Nombre:
Otro:
Localización:
View Larger Map
Tipo: Urbanismo
Categoría:
Foto:
Voto:
Continente: Asia
País: Rusia
Localización:
Año: 1723
Estado: Terminado
Descripción:Guía turístico de Ekaterimburgo - Lugares de interés
Es un centro muy considerable de industria, ciencia y cultura. Atrae a los viajeros con su riquísima herencia histórica y un surtido verdaderamente grande de los programas culturales. En Ekaterimburgo hay 30 museos, varios teatros y salas de conciertos, más de 600 monumentos, la historia de cada cual es única y curiosa.
Uno de los grandes monumentos está dedicado a los fundadores de la ciudad – Vasily Tatischev y Wilhelm de Hennin. Son ellos quienes propusieron llamar el complejo industrial y la fortaleza al lado con el nombre que conocemos hoy día. La parte más vieja de Ekaterimburgo es el jardín histórico, donde otrora se situaba la primera fábrica. La gran parte de monumentos fue instalada después de la Gran Guerra Patria, los más remarcables son la plaza del Ejército Soviético, la Casa Distrital de oficiales y el museo de historia del distrito militar de Ural. Aparte de las muestras históricas, guardadas en las salas del museo, el patio interior es también de mucho interés. Aquí hay ejemplares de técnica que tenía en armamento el ejército soviético.
la mayor parte de monumentos está relacionada con unas histórias cómicas, los nombres hablan por sí mismos: el monumento a un fontanero “Afonya”, el monumento al hombre invisible y la cápsula de tiempo. Hace poco inauguraron un monumento en honor del teclado de ordenador, se llama “Klava”, así es el nombre popular derivado de la palabra “Klaviatura” (“teclado”). Entre otros atractivos hay que señalar varias iglesias antiguas (la capilla de Santa Catalina y la catedral de Santa Trinidad), construidas en los siglos XVIII-XIX. En Ekaterimburgo hay un montón de exposiciones y museos, así que cada día de su estancia allí con un programa único e interesante o con una excursión le traerá unas emociones verdaderamente positivas.
http://www.orangesmile.com/guia-turistica/ekaterimburgo/
Ekaterimburgo: qué hace falta visitar - cultura, arquitectura, museos y templos
Ekaterinsburgo es una ciudad con el patrimonio cultural rico, a los turistas les espera un monton de sorpresas y programas de excursiones interesantes. Es obligatorio visitar los monumentos arquitectonicos importantes de la ciudad, entre los cuales la mas falosa en la villa de Rastorguev Jaritonov. Este magnifico complejo de palacio y parquet fue elevado en el siglo dieciocho, hoy dia con esa villa estan relacionadas muchas leyendas. Se considera que en el territorio del palacio funciona un sistema de mazmorra de tamano grande pero no lograron encontrar una entrada ocultada. La villa esta rodeada de la zona de parquet espaciosa, despues de la excursion a todos los turistas invitan hacer un paseo.
El monumento de significacion federal es la casa de Sevastianov que fue construida a principios del siglo diecinueve y pertenecio al comerciante grande. Esta construccion arquitectonica unica fue elaborada en estilo gotico-moro. Podeis admiraros sin parar del chalet antiguo con ventanas altas y arcos tallados. En Ekaterinsburgo fueron abiertos muchisimos monumentos y memorials. Algunos de ellos son dedicados de los acontecimientos historicos importantes y otros son muy originales y incluso comicos.
En memoria de las victimas que han caido durante la gran Guerra patria fue elevado un monumento a los soldados que podeis observar en la calle de Lunacharskiy. Sobre las victimas del periodo militar recuerda el fuego eterno, cada ano el memorial historico visitan centenas de personas de diferentes paises. Diciendo sobre las curiosidades extraordinarias hay que mencionar el monumento al teclado del ordenador. El monumento presenta una copia exacta de la instalacion elaborada en tamano treinta a uno. Las teclas de teclado extraordinario son echas de yeso, peso de cada una de ellas equivale aproximadamente ochenta kilogramos. Un monumenyo original la inauguracion del cual tuvo lugar en el ano dos mil cinco en seguida han gustado los ciudadanos y a los visitants de la ciudad que usan ochenta y seis teclas como los bancos para el descanso.
En Ekaterinsburgo se han abierto muchos museos diversos, el mas famoso entre ellos sigue siendo el Museo de historia de arquitectura y la tecnica de inductria de Ural. El museo se ubica en el territorio de la zona de industria pasada, la primera fábrica fue abierta aali todavia en el ano mil setecientos veinte y tres. Los visitantes pueden pasear por talleres antiguos, mirar en las oficinas y enterarse de muchas cosas interesantes sobre el pasado industrial de la ciudad. La excursion al museo – estacion ferrocarril sera muy interesante. Al lado del edificio antiguo bonito de estcion se encuentran algunas esculturas de bronce interesantes que tambien son las muestras importantes. Las actividades culturales interesantes pasan en el centro de exposiciones Uralexpocenter, que sera interesante de visitar a los apreciadores de arte.
http://www.orangesmile.com/guia-turistica/ekaterimburgo/cultura--3040171.htm
Turismo por Ekaterimburgo Rusia
Se le conoce a Ekaterimburgo en Rusia, como la Capital de los Urales, porque precisamente pertenece al Distrito Federal de los Urales y del Oblast de Sverdlovsk, Rusia. Una ciudad en la Rusia central a orillas de la cordillera de los Urales es una ciudad poblada, que lo mismo nos resulta moderna que tradicional, pero hay que decirlo no destaca especialmente por su arquitectura como otras ciudades de Rusia y la vieja Europa.
Considerada Ekaterimburgo Rusia una ciudad de gran relevancia para Rusia y la región, porque es una importante sede de orden industrial, cultural y educativa. A ella se llega fácilmente a través de conexiones que te acerquen al Aeropuerto Internacional de Ekaterimburgo-Koltsovo aunque también haces el viaje emocionante y siempre cautivante del famoso ferrocarril Transiberiano.
Su casco histórico deja entrever algunas construcciones de antaño y permite hacer un recorrido por la plaza de la ciudad en donde hacer compras o visitar alguno de los pocos pubs que ofrecen comida autóctona algo que nadie quiere perderse al visitar Ekaterimburgo Rusia, que podríamos llamar también la ciudad del tiramisú por ser este postre, un plato especial en esta región de Rusia.
