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Esferas de piedra de Costa Rica

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Tipo: Estatuas

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Continente: América

País: Costa Rica

Localización:

Año: 200

Estado: Terminado

Descripción:Las enigmáticas esferas de piedra de Costa Rica

Alberto Sibaja A. sibowak@ice.co.cr

RESUMEN

El Delta del Diquís, ubicado en el pacifico Sur de Costa Rica, en la baja Centroamérica, alberga una de las manifestaciones escultóricas y culturales, más sorprendentes y singulares de toda la América prehispánica.

Se trata de las monumentales esferas de piedra descubiertas en la espesa jungla tropical costarricense, donde en otras épocas se desarrollara una particular cultura amerindia que dominó todo el delta y un amplio territorio en torno a él.

El alto grado de perfección de estas singulares esculturas aborígenes y la gloriosa manifestación de su pasado, evocan incógnitas similares a las planteadas por las pirámides mayas y aztecas, las gigantescas cabezas de la isla de Pascua, los ciclópeos muros de Sacsayhuamán, los monumentos olmecas, las reliquias de Anáhuac, o la encumbrada ciudad de Machu Pichu, entre muchos otros tesoros amerindios.

Los ineludibles siglos han borrado el nombre de la notable civilización que las esculpió, pero las edades no pudieron destruir sus esféricos monumentos ni corromper el oro de sus orfebres.

Esferas de piedra en Costa Rica

Las primeras esferas de piedra fueron descubiertas en el Delta del Diquís en el año de 1939, cuando la “United Fruit Company”, transnacional estadounidense, inició la siembra de miles de hectáreas de plantas de banano.

En aras del progreso se deforestó de manera meticulosa toda la rica selva tropical que encubrió por siglos el tesoro arqueológico escondido en el Delta del Diquís.

Los protectores árboles y cientos de especies vegetales y animales, perdidas para siempre, fueron incapaces de oponer resistencia a las hachas, cierras mecánicas, tractores y demás maquinaria de la “prosperidad”.

Miles de objetos arqueológicos incluyendo gigantescas estatuas antropomorfas y esculturas zoomorfas, aparecieron por aquí, por allá y acullá.

Los vestigios fueron removidos fácilmente conforme el acero de nuestra civilización avanzaba inexorable.

Toda tumba el la región fue profanada y saqueadas sus ricas ofrendas fúnebres. Los restos mortales de antiguos reyes y poderosos sacerdotes fueron a parar junto a los escombros de la floresta. Pero aquellos impecables trabajos de “limpieza del bosque” chocaron de frente con la rebeldía de unas imponentