoglio con el Coliseo.

Arco de Tito: Es un arco del triunfo que conmemora la victoria de Roma sobre Jerusalén. Fue construido tras la muerte del emperador Tito.

Arco de Severo Séptimo: Arco erigido en el año 203 d.C. para conmemorar el tercer aniversario de Severo Séptimo como emperador.

Templo de Antonino y Faustina: Construido en el siglo II, el templo de Antonino y Faustina destaca por ser el templo mejor conservado del Foro Romano.

Basílica de Majencio y Constantino: Si bien está derruida en su mayor parte, su tamaño da motivos para pensar que fue uno de los edificios más importantes del Foro Romano.

La Curia: En este edificio se reunía el Senado para tomar decisiones administrativas y sobre el Gobierno de Roma.

Columna de Foca: Erigida en el año 608 d.C. en honor al emperador de Bizancio, esta columna de más de 13 metros de altura es una de las pocas que han permanecido en pie desde que fue erigida.

Una visita imprescindible

Visitar Roma y no caminar por el Foro es como ir a París y no ver la Torre Eiffel. Recorred la Vía Sacra, cerrad los ojos e imaginad como era hace más de 20 siglos, cuando Julio César caminaba por ella.

El Foro Romano es uno de los lugares más bellos e interesantes de la ciudad, por lo que es fácil pasar varias horas paseando entre sus templos sin aburrirse.

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La pirámide fue erigida durante el año 12 a.C. para albergar la tumba del poderoso magistrado Cayo Cestio Epulón. Durante esta época Roma se encuentra influenciada por el mundo egipcio. En la actualidad es la única tumba que sigue en pie en la ciudad romana.

La obra tiene 36 metros de alto y 30 metros de lado y se tardó 330 días en levantarse según una inscripción labrada en uno de los lados. Contraria a las egipcias, la pirámide Cayo Cestio fue edificada a la manera romana, fue hecha en ladrillo y posteriormente cubierta en mármol. Durante el siglo III fue incorporada a la muralla que mandó construir el emperador Augusto.

No es una visita obligada en nuestra estancia en Roma, pero si vamos varios días vale la pena visitarla. Sobretodo si decimos visitar Ostia Antica ya que la Pirámide nos caerá de paso porque se encuentra relativamente cerca de la estación. Ésta se encuentra situada cerca a la Puerta de San Paolo y nos podemos acercar en metro, bajando en la parada que lleva su nombre la parada de la Pirámide.

http://www.devisitapor.net/2011/08/la-piramide-de-cayo-cestio.html

las Termas de Caracalla

En estas ruinas podemos encontrar otro ejemplo dentro de la ciudad de Roma de la majestuosidad del Imperio Romano. Estas fueron construidas a principio del siglo III d.C y inauguradas con el nombre de Termas Antoninas el año 216 d.C por al emperador Marco Aurelio Antonino Basiano.

Esta gran obra dejó de funcionar hacia el año 537, cuando en el transcurso de las guerras los acueductos que abastecían todo el agua para el buen funcionamiento de la misma quedaron destruidos. Impresiona el gran tamaño de la construcción, sobretodo si no olvidamos que era una obra pública usada por los ciudadanos de Roma y en su máximo apogeo podrían albergar de 1600 a 2000 usuarios a la vez. Esta termas solo han sido superadas en tamaño por las Termas de Diocleciano.

Situadas en el Viale delle Terme di Caracalla, núm. 52, podemos acceder dando un paseo desde el Coliseo que nos llevará de 15 a 20 minutos caminando según nuestro ritmo. Otra opción es llegar en metro, la parada más cercana es la de Circo Massimo que nos dejará a menos de 10 minutos de las Termas. La visita completa nos llevará unos 45 minutos.

El horario de apertura es a las 9 de la mañana todos los días y cierran normalmente una hora antes del atardecer, menos los lunes que cierran a las 14:00 horas. El precio de la entra normal es de 6 € y la reducida de 3 €. Si disponemos del Roma Pass podremos beneficiarnos del descuento en la entrada. Por 4 € más podemos alquilar una audioguía que nos revelará algunas historias olvidadas hace ya muchos años.

http://www.devisitapor.net/2011/09/las-termas-de-caracalla.html

Circo Máximo de Roma

Los circos romanos constituían las instalaciones lúdicas más importantes de las ciudades romanas, además de los teatros y anfiteatros. Se trataba de un recinto alargado en el que se celebraban los juegos públicos, consistentes en carreras de carros y diferentes espectáculos.

El Circo Máximo de Roma (Circo Massimo), situado entre los montes Aventino y Palatino, era un recinto alargado con espacio para 300.000 espectadores. La pista de arena, con unas dimensiones de 600 metros de longitud y 225 metros de anchura, hacía del Circo Máximo el mayor de Roma, por delante del Circo Flaminio y el Circo de Majencio.

Celebraciones en el Circo Máximo

En el Circo Máximo se realizaban diferentes competiciones, entre las que destacaban las carreras de carros, en las que los participantes trataban de dar siete vueltas al Circo Máximo. Los corredores, montados en pequeños carros tirados por caballos, se jugaban mucho más que su prestigio o grandes premios en las carreras, ya que muchos de ellos eran esclavos luchando por su libertad.

Durante los juegos públicos también se llevaban a cabo exhibiciones ecuestres, el conocido como "Ludus Troianus", un simulacro de batallas llevado a cabo por los jóvenes aristócratas romanos, o bien las carreras pedestres, que duraban varias horas y se realizaban a pie. Todas las competiciones tenían el aliciente de las importantes apuestas que se llevaban a cabo.

Es necesaria mucha imaginación

Actualmente apenas quedan restos de lo que fue el Circo Máximo, tan sólo se puede observar la enorme explanada que conserva la forma que tuvo en su día el recinto, lo cual suele provocar decepción en los turistas que lo visitan tratando de encontrar al menos las ruinas del recinto.

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Monumento a Víctor Manuel II

El Monumento Nazionale a Vittorio Emanuele II, conocido también como Vittoriale, es un imponente edificio situado en la Piazza Venezia. Fue inaugurado en 1911 para rendir homenaje a Víctor Manuel II, primer rey de Italia tras su unificación.

En su interior se encuentran el Instituto para la Historia del Risorgimento italiano y el Museo Central del Risorgimento.

Desde 1921 el Monumento a Víctor Manuel acoge la tumba del soldado desconocido, un lugar en el que brilla la llama eterna y se encuentra siempre custodiado por dos soldados.

Un monumento espectacular

El colosal monumento de 135 metros de anchura y 70 metros de altura está compuesto por decenas de majestuosas columnas corintias e interminables escaleras, todo ello realizado en mármol blanco. Una escultura ecuestre de Víctor Manuel realizada en bronce preside el conjunto y dos cuadrigas guiadas por la diosa Victoria coronan el pórtico de 16 columnas.

El monumento fue muy criticado desde su construcción, ya que fue necesario derribar numerosos edificios de gran valor para dejar libre suficiente espacio, y entre los ciudadanos italianos no llegó a cuajar la idea de instalar un edificio tan llamativo y recargado junto al resto de los edificios clásicos que lo rodean.

Terraza panorámica

Uno de los mayores atractivos del Monumento a Víctor Manuel son las vistas panorámicas que se obtienen desde la terraza situada a la altura de las cuadrigas. Los ascensores panorámicos son la única forma de acceder a la parte superior del monumento, pero las bonitas vistas hacen que merezca la pena subir.

El Museo del Risorgimento

La base del monumento acoge el Museo del Risorgimento, un museo dedicado a la unificación de Italia en el que se exponen armas, banderas y otros objetos relacionados con este momento histórico que, si bien es esencial para los ciudadanos italianos, para los turistas no resulta un tema demasiado interesante.

No pasa desapercibido

El Monumento Nazionale a Vittorio Emanuele II es uno de los edificios más llamativos de toda la ciudad. Sus impresionantes dimensiones y el brillo del sol reflejado en su blanco mármol hacen que sea el foco de las fotografías de miles de turistas cada día.

http://www.trekearth.com/gallery/Europe/Italy/Lazio/Rome/

Palatino

Ubicado a 40 metros de altura sobre el Foro Romano, el Monte Palatino es la más céntrica de las siete colinas de Roma y compone una de las partes más antiguas de la ciudad. El Monte Palatino está considerado la cuna de la capital italiana y se cree que estuvo habitado desde el año 1000 a.C.

Durante el periodo republicano, los ciudadanos romanos pertenecientes a la clase alta se instalaron en el Monte Palatino construyendo suntuosos palacios, de los que en la actualidad aún se conservan importantes vestigios.

Según cuenta la leyenda

Cuenta la mitología romana que la cueva en la que vivía Luperca, la loba que cuidó de Rómulo y Remo, se encontraba situada en el Monte Palatino. Según la leyenda, cuando los hermanos crecieron decidieron formar una ciudad a orillas del río pero, al no ponerse de acuerdo en algunos puntos de la decisión, Rómulo mató a Remo y fundó la ciudad de Roma.

Qué ver en el Palatino

En el Palatino se pueden ver infinidad de restos de las imponentes edificaciones que fueron construidas para la alta sociedad romana en la Antigüedad. Aunque el conjunto es impresionante, estos son algunos de los puntos que merecen especial atención:

Domus Flavia: El espléndido palacio Domus Flavia fue construido en el año 81 a.C. por encargo del emperador Domiciano para ser utilizado como residencia oficial y pública. En la actualidad aún se pueden ver algunas partes de la extensa construcción.

Casa de Livia: Esta casa de aspecto modesto construida en el siglo I a.C., es uno de los edificios mejor conservados del Palatino. Aún es posible vislumbrar los restos de los mosaicos y frescos que un día dieron alegría a los techos y paredes.

Casa de Augusto: Construida como la residencia particular de Octavio Augusto, la casa edificada en dos niveles aún conserva gran parte de los preciados y coloridos frescos que decoraban sus paredes.

Jardines Farnesianos: Proyectados a mediados del siglo XVI sobre las ruinas del Palacio de Tiberio, los Jardines Farnese fueron uno de los primeros jardines botánicos que se crearon en Europa.

Hipódromo de Domiciano: Dotado de la apariencia de un circo romano, no se sabe a ciencia cierta si el estadio fue concebido para la realización de carreras a pie, o bien para ser utilizado simplemente como jardín.

Museo Palatino: En este pequeño museo se exponen los diferentes hallazgos realizados durante las excavaciones llevadas a cabo en el Palatino. Contiene esculturas, frescos, mosaicos y otros objetos pertenecientes a la época de esplendor del Palatino.

Desde el Palatino se pueden lograr las mejores vistas del Foro Romano desde las alturas.

Un paseo por la antigua Roma

El Palatino es un lugar muy agradable para recorrerlo con calma, paseando bajo la sombra de los árboles mientras se recorren muchos de los rincones que se conservan de la antigua Roma.

Conviene reservar medio día para visitarlo, ya que entre el Foro Romano y el Palatino abarcan una extensión muy amplia en la que cada zona resulta de gran interés.

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El Palatino

Por admin • 1 Feb, 2011 • Sección: Lugares

El Palatino es una de las siete colinas de Roma, situado entre el Velabro y el Foro, y es una de las partes más antiguas de la ciudad. El sitio es ahora un museo al aire libre y se puede visitar durante el día. La entrada está cerca del Arco de Tito en el Foro Romano. El Palatino es uno de los montes centrales de Roma, pero a diferencia del Capitolio y el Aventino está cerca del río, aunque no junto a él. La altura máxima es de 51 metros. La colina se ve de un lado del Foro Romano y del otro en el Circo Máximo.

El Palatino, Roma

La cumbre fue evocada como Central Palatium, mientras que la pendiente que desciende hacia el Foro Boario y el Tíber se llamó Germalus. Está conectado con el Esquilino y un segundo pico, la Velia. La leyenda cuenta que Roma tiene sus orígenes en el Palatino. De hecho, las excavaciones recientes han demostrado que la gente vivía allí ya en 1000 A.C. Era una aldea de unas pocas hectáreas, rodeada de pantanos, con los cuales era posible controlar el curso del Tíber. Esta es la primera área urbana de la “Roma cuadrada”, llamada así por la forma aproximadamente romboidal en la cima de la colina donde se encontraba.

En La Eneida y otras fuentes se cuenta cómo los griegos vivieron en el Palatino, los inmigrantes de la Arcadia, dirigidos por Evandro y su hijo Pallas. Se desconoce donde nacen estas leyendas, pero es un hecho que en el panteón de las deidades menores de la Arcadia existían los nombres de Evandro y Pallas. Tal vez fuera que esta zona haya sido visitada en la antigüedad por comerciantes y marineros helenos, antes de la desaparición de la Magna Grecia, detalle confirmado por algunos descubrimientos arqueológicos. Según la mitología romana, el Palatino (más precisamente la ladera del pantano que unía el Palatino al Capitolio, llamado Velabro) fue el lugar donde Rómulo y Remo fueron encontrados por la loba que los mantenía vivos en la lactancia, la “Cueva de los Lupercale”. Según esta leyenda, el pastor Fáustulo encontró a los lactantes y, junto con su esposa Acca Larentia, crió a los niños. Cuando Rómulo, ahora un adulto, decidió fundar una nueva ciudad, eligió este lugar. La casa era una choza ubicada en la esquina noroeste de la colina, donde más tarde se levantó la de Augusto. Las excavaciones de 1946 han encontrado en este sitio restos de cabañas de la Edad de Hierro, confirmando plenamente la tradición de la leyenda. El nombre de la colina, tenía la misma raíz que el de la diosa Pales, cuya celebración se realizaba el 21 de abril, fecha que se estableció como de fundación de la ciudad.

Fue sede aquí también la fiesta de Lupercalia, vinculada a la mítica loba: al pie del Palatino, una procesión de sacerdotes vestidos con pieles de lobo se dirigía hacia el Tíber, en un rito de fertilidad. La leyenda mítica de los gemelos amamantados por la loba llegó mucho más tarde a Tácito. Los emperadores romanos construyeron sus palacios en el Palatino. Las ruinas de los palacios de Augusto, Tiberio y Domiciano son todavía visibles. Augusto compró la casa del orador Hortensio, situado junto a la llamada “casa de Rómulo”, que todavía existía, según la tradición, hacia el 31 a. C.; luego se expandió con la compra de las casas vecinas y se quedó allí, hasta convertirlas en un verdadero palacio. Una porción de la residencia fue entregada a su esposa, Livia, la “Casa de Livia”. En la actualidad las dos residencias no están abiertas al público.

Dentro de la residencia, Augusto construyó el templo de Apolo Palatino, con un amplio porche y bibliotecas. En la época republicana el Palatino fue el lugar de diversos cultos. En particular es importante el de la Magna Mater (Cibeles), introducido desde Asia Menor durante la Segunda Guerra Púnica, y los de Apollo y Vesta, cuyo santuario fue fundado por Augusto en su propia casa (el templo de la Magna Mater, el Templo de Apolo Palatino, el Templo de Vesta). En la época republicana la colina se convirtió en la sede de los hogares de la clase gobernante romana. Surgieron uno tras otro los palacios imperiales de Tiberio (Domus Tiberiana, ampliado por Calígula), Nerón (el Domus de Transición y parte de la Domus Aurea), Flavio (Domus Flavia y Domus Augustana) y Septimio Severo (Domus Severiana y Septizodium). Al final de la colina imperial había una sucesión única de los edificios imperiales y los jardines, que formaban un gran complejo único para el uso de los emperadores. Desde entonces, la palabra “palatium” comenzó a indicar el “palacio” por excelencia, entendida como la residencia imperial primero y más tarde como un nombre común, presente en todas las lenguas europeas.

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Ningún turista puede visitar en su estancia en Roma todos los templos de los que dispone la ciudad; no en vano se trata de la capital mundial de la Iglesia Católica. Entre todas las iglesias y lugares de culto, destacan especialmente las siguientes:

- Basílica de San Pablo Fuori le Mura

Es el segundo templo más grande de la ciudad. Un incendio la destruyó prácticamente por completo –excepto el claustro- una noche de julio del 1823; sin embargo, gracias a la gran colaboración de numerosas entidades, fue posible una magnífica restauración. Como su nombre indica, se encuentra fuera de las murallas de la ciudad (Fuori le Mura), muy cerca del sitio en el cual a San Pablo le fue cortada la cabeza con una espada.

- San Giovanni in Laterano

El complejo de San Juan de Letrán, en español, es la Catedral de la ciudad, donde se encuentra la sede episcopal del Obispo de Roma (el Papa). Se trata de la residencia papal hasta el siglo XIV. De aquí, la corte pontificia se trasladaría a Aviñón (Francia), para volver a Roma algún tiempo después, pero estableciéndose en su sede actual, es decir, la colina vaticana.

Enfrente se encuentra el Santuario de la famosa Scala Santa, cuyos 28 escalones son los que subió Cristo en el palacio de Pilato y que usted deberá subir de rodillas hasta alcanzar su punto más alto, en caso de ser devoto.

- Sta. Maria la Maggiore

Este precioso templo, en las inmediaciones de Termini, debe su nombre al hecho de tratarse de la más grande (maggiore) de las iglesias dedicadas a María en Roma.

Lo más destacable sería su campanario medieval, el magnífico pavimento en estilo cosmati o el precioso baldaquino.

Existe una leyenda que dice que el oro del artesonado del techo, era oro inca que fue regalado por los Reyes Católicos al papa español Alejandro VI (algo que de hecho es erróneo, pues el imperio inca fue conquistado durante el reinado de Carlos I).

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Sede de la Santa Sede de la Iglesia católica, se trata también del estado, como todo el mundo sabe, más pequeño, sea en extensión geográfica (no llega a medio kilómetro cuadrado) sea en población (con menos de mil habitantes). Lo que no tanta gente sabe es que también es el país más construido del mundo, evidentemente en proporción, aunque no lo parezca.

Si en el mundo la institución de la Iglesia aún tiene bastante fuerza en la opinión pública, cabe destacar que más en la sociedad italiana, y todavía más en la romana. De hecho, es posible leer o escuchar el punto de vista de dicha institución o de su máximo dirigente en relación a múltiples temas de actualidad, en la mayoría de periódicos o televisiones.

Nuestra visita al Vaticano, obviamente debe contar con parada en:

- Plaza de San Pedro

Roma Magnífica plaza realizada por Bernini con dos grupos de columnas en forma oval, representando los brazos de la Iglesia que acoge a sus fieles. Al centro podemos ver uno de los múltiples obeliscos que posee Roma en la actualidad, y en los laterales, dos magníficas fuentes. Busque los dos centros geométricos de cada uno de los semicírculos que forman la plaza, y verá que ‘desaparecen’ 3 de las 4 columnas que forman cada fila – quedan ocultas tras la más cercana al espectador-.

- Basílica de San Pedro

A través de la columnata de la parte derecha de la plaza según nos encontramos de frente a la Basílica, se realiza el control de seguridad de acceso a la misma. Más que este control, debe tener cuidado con otro: aquel que realiza posteriormente el personal que se encarga de permitir o no el ingreso dependiendo de la vestimenta del visitante. Recuerde: no lleve pantalones o falda por encima de las rodillas, y nada de camisetas de tirantes aunque haga casi 40º. No le suministrarán como ocurre en otros templos nada para cubrirse, por lo que tenga cuidado si no quiere tener que volver al hotel a cambiarse.

Roma Dentro de la basílica, quedará maravillado por el derroche de decoración, el dorado, los mármoles y las gigantes estatuas dedicadas a santos y papas. No puede dejar de ver La Pietà, de Michelangelo, la estatua de San Pedro que ofrece el pie izquierdo para que lo besen los peregrinos, encontrándose absolutamente gastado, o el fabuloso baldaquino.

Como dato anecdótico, usted tendrá la posibilidad de confesarse en múltiples idiomas: para ello, diríjase a aquel confesionario en el que en su parte superior esté escrito el idioma en que desea hacerlo.

- Tumbas papales

Justo debajo de la basílica es posible visitar diversas tumbas de papas anteriores. Sin embargo, no espere encontrar una atmósfera oscura, húmeda, galerías estrechas, y ambiente recogido, ya que este sótano está absolutamente reformado, con paredes nuevas en color blanco. Entre todas las tumbas sin duda la más concurrida (y una de las más discretas y simples) es la de Juan Pablo II. Pueden verse decenas de fieles rezando delante prácticamente a cualquier hora del día.

- Cúpula

Roma Una de las vistas más impresionantes de Roma, nos la proporciona la famosísima cúpula de la basílica, er cupolone, como es conocida en Roma, obra de Michaelangelo. Recomendamos encarecidamente realizar toda la subida a pie, ya que, más allá de ahorrarse un par de euros, el tramo que realiza el ascensor es el más fácil de la misma; además, siempre podrá decir que subió a pie hasta lo más alto. Desde la balconada se pueden divisar la práctica totalidad de monumentos, cúpulas y tejados de la ciudad, aunque algunos elementos sean verdaderamente difíciles de encontrar: pruebe por ejemplo a divisar el Coliseo…

Precisamente desde esta inmejorable atalaya, podrá comprender mucho mejor la estructura de todo el estado, y contemplar los magníficos jardines que se encuentran tras los museos vaticanos, las estancias papales y la basílica.

- Museos Vaticanos (y Capilla Sixtina)

Roma Se trata del conjunto de museos más visitados de Italia, por delante incluso de la famosísima galería de los Uffizi, en Florencia. La entrada a la Capilla Sixtina se realiza después de atravesar el resto de museos, y aún siendo el elemento más importante que forma parte de los mismos, no debemos olvidar otras obras y zonas como las estancias de Raffaello, con sus maravillosos frescos o la maravillosa galería de los mapas. Interesante el efecto que ocurre en la fantástica escalera espiral de la que dispone el museo, que en realidad no es una sola sino dos, una de bajada y la otra de subida. No obstante, prácticamente sólo será posible ver gente descendiendo, ya que la de subida se encuentra cerrada al público.

- ScaviTour

Existe un nivel todavía por debajo de las tumbas papales, se trata de las necrópolis subterráneas de la ciudad. En la visita guiada, se pueden conocer los restos de la primigenia basílica, antes de ser derrumbada para realizar la majestuosa San Pedro actual. Hacia el final del recorrido podremos conocer el sitio exacto donde se encuentra enterrado el apóstol. Aunque se trata de una visita muy interesante, no es una atracción muy conocida. El sistema de reserva es complicado: es preciso reservar con mucha antelación, y no hay muchos grupos en español, por lo que mejor si decide realizar la visita en inglés, o mejor aún italiano –si conoce estos idiomas, claro-. Como último dato apuntar que la humedad es altísima, lo que eleva la temperatura hasta el punto de ser prácticamente necesario ponerse en manga corta también en invierno.

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Recorre el distrito EUR de Roma, de noche y en bicicleta

El Distrito EUR de Roma es como se conoce al distrito que pensaba inaugurarse en 1942 para la Esposizione Universale Roma, que nunca se llevó a cabo debido a la derrota de Italia en la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, esta zona dejó su legado arquitectónico y urbanístico a la Ciudad Eterna.

Por ello, la iniciativa Velonoche propone recorrer este distrito “emblemático de la arquitectura romana del siglo XX“ durante la noche y en bicicleta, terminando la excursión con un picnic a orillas del lago para ver el amanecer.

La idea fue de un joven profesor universitario con la idea de compartir el estudio académico de la arquitectura contemporánea con un público más amplio, dando lugar al proyecto MosKultProg.Ru.

Se llevará a cabo el 8 de mayo, y se seguirá una senda de 23 kilómetros con guías en inglés, italiano y ruso. Se seguirá el itinerario de Aventino, Testaccio, Garbatella y EUR, pasando por sitios como el Palazzo della Civiltà del Lavoro, edificio emblemático entre otros que dan cuenta de este estilo arquitectónico propio del fascismo, inspirado en la urbanística clásica romana al que se aportan elementos del racionalismo italiano y del neoclasicismo simplificado, que tienen por principal referente al arquitecto Piacentini. También, la recorrida obligada incluye el Palazzo dei Congressi.

Si bien la actividad es gratuita, conviene apuntarse puesto que habrá un número limitado de participantes.