Una ciudad industrializada que vio su entorno modernizarse y su vida modificarse, precisamente por ese espíritu netamente industrial que la distingue. Entre sus monumentos más destacables se encuentra la llamada Iglesia sobre la Sangre en Ekaterimburgo Rusia, dedicada a la dinastia de los Romanov es un complejo de dos iglesias, un anexo patriarcal, un campanario y un museo, erigidos en el lugar donde se encontraba la casa Ipátiev propiedad de un comerciante ruso y en donde en julio de 1918 los bolcheviques asesinaron a los Zares de Rusia, todos sus hijos y servidumbre. El paisaje es especial, la ciudad se encuentra a orillas del río Iset desde donde se ven los rascacielos y también los paisajes de una Rusia, que siempre despierta curiosidad.
Ekaterimburgo, la ciudad más histórica de Rusia
Publicado por Jhon Jairo Arias
Desde la ejecución del zar Nicolás II (el último zar de Rusia) y su familia en 1918 a los asesinatos de alto perfil de la mafia en la década de 1990, Ekaterimburgo es conocida por su sangrienta historia y atrae a peregrinos y turistas a los sitios asociados con la muerte de la Dinastía Romanov.
Sin embargo, siendo la capital económica y cultural de la región de los Urales, la ciudad ofrece mucho más que una historia dramática. Hoy Ekaterinburgo es una ciudad hermosa y rica en lugares de interés; se puede visitar una gran variedad de museos, teatros, cines, discotecas y restaurantes.
Ekaterimburgo es el centro económico de los Urales, el cual forma una frontera natural entre Europa y Asia. Esta ubicada más exactamente en la vertiente oriental de los Montes Urales a lo largo del hermoso río Iset, lo que la ubica en el lado asiático de Rusia. La ciudad está rodeada por bosques, principalmente taiga, y pequeños lagos.
Ekaterimburgo, también llamada Yekaterimburgo, fue fundada bajo Pedro el Grande como la mayor planta metalúrgica de Rusia en aquellos tiempos, y el nombre se debe a la emperatriz Yekaterina I, la esposa de Pedro el Grande, y la Gran Mártir Santa Catalina, patrona de la minería. Durante tres siglos la ciudad se ha ido desarrollando como un centro de la industria minera de los Urales y Siberia. Hoy en día Ekaterimburgo no es sólo uno de los centros industriales más grandes de Rusia, sino también una ciudad muy hermosa con una gran cantidad de monumentos de valor histórico y cultural.
Por su ubicación, Ekaterimburgo también sirve como un importante nudo ferroviario en el Ferrocarril Transiberiano, con líneas que irradian a todas las partes de los Urales y el resto de Rusia. La ciudad tiene una característica apariencia donde el pasado y el presente se mezclan juntos. Más de 600 monumentos históricos y culturales se encuentran en la ciudad con 43 de ellos considerados las principales atracciones nacionales, debido a su especial importancia.
Entre los muchos lugares de interés están los monumentos arquitectónicos del clasicismo ruso de los siglos 18 y 19, incluyendo la mansión de Rastorguev-Kharitonov, la casa del jefe de minería: el Consejo de Minería, la Iglesia de Alexander Nevski, la Iglesia de la Ascensión y otras, el Museo Geológico que cuenta con una colección única de minerales, el Museo de Bellas Artes que, junto con una excelente colección de pinturas de artistas rusos y extranjeros, muestra piezas de fundición de Kasly, como también varios museos dedicados a escritores como Mamin-Sihiriak y Bazhov. También hay una ópera, un teatro de la comedia musical, teatro de títeres para niños, así como un auditorio de la Filarmónica.
http://viajeaeuropadeleste.com/2010/03/22/ekaterimburgo-la-ciudad-mas-historica-de-rusia/
Turismo a Ekaterimburgo
Ekaterimburgo es una importante ciudad en la parte central de Rusia, el centro administrativo del Óblast de Sverdlovsk. Situado en el lado oriental de la cordillera de los Urales, es el principal centro industrial y cultural y que entre 1924 y 1991, la ciudad fue conocida como Sverdlovsk por su el líder bolchevique Yakov Sverdlov.
Ekaterimburgo es la 4 ª ciudad más grande de Rusia después de Moscú, San Petersburgo, Novosibirsk y es la capital de la región de los Urales. Fue fundada en 1723 por Pedro El Grande como la fábrica metalúrgica y por el siglo 20 se había convertido en uno de los mayores y más importantes centros financieros de Rusia, industrial y cultural.
Ekaterinburgo está situado en Asia, 1.667 kilometros (1.036 millas) al este de Moscú, en el lado oriental de los montes Urales en el río Iset. Está rodeado de bosques, principalmente taiga, y pequeños lagos. El invierno dura aproximadamente 5 meses – a partir de noviembre hasta mediados de abril y la temperatura puede descender a menos 45 grados Celsius (menos 49 grados Fahrenheit), rara vez baja menos 20 – menos de 25 grados Celsius (menos de 4 a menos 13 grados Fahrenheit).
El verano en los Urales es corta y dura un promedio de 65-70 días con una temperatura media de 18 grados Celsius (64 grados Fahrenheit). nieve de verano no es un hecho inusual, de dar a luz a la referencia local a un “corto verano, poco cubierto de nieve en los Urales” Debido a la ubicación de la ciudad “detrás” de la cordillera y los vientos diferentes el tiempo es muy inestable desde el primer día a día y de año a año.
Ekaterimburgo tiene un aeropuerto internacional llamado Koltsovo y un número de vuelos internacionales directos desde Frankfurt, Munich, Dusseldorf, Londres, Praga, Budapest, Viena, Dubai, Tel Aviv, Estambul, Tashkent, Helsinki y varios vuelos chárter de temporada internacional, sobre todo Turquía y España.
Hay vuelos diarios a Domodedovo de Moscú al aeropuerto de Ural Airlines y Transaero, así como al aeropuerto de Sheremetyevo, San Petersburgo, Vladivostok y otras ciudades de Rusia por parte de Aeroflot.
Ekaterimburgo es también una parada importante en el ferrocarril Transiberiano. Hay trenes diarios a Moscú y otras ciudades y pueblos de Rusia desde la estación central de ferrocarril.
http://www.absolutrusia.com/turismo-a-ekaterimburgo/
Ekaterimburgo, la bella de los Urales
Ekaterimburgo es una ciudad que supo mantener sus costumbres y arquitectura medievales con la modernidad del presente. Es la capital y principal centro industrial y cultural del Distrito Federal de los Urales y capital del óblast de Sverdlovsk.
La ciudad de Ekaterimburgo se localiza a 1.667 kilómetros al este de Moscú, a orillas del río Iset. Esta región, sin duda, atrae a los visitantes que se deleitan con sus bosques y pequeños lagos.
Cabe destacar que la ciudad se halla enclavada emplazada en la ladera oriental de los Montes Urales considerada la frontera natural entre Europa y Asia.
