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Nombre:

La Rochelle

Otro:

Localización:

Tipo: Urbanismo

Categoría:

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Continente: Europa

País: Francia

Localización: Capital del Departamento de Charente Marítimo, Región de Nueva Aquitania

Año:

Estado: Terminado

Descripción:La Rochelle - Isla de Ré, un puerto y una isla

Francia

Sus tiendas, mercados, restaurantes e incluso museos, delatan un marcado gusto por lo exótico y cosmopolita que de alguna forma nos recuerdan que hasta finales del S.XVIII esta ciudad universitaria que aun no ha superado los cien mil habitantes.

Desde 1988 un puente une los destinos del puerto con mayor personalidad de la costa atlántica francesa y la isla más romántica y seductora de su entorno.

LA ROCHELLE.

Desde que en 1130 Guillermo X de Aquitania la liberó de toda tutela feudal o eclesiástica, La Rochelle ha sido una referencia en la costa oeste francesa, luchando siempre por su independencia y manteniendo un estilo propio de vida.

Alrededor de su antiguo puerto lleno de cafés y terrazas y aun protegido por tres indómitas torres medievales, se extienden sus barrios históricos donde antiguas casas con entramados de madera y pizarra, se entremezclan con palacios de piedra de estilo renacentista a través de elegantes calles cubiertas con arquerías y soportales.

Sus tiendas, mercados, restaurantes e incluso museos, delatan un marcado gusto por lo exótico y cosmopolita que de alguna forma nos recuerdan que hasta finales del S.XVIII esta ciudad universitaria que aun no ha superado los cien mil habitantes, fue la puerta de Francia a Canadá y a muchas de sus colonias de ultramar. Al otro lado del puerto, el viejo barrio de pescadores du Gabut y la Ville-en-Bois con sus características casas multicolores de madera, acoge un insólito acuario que atrae a miles de visitantes cada año.

Ahora además de ser una de las ciudades más hermosas y populares del litoral, rodeada de magníficas playas y un conjunto de islas espectaculares, a La Rochelle se la conoce sobre todo como uno de los mayores centros del mundo de la vela, acogiendo numerosas regatas y « Le Grand Pavois » una de las ferias más prestigiosas del sector además de contar con el mayor puerto de recreo de la costa atlántica.

CUATRO TORRES : El « Vieux Port » o Puerto Viejo sigue siendo el corazón de la ciudad, las vendedoras de sardinas y los pescadores remendando redes de la Cours des Dames han sido sustituidos por músicos, artistas y camareros de las muchas terrazas que animan de forma permanente el ambiente de este gran salón urbano que no descansa ni de día, ni de noche (aquí y en el puerto deportivo de Les Minimes se concentra « la marcha ») enmarcado por cuatro torres monumentales, tres de las cuales se pueden visitar con la misma entrada:

- La de San Nicolas con una altura de 42 m aunque ligeramente inclinada, es una verdadera fortaleza edificada en el S.XIV en cuyo interior todavía se conserva intacto un magnífico espacio abovedado de estilo gótico, conocido como la Sala de los Gobernadores. Lo mejor sin embargo es la espectacular vista que se divisa desde su plataforma superior protegida por imponentes almenas y matacanes.

- Justo en frente, se alza otra Torre del S.XIV conocida como La Cadena que la unía a la anterior para cerrar el puerto y que según el escritor Rabelais, servía también para atar a Pantagruel a su cuna. Actualmente alberga una exposición permanente dedicada a la relación de la ciudad con Canadá.

- Frente a los últimos restos de las murallas de la ciudad se levanta la Torre de la Linterna del S.XV que debe su nombre a la curiosa estructura que conserva en su parte superior utilizada durante siglos como faro y referencia para los barcos que se acercaban a la ciudad. En la antigua Sala de Guardia se narra la historia de La Rochelle. Desde el curioso pináculo octogonal que corona el edificio se divisa una vista insólita del Casco Viejo.

- Completa el circuito la « Porte de la Grosse Horloge », otra imponente torre medieval que comunica el Viejo Puerto con el Casco Viejo. En el S.XVIII se le añadió un campanario donde se encuentra el reloj que le da su nombre.

Un paseo por el casco viejo

Al otro lado de la « Porte de la Grosse Horloge» se esconde una ciudad monumental que apenas ha cambiado en su aspecto desde hace más de cien años y que sigue concentrando gran parte de su actividad comercial y de ocio. En el lado izquierdo se concentran las calles más señoriales como la rue de Chaudrier y la de l’Escale, donde todavía se pueden ver en forma de adoquines las piedras utilizadas como lastre por los barcos procedentes de Canadá. Llama la atención la Casa Venette, un palacio del S.XVII que fue construido para albergar a uno de los médicos más famosos de la ciudad. A dos pasos, el Palacio Fleuriau acoge el Museo del Nuevo Mundo en donde se cuenta la aventura colonial francesa a través de los muchos objetos y tesoros que trajeron los comerciantes y armadores locales. No lejos de allí, se encuentra la casa conocida como de Enrique II que debe su nombre al estilo con que fue decorada su fachada pero también frente a la sobria Catedral de St-Louis se puede entrar en el Café de la Paix, el último de los grandes establecimientos del S.XIX que sigue abierto quizás para seguir recordando a Georges Simenon, el creador del Inspector Maigret que fue uno de sus más asiduos clientes.

Puerto la Rochelle, Francia

La rue du Palais conocida por sus soportales y multitud de tiendas ha sido desde hace siglos la columna vertebral del comercio de La Rochelle. En su entorno se encuentra el Palacio de la Bolsa, el Palacio de Justicia y más allá, entre callejuelas y pasadizos cuajados de casas con entramados de madera y pizarra, se alza la plaza del Mercado, uno de los rincones más animados de La Rochelle. Desde allí vale la pena seguir por la Grande-Rue des Merciers que como su propio nombre indica, es otra de las calles con mayor actividad comercial donde también se pueden ver alguna de sus casas más hermosas.

Tampoco hay que perderse el Ayuntamiento, cuya espectacular fachada fue construida en tiempos de Enrique IV y María de Medicis en el más puro estilo italiano.

El mar como referencia

Aunque hace tiempo que La Rochelle perdió su protagonismo como puerto comercial, su destino sigue unido al mar, habiéndose convertido en una de las grandes capitales de la vela en el mundo. Desde el mismo Vieux Port salen excursiones a las islas circundantes pero también de forma continua, barcos-autobuses eléctricos que comunican con el inmenso puerto deportivo de Les Minimes donde tres grandes dársenas acogen a 4 000 veleros, siendo considerado el primer puerto deportivo europeo del Atlántico.

Para conocer la historia de su tradición marinera hay que acercarse a la Ville-en-Bois, un barrio de casas de madera entre el Puerto Viejo y Les Minimes. Allí se encuentra el Museo Marítimo que se ocupa de la restauración y mantenimiento de una flotilla de barcos con el fin de mostrar la actividad marítima del litoral Atlántico. Está complementado por el Museo Flotante donde se pueden visitar varios barcos y el Museo en el Muelle que recrea las actividades de una lonja, además del Museo de Miniaturas donde no hay que perderse una impresionante batalla naval.

La estrella indiscutible del barrio es sin embargo el Acuario, uno de los más grandes del mundo.

La mar de fiestas

No hay ningún momento del año que La Rochelle no esté celebrando alguna fiesta, un festival o una feria. En Marzo se celebra la primavera de los Poetas ; en Abril, Pasión por los Jardines y un gran Mercado de Alfareros y Ceramistas ; en Mayo La Semana Internacional de la Vela ; en Junio, el Festival Internacional de Cine ; en Julio, Música en francés en el maratón de las « Francofolies » ; en Agosto y en Octubre, Festival de Jazz ; en Septiembre, el Grand Pavois, la feria más importante relacionada con el deporte náutico en Europa pero también la prueba Transat 6.50 Bahia y un Festival de Televisión y en Noviembre. Y hay mucho más…

Muévete a tu aire por La Rochelle

La Rochelle cuenta con una amplia red de transportes para conocer la ciudad a tu ritmo. Los autobuses, bicicletas y coches eléctricos Yélo son algunos de los medios que puedes utilizar para visitar cada rincón de La Rochelle. Un modo de conocer la ciudad de forma especial y respetando el medio ambiente.

ISLA DE RÉ

Sólo hay que atravesar el puente que la une a tierra firme desde hace más de veinte años para enamorarse de esta bucólica isla de 32 km de largo por unos 5 km de ancho que mantiene intacta su idiosincrasia y su peculiar estilo de vida a pesar de haberse convertido en uno de los destinos turísticos más populares y exclusivos en Francia. Nada en su aspecto parece haber cambiado, ni en su capital, Saint-Martín protegida por un impresionante conjunto de defensas militares diseñado por el gran Vauban y declarado Patrimonio de la Humanidad, ni en la infinidad de pueblecitos, entre viñedos, salinas, bosques e inmensos arenales que salpican su geografía. El color claro, casi blanco, de sus casas de piedra que nunca superan dos pisos, contrasta con ese peculiar verde o azul de sus contraventanas y el naranja de las tejas que las cubren. Aquí reina ese sentimiento tan particular que los franceses definen como « La joie de vivre ».

La vuelta a la isla en trece estaciones

Se puede dar la vuelta a la isla en un solo día pero es mejor dedicarle varios. Lo primero quizás que hay que tener en cuenta es que en realidad Ré está formada por cuatro islotes: Ré, Loix, Ars et Les Portes que con el tiempo y la ayuda del hombre, se transformaron en una sola isla.

El primer punto de interés si se viene de tierra firme, es el Fort de la Prée, una compleja fortificación del S.XVII en forma de estrella por donde se accedía desde el mar a la isla. Muy cerca de allí, en la costa este, se encuentran las románticas ruinas de la abadía cistercience « Des Châteliers », el edificio más antiguo de Ré. A dos pasos, se puede visitar la Maison du Platin, dedicada a explicar los orígenes geológicos de la isla, mostrar algunos de los hallazgos arqueológicos, incluidos restos de la cercana abadía pero sobre todo a contar sus actividades marítimas y agrícolas. Es un museo muy didáctico pensado en los niños que puede servir de introducción para entender este entorno tan singular.