Vía: Expreso

http://es.globedia.com/recorre-distrito-eur-roma-noche-bicicleta

Roma (IPA: ['roːma]) es una ciudad italiana de 2' 765. 230 habitantes, capital de la provincia de Roma, de la región del Lazio y de Italia.

Es el municipio más poblado de Italia y está entre las más grandes capitales europeas en cuanto a la grandeza de su territorio; por antonomasia, se le conoce como la Ciudad Eterna o Città Eterna.

En el transcurso de su historia, que abarca tres milenios, fue una de las primeras grandes metrópolis de la Humanidad. Fue el corazón de una de las civilizaciones antiguas más importantes, que influenció la sociedad, la cultura, la lengua, la literatura, el arte, la arquitectura, la filosofía, la religión, el derecho y la forma de vestir de los siglos sucesivos; fue capital del Imperio Romano, que extendia sus dominios sobre toda la cuenca del Mediterráneo y gran parte de Europa, y del Estado Pontificio, bajo el mando del poder temporal de los Papas.

Es la ciudad con la más alta concentración de bienes históricos y arquitectónicos del mundo; su centro histórico delimitado por el perímetro que marcan las murallas aurelianas, superposición de huellas de tres milenios, es la expresión del patrimonio histórico, artístico y cultural del mundo occidental europeo5 y, en 1980, junto a las propiedades extraterritoriales de la Santa Sede que se encuentran en la ciudad y la Basílica de San Pablo Extramuros, fue incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

Roma, corazón geográfico de la Religión Católica, es la única ciudad del mundo que tiene en su interior un Estado extranjero, el enclave de la Ciudad del Vaticano:8 por tal motivo se le ha conocido también como la capital de dos Estados.

Geografía

Roma se encuentra en las riberas del río Tíber; la aldea originaria se desarrolló sobre las colinas que están frente a la curva de este río en la cual surge un promontorio de tierra conocido como la Isla Tiberina.

Territorio

El territorio del municipio de Roma es amplio, habiendo absorbido áreas que habían estado abandonas por siglos, en su mayoría plagadas de paludismo y poco aptas para la agricultura, áreas no pertenecientes a ningún municipio: se extiende sobre una superficie de 1.285,31 km² y es el territorio ocupado por una ciudad más grande de Italia11 y uno de los más extensos en contraste con otras capitales de Europa. Roma gobierna un área que por sus dimensiones es tan grande como, aproximadamente, la suma de los territorios de Milán, Nápoles, Turín, Palermo, Génova, Bolonia, Florencia, Bari y Catania, y es superior a la de municipios como el de Nueva York, Moscú, Berlín, Madrid y París.

La densidad poblacional no es muy elevada, por la notable presencia de áreas verdes dispersas en todo su territorio: Roma representa un caso excepcional en el mundo occidental por la vastedad del campo que sirve de corona a la ciudad y la compenetración entre ciudad y campo.

Roma, además, es la ciudad italiana con el más alto número de municipios vecinos: 29 municipios italianos más el enclave de la Ciudad del Vaticano, sumando un total de 30 territorios limítrofes.

El territorio sobre el cual la ciudad ha surgido y sobre el cual se ha desarrollado tiene una historia geológicamente compleja: el substrato reciente está constituido por material piroclástico producido hace 600 o 300 mil años atrás por los volcanes, hoy en día inactivos, ubicados en el área sudeste de la ciudad, el Volcán Laziale que se encuentra en las actuales Colinas Albanas, y al noreste, los Montes Sabatinos. De estos depósitos se forma gran parte de las colinas que abundan en el territorio romano. Sucesivamente la actividad fluvial del Tíber y del Aniene contribuye a la erosión de los relieves y a la sedimentación, caracterizando aún más al terreno.

El territorio de Roma, por lo tanto, presenta diversos paisajes naturales y características ambientales: algunos relieves montañosos y colinas (entre ellas las históricas siete colinas), las zonas forestales, el río Tíber y sus afluentes, las marranas o pequeños riachuelos típicos del paisaje urbano, los lagos como el Lago de Bracciano y el Lago de Martignano así como aquellos artificiales, una isla fluvial (la isla Tiberina), Y la costa arenosa del balneario de Ostia, frente al mar Tirreno.

Sísmicamente, Roma está clasificada como una zona 3 (sísmicamente baja), de acuerdo a la Ordenanza PCM n. 3274 del 20/03/2003.14

Orografía

El núcleo central y antiguo de la ciudad está constituido por las históricas Siete colinas de Roma: la Colina Palatina, el Aventino, el Campidoglio, el Quirinal, el Viminal, el Esquilino y el Celio.

La ciudad comprende también otros relieves, entre los cuales el monte Mario, el monte Antenne, el monte Brianzo, el monte de las Joyas, el monte Giordano, el Gianicolo, el Pincio, los montes Parioli, el monte Savello, el monte Sacro y el monte Verde.

Hidrografía

La ciudad, aparte del Tíber, está atravesada también de otro río, el Aniene, que confluye con el Tíber en la zona septentrional del territorio urbano.

El Municipio Roma XIII se encuentra frente al mar Tirreno (Roma es el municipio costero más grande de Europa, con alrededor de 20 km de costa15 ), el Municipio Roma XX sobre los lagos de Bracciano y de Martignano (con su enclave de Polline Martignano, en el Parque natural regional del complejo lacustre Bracciano - Martignano).

Clima

De acuerdo a la clasificación climática de Köppen, Roma posee un Clima mediterráneo, o sea un clima templado de las latitudes medias, con veranos calientes,16 particularmente suave en el período de la primavera y en otoño.17

Imagen satelital de Roma.

Las estaciones más lluviosas son la primavera y el otoño, prevalentemente en los meses de noviembre y abril. El verano es caliente, húmedo y tendencialmente seco, mientras que el invierno es generalmente suave y lluvioso, pero con notables e improvistas bajas de temperatura, y raros fenómenos nevicosos de una cierta consistencia.18 En general, el clima es frecuentemente ventilado, con una prevalencia de vientos septentrionales, como la tramontana y el grecale, y occidentales, como el maestrale, el libeccio y el ponentino, llamado así porque proviene de la zona ponente de la ciudad.

Temperaturas máximas en grados centígrados (según el Centro meteorológico del Centro de Roma): enero 11.1, febrero 12.5, marzo 15.3, abril 18.6, mayo 23.2, junio 27.5, julio 30.5, agosto 30.1, septiembre 26.6, octubre 21.2, noviembre 15.8 y diciembre 12.2.

Temperaturas mínimas en grados centígrados (según el Centro meteorológico del Centro de Roma): enero 4.0, febrero 4.7, marzo 6.9, abril 9.4, mayo 13.1, junio 16.7, julio 19.2, agosto 19.1, septiembre 16.6, octubre 12.5, noviembre 8.4 y diciembre 5.3.

Altitud

La altitud de Roma es de 13 msnm (en la Piazza del Popolo) en lo más bajo hasta los 120 msnm en el monte Mario. El municipio de Roma tiene 1.285 km².

Origen del nombre

Existen varias hipótesis sobre el origen del nombre Roma; el nombre podría venir:

de Roma, hija de Italio (o de Telefo, hijo de Hércules), esposa de Eneas o de su hijo Ascanio;

de Romano, hija de Odiseo y Circe;

de Romo, hijo de Emation, al cual Diomedes hace huir de Troya;

de Romide, tirano de los latinos, que expulsó a los etruscos de la región;

de Rommylos y Romos (Rómulo y Remo), hijos gemelos de Ascanio que fundaron la ciudad.;

de Rumon o Rumen, nombre arcáico del Tíber, que tenía raíz etimológica análoga a la del verbo griego ῥέω (rhèo) y del verbo latino ruo, que significan "fluir";

de la palabra etrusca ruma, que significaba ubre, y podría por tanto hacer referencia al mito de Rómulo y Remo, o también a la conformación de la Colinas del Palatino y del Aventino;

del griego ῤώμη (rhòme), que significa fuerza

de Roma, una joven troyana que conocía el arte de la magia, de la cual existen referencias en los escritos del poeta Stesicoro;

de Amor, es decir, la palabra Roma si se lee de derecha a izquierda: la interpretación es del escritor bizantino Giovanni Lido, que vivió entre los siglos V y VI.