A la ciudad de Ekaterimburgo se accede por el Transiberiano, siendo una de sus principales paradas y se recomienda visitarla entre mayo y septiembre, con temperaturas frescas pero agradables, rondando los 20 grados.
http://www.absolutrusia.com/ekaterimburgo-la-bella-de-los-urales/
Ekaterimburgo, la ciudad de los zares
Ekaterimburgo es una importante metrópoli de la Federación Rusa que es la cuarta ciudad más grande de Rusia, detrás de Moscú, San Petersburgo y Novosibirsk.
Cabe anotar que es el principal centro industrial y cultural del Distrito Federal de los Urales y capital del óblast de Sverdlovsk. Y entre 1924 y 1991 la ciudad se llamó Sverdlovsk.
La ciudad de Ekaterimburgo está situada a 1.667 kilómetros al este de Moscú, rodeada por bosques y pequeños lagos. Está emplazada en la ladera oriental de los Montes Urales y a aorillas de río Iset. Esta considerada como la primera ciudad asiática de Rusia allende los Urales.
Un detalle importante para el turismo es que el invierno dura aproximadamente cinco meses -(de noviembre hasta mediados de abril) y la temperatura puede caer a menos cuarenta grados bajo cero!! Mientras que en el verano dura un promedio de 65 a 70 días con una temperatura media de veinte grados.
Sobre su historia, le contamos que Ekaterimburgo fue fundada el 7 de noviembre de 1723 por Vasily Tatíschev y su nombre proviene de Santa Catalina, esposa del emperador Pedro el Grande.
Tambien esta ciudad fue parte de la historia cuando al finalizar la Revolución Rusa, el emperador Nicolás II, su esposa Aleksandra Fiódorovna y sus hijos fueron ejecutados por bolcheviques en las cercanías de la ciudad en 1917.
http://www.absolutrusia.com/ekaterimburgo-la-ciudad-de-los-zares/
Ekaterimburgo es el centro de la región de los Urales, situada en la cordillera del mismo nombre y que está considerada la frontera natural entre Europa y Asia. A unos catorce kilómetros de la ciudad se encuentra el monumento Europa-Asia, muy popular entre los turistas porque da la oportunidad de estar con un pie en el continente europeo y con otro, en el asiático.
Orígenes
La ciudad fue fundada en 1723 por orden del emperador Pedro el Grande como centro metalúrgico del país. La capacidad tecnológica de la gran planta industrial en los primeros años de su funcionamiento superaba los logros de las empresas metalúrgicas rusas y mundiales. La fábrica era también el centro administrativo de la industria minera de toda la región de los Urales y Siberia. Los fundadores de Ekaterimburgo son el prominente hombre de Estado Vasili Tatíschev y el militar e ingeniero de origen alemán Gueorg Vilguelm de Guennin (Georg Wilhelm de Gennin).
El emperador bautizó la ciudad en honor a su esposa, Catalina (Yekaterina).
Sin embargo, a finales del siglo XVIII en los Urales surgió otro centro administrativo, la ciudad de Perm, y Ekaterimburgo perdió su papel hegemónico en la región.
Durante el reinado de Catalina II, a través de la joven ciudad se abrió la Ruta Siberiana, una carretera que conectaba la Rusia europea con Siberia y China. De este modo la ciudad se convirtió en una pieza clave en el camino hacia la rica y extensa Siberia y en una “ventana a Asia” del mismo modo que San Petersburgo era “la ventana a Europa” para Rusia.
Historia reciente
El último zar ruso, Nicolás II, fue ejecutado por los bolcheviques junto con su familia en la ciudad en el sótano de la casa del comerciante Ipátiev el dieciocho de julio del año 1918. En el año 1977 el edificio fue demolido y en el 2003 en el mismo lugar fue construido un templo ortodoxo en honor a los mártires de la familia imperial.
En la época soviética la ciudad nuevamente se convirtió en la capital informal de la región de los Urales. Se hizo famosa por sus nuevas grandes plantas metalúrgicas y de construcción de maquinaria. La planta Uralmash, construida en aquella época, sigue siendo una de las más grandes de Rusia.
Desde 1924 hasta 1991 la ciudad llevó el nombre de "Sverdlovsk", en honor a Yákov Svérdlov, político y revolucionario bolchevique.
Lugares de interés
Hoy en día Ekaterimburgo sigue siendo un gran centro industrial. También se desarrollan con intensidad otros sectores y el comercio. En 2010, según la revista Forbes, Ekaterimburgo figuraba como una de las tres mejores ciudades rusas para hacer negocios.
La imagen de la ciudad es muy moderna. Por ejemplo, cuenta con el rascacielos más alto del país fuera de los confines de Moscú. El edificio forma parte de un centro comercial y su altura alcanza los 188,3 metros.
La avenida de Lenin (Léninski prospekt) es la principal arteria vial de Ekaterimburgo y se extiende por la ciudad de este a oeste a lo largo de 4,6 kilómetros. Uno de los lugares que más visitas atrae es el dique sobre el río Iset. Esta obra de ingeniería fue construida en el año 1723 para dar energía a la primera planta metalúrgica de la ciudad. Hoy día es un lugar tradicional donde se organizan festejos populares. Cerca del dique se encuentra el monumento a los fundadores de Ekaterimburgo: Vasili Tatíschev y Gueorg Vilguelm de Guennin.
La joya del conjunto arquitectónico del dique en el río Iset y uno de los edificios más bonitos de la avenida de Lenin es la casa de Sevastiánov, una mansión construida en la primera mitad del siglo XIX a las orillas del embalse que forma el dique. El edificio, incluido en la lista del patrimonio arquitectónico nacional, fue construido en un estilo ecléctico con elementos neogóticos y no tiene análogos en la arquitectura de los Urales.
En el centro de la ciudad se encuentra el Teatro Nacional de Ópera y Ballet, uno de los mejores y más antiguos en Rusia. Es un gracioso edificio construido en el estilo barroco. En cuanto a la vida teatral en general, Ekaterimburgo es la tercera ciudad de Rusia por cantidad de teatros tras Moscú y San Petersburgo.
Frente a este teatro está ubicado uno de los más prestigiosos centros de educación superior y de investigaciones científicas del país: la Universidad Federal de los Urales Borís Yeltsin. Fue fundada en 2010 a partir de dos centros de educación superior que ya funcionaban desde los años 20 del siglo pasado. En uno de ellos —la Universidad Politécnica de los Urales— estudió el primer presidente de Rusia, Borís Yeltsin, entre los años 1950 y 1955.