Uno de los puntos fuertes de la isla es su capital, Saint-Martin, protegida por una inexpugnable fortaleza diseñada por Vauban y declarada Patrimonio de la Humanidad pero que sobre todo llama la atención por el encanto que derrochan sus calles empedradas frente al puerto y el ambiente cosmopolita que se respira en sus muchos cafés, restaurantes, hotelitos de lujo y en las tiendas donde se pueden adquirir algunos de los productos que se relacionan con Ré, como sus vinos, mermeladas, flores de sal y objetos curiosos con sabor marino. Aquí también se encuentra el Museo Ernest-Cognacq (fundador de los grandes almacenes La Samaritaine), el más importante de este entorno que ocupa el Palacio de Clerjotte, un edificio de origen gótico pero que más tarde se terminaría durante el Renacimiento y que recientemente se ha ampliado con un ala totalmente contemporánea. Su colección es ecléctica aunque llena de curiosidades de gran interés. Antes de dejar la capital, es obligatorio subir al campanario de su Iglesia Parroquial desde donde se domina su famoso conjunto de fortificaciones.

Seducción marina, en estado puro

Más al norte, en Loix, siempre en la costa oriental, vale la pena acercarse al Ecomuseo de las Salinas donde se explica en profundidad una de las actividades económicas más importantes de esta costa, dando la oportunidad de conocer de primera mano, un habitat casi secreto. Ya en el extremo este, en las salinas Les Portesen-Ré, la Maison de Fier alberga el Centro de Interpretación de la Reserva Natural Nacional de Lilleau des Niges, conocida sobre todo por el avistamiento de numerosas aves migratorias. Muy cerca, los amantes de la música de Charles Azanavour tienen una cita en el Bois de Trousse-Chemise que inspiró una de sus canciones más conocidas. En el extremo norte se encuentran varias salinas y algunas de las playas más populares, como la Conche-des-Baleines.

Playa en el Bois de Trousse-Chemise. Isla de Ré, Francia

Aunque si sólo hubiera que destacar un solo monumento de esta zona, este sería sin duda el Faro de las Ballenas que con sus 57 m es uno de los más altos de Europa y uno de los más hermosos. Quien se atreva con sus 257 escalones se verá recompensado con las mejores vistas sobre esta parte del litoral.

Ya en la costa oeste hay que explorar el pueblecito de Ars-en-Ré donde de inmediato llama la atención su curioso campanario pintado en negro y blanco que cuenta con un pequeño museo pero que sobre todo, se ha convertido en un mirador excepcional desde donde se contempla la costa oeste en su totalidad. Después de atravesar otros pueblos cercanos y playas idílicas, como Le Bois-Plageen-Ré, se alcanza un antiguo horno de cal transformado en la Maison du Magayant, un museo dedicado al mundo de la pesca local y a ese personaje tan entrañable que le da nombre, a mitad de camino entre pescador y campesino. Y para terminar, se puede explorar la Redoute de Rivedoux, otra de las muchas fortificaciones diseñadas por Vauban en esta costa.

Burros con gayumbos

Desde abril hasta noviembre en el Parque de la Barbette especializado en la cría de caballos y burros autóctonos como el « Baudet du Poitou » o el « Trait Poitevin Mulassier » se mantiene la costumbre de ponerle gayumbos o pantalones de pijama de rayas azules o rojas a los burros, tal como se hacía en la isla hasta hace relativamente poco para proteger a los animales que salían a trabajar en las salinas y marismas de las picaduras de mosquitos y todo tipo de insectos.

Mercados diurnos pero también nocturnos

Uno de los grandes atractivos de Ré son sus mercados. Cada uno de los pueblos tiene uno con un estilo propio pero hay dos muy particulares. Al Mercado Cubierto de Saint-Martin los habitantes de la isla no vienen por la cantidad sino por la calidad para encontrar el mejor pescado fresco, ostras escogidas, salchichones, quesos, frutas o verduras frescas. En La Flotte cada mañana por otra parte, se organiza un mercado medieval siguiendo una tradición que apenas ha cambiado desde el S.XII donde con un ambiente distinto, se venden los mismos productos de calidad de la isla. Si se viaja a la isla durante el verano hay que recordar que todas las noches se instala un mercadillo en los muelles del puerto de Saint-Martin pero también en las otras poblaciones, coincidiendo con sus fiestas locales.

Para los interesados en productos relacionados con la sal el mejor sitio es La Cabane des Sauniers en Ars-en-Ré. El mejor marisco suele encontrarse en La Ferme Marine en La Couardesur- Mer, los más golosos tienen cita en Le Jardin de Lydie en Le Bois-Plage-en-Ré donde se elaboran más de sesenta tipos de mermelada. Y para los amantes del vino nada mejor que acercarse a la Cooperativa de Viticultores de la Isla de Ré también en Le Bois-Plage-en-Ré.

A pie, a caballo o en bici

La isla de Ré no sólo se puede explorar en coche : ofrece las condiciones perfecta para caminar por docenas de senderos, tanto al borde del mar como por el interior; a caballo, por sus bosques, caminos vecinales e incluso por las playas a ciertas horas del día a través de tres acogedores centros de equitación pero sobre todo, lo más popular es recorrerla en bici. La isla es totalmente llana y hay más de 100 km acondicionados especialmente para ello. Sólo se necesita tener una bicicleta o en su defecto, alquilarla en alguna de las numerosas empresas que salpican la geografía de la isla.

https://www.abcviajes.com/turismo/la_rochelle__isla_de_re_un_puerto_y_una_isla.php

Guía turístico de La Rochelle - Lugares de interés

La Rochelle es una ciudad en Francia, situada en la orilla occidental del Golfo de Vizcaya en Poitou-Charentes. La ciudad está a 470 km de París. La población de la ciudad es de unos 77 mil habitantes.