Historia

Artículo principal: Historia de Roma.

Antigüedad

Roma fue fundada, según la tradición, por Rómulo y Remo, ambos amamantados por una loba, el 21 de abril de 753 a.C.,27

Previo a la fundación de la ciudad, y también en forma contemporánea a ello, Italia estaba habitada por distintos pueblos: los latinos, que ocupaban la llanura entre el río Tíber y los montes Albanos; el Tíber separaba a los umbros al Sur y los etruscos al norte, al este y sureste del Lacio se encontraba la cadena Apenina que sería el dominio de pastores nómadas emparentados entre sí: los sabinos, samnitas, marsos, volscos, campanos en Nápoles, ausones y oscos. Todavía más al sur, los lucanos y bruttios.

Roma tuvo un gobierno monárquico por un período de 244 años, con soberanos inicialmente de origen latino y sabino, y posteriormente etrusco. La tradición cuenta que hubo siete reyes: su fundador Rómulo, Numa Pompilio, Tulio Hostilio, Anco Marcio, Tarquinio Prisco, Servio Tulio y Tarquinio el Soberbio.28

Expulsado de la ciudad el último rey etrusco e instaurada una república oligarquica en el 509 a.C., Roma inicia un periodo que se distingue por las luchas internas entre patricios y plebeyos y continuas guerras contras los otros pueblos de la Italia antigua: etruscos, latinos, volscos y ecuos. Convertida en la población más poderosa del Lazio, Roma lleva a cabo varias guerras (contra los galos, los oscos y la colonia griega de Tarento, aliados de Pirro, rey de Epiro) que le permitieron la conquista de la Península itálica, desde la zona central hasta la Magna Grecia.29

El III y el Siglo II a.C. estuvieron caracterizados por la conquista romana del Mediterráneo y del Oriente, debida a las tres guerras púnicas (264-146 a. C.) combatidas contra la ciudad de Cartago y a las tres guerras macedónicas (212-168 a. C.) contra el Reino de Macedonia. Fueron instituidas las primeras provincias romanas: Sicilia, Cerdeña, Hispania, Macedonia, Grecia (Acaia), África.

En la segunda mitad de del siglo II y del Siglo I a. C. se registraron numerosas revueltas, complots, guerras civiles y dictaduras: son los siglos en los que aparece en el panorama político y social Tiberio y Cayo Graco, así como Yugurta, Quinto Lutacio Cátulo, Cayo Mario, Lucio Cornelio Sila, Marco Emilio Lépido, Espartaco, Gneo Pompeyo, Marco Licinio Craso, Lucio Sergio Catilina, Marco Tulio Cicerón, Julio César y Augusto,31 quien, después de haber sido miembro del segundo triunvirato junto con Marco Antonio y Lépido, en 27 a. C. se convierte en princeps civitatis y le fue conferido el título de Augusto o emperador.

Instituido de facto el Imperio, que alcanzará su máxima expansión en el Siglo II, bajo el mandato del emperador Trajano, Roma se confirmó como el caput mundi, es decir, la capital del mundo, expresión que se le había atribuido ya en el período republicano. El territorio del imperio, en efecto, se extendía desde el Océano Atlántico hasta el Golfo Pérsico, y desde la parte centro-septentrional de la Britannia (actual Gran Bretaña) hasta Egipto.

Los primeros siglos del Imperio, en los cuales gobernaron, además de Octavio Augusto, los emperadores de las dinastías Julio-Claudia, Flavia (a los que se debe la construcción del Coliseo, realmente llamado anfiteatro Flavio) y los Antoninos, estuvieron caracterizados también por la difusión de la religión cristiana, predicada en Judea por Jesucristo en la primera mitad del Siglo I (bajo el mandato de Tiberio) y divulgada por sus apóstoles en gran parte del imperio.

En el Siglo III, al acabarse la dinastía de los Severos, comenzó la crisis del principado, a la cual seguiría un período de anarquía militar.

Cuando asciende al poder Diocleciano (284), la situación de Roma era grave: los bárbaros asediaban las fronteras desde décadas atrás, las provincias estaban gobernadas por hombres corruptos, zonas enteras de las capitales habían sido destruidas. Para gestionar mejor el imperio, Diocleciano lo divide en dos partes: éste se convierte en Augusto o emperador de la parte (con residencia en Nicomedia) y nombra Valerio Maximiano Augusto o emperador de la parte occidental, desplazando la residencia imperial a Mediolanum. El imperio se divide aún más con la creación de tetrarquía: los dos Augustos, de hecho, deberán nombrar dos Césares, a quienes confiaban la parte del territorio y que se convertirían, posteriormente, en los nuevos emperadores.

Un logro decisivo tiene lugar con Constantino, que, luego de numerosas luchas internas, centralizó nuevamente el poder y, con el edicto de Milán del año 313, permitiría la libertad de culto a los cristianos, empeñándose él mismo por darle fortaleza a la nueva religión. Hace construir diversas basílicas, consignó el poder civil sobre Roma al papa Silvestre I y fundó en la parte oriental del Imperio la nueva capital, Costantinopla, la actual Estambul

El cristianismo se convierte en la religión oficial del Imperio gracias a un edicto emanado en el año 380 por Teodosio, quien fue el último emperador del imperio unificado: luego de su muerte, de hecho, sus hijos, Arcadio y Honorio, se dividieron el imperio. La capital del imperio romano de Occidente pasa a ser Rávena.

Roma, que no jugaba ya un rol central en la administración del Imperio, fue saqueada por los Visigodos comandados por Alarico (410); reconstruida y adornada profusamente con edificios sagrados construidos por los papas (con la colaboración de los emperadores), la ciudad sufre un nuevo saqueo en el año 455, por parte de Genserico, rey de los Vandalos. La reconstrucción de Roma fue dirigida por los papas León Magno (defensor Urbis por haber convencido a Atila, en el año 452, de no atacar Roma) y de su sucesor el Hilario, pero en el año 472 la ciudad fue saqueada por tercera vez (por obra de Ricimero y Anicio Olibrio).

La deposición de Rómulo Augústulo del 22 de agosto de 476 significó el final del imperio romano de occidente y, para los historiadores, el comienzo de la Edad media.

Edad Media

Con el fin del Imperio Romano de Occidente, en Roma tiene lugar un período marcado por la presencia barbárica en Italia y, sobre todo, por la afirmación de la Iglesia en el poder (con el Papa como jefe), que sustituyó al Imperio y derribó el puente que habría unido a la Antigüedad con el mundo nuevo.

Muchas luchas en el ámbito romano y europeo no permitieron la instauración de una estructura política constante en Roma, que pasó por tanto a través de distintas formas de gobierno: fue dominada primero por los Godos y sucesivamente por los Bizantinos. En este período fue llevada a cabo la creación de un ducado romano, cuyos límites correspondían, grosso modo, con la ciudad y el territorio que la rodeaba.

En el año 756, desaparecido definitivamente el rey longobardo Astolfo, Pipino el Breve, rey de los francos, cedió las tierras conquistadas al papa Esteban II, dando nacimiento al Patrimonium Sancti Petri, el Estado Pontificio, del cual Roma se convierte en capital.

La noche de Navidad del año 800, el papa León III corona emperador a Carlo Magno en la antigua Basílica de San Pedro, instituyéndose así el Imperio carolingio: Roma no fue la capital del mismo (ubicada en Aquisgrán), pero fungió como centro religioso del nuevo estado teocrático.

Fresco de Rafael representado al Papa León IV.

Alrededor de la mitad del siglo IX, el papa León IV, después de la incursión sarracena de 846, hace fortificar la Civitas Leonina (que correspondía con la actual Ciudad del Vaticano), confirmando el poder político asumido por los pontífices, que eran protegidos por las familias nobles.48 Aunque éstas fortificaron sus casas, hasta convertirlas en auténticos castillos: es el período comprendido entre los años 1100 y 1200, período en el cual Roma estrechó sus relaciones con las comunidades asentadas en sus cercanías.

A mediados del siglo XII los ciudadanos romanos instauraron el Municipio Consular (que se asentó en la cima del Campidoglio), rival de la autoridad papal y de la autonomía de los nobles; en este período Roma se abastece de nuevos y eficientes sistemas de defensa.