En Ekaterimburgo un gran número parques, entre los que destaca el bosque Shartáshski. Este recibió su nombre del lago Shartash, situado en su territorio.
Otro lugar de interés en este gran parque son las antiguas rocas de granito. Su imagen lisa y horizontal se formó como resultado de la actividad del viento, el agua y los cambios en la temperatura del aire. Este parque es uno de los lugares favoritos de los ekaterimburgueses para dar paseos a pie, en esquíes o en bicicleta, para ir de merienda o para que los niños se diviertan al aire libre.
A los visitantes les suelen atraer también los monumentos más curiosos de la ciudad. A orillas del Iset está instalado un gigantesco teclado de ordenador del tamaño de treinta teclados normales. Las 86 teclas de hormigón que lo componen, además de reproducir con exactitud este imprescindible instrumento de hoy en día, son bancos donde pueden descansar los transeúntes. Está considerado el teclado más grande del mundo.
En el centro de la ciudad, frente a la biblioteca municipal, hay un monumento que tampoco tiene análogos. Se trata de un pedestal de bronce de un metro cuadrado con las huellas de dos pies. El monumento está dedicado al hombre invisible, personaje de la novela del escritor de ciencia ficción británico Herbert Wells.
En 2011 se erigió en Ekaterimburgo el primer monumento de Rusia a un personaje de ficción televisiva. Se trata de Guena Bukin, el dependiente de zapatería y protagonista de la serie de televisión estrenada en Rusia como Felices juntos. Según el guion de la adaptación de la serie norteamericana Married with children (en español conocida como “Casados con hijos” o “Matrimonio con hijos”), la vida de Bukin transcurre en una casa de la calle Váiner en la ciudad de Ekaterimburgo.
http://rusopedia.rt.com/explore_rusia/sitios_para_visitar/issue_268.html
La sangre derramada sobre Ekaterimburgo
El tren atravesó los Urales sin ni siquiera enterarme. Tanto tiempo imaginándolos, idealizando ese momento irrepetible, para llegar a Ekaterimburgo y descubrir que la renombrada cordillera que separa Europa de Asia no era otra cosa que esas colinas casi inapreciables que había pasado unos minutos atrás.
Con un “¡Bienvenida!” sobre una cartulina amarilla me recibieron mis anfitriones, Olya y Stas. Olya se pronuncia “Ola”, y por eso, durante los dos días siguientes a mi se me adjudicó el nombre de “Como”. “Hola-cómo-estás”: curiosa forma de estrechar lazos con el pueblo ruso.
Olya y Stas viven en el centro de la ciudad, en uno de esos decadentes edificios soviéticos que parece que fueran a desplomarse en cualquier momento, pero cuyo interior ha sido completamente rehabilitado. Un coqueto apartamento de tres habitaciones donde esta pareja de 23 (ella) y 26 años (él) tienen su nidito de amor desde 2006. Precoz la juventud de este país.
Sirva como aclaración que el piso no es de ellos: ni en propiedad ni en alquiler, ya que con sus sueldos no podrían pagárselo sin llegar muy justos a fin de mes. Por suerte, el padre de Olya se lo dejó cuando fue a vivir con su tercera mujer, y sólo tienen que ocuparse de los gastos comunitarios. Precoces… pero con ayuda, claro.
En Ekaterimburgo he vivido el momento más emocionante del viaje hasta la fecha. Ni la Plaza Roja, ni el Kremlin, ni los símbolos comunistas adornando cada fachada; nada de esto había conseguido remover en mí más que las emociones obvias que se experimentan al conocer un nuevo lugar, una cara de la Historia y el mundo sobre la que tantas veces se ha leído. Pero sin ninguna preferencia, ninguna emoción que mereciese ser destacada. Simple curiosidad satisfecha.
Como buena “romántica”, el único episodio de la Historia rusa que realmente, y desde hacía años, había ocupado un lugar destacado en mis pensamientos y me había hecho fantasear con la idea de venir a este país algún día, era la época zarista y, concretamente, el famoso y trágico acontecimiento que puso fin a la misma: el asesinato de Nicolás II y toda su familia a manos de los bolcheviques.
Qué sí, que no puede ser más típico, pero no me importa reconocerlo. La idea de visitar el antiguo emplazamiento de la casa Ipatiev, ahora ocupado por la Catedral de la Sangre Derramada, era, para mí, uno de los puntos más atractivos de este viaje.
Como viene siendo habitual, a mis anfitriones no pudo extrañarles más que yo tuviese interés en ver “eso”. Lo que me lleva a preguntarme: ¿qué puede ser, a sus ojos, interesante para un extranjero que viene a Rusia a conocer el presente y el pasado de su país? En cualquier caso, me acompañaron. Cuando la Catedral hizo su aparición al doblar una esquina, y conforme nos íbamos acercando a ella, mi emoción fue en aumento.
Son muchas las leyendas que han circulado acerca del asesinato de la familia Romanov, destacando aquella que aseguraba que la hija menor del zar, Anastasia, había conseguido salvarse del tiroteo por el que sus padres, hermanos, y varios miembros del servicio (once personas en total) fueron brutalmente aniquilados la noche del 16 de julio de 1918 en aquel sótano de la casa de Ekaterimburgo en la que llevaban meses arrestados.
La realidad es que de aquel sótano no salió nadie vivo; los cuerpos fueron enterrados en una mina a pocos kilómetros de la ciudad, y la casa Ipatiev, demolida para evitar que se convirtiese en un lugar de peregrinación. No sería hasta el año 2000, nueve años después de la canonización del zar y su familia, cuando se comenzaron las obras de la Catedral (una tradición muy común en Rusia: levantar un templo en el lugar donde haya sucedido un acontecimiento trágico), inaugurada en 2003.
Fue, como digo, una visita emocionante. El piso superior de la Catedral corresponde a la nave principal, con la excesiva ornamentación dorada que caracteriza a las iglesias ortodoxas. El inferior ocupa el lugar donde en teoría habría estado el sótano de la masacre, ahora una capilla apenas iluminada por unas pocas velas, donde es posible escuchar el aleteo de una mosca. Comprensiblemente, en ninguna de las dos estancias es posible hacer fotografías, pero sí en la sala contigua a la capilla, donde se presenta una pequeña exposición dedicada a la familia.
Visto el “highlight” de la ciudad, el siguiente punto a visitar hubiese sido la mina de Ganina Yama, el lugar donde fueron encontrados los restos de la familia imperial; pero viendo que la idea no despertaba excesiva emoción en mis anfitriones, y que con las fotografías del museo de la Catedral ya me había podido hacer una idea del aspecto que actualmente presenta (y no me había sugerido demasiado, esa es la verdad), decidí prescindir de ello y dejarme llevar una vez más.