En la ciudad misma no hay playas. La playa más cercana está a 3 km al oeste del Puerto Viejo, se llama Le Minime y está situada en el malecón llamado Valén. Además, hay una isla Re con playas de arena, situada a 9 km de la ciudad.

Hablando de los lugares de interés, uno puede ver el Viejo Puerto en el centro de la ciudad, representado por una bahía, rodeada del casco antiguo de la ciudad. En XIV a ambos lados del puerto fueron construidas dos torres de defensa: en el oeste la Chaîne, y en el este San Nicolás. Si la ciudad corría peligro, entre estas dos torres se tendía una cadena, que bloqueaba la entrada al puerto.

Al oeste de la Torre a Chaîne está una muralla, al bordo de la cual se ubica la torre Lanterne, que recibió el nombre de la torre de "Cuatro Sargentos". En 1822 en esta torre fueron ejecutados los sargentos de la guarnición, que decidieron derrumbar la monarquía restaurada. En las paredes de la torre, uno puede ver inscripciones, garrapateadas por los piratas encarcelados del siglo XVII. Junto con las tres torres, uno puede visitar el Museo de Orbigny-Bernon.

Al salir por las puertas entre las torres, verá la calle Palais que es la principal calle comercial de La Rochelle. Al este va una calle paralela, Mercie, y entre ellas hasta hoy en día se han conservado los edificios originales, casas del período medieval con cornisas colgantes de fibrocemento y arcadas que protegen de lluvias, mansiones de la época de Renacimiento, edificios de piedra del siglo XVIII, goteras en forma de gárgolas. Gracias a estas obras de arquitectura, la ciudad tiene un ambiente singular.

En el corazón del distrito histórico, se puede ver el edificio del antiguo ayuntamiento. Su construcción comenzó en 1595 y duró 11 años. El ayuntamiento es un espectacular ejemplo de arquitectura en estilo renacentista. No solo el edificio en sí, sino también el muro defensivo que lo rodea ha sobrevivido hasta ahora. Ha perdido durante mucho tiempo su valor original de la construcción del gobierno de la ciudad. Ahora alberga uno de los hoteles más prestigiosos y caros de la ciudad. Los amantes de la historia estarán interesados ​​en pasar unos días allí. Mientras decoraba este hotel, se usaron antigüedades únicas.

Puede continuar conociendo la historia y la cultura de los siglos pasados ​​visitando la Casa-Museo de Enrique II. Esta majestuosa mansión del siglo XVI es ahora sorprendente por su lujo. Una interesante colección de exhibiciones históricas está escondida dentro de sus paredes. El ambiente en esta casa se recreó tanto como fue posible, como lo era en los tiempos de los propietarios anteriores. Ahora la mansión alberga pinturas y tapices antiguos, platos increíblemente hermosos hechos de porcelana y cristal, así como pertenencias de los antiguos dueños de la mansión.

El Museo de Historia Natural está ubicado en un edificio histórico igualmente impresionante. Es uno de los más antiguos de Francia. Las exhibiciones del museo ocupan un área de aproximadamente 2.500 metros cuadrados. Aquí están las colecciones más diversas: muestras raras de minerales, artefactos etnográficos interesantes de diversas partes del mundo, equipos de investigación antiguos y esqueletos de animales antiguos. Este museo es muy interesante para visitar con toda la familia. En su territorio es un maravilloso jardín botánico, en el que puede seguir familiarizándose con el maravilloso mundo de la naturaleza.

En el corazón de la ciudad se encuentra el hermoso Parque Charrue. Sin duda atraerá a aquellos que disfrutan de caminar al aire libre. Este parque es histórico; en el siglo XV se celebraban ferias en su territorio y, en el siglo XVII, era el primer campo de cricket de la ciudad. Durante los paseos por el parque, se pueden ver muchos árboles viejos y hermosos y plantas raras. Algunos rincones del parque no han sido tocados por el hombre y son ideales para descansar y admirar la naturaleza.

http://www.orangesmile.com/guia-turistica/la-rochelle/index.htm

La ciudad vieja de La Rochelle

María José Rubín

Un viaje a La Rochelle es un viaje a una dimensión que resulta difícil abandonar. Monumentos históricos, construcciones medievales, las aguas del Atlántico y la ciudad vieja, un verdadero museo al aire libre que en sus inicios fue originada como un pueblo fortificado.

La puerta de La Grosse Horloge nos da la bienvenida a esta ciudad vieja, desde el puerto de La Rochelle. Dos torrecillas apostadas a cada lado de esta puerta nos invitan a ingresar a un lugar en donde los edificios siguen esa misma línea histórica: palacios, palacetes, iglesias, torres y un sinfín de actividades para disfrutar de unas vacaciones inolvidables.

Con una cantidad de museos que nos ofrecen desde artes hasta historia y las maravillas del mundo subacuático, la ciudad vieja de La Rochelle es también un mosaico de las fachadas más bellas que uno pueda imaginarse. Veamos algunos monumentos imperdibles.