La Edad Media, además, se caracterizó por las luchas entre las familias nobles ligadas a los Papas y aquellas ligadas al extinto imperio, que frenaron el desarrollo del área central de la ciudad hasta el siglo XVI. Roma, centro político del mundo gracias al poderío de los Papas, se confirmó como ciudad pontificia cuando Bonifacio VIII, en 1300, proclamó el primer Jubileo (evento que reunió en la ciudad alrededor de dos millones de peregrinos); el mismo pontífice, tres años después fundó la Universidad de Roma "La Sapienza".

Pero cuando en 1309 el papa Clemente V se retiró a Aviñón, Roma fue gobernada por las familias nobles en continua lucha recíproca: la ciudad sufre una involución, y en el siglo XV registraba apenas 20.000 habitantes.

La radical transformación de la Roma medieval fue iniciada por el papa Nicolás V, que decide realizar ex novo el nuevo centro de Roma, el centro de la fe cristiana, distinto del centro pagano de la Roma antigua. Abandonó Letrán y concibió la idea de la construcción de la nueva basílica de San Pedro: desde ese momento, por casi cuatro siglos, Roma estuvo bajo el completo dominio de los papas.

Edad moderna

Después de la reforma luterana (1517) y al saqueo de Roma por parte de Carlos V (1527), tuvo lugar el Concilio de Trento, culminado en 1563, que confirmó a Roma como capital del Estado Pontificio, aunque si desde aquel momento la figura del Papa disminuye sus influencias sobre la política europea.

El período sucesivo al Concilio de Trento estuvo caracterizado por una renovación urbanística de la ciudad: los nobles y las familias cardinalicias poderosas abandonaron sus palacios en el centro para construirse nuevas moradas sobre las colinas; pero el verdadero artífice de la gran obra de modernización arquitectónica, cultural y económica de la ciudad de Roma, fue el papa Sixto V, pontífice solamente por cinco años (1585-1590). En 1626 fue inaugurada la nueva basílica de San Pedro, emblema del dominio papal.

Este dominio papal fue interrumpido solamente un siglo y medio después, cuando el 15 de febrero de 1798 fue proclamada la República Romana y fue depuesto el papa Pío VI. La nueva forma de gobierno duró solamente un año, entre el descontento general del clero y de los romanos, pero con el ascenso al poder de Napoleón Bonaparte, Roma pasó a formar parte del Primer Imperio francés (1808). El mismo Napoleón encargó al artista Antonio Canova que modernizará a la antigua capital imperial: bajo orden del emperador francés, además, comenzaron las excavaciones arqueológicas (en particular en el Foro Romano) guiadas por el francés Antoine Chrysostome Quatremère de Quincy.

La era napoleónica se concluyó con una serie de encuentros bélicos decisivos, entre ellos la batalla de Leipzig (1813) y la Batalla de Waterloo (1815): Roma fue tomada por Murat (en noviembre de 1813), pero el 11 de abril de 1814 Napoleón liberó al papa Pio VII, hasta entonces encerrado en prisión por los franceses: el pontífice regresa a Roma, imponiendo de nuevo en la capital el dominio papal y devolviendo el entusiasmo a la gente.

Historia más reciente

Roma es la única ciudad de Italia que no tiene memorias exclusivamente municipales; toda la historia de Roma, desde el tiempo de los Césares hasta la actualidad, es la historia de una ciudad cuya importancia se extiende infinitamente más allá de su territorio; de una ciudad destinada a ser la capital de un gran Estado.

Cavour, Discurso al Parlamento de Torino, 25 de marzo de 1861

Luego del Congreso de Viena y del regreso de Pio VII a Roma, la ciudad vivió un periodo turbulento que culminó con la toma de la ciudad y el final del poder temporal de los Papas. En 1849 fue instituida la Segunda República Romana, gobernada por Carlo Armellini, Giuseppe Mazzini y Aurelio Saffi; ésta duró poco menos de cinco meses, a causa de la invasión del ejército francés de Napoleón III comandado por el general Oudinot.

En 1861, luego de la unificación de Italia dirigida por Cavour, comenzaron las presiones del rey Víctor Manuel II contra el papa Pio IX, invitado repetidamente a dejar el poder temporal.61 Fueron en vano los intentos de numerosos patriotas de anexar Roma al Reino de Italia, y la situación permanece igual hasta el reinado Napoleón III, emperador francés que se oponía a la desaparición del Estado Pontificio. Sin embargo, cuando cae el Segundo Imperio en 1870, Italia no tuvo ya obstáculos y pudo proceder a incorporar al Estado de la Iglesia.

El 20 de septiembre los bersaglieros, dirigidos por el general Raffaele Cadorna, abrieron un boquete en las murallas aurelianas, en los alrededores de Porta Pia, y entraron a Roma: Pio IX fue obligado a retirarse; le fueron concedidos solamente el Vaticano, el Laterano y la villa pontificia de Castel Gandolfo. Roma, por lo tanto, fue incorporada al Reino de Italia, del cual pasa a ser capital.

Luego de la llamada edad giolittiana, que caracterizó los primeros años del siglo XX (en la cual se alternaron los gobiernos de Giovanni Giolitti), y de la primera guerra mundial, concluida en Roma y en Italia con la victoria mutilada denunciada por Gabriele D'Annunzio,63 la ciudad se encuentra en un clima de desorden e incerteza política que, en 1922, favoreció el ascenso al poder de Benito Mussolini (28 de octubre, a través del golpe de estado conocido como la Marcha sobre Roma).64 Durante el ventenio fascista, Roma fue el centro de una drástica revolución urbanística deseada y ejecutada por el mismo Mussolini: el duque o duce en italiano hizo destruir varias zonas, numerosos edificios medievales y del siglo XVI, y decreto la apertura de grandes avenidas, como la via dei Fori Imperiali (que pasa al lado del Coliseo romano), el viale Regina Margherita y la via della Conciliazione, que une Roma con la Ciudad del Vaticano, estado independiente instituido el 11 de febrero de 1929 con la firma de los pactos de Letrán.

Nacieron, además, nuevos barrios y nuevos ambientes, como el barrio EUR (construido para albergar la Exposición Universal de Roma de 1942, pero jamás inaugurado a causa de la efervescencia de la Segunda Guerra Mundial), la ciudad-jardín Aniene, la ciudad universitaria de la Sapienza, el foro Mussolini y Cinecittà, un amplia área dedicada a la producción cinematográfica.

En 1940 Italia entró en la Segunda Guerra Mundial; Roma, escenario de ataques y masacres como la que sucediò en la via Rasella y en las fosas Ardeatinas, después de haber sido declarada por los alemanes como ciudad abierta, fue liberada por los Aliados el 4 de junio de 1944.

Al terminar la guerra, Roma, después del referendum del 2 y 3 de junio de 1946, pasa a ser de nuevo la capital de la República italiana. En los años cincuenta y sesenta la ciudad se desarrolló urbanística y demográficamente y, a partir del Jubileo de 1950, se convierte en uno de los más anhelados destinos turísticos transformándose, en poco tiempo, en la capital mundial de la diversión y del cine, gracias a las numerosas películas de reconocidos directores cinematográficos, particularmente La Dolce Vita de Federico Fellini.

En este período la ciudad se expande en modo vertiginoso: se desarrollaron nuevos barrios y las zonas periféricas, hasta ahora en el campo que rodeaba Roma, fueron urbanizadas. Se construyó la estación ferroviaria de Termini y se construyeron nuevas infraestructuras, como el primer tramo del metro y la Autopista Anular A90 así como los complejos deportivos para los juegos olímpicos de los que Roma fue anfitriona en 1960. El 25 de marzo de 1957, además, se firmaron en Roma los dos tratados que diero inicio a la Comunidad Económica Europea y al EURATOM; desde 1962 hasta 1965 se lleva a cabo en la basílica de San Pedro el Concilio Vaticano II.

Hoy en día, Roma, la ciudad más poblada y grande de Italia, es el centro de la vida política italiana y de la religión católica; en calidad de ciudad capital, goza de especiales poderes administrativos, pasando de ser municipio a ciudad metropolitana.