A pesar de su importante historia (y no me refiero únicamente al acontecimiento puntual del que acabo de hablar), actualmente Ekaterimburgo no es una ciudad bonita ni que tenga demasiado para ver, así que puedo resumir mi estancia en ella como largos paseos por el centro, alrededor del estanque de la ciudad, y un par de visitas curiosas: el Museo de Historia de Ekaterimburgo, donde Olya trabaja como relaciones públicas, y el cementerio de Shirokorechinskoe.
Sobre el museo, poco que decir y no demasiado bueno: un popurrí de exposiciones permanentes y temporales de temática más bien dispersa, sin ninguna relación entre sí: “el hombre en el espacio”, ¿¿“comida”??, “trajes de guerra”… Sintiéndolo mucho (por Olya, especialmente), no puedo recomendarlo.
La idea de visitar el cementerio de Shirokorechinskoe fue mía. Había leído que en él se encuentran algunas tumbas bastante llamativas de los gánsteres de la ciudad, recuerdo de cuando Ekaterinburgo fue un importante centro mafioso a principios de los 90. Pese a la incredulidad de Olya, que no salía de su asombro cada vez que yo hacía una propuesta, cogimos el autobús local y nos desplazamos hasta allí.
Lo cierto es que alguna tumba de proporciones descomunales con grabados de “tipos malos” a tamaño real, vimos, pero nada destacable. Sí me llamaron la atención, no obstante, dos cosas: que fuese un cementerio multiconfesional, y que todas las tumbas estuviesen cubiertas por elaboradísimos adornos florales frescos, signo inequívoco de que en Rusia todavía se toman estos ritos algo más en serio que en mi país, donde parece que ya sólo visitamos a nuestros difuntos el día de Todos los Santos… si cuadra. Es más: cada lápida tiene a su lado un banquito y una mesa para que los días del aniversario de la muerte y el cumpleaños del difunto, la familia se reúna y tome un pequeño “tentempié” en su memoria. Curioso. Sobre todo, teniendo en cuenta que el estado del cementerio en conjunto es más bien descuidado y para abrirse paso entre los matorrales casi es necesario hacer uso de unas tijeras de podar.
http://trajinandoporelmundo.com/la-sangre-derramada-sobre-ekaterimburgo/
Ekaterimburgo, donde Europa se encuentra con Asia
La tercera ciudad rusa, más de 1500 km al este de Moscú y cerca de los montes Urales, mezcla tradiciones europeas con la uniformidad típica soviética
Por Élida Bustos | Para LA NACION
EKATERIMBURGO.- En los Urales, allá donde Europa se encuentra con Asia, crece Ekaterimburgo. De bautizo monárquico y adolescencia soviética, la tercera ciudad rusa se proyecta hoy con pujanza y decisión aprovechando su ubicación estratégica: abre las puertas de la Rusia europea al enorme territorio asiático.
Por aquí pasa el célebre tren transiberiano, que une Moscú con Vladivostok. Y de aquí, de sus montañas, salen las piedras preciosas y las riquezas minerales que mueven la industria pesada del país.
No sabía qué esperar de esta ciudad, 1667 kilómetros al este de Moscú, pero indudablemente no la imaginaba tan europea como surge una vez que se le sacude el polvo de la uniformidad soviética.
Llego alrededor de las 5 de la mañana, en un vuelo desde Moscú. Partiendo de Buenos Aires hubiera sido más fácil y más directo viajar por Turkish Airlines a través de Estambul, que vía Moscú por otras aerolíneas europeas. Y me hubiera ahorrado el percance del extravío de una valija, cortesía de la empleada española de la aerolínea Siberian 7. Pero así fue.
Es un domingo gris, aunque estamos en plena temporada estival en el sur de Siberia, y veo gris a la ciudad, a pesar de ser increíblemente verde. La residencia universitaria donde me alojo es un edificio tan soviético que me traslada de inmediato a los peores años de la Guerra Fría. Macizo y sin una línea de gracia arquitectónica, pero funcional y preparado para proteger a sus residentes del invierno. La zona chic está a unos cinco kilómetros, zigzaguea junto al río Iset, y muestra torres modernas, con los lujos y amenidades que trajo la globalización.
A pesar de su ubicación geográfica, en Ekaterimburgo es nula la influencia asiática. No hay chinos ni mongoles a la vista. Sólo rusos blancos y contados inmigrantes del Cáucaso o uzbekos en busca de un mejor pasar.
Es verano y por todos lados hay mujeres que venden flores. Son de "Galandia", me dicen. Me quedo pensando. ¿Tailandia? "Niet! Galandia", responde la joven con amplia sonrisa. Me llevó varias cuadras descifrar que el origen era Holanda. Parece que aún las flores que llegan de América latina, de Colombia más precisamente, lo hacen triangulando por Holanda, así que en Ekaterimburgo, para todos, las flores son holandesas.
Sudamérica también envía otros productos: bananas ecuatorianas y peras argentinas, por ejemplo, que pueden encontrarse en las verdulerías establecidas en prolijos quioscos en los cruces de avenidas. En esas esquinas siempre hay una actividad febril. A esos quioscos de frutas y verduras se suman los de fiambres ahumados, productos de panadería, diarios y chucherías, y, por supuesto, cigarrillos. Los rusos siguen fumando con pasión a pesar de las campañas en contra y viven pegados al teléfono celular como en el resto del planeta.
El verano es la época de las cerezas en esta zona, así que de las dachas de los suburbios llegan las mujeres con baldecitos colmados para compartir con familiares y allegados. Como es el momento de prepararse para el invierno no es inusual que en los pueblos escasee el azúcar porque todo el mundo se vuelca a la producción hogareña de dulces y mermeladas.
Uniformidad soviética
Me toma días decodificar la ciudad. Subo al tranvía y veo todas las calles iguales. No encuentro puntos de referencia. La uniformidad soviética de edificios de poca altura, bulevares amplios y arbolados y la escasez de la parafernalia de carteles y marquesinas a la que estamos acostumbrados en Occidente son las razones.
No es que no haya carteles, es que son discretos. Los 70 años de comunismo liberaron a los rusos de la contaminación visual que padecemos en el resto del mundo y el frío siberiano le dio el toque de gracia, sepultando los grandes ventanales. Así, al ojo occidental le cuesta identificar que detrás de un pequeño cartel que dice zapatos hay una tienda enorme, o que la puerta de un local de ropa lleva a un shopping de cinco pisos, con patio de comidas incluido.
La excepción es el Grinvich, que con sus casi dos manzanas (y gran cartel) invita a consumir por igual marcas locales y extranjeras.