• La Grosse Horloge •

Como decíamos, es la puerta de entrada al casco antiguo de la ciudad, pero es también una de las construcciones más atractivas de La Rochelle. Su campanario octogonal, erigido en el siglo XV en la parte central, constituye un emblema y un punto de unión entre los dos espacios más interesantes del paseo.

• El Palacio de Justicia •

Construido por Enrique IV en 1604, este edificio fue renovado tantas veces que el resultado actual es en verdad una línea del tiempo: quedan del original cuatro portones esculpidos, y del siglo XVIII las inconfundibles columnas corintias.

• La Torre de Saint-Barthélemy •

Erigida en el siglo XV, era en sus orígenes parte de un templo del siglo XIII, y sobrevivió a la destrucción de la iglesia porque convenía estratégicamente para los movimientos militares durante las guerras de religión.

• El Ayuntamiento •

Un muro de estilo gótico se erige imponente frente a una fachada renacentista de sólidas columnas, en cuyo interior se encuentran esculturas de figuras femeninas que simbolizan las virtudes cardinales.

https://sobrefrancia.com/2009/03/31/la-ciudad-vieja-de-la-rochelle/

Consejos para visitar La Rochelle y sus islas al oeste de Francia

Publicado por José Luis Sarralde el día 6 abril 2019

Si planificas para este año un viaje por el oeste de Francia, o te diriges a Bretaña, La Rochelle debe ser una etapa imprescindible en tu ruta.

Esta ciudad de origen medieval, que encuentras en la región de Poitou-Charentes, te ofrece algunos rincones realmente encantadores, como su puerto cuya entrada está flanqueada por unas torres medievales,

Pero también en sus alrededores lugares tan paradisíacas como la isla de Ré.

Para que te sitúes, La Rochelle está en la costa atlántica, a dos horas al norte de Burdeos y a algo menos de dos horas al oeste de Poitiers.

Historia de La Rochelle

Desde el primer momento que llegas a La Rochelle constatas que esta encantadora ciudad rezuma historia por todas sus esquinas.

No por menos La Rochelle, que nació en el siglo X como un pequeño pueblo de pescadores, durante los dos siglos posteriores se convirtió en un punto estratégico del comercio marítimo entre Francia e Inglaterra, basado en el vino y en la sal.

Por ello no te debe sorprender que el centro de tu visita de La Rochelle vaya a ser su histórico puerto flanqueado por varias torres que nos relatan una historia de ataques.

La Rochelle además tuvo una historia de independencia respecto al poder central, lo que propició que cuando en el siglo XVI llegaron las nuevas ideas de la Reforma, en un país católico como era Francia, se convirtiera en una ciudad libre y protestante.

Construida sobre marismas, durante la época medieval fue una ciudad amurallada, por lo que durante tu paseo recorrerás calles estrechas y verás que mantiene el estilo característico de una ciudad del medievo.

La Rochelle también se convirtió en la puerta de Francia hacia Canadá, así como del comercio con los países nórdicos.

Buen reflejo de esto último son las casas de estilo nórdico que hay junto al puerto, en una de las cuales encuentras la oficina de turismo de la ciudad.

Pero también comprobarás que La Rochelle muestra un estilo burgués, combinación que la hace una muy agradable ciudad para pasear, más cuando buena parte de sus calles son peatonales.

De hecho, durante los años 70 se convirtió en la primera ciudad francesa en ser peatonalizada.

Qué ver y hacer en la visita de La Rochelle

En tu paseo por el centro histórico irás por estrechas calles peatonales y pasarás bajo arquerías y soportales de los que todavía quedan más de tres kilómetros.

También comprobarás que el cuidado por el medio ambiente forma parte del ADN de La Rochelle con la posibilidad de utilizar bicicletas o de conducir pequeños coches eléctricos, los cuales encuentras junto a sus bases de recarga en las calles de la ciudad.

Casas con fachada de piedra blanca

En tu paseo por la ciudad aún encontrarás algunas casas entramadas construidas con madera y pizarra.

Pero casi la totalidad de sus casas tienen fachadas de piedra blanca del siglo XVII que confieren a La Rochelle una belleza peculiar, si bien en el centro histórico los edificios datan de entre los siglos XV y XVIII.

En tu paseo por el centro de esta ciudad costera también te encontrarás palacetes de estilo renacentista.

En cuanto a su histórico puerto, tuvo una gran actividad pesquera durante la década de los 70.

Pero en la actualidad en realidad hay tres puertos, uno de comercio, otro de pesca construido en el año 1994, y el gran puerto de recreo de Minimes, que anualmente alberga un salón náutico.

A continuación te voy a dar algunos consejos para tu visita de La Rochelle, en la costa del oeste de Francia.

Puerto medieval de La Rochelle

De entrada tu visita se debe centrar precisamente en el histórico puerto.

La entrada del conocido como Puerto Viejo de La Rochelle está enmarcada por dos grandes torres, que se han convertido en la imagen de la ciudad.

Pero en dicha zona portuaria en realidad hay cuatro torres.