Símbolos

La descripción del Escudo de Roma está contenida en el primer artículo de los estatutos municipales:

El emblema del Municipio está constituido por un escudo de forma puntiaguda, de color púrpura, con cruz griega de oro, colocada arriba a la derecha, seguida de las letras mayúsculas de oro S. P. Q. R. dispuestas en banda y en escalado, coronado por ocho florones de oro, cinco de las cuales son visibles

La Loba capitolina.

Otros símbolos de Roma, aparte del escudo municipal, son la loba capitolina, estatua de bronce que representa a la legendaria loba que amamantó a los dos gemelos Rómulo y Remo; el Coliseo, el más grande anfiteatro del mundo romano, reconocido, en el 2007, como una de las siete maravillas del mundo moderno (la única en Europa); la Cupulota, la cúpula de la basílica de San Pedro en el Vaticano, que domina toda la ciudad y simboliza también al mundo cristiano. Fue símbolo de la ciudad durante la antigüedad el águila imperial, efigie militar; también lo fue durante la Edad Media el león, animal emblemático de la supremacía.

El lema de la ciudad es SPQR, en latín Senatus PopulusQue Romanus (el Senado y el Pueblo de Roma), que en la antigüedad indicaba las dos clases que constituían a la sociedad romana, la de los patricios y la de los plebeyos.

Festividades

El nacimiento de Roma, el 21 de abril; es la fecha en la cual, de acuerdo a la tradición, Rómulo habría fundado la ciudad (753 a.C.). El 21 de abril se festeja con representaciónes en disfraces, eventos musicales y manifestaciones lúdicas;

El 1º de mayo, la fiesta de los trabajadores: los sindicatos unidos organizan un concierto gratuito en la plaza Porta San Giovanni in Laterano, al cual asisten centenares de miles de espectadores (alrededor de 1.000.000 en 2008);

La Fiesta de la República, el 2 de junio; se desarrolla el tradicional desfile militar a lo largo de la via dei Fori Imperiali que termina en piazza Venezia, frente al Altar de la Patria;

La Fiesta de Noantri, se lleva a cabo en Trastevere. Se festeja el primer sábado después del 16 de julio con ocasión del culto de la Virgen del Carmelo.

El centro de Roma

Monumentos y sitios de interés

¡Roma es la capital del mundo! En este lugar se renueva toda la historia del mundo, y siento haber nacido por segunda vez, y haber verdaderamente resurgido, el día que pusé pie en Roma. Sus bellezas me han alzado poco a poco a lo alto

Johann Wolfgang von Goethe, Italienische Reise, 1813-1817

Roma se presenta como el resultado del continuo sobreponerse de testimonios arquitectónicos y urbanísticos de diversos siglos, en una compenetración única y sugestiva que muestra la compleja relación que la ciudad ha sostenido con su pasado, en un alternarse de desarrollos caóticos, periodos de decadencia, renacimientos y tentativas, en la edad contemporánea, de modernización del tejido urbano. Una gran cantidad de los bienes culturales del mundo se encuentra en Roma.

Arquitectura religiosa

Los edificios religiosos de Roma constituyen una parte fundamental del patrimonio monumental de la ciudad capitolina: estos son el símbolo de la importancia cultural, social y artística del componente religioso durante todos los periodos de la historia romana.

Los más importantes edificios sagrados de la Antigüedad fueron los templos: no eran lugares de congregación de los fieles, sino que albergaban únicamente la imagen de la divinidad a los que estaban dedicados. Se estima que en la tardía edad repúblicana de Roma habría cerca de un centenar de templos.

Hay Roma, hay varios centenares de iglesias cristianas y su historia se entrelaza con la historia religiosa, social y artística de la ciudad. La catedral es la basílica de San Giovanni in Laterano, una de las cuatro basílicas patriarcales o papales junto con la basílica de San Pedro en el Vaticano, la Basílica de San Pablo Extramuros y la basílica de Santa Maria Maggiore.

Las cuatro basílicas formaban parte del así llamado "paseo de las siete iglesias" que los peregrinos debían recorrer a pie y un único día. Las otras tres iglesias que formaban parte de ese itinerario son la Basílica de San Lorenzo Extramuros, la Basílica de la Santa Cruz de Jerusalén y la basílica de San Sebastiano fuori le mura.

Roma es la ciudad con el mayor número de iglesias en el mundo, considerando también el importante número de lugares de culto protestantes, ortodoxos y de otras confesiones cristianas.

Entre 1984 y 1992, en el barrio llamado Parioli, se construyó la mezquita más grande de Europa, que ocupa una superficie de 34.000 m²; así mismo, en el barrio judío se encuentra el Templo Mayor de Roma, completado a principios del siglo XX.

También son muy numerosas las construcciones religiosas funerarias: en Roma están presentes alrededor de sesenta catacumbas, los cementerios subterráneos cristianos del primer siglo después de Cristo; los mausoleos, tumbas de excepcional monumentalidad, adornaban las vías consulares (especíalmente la famosa Vía Appia). No faltaban los sepulcros, hipogeos, necrópolis y tumbas en forma de pirámides, basadas en el modelo egipcio.

Los principales cementerios romanos son el cementerio del Verano, el cementerio comunal y monumental de la ciudad; el cementerio Flaminio, el más grande de Italia; y el cementerio acatólico de Roma (o de los protestantes), establecido en la primera mitad del siglo XVIII para la sepultura de los extranjeros practicantes de otras religiones.

Arquitectura civil

Los edificios civiles de Roma consisten en varios centenares de edificios y otros monumentos que acompañan a la historia de la ciudad a lo largo de sus 28 siglos: de la 'arx Capitolina y las domus (casas) de la antigua Roma a los edificios señoriales de la Edad Media, desde las lujosas villas de la Roma pontificia a las edificaciones modernas que caracterizan la zona EUR y los barrios más recientes.

La Plaza del Campidoglio alberga el edificio Senatorial, sede de representación de la municipalidad de Roma, y el edificio de los Conservadores así como el edificio Nuevo, sede de los museos Capitolinos. Múltiples son los edificios históricos de la ciudad, sede de las familias nobles, cardinalicias y papales que ejercitaron su poder en Roma: entre estos, el palazzo Venezia, el palacio Farnesio, el palacio Colonna y el palacio Barberini.

Después de la anexión de Roma al Reino de Italia, muchos edificios fueron utilizados como sedes de varios órganos del gobierno provincial, regional y nacional, como el palacio del Quirinal, sede de la Presidencia de la República; el palazzo Madama, sede del Senado de la República; el palazzo Montecitorio, sede de la Cámara de los Diputados; el palazzo Chigi es sede del Gobierno Italiano; el palazzo Valentini, sede de la provincia de Roma; el palazzo Koch, sede del Banco de Italia; el palazzo della Consulta, sede de la Corte Constitucional; el Palacio Spada, sede del Consejo de Estado; el Palazzo de Justicia (conocido como el Palazzaccio), sede de la Corte Suprema de Casación, y los varios palacios ministeriales.

También son numeroas las villas y jardines que formaban parte en el pasado de las moradas de los nobles, construidos u arreglados a partir de los jardines urbanos que pertenecían a los personajes sobresaliente de la Roma antigua (las huertas). Las villas urbanas más grandes son la Villa Doria Pamphilj, y la Villa Borghese, la Villa Ada, la Villa Giulia y la Villa Torlonia.

En el transcurrir de su historia plurisecular, Roma fue sede de centenares de teatros y otros edificios dedicados al entretenimiento, como los circos (el circo más célebre fue el Circo Massimo, capaz de albergar alrededor de 250.000 spettatori, récord aún hoy en día sin ser superado) y los anfiteatros (el mayor de los cuales, el Coliseo, se ha convertido en símbolo de la ciudad y emblema cultural mundial).

Roma, además, es abundante en fuentes y acueductos: entre las fuentes monumentales, la mayor parte de las cuales fueron construidas por orden de los Papas al comienzo de la edad moderna, están la fontana de Trevi, la fontana dell'Acqua Felice (o del Moisés), las Cuatro Fuentes, la fuente de la Barcaccia, la fuente de los Cuatro Ríos, la fuente de Neptuno y la fuente de las Naiades.