Las marcas llegaron para quedarse y ya Gucci, Armani y Escada tienen sus locales en el centro de la ciudad. Y al igual que McDonald's, Burger King o Coca-Cola se incorporaron al paisaje urbano.
Y, como del pasado no se reniega, pero a la globalización tampoco se la rechaza, en la céntrica avenida Lenin se halla una de las tres sucursales del Citibank, con sus colores distintivos y el nombre en cirílico.
Lenin no es un personaje ajeno a la ciudad y, junto a los viejos emblemas de la hoz y el martillo, su estampa se repite. Remover todos esos símbolos, sobriamente grabados en altura en los edificios, significaría una tarea ímproba de remodelación urbana, además de una negación del pasado.
En colectivos y tranvías -todavía estatales- sobreviven los guardas que expenden el boleto. Uno por ómnibus o por vagón, en general mujeres. Siempre atentas a quien sube y quien baja, recorriendo decenas de kilómetros durante horas en el estrecho espacio, con su morral inundado de rublos y kopecs. Acá el capicúa no es el boleto de la buena suerte. Sino aquel en el que la sumatoria de los tres primeros números es igual a la de los tres últimos? Otra educación, indudablemente, en esta ciudad universitaria.
Cúpulas asimétricas
Tan agradable como caminar por sus calles espaciosas y arboladas es ver Ekaterimburgo desde los 188 metros de altura de la torre Vuisotsky. Desde el café del piso 51 se advierte muy cerca el confín urbano. El límite lo marcan el bosque y, más allá, las estribaciones bajas de los Urales. Al lado del café, un restaurante exquisito, con inmaculados manteles blancos hasta el piso y un piano de cola, también blanco, invita a blinis con caviar y alguna otra delikatessen rusa.
Detrás de los ventanales, la luz dorada de la tardecita hace refulgir las cúpulas impares y asimétricas de las iglesias ortodoxas. Son todas sobrevivientes del período comunista, restauradas en los últimos tiempos con la anuencia (y los fondos) del gobierno nacional.
Más acá, techos verdes coronan el edificio más cercano de la Universidad Federal de los Urales, una de las ocho más importantes de Rusia y con facultades y enormes residencias estudiantiles distribuidas por toda la ciudad. A pocas cuadras se desplaza plácido el río Iset. Pasa frente a Bellas Artes, el estadio del Dínamo y las nuevas torres en la parte más linda y nueva de la Ekaterimburgo. También por donde dos o tres parejas de argentinos, en las tardecitas de verano, se enredan en vertiginosos cortes y quebradas para asombro de los rusos que pasean por el malecón.
Los puentes principales del Iset se asientan en los pilones que colocaron los ingenieros que Pedro el Grande comisionó en 1723 para establecer las bases de la nueva ciudad. Especialmente calafateados, con técnicas aprendidas por el zar en su escapada de incógnito a los astilleros holandeses, siguen brindando servicio hoy. Y los kilómetros de barandas del malecón son una filigrana del hierro que ofrecieron las minas desde el corazón mismo de los Urales, ofrendando su riqueza a la ciudad y la región.
Pasado monárquico
Después de 70 años de comunismo y 20 de globalización, al extranjero le cuesta imaginarse que hubo una Rusia monárquica, zarista. Pero en Ekaterimburgo -llamada así en honor a la zarina Catalina, la mujer de Pedro el Grande- y, en mayor medida, en San Petersburgo ese pasado monárquico está vigente. Nadie reniega de él.
La monarquía siempre tuvo a su lado a la religión. Así que cuando en 1998 se identificaron los restos del zar Nicolás II Romanov y su familia, sepultados a pocos kilómetros de la ciudad en el bosque de Ganina Yama, la iglesia ortodoxa inició su esfuerzo de canonización. No todos estaban de acuerdo en que la familia real hubiera muerto en defensa de la fe, pero finalmente se impuso que el martirologio los habilitaba a la santidad. Y así fue como el zar Nicolás, la zarina Alejandra y sus cinco hijos hoy son santos de la Iglesia Ortodoxa rusa. Y en el lugar donde fueron fusilados por un pelotón bolchevique nueve meses después de la revolución de 1917, ahora se levanta una impresionante iglesia ortodoxa, de cúpulas doradas y aroma a incienso, que llamaron, precisamente, de la Sangre Derramada.
En este templo, de refulgentes íconos, son muchas las imágenes del zar, la zarina, y sus hijos. Juntos o separados, se han vuelto íconos ellos también, pintados bajo los cánones del arte bizantino. Sus figuras planas, con ropajes antiguos, llevan el halo de los santos. El zarevich adelante, sus hermanas cerrando el plano y los padres coronados al medio, con el zar que sostiene, en vez de un cetro, la cruz ortodoxa, símbolo indiscutido de la comunión de la monarquía y la fe.
A más de noventa años de los fusilamientos, impacta ver a hombres y mujeres rezando ante las imágenes de estos nuevos santos y otrora no tan queridos monarcas.
En la penumbra, sólo quebrada por la luz titilante de las velas, los brillos del oro y los bordados carmesí cobran otra dimensión. Los cantos completan la escena.
Mucho queda por recorrer de esta ciudad y sus afueras. La deslumbrante catedral bizantina de Alejandro Nievsky, el museo de íconos de Neviansk y el pueblo mismo en donde se hallan los talleres que les dieron fama mundial, el tesoro artístico en hierro fundido que exhibe el museo de Bellas Artes, y el monasterio imperial levantado en medio del bosque de Ganina Yama para honrar a la última familia real, además del hito que marca la frontera entre Europa y Asia.
Ésta es Ekaterimburgo. Una ciudad rica en historia y arte, con gente amable que se toma el tiempo para entender al turista, curiosa de saber lo que pasa en el extranjero y que abre sus puertas generosamente a quienes se interesan en su cultura y los vaivenes de su historia.
Datos útiles
Cómo llegar. Desde Buenos Aires vía Estambul por Turkish Airlines. Buenos Aires-Estambul-Ekaterinburgo. Es el viaje más directo. (4 horas desde Estambul)
Vía Moscú. Por Iberia, Buenos Aires-Madrid-Moscú-Ekaterinburgo o por cualquiera de las otras aerolíneas europeas, vía Moscú. (15 horas desde Madrid).
http://www.lanacion.com.ar/1706858-ekaterimburgo-donde-europa-se-encuentra-con-asia
Internacional / RUSIA
Putin afianza su liderazgo promoviendo sus ciudades para eventos internacionales
rafael m. mañueco @rafael_manueco / enviado especial. ekaterimburgo
Día 20/05/2013 - 04.28h
Tras cosechar varios éxitos intenta ahora lograr que la ciudad de Ekaterimburgo organice la Exposición Universal de 2020
El presidente Vladímir Putin acudió personalmente a Guatemala en julio de 2007 para defender la candidatura de Sochi como sede de la Olimpiada de Invierno de 2014 y volvió a Rusia con la victoria en el bolsillo. Dos años y medio después, Putin ofrecía el mayor presupuesto para organizar el Mundial de 2018 de fútbol y garantías personales de que todo saldrá impecable. Lo consiguió también.