Torre de San Nicolás

Orientada al mar tienes la Torre de San Nicolás, del siglo XIV, que con una altura de 42 metros, en su interior encuentras un laberinto de escaleras y pasillos, y alberga una sala abovedada de estilo gótico.

Era un edificio militar que cumplía la función de vigilancia.

Torre de las Cadenas

Frente a ella se sitúa la Torre de las Cadenas, de la misma época y de menor altura, la cual era utilizada para vigilar los movimientos de los barcos y el tráfico en el puerto.

Además era donde se cobraban las tasas y derechos.

Como curiosidad, adquiere dicho nombre porque en su tiempo ambas torres se unían con una cadena para cerrar el puerto.

Torre de la Linterna

La tercera de las torres que enmarcan la entrada al puerto de La Rochelle es la Torre de la Linterna, que destaca por su aguja gótica octogonal.

Torre de La Linterna en La Rochelle al oeste de Francia

Con 70 metros de altura, es la más alta de las tres y fue construida como faro; de hecho se trata del último faro medieval de la costa atlántica.

Pero la Torre de la Linterna, sobre todo, es conocida por albergar durante tres siglos una cárcel donde se encerraba a corsarios británicos, holandeses y españoles, así como a prisioneros militares y religiosos.

En tu visita de la Torre de la Linterna de La Rochelle puedes ver los rastros de la época en que era una cárcel.

Se trata de graffitis realizados por los prisioneros sobre los muros de piedra, los cuales reflejaban escenas de la época. Si piensas verlos todos, has de tener en cuenta que hay unos 600 graffitis.

Pero, además, desde el mirador que hay lo alto de la misma, tienes unas excelentes vistas panorámicas de La Rochelle.

Puerta del Reloj

Una cuarta torre que te llamará también la atención es la que une a través de un pasaje inferior la zona portuaria con el casco viejo de la ciudad.

Se trata de la Torre del Gran Reloj, del siglo XVIII.

Antiguo Mercado de Pescadores

Junto al puerto destaca el edificio del antiguo mercado de pescadores, totalmente restaurado y ahora es un centro cultural, sede del Festival Internacional de Cine que cada verano tiene lugar en La Rochelle.

En el centro histórico pasearás por sus estrechas calles, por sus soportales, y debes llegar al barrio de las mansiones y palacetes renacentistas.

En la antigua ciudad medieval hay otra torre que también te llamará la atención, la del Ayuntamiento, la cual mostraba una muy interesante fachada hasta un devastador incendio acontecido hace poco tiempo.

Se trataba del monumento más visitado de La Rochelle.

Ostras en el Mercado de La Rochelle

También debes pasear por el mercado, donde las ostras y los quesos se convierten en grandes protagonistas, un encantador rincón que despierta tu estómago.

A este respecto debes saber que La Rochelle es una de las zonas de producción de ostras más importantes de Francia, en concreto las de la cercana isla de Oléron tienen la fama de ser las mejores del país.

Las ostras se crían cada año desde el mes de agosto en las zonas de marismas a orillas del río Charentes.

Luego en el mes de abril se recolectan y se agrupan en bolsas según su tamaño, para estar durante tres años más creciendo y en reposo final en canales de suelo de arcilla con aguas de mar.

La calidad es la misma en todas las ostras de la zona; la diferencia de categoría y precio está en los tamaños.

Así, en la denominación de origen de ostras de Oléron hay tres calidades que en el mercado de La Rochelle podrás ver que se identifican con números diferentes.

El tamaño standar es el número 3, que viene a suponer 12 ostras por kilo.

Los precios de las ostras de esta calidad son, si las compras en el mercado 8 euros el kilo, y en un restaurante, un plato de seis ostras del mismo tamaño te puede costar 9 euros.

Del mismo modo, la categoría 2 agrupa a ostras de mayor tamaño, de 8 a 10 por kilo, que pueden costar menos de 7 euros por kilo.

Acuario de La Rochelle

Otra visita muy, muy recomendable es el fantástico Acuario de La Rochelle, propiedad de la misma empresa familiar que ha construido grandes acuarios en Europa, como el Oceanario de Lisboa o el de Valencia, y que apenas tiene nada que envidiarles.

Al atardecer, por supuesto, el ambiente de La Rochelle se concentra de nuevo en el puerto, en sus cafés y terrazas.

Qué ver en alrededores de La Rochelle

Tu viaje a La Rochelle quedará incompleto si no visitas de la cercana isla de Ré, una pequeña isla en la que se combina la naturaleza con los pueblos encantadores, y donde la bicicleta se convierte en el medio de transporte idóneo.

No dejes de subir al Faro de las Ballenas, desde donde tendrás excelentes vistas panorámicas.

Y si dispones de algún día más en tus vacaciones por esta zona del oeste de Francia, en la zona sur del estuario, puedes ampliar la visita con tus excursiones a las islas de Oléron y Aix.

De nuevo las excursiones en bicicleta y los pueblos encantadores con bellos puertos pesqueros son los protagonistas.

Eso sí, en las islas de La Rochelle las fortificaciones históricas, los faros y los encantadores puertos pesqueros se convierten en grandes atractivos turísticos.

A este respecto, te destaco el encantador rincón de las antiguas casas de pescadores en el puerto de Chateau d´Oléron, o el puerto pesquero de Boyardville, junto a Fort Boyard, en la isla de Oléron.