Los acueductos se construyeron en la Antigüedad: su longitud llegó a medir alrededor de 350 km; en la modernidad los Papas los hicieron restaurar y construyeron algunos otros; los últimos fueron construidos en el transcurso del siglo XX.

El centro de la ciudad también está caracterizado por algunos arcos triunfales antiguos (el arco de Tito, el arco de Septimio Severo, el arco de Constantino) y los restos de varias termas, uno de los principales lugares de reunión durante la Antigüedad (entre éstas, las principales son las termas de Caracalla, las termas de Diocleciano y las termas de Tito).

El Tíber y el Aniene, los ríos que atraviesan la ciudad, están atravesados por más de una trentena de puentes: en el área urbana, 28 atraviesan el Tíber (entre ellos el puente Milvio, el puente Sant'Angelo y el puente Sisto), mientras que 5 se han construido para atravesar el Aniene, entre los cuales está el puente Nomentano.

Edificios militares

Los edificios militares de Roma se remontan a los orígenes míticos de la ciudad, cuando Rómulo habría alzado las murallas de la Roma cuadrada, y han jugado un rol importante en todo el transcurrir de la historia de la ciudad, determinando el desarrollo y la defensa de la misma.

Roma es la única capital europea que ha conservado casi completamente el circuito de sus murallas, que pueden dividirse en seis sistemas defensivos distintos (las murallas romuleanas, las murallas servianas, las murallas aurelianas, las murallas leoninas, las murallas Vaticanas y las murallas gianicolenses).

La principal muralla de la ciudad, construida por orden de Aureliano, presentaba 16 puertas, la mayor parte de las cuales coincidía con una vía consular: entre ellas, la puerta San Sebastiano, la puerta San Paolo, la puerta del Popolo y la puerta Pía.

Otras imágenes características de Roma, sobre todo en la época medieval, eran las torres y los castillos, residencias de las poderosas familias baronales que apadronaron la ciudad entre el siglo X y el XIV: Gregorovius afirmó que, en la Edad Media, Roma contaba con alrededor de 900 torres, la mayor parte de éstas destruidas en la segunda mitad del siglo XIII; numerosos castillos han, en cambio, sobrevivido y caracterizan el paisaje de la campiña romana.

Después de la unificación de Italia, la ciudad pasa a estar protegida por un campo atrincherado compuesto por quince fuertes que formaban un anillo de alrededor de 40 km.

Otras edificaciones

Las principales plazas de Roma, nacidas durante el Renacimiento o el periodo barroco, tienden a dar testimonio de la capacidad creativa de un ideal de vida armonioso entre la exaltación humanística y las concesiones sobrenaturales. Entre las más célebres plazas romanas, se encuentran la plaza de España, la plaza Navona, la Plaza del Popolo, la plaza della Repubblica, la plaza Venezia, la plaza Colonna, la plaza Farnese, el largo di Torre Argentina, el Campo de' Fiori y la Plaza de San Pedro.

Entre las principales vias del centro de la ciudad, están via del Corso, via del Babuino y via di Ripetta, que forman el llamado Tridente de Roma; la via dei Fori Imperiali, también llamada via del Imperio; la via Veneto, muy célebre en los años sesenta; la via Condotti, la principal calle de compras; la via Margutta, la calle de los artistas; la via Nazionale, inaugurada luego de la unificación; la via della Conciliazione, que conecta al Estado italiano con la Ciudad del Vaticano.

Roma es la ciudad que conserva el mayor número de obeliscos: muchos se remontan a la Edad Imperial, cuando los obeliscos eran transportados directamente de Egipto; otras fueron realizados por los romanos, que usaban el mismo granito de los obeliscos egipcios. La mayor parte de estos fue restaurada por orden del papa Sixto V.

Desde la Antigüedad, las calles, las plazas y los edificios de Roma se adornan con estatuas de distintos tipos (ecuestres, estatuas en pie, estatuas sentadas o bustos, por ejemplo). Antiguamente se les atribuía un poder casi místico, en grado de proteger al pueblo romano y representar la concesión de los dioses. Particulares y características son las estatuas que hablan (entre ellas Pasquino y la estatua del Babuino), a través de las cuales el pueblo, con sátiras y escritos cínicos que colocaba anónimamente en sus pedestales, expresaba su malestar ante aquel que tenía el poder en la ciudad.

En Roma, en el transcurso de sus siglos, se han erigido numerosas columnas con intención conmemorativa; entre las 14 que todavía existen se encuentran la columna de Marco Aurelio y la columna de Trajano. Entre las principales columnatas de la ciudad, la más conocida es probablemente la que realizó Bernini en el siglo XVII.

Sitios arqueológicos

Por su abundancia de sitios y restos arqueológicos, Roma es un verdadero museo al aire libre.

La cuna de la historia de Roma es el Palatino, debajo del cual se encuentran el Foro Romano, los Foros Imperiales y los Mercados de Trajano, los centros de la vida política, económica, religiosa y social del mundo antiguo.

A poca distancia se encuentra el Coliseo, el monumento que sirve de símbolo a la Antigua Roma; sobre la cercana colina Oppio se encuentran los restos de la Domus Aurea, la casa de oro de Nerón.

Caminando de la Piazza Venezia hacia el río Tíber se encuentran la Cripta Balbi (parte del antiguo teatro de Balbo), el Teatro de Marcelo con los templos del área de Sant'Omobono y el área sagrada de Largo di Torre Argentina (donde asesinaron a César).

Otros sitios arqueológicos presentes en la ciudad son la basílica subterránea de Porta Maggiore, las Termas de Caracalla, los restos de San Clemente, el Audito de Mecenas y la casa romana de Celio, debajo de la Basílica de San Juan y San Pablo.

Fuera del centro urbano se encuentran las excavaciones de Ostia; el mausoleo de Cecilia Metella, el Castrum Caetani, la Tumba de los Escipiones y la villa de los Quintili sobre la via Appia Antica; la villa de Livia en Prima Porta; el área arqueológica de Veyes, con el santuario etrusco del Apolo y el Parque de las Tumbas de la Via Latina.

Áreas naturales

Con alrededor de 52.000 hectáreas de área agrícola, Roma es la ciudad más verde de Europa. Más allá de las villas históricas hay otras muchas áreas verdes, sin contar los terrenos dedicados a la agricultura en las zonas más periféricas.

Las áreas protegidas cubren un total de 40.000 hectáreas y son una realidad reciente, comenzada con la institución del Parque regional urbano del Pineto en 1987 y del Parque natural regional Appia Antica el año siguiente; en 1997 nace el ente regional Romanatura, que aumentó notablemente el número de zonas protegidas.

La inmensa área rural, en parte llana y en parte plena de colinas, que se extiende alrededor de la ciudad de Roma se llama agro romano, que se diferencia del campo italiano por cuanto está contenido en el territorio municipal.

Se hallan en el interior del territorio municipal de Roma algunos parques regionales y reservas naturales, entre las cuales están el Parque natural regional Appia Antica, la Reserva natural de la Marcigliana, la Reserva Natural de Decima-Malafede, la reserva natural del litoral romano y el área marítima protegida de las Secche di Tor Paterno.

Con el nuevo plan regulador, Roma tiende a aumentar el territorio total destinado a las áreas verdes hasta llevarlo a dos tercios de la ciudad. Áreas verdes específicas están destinadas al Jardín Botánico de Roma y a la Rosaleda Municipal de Roma.

Sociedad

Evolución demográfica

Con sus más de 2.765.000 habitantes, Roma es el municipio más poblado de Italia. En el contexto de la Unión Europea, el municipio de Roma ocupa el cuarto puesto en términos de población, después de Londres, Berlín y Madrid. Incluyendo también a quienes viven en poblaciones limítrofes pero trabajan en Roma, a los militares, estudiantes, residentes del Vaticano y parlamentarios, el total de los habitantes de Roma alcanza la cifra de casi 4.000.000 de personas.

http://es.wikipedia.org/wiki/Roma

http://it.wikipedia.org/wiki/Roma

http://en.wikipedia.org/wiki/Rome

http://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_Roma

Pinche para ver las Fuentes seleccionadas

Vídeo:

Web recomendada: https://www.comune.roma.it/

Contador: 16663

Inserción: 2012-05-26 13:42:53

 

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