El Mundial de fútbol tendrá lugar en las ciudades de Ekaterimburgo, Kaliningrado, Kazán, Krasnodar, Moscú, Nizhni-Nóvgorod, Rostov del Don, San Petersburgo, Samara, Sochi, Volgogrado y Saransk. El viceprimer ministro ruso, Arkadi Dvorkóvich, señalaba en una reciente entrevista que «realizamos actividades de gran magnitud de diversos niveles, tanto deportivas como políticas, en diversas ciudades del país». Según sus palabras, «gracias a la preparación para estos eventos desarrollamos la infraestructuras de estas ciudades y las mejoramos».
Pero, promoviendo el mayor número de ciudades rusas para organizar eventos internacionales, Putin realza sobre todo su imagen y afianza un liderazgo cada vez más cuestionado. San Petersburgo y Sochi se han convertido en emplazamiento permanente de cumbres, conferencias y acontecimientos del máximo relieve.
El encuentro que los máximos dirigentes de la Unión Europea y Rusia celebran cada año en territorio ruso se ha organizado en ciudades como Janti-Mansisk, Jabárovsk, Rostov del Don, Nizhni-Nóvgorod, San Petersburgo y Sochi. El próximo mes de junio tendrá lugar en Ekaterimburgo.
La lejana Vladivostok acogió el año pasado la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) y en Kazán se podrá asistir en julio a las competiciones de la Universiada 2013. El foro económico más importante de Rusia lo organiza cada año San Petersburgo mientras Uliánovsk compite con ella para tratar de arrebatarle la capitalidad cultural. Yaroslavl recibe ya de forma permanente el Foro Político Mundial.
Eternizarse en el poder
Las cumbres del grupo BRICS y de la Organización de Cooperación de Shanghái han tenido como marco la ciudad de Ekaterimburgo, que ahora pretende hacerse con la Exposición Universal de 2020. Otra vez se trata de una apuesta personal de Putin con la intención de prolongar indefinidamente su permanencia en el poder. El máximo dirigente ruso se ha reunido ya con Vicente Gonzales Loscertales, secretario de la Oficina Internacional de Exposiciones, y le ha dado su aval. Éste organismo decidirá en noviembre cuál será la sede de la Expo 2020. Las candidatas, además de Ekaterimburgo, son Ayutthaya (Tailandia), Dubái (Emiratos Árabes Unidos), Izmir (Turquía) y Sao Paulo (Brasil).
No obstante, más allá de la firmeza, habilidad y tesón de Putin a la hora de lograr para su país la mayor cantidad posible de eventos mundiales, Ekaterimburgo tiene realmente no pocos atributos para merecer la Expo 2020. La ciudad tiene casi un millón y medio de habitantes, la cuarta más poblada de Rusia, pero en su entorno más próximo viven 22 millones.
Se trata de una de las zonas más densamente pobladas de Rusia. A eso hay que unir su posición geográfica. «Estratégica», según Dvorkóvich, que ha sido puesto al frente del comité de apoyo al proyecto Ekaterimburgo-Expo 2020. La ciudad se encuentra en la vertiente oriental de lo montes Urales. Es decir, en la frontera entre Europa y Asia, prácticamente en el centro de la unión de ambos continentes (1.667 kilómetros al este de Moscú).
El gobernador de Svérdlovsk, Evgueni Kuivashov, presenta la región, dentro de la que está encuadrada Ekaterimburgo, como la «líder en crecimiento económico de Rusia». Está repleta de fábricas metalúrgicas, de maquinaria industrial y armamento. Es también una de las más ricas del país en recursos naturales, sobre todo en minerales.
Ekaterimburgo es por añadidura un importante centro científico, educativo y cultural. Cuenta con abundantes edificios históricos, museos, teatros, institutos de investigación y centros de enseñanza media y superior. También es un relevante nudo de transportes. Constituye una de las paradas obligadas del ferrocarril Transiberiano y tiene un aeropuerto desde el que se puede volar directamente a numerosas ciudades de Rusia, Europa, Asia, América y Oriente Próximo.
Mundial 2018
De cara al Mundial 2018 de fútbol, se proyecta construir una línea férrea de alta velocidad para unir la ciudad con Moscú. En cuanto al transporte urbano, Ekaterimburgo está dotada de una extensa red que incluye el metro y el tranvía. Para la planificación de la ciudad y de la superficie en donde se ubicarían los pabellones de la Expo 2020, las autoridades municipales se están dejando asesorar por el arquitecto español, José Antonio Acebillo.
Ekaterimburgo fue fundada en 1723 por orden del zar Pedro I como enclave metalúrgico, el mayor del mundo en aquella época. El nombre le vino en honor de Ekaterina, la esposa del monarca, pero, en 1924 pasó a llamarse Svérdlovsk. Seis años antes, el 17 de julio de 1918, fue fusilado allí Nicolás II, el último zar ruso, y toda su familia.
La región fue centro de la grandiosa industrialización lanzada en 1924 por Stalin. Surgió la conocida planta de construcción de maquinaria pesada «Uralmash», la mayor de Europa. Durante la II Guerra Mundial se trasladaron allí un gran número de fábricas, laboratorios, instituciones científicas y los fondos de muchos museos, entre ellos el Hermitage. La industria militar cerró la ciudad a cualquier persona que no tuviera el correspondiente permiso y volvió a ser abierta a partir de 1989. Dos años después, recuperó su nombre histórico.
http://www.abc.es/internacional/20130520/abci-ekaterimburgo-rusia-201305191026.html
Ekaterimburgo1 (en ruso: Ltspkr.png Екатеринбург, transliterado como Ekaterinburg o Yekaterinburg2 ) es la capital y ciudad más poblada del Distrito Federal de los Urales y del óblast de Sverdlovsk, Rusia. La ciudad se encuentra situada en Rusia central, en la parte oriental de la cordillera de los Urales. Por lo tanto, está ubicada en el sector asiático de Rusia.
De acuerdo con el censo de 2009, Ekaterimburgo contaba con 1.401.729 habitantes, lo que la convierte en la cuarta ciudad más poblada de Rusia.