Cómo llegar a La Rochelle

La Rochelle se encuentra en la costa atlántica, al oeste de Francia, y puedes llegar en hora y media en coche en dirección oeste desde Poitiers, o en dirección sur desde Nantes.

https://guias-viajar.com/viajes-francia/consejos-visita-la-rochelle-islas/

La Rochelle, la bonita ciudad rebelde del Atlántico francés

La Rochelle siempre fue diferente. Testaruda, segura de sí misma, rebelde, dicen los “rochelais”, tal como se llaman sus habitantes.

Por Andreas Heimann (dpa)

La Rochelle está situada junto al Atlántico. Tan solo por esta razón, esta ciudad es un buen destino para los aficionados a la vela. Para los que están interesados en la cultura hay varios museos y para las familias un acuario singular. Y si a usted le gusta comer y beber, no necesita buscar mucho tiempo.

A las siete de la mañana, todo está aún muy tranquilo. Al menos en la Quai Valin. Los cafés y los bares que por la noche estaban tan llenos que incluso era difícil avanzar en la acera frente a ellos, ahora están vacíos, al igual que los restaurantes en la zona portuaria Vieux Port. La bandera tricolor sobre la torre Saint Nicholas está floja. La ciudad puede ser muy silenciosa a esta hora.

La Rochelle siempre fue diferente. Testaruda, segura de sí misma, rebelde, dicen los “rochelais”, tal como se llaman sus habitantes. Ya en la Edad Media, cuando la ciudad se hizo rica con el comercio de sal y vino, los habitantes de La Rochelle no aceptaban órdenes de nadie y mucho menos del rey de Francia. En casos de duda, ellos preferían pertenecer a Inglaterra.

Hoy, La Rochelle simboliza la levedad del ser. En la ciudad, de unos 76.000 habitantes, hay más de 12.500 estudiantes y esto se nota se forma impresionante: todos los días hay mucho movimiento aquí.

Sin embargo, La Rochelle es también la ciudad de los aficionados a la vela: con 4.700 atracaderos, el puerto náutico es uno de los más grandes del mundo. Una y otra vez, La Rochelle le recuerda al turista que es una ciudad situada junto a mar, también porque alberga uno de los acuarios más grandes y más populares de Francia.

Allí se pueden ver unos 12.000 animales marinos. En un túnel de cristal, las medusas nadan por todas partes sobre y junto al visitante. También se pueden observar siluros y raños. A través de grandes ojos de buey se ve el mundo subacuático detrás de la pared de la piscina y cuando uno camina debajo de la piscina pasan sobre la cabeza bancos enteros de peces. Cierta sensación de miedo es inevitable cuando de repente se acerca a la pared un tiburón toro con sus tres filas de dientes filosos.

En el mercado de La Rochelle, la actividad es constante. Ya delante del lugar hay puestos con tomates tan grandes como un puño, montañas de uvas, ciruelas amarillas, higos, melocotones y aguacates. Melones del vecino departamento de Vendée, rebozuelos, alubias, patatas y saucisson d’Auvergne, una especialidad de salchicha.

Quien entre en el mercado se encuentra ante una oferta aún mucho mayor. Aquí se dan cita los pescaderos de La Rochelle. Decenas de dorados yacen ordenados sobre el hielo, junto a atunes, rodaballos y sardinas. Hay langostas y mejillones por cuatro euros el kilo.

A una distancia de cinco minutos del mercado, en la Rue des Dames, se encuentra desde hace unos tres años un museo singular. “Le Bunker” dice el letrero sobre la entrada. Al lado, en otro letrero, hay un gato negro que se encorva. ¿Qué significa? “El gato fue el emblema de la Tercera Flota Submarina que estuvo estacionada en la Rochelle durante la Segunda Guerra Mundial”, dice el director del museo, Hervé Sinquin. Y el búnker se construyó para oficiales alemanes. Se pueden ver ahí varias fotos históricas, por ejemplo del bombardeo de la base de submarinos.

Todos los turistas llegan en algún momento al Puerto Viejo, el emblema de la ciudad. El puerto ya fue construido en el siglo XIII. Es imposible no dar con él porque las tres torres que se encuentran allí se pueden ver muy bien desde lejos. Especialmente la más alta de ellas, la de Saint Nicolas, situada directamente en la entrada. Sin duda, vale la pena visitar esta torre. En la planta superior hay una salida al aire libre. Desde allí hay una fantástica vista panorámica del puerto y de los tejados del centro histórico de la ciudad.

Mientras tanto, el bullicio volvió a la Quai Valin y a las calles aledañas en el barrio de Saint Nicolas. Hay muchos pequeños restaurantes acogedores, casi siempre con mesas y sillas frente a la puerta. Como raras veces hace frío por la noche, pese a la cercanía al Atlántico, el turista puede sentarse afuera para comer y disfrutar de forma relajada de la vista de los mástiles sobre el Vieux Port. La Rochelle difícilmente puede ser más bonita.