La ciudad es el centro administrativo, industrial, cultural, científico y educativo de la región. La Academia de las Ciencias de Rusia tiene en Ekaterimburgo la sede de su rama de los Urales y cuenta con varias instituciones científicas y educativas como la Universidad Técnica Estatal de los Urales. La ciudad dispone del Aeropuerto Internacional de Ekaterimburgo-Koltsovo y un sistema de metro inaugurado en 1991. También es una importante parada del ferrocarril Transiberiano. En Ekaterimburgo se encuentra la Comandancia del Distrito Militar Volga-Urales de las Fuerzas Terrestres de Rusia. Por todo ello la ciudad es también conocida como la "capital de los Urales".3 4
Historia
La ciudad fue fundada el 7 de noviembre de 1723 por Vasili Tatíschev y su nombre alude a Catalina I de Rusia, la segunda esposa del emperador Pedro el Grande y por Santa Catalina de Alejandría.
Después de la Revolución rusa, el 17 de julio de 1918, el emperador Nicolás II, su esposa Aleksandra Fiódorovna y sus hijos, las Duquesas Olga, Tatiana, María, Anastasia, y el zarévich Alekséi fueron asesinados por bolcheviques en la Casa Ipátiev, situada en esta ciudad.
En la década de 1920 Ekaterinburgo se transformó en un importante centro industrial de Rusia. En esta ciudad fue construida la fábrica de maquinaria pesada más grande de Europa, la Uralmash (Уралмаш, que es un acrónimo de Уральский Машиностроительный Завод, cuya transliteración es Uralski Mashinostroítelny Zavod, literalmente "Planta de Construcción de Maquinaria de los Urales").
A partir de 1924 y hasta 1991, la ciudad utilizó el nombre de Sverdlovsk en honor al político soviético Yákov Sverdlov.
Segunda Guerra Mundial
Durante la Segunda Guerra Mundial, muchas instituciones técnicas gubernamentales, así como fábricas enteras, fueron evacuadas a Ekaterimburgo de las áreas afectadas por la guerra (sobre todo Moscú) y muchos permanecieron en Ekaterimburgo después de terminado el conflicto bélico.
En la década de 1960, durante el régimen de Nikita Jrushchov, se construyeron muchos edificios de apartamentos de cinco pisos de diseño homogéneo en los alrededores de la ciudad. La mayor parte de ellos todavía permanecen hoy en Kírovski, Chkálovski, y otras áreas residenciales de Ekaterimburgo.
Postguerra
El 1º de mayo de 1960, un avión espía U-2 estadounidense, pilotado por Francis Gary Powers (empleado de la CIA), fue derribado sobre el óblast de Sverdlovsk. El piloto fue capturado, enjuiciado, y declarado culpable de espionaje. Fue condenado a siete años de trabajos forzados, pero sólo cumplió un año debido a que fue intercambiado por Rudolf Abel, un espía de la KGB de alto rango, que habían detenido en los Estados Unidos en 1957. Los dos espías fueron cambiados en el Puente de Glienicke en Potsdam, en la por entonces dividida Alemania, el 10 de febrero de 1962.
En 1991, la ciudad recuperó su nombre tradicional, aunque su región o provincia (óblast) ha seguido conservando el viejo nombre de Sverdlovsk.
Geografía
Ekaterimburgo está situada en la parte central de Eurasia, a 1.667 kilómetros al este de Moscú,5 y en la vertiente oriental de los montes Urales a orillas del río Iset. Dentro de los límites de la ciudad existen cuatro embalses y cuatro lagos naturales. En el área forestal del distrito Verkh-Isetsky está la frontera entre Europa y Asia. El hito divisorio intercontinental se encuentra a dos kilómetros de la ciudad de Pervouralsk ubicada a 38 kilómetros al oeste de Ekaterimburgo.
La ubicación geográfica de Ekaterimburgo fue muy rentable a lo largo de la historia de Rusia y provocó un impacto positivo en el desarrollo de la ciudad. La ciudad está situada en los Urales Medios, donde las montañas son poco elevadas, lo que sirvió como condición favorable para la construcción de rutas de transporte desde Ekaterimburgo a las principales ciudades de Rusia central y Siberia (gracias principalmente al Transiberiano).
Ekaterimburgo, al igual que el resto de la región de Sverdlovsk, está en la zona horaria de Ekaterimburgo (YEKT). El desplazamiento de UTC es 6:00 y mantiene dos horas de diferencia con la capital Moscú.5
Clima
El clima de la región y la ciudad de Ekaterimburgo es continental moderado,5 con inviernos fríos que duran aproximadamente cinco meses —de noviembre hasta mediados de abril— y temperaturas que puede caer a −40 °C. El verano sobre la cadena de los Urales es corto y dura un promedio de 65 a 70 días con una temperatura media de 20 °C grados Celsius. Por su situación en los Urales Medios, la ciudad está abierta a la penetración de aire ártico frío y fuerte aire continental de la llanura de Siberia Occidental, mientras que del sur llegan masas de aire cálido procedentes del mar Caspio y los desiertos de Asia Central, por lo que el tiempo en la ciudad es muy inestable. El 15 de febrero de 2013 a las 09:31, Un meteorito o bólido de más de 30 toneladas cruzó Ekaterimburgo pero cayó en Cheliábinsk, en el Lago Chebarkul, que causó 1200 heridos por la onda de choque que atacó las ciudades de Kundravy, Miass, Chebarkul, Turgoyak, Zlatoust, Varlamovo, Magnitka, Argajasch, poco en Ufá y Kusa.
http://es.wikipedia.org/wiki/Ekaterimburgo
https://ru.wikipedia.org/wiki/Екатеринбург
http://en.wikipedia.org/wiki/Yekaterinburg
Pinche para ver las Fuentes seleccionadas
Vídeo:
Web recomendada: http://www.ekburg.ru/
Contador: 9108
Inserción: 2014-08-10 19:15:44
Mostrando Registros desde el 1 hasta el 0 de un total de 0
Visitas |
Más visitados Basílica de San Marcos 150597 Catedral de Notre Dame (París) 139465 Torre de Pisa 129051 Monte Saint-Michel 98308 Presa de las Tres Gargantas 75425 |
Incorporaciones |
Comentarios granylator Central hidroeléctrica de Sarátov Производим оборудование для гранулирования корма. Arq. Jaime Fuentes Flores Torres Obispado EXTRAORDINARIO . FELICIDADES . Un Cordial saludo Directivos y Personal de ... hazola Cúpula de la Roca gracias me... gera Buenos Aires las mejores fotos de la mejor ciudad del... Daniel M. - BRASIL San Francisco ... |