DATOS. La Rochelle está situada en el departamento de Charente-Maritime, en la costa atlántica. En avión a París y desde allí en coche de alquiler. La distancia desde la capital francesa es de unos 470 kilómetros. El aeropuerto grande más cercano es Nantes Atlantique. La distancia entre Nantes y La Rochelle es de poco menos de 150 kilómetros. El viaje en tren desde París dura unas tres horas. Durante las vacaciones escolares en Francia, La Rochelle muchas veces está llena de gente porque muchos franceses pasan sus vacaciones en la costa atlántica. Por eso, es mejor visitar la ciudad en primavera, a principios del verano o después de agosto.

http://turismo.perfil.com/49169-la-rochelle-la-bonita-ciudad-rebelde-del-atlantico-frances/

La Rochelle es una ciudad francesa de 76 848 habitantes, capital del departamento de Charente Marítimo. Ubicada en la costa atlántica, se encuentra dentro de esta en una posición intermedia entre la punta de Bretaña y el País Vasco francés. Alberga un aeropuerto compartido con la isla de Ré.

Historia

Se menciona por primera vez a La Rochelle en el siglo XI. Era entonces un pequeño pueblo de pescadores llamado Rochella (un diminutivo de Roche, roca), porque estaba construido sobre una plataforma rocosa. Empieza a desarrollarse y obtiene a finales del siglo XI su estatuto de ciudad libre (por la carta «charte de commune»), deshaciéndose así de la tutela feudal. Por su excelente localización geográfica (cerca de la isla de Ré), crece el comercio y la prosperidad del puerto. Sus socios comerciales predilectos son Gran Bretaña y el norte de Europa. Durante la guerra de los Cien Años la ciudad permaneció en manos inglesas hasta que en 1372 la armada de Castilla (aliada de Francia) derrota contundentemente en sus aguas a la inglesa en la llamada batalla de La Rochelle, facilitando así la posterior conquista franco-española de la plaza.

El cosmopolitismo, el relativo alejamiento de París y las influencias nórdicas hacen que las ideas laicas y luego reformistas se impongan con facilidad. La Rochelle se vuelve de hecho la capital gala del protestantismo. En ella se firman en 1571 las Confesiones de Fe de las Iglesias Reformadas de Francia. Los grandes jefes protestantes, como La Rochefoucauld y Enrique de Navarra, futuro Enrique IV de Francia, se instalan allá, seguidos de los hugonotes (protestantes expulsados de Francia) que obtienen privilegios económicos y desarrollan el comercio con África, Sudamérica y Terra Nova (en Canadá).

La ciudad se aprovecha de los conflictos entre Inglaterra y Francia para distanciarse de París. El rey Carlos IX de Francia, celoso del poderío del puerto, decide retomar el mando enviando un gobernador para dirigir La Rochelle en el interés del reino (y captar algo de su riqueza). Los nobles de la ciudad rehúsan, lo que provoca el asedio del puerto por las tropas reales en 1572. Con la ayuda por mar de los ingleses, la ciudad resiste y obtiene una paz negociada. A principios del siglo XVII, los protestantes representaban el 90 % de la población. La prosperidad está asegurada por el comercio tradicional del vino y la sal, la pesca del bacalao y el nuevo comercio de las pieles provenientes de Canadá.

Sin embargo, la monarquía gala se convierte al absolutismo con el cardenal Richelieu y Luis XIII, y no tolera ya la autogestión de una ciudad del reino, rica, protestante y de dudosa fidelidad para con la corona. En 1628 las tropas reales asedian la ciudad por tierra y mar para no repetir el error de medio siglo antes. Los ingleses no logran compensar la inferioridad de los asediados y la ciudad es vencida. Pierde todos sus privilegios menos la libertad de culto (por poco tiempo) y mueren uno de cada cinco habitantes. El comercio se derrumba, el cambio de política religiosa lleva a las conversiones forzosas al catolicismo, religión de Estado, y familias enteras huyen a la Nueva Rochelle en América.

En el transcurso del siglo XVIII culmina el comercio triangular entre África, América y Europa (esclavos de Cabo Verde y Guinea son llevados a las plantaciones de Santo Domingo, de donde se trae el azúcar, el café y el colorante índigo). La Rochelle es en aquella época el segundo puerto negrero de Francia tras Nantes. Esta prosperidad no resiste a las revueltas negreras de Santo Domingo, que conducen a la prohibición de la trata de negros. Al final del siglo XIX se construye un puerto con capacidad para acoger grandes bous, y la economía se recupera. Durante la Segunda Guerra Mundial, la marina alemana creó utilizando mano de obra esclava una de las mayores bases de submarinos del Atlántico, la cual aún se puede ver.

https://es.wikipedia.org/wiki/La_Rochelle

https://fr.wikipedia.org/wiki/La_Rochelle

https://www.idayvueltablogdeviajes.com/2017/03/un-dia-en-la-rochelle.html

https://www.survoldefrance.fr/affichage.php?lieu=La Rochelle

https://www.flickr.com/photos/maxime17/albums/72157652366199095

https://www.flickr.com/search/?user_id=94859676@N03&view_all=1&text=La Rochelle

https://www.museeprotestant.org/notice/itineraire-protestant-a-la-rochelle/

https://marinas.com/view/marina/7ecy17_La_Rochelle_DEchouage_Marina_La_Rochelle_France

https://www.emporis.com/statistics/tallest-buildings/city/162480/la-rochelle-france

Vídeo:

Web recomendada: https://www.larochelle.fr/

Contador: 3278

Inserción: 2019-09-08 18:05:19

 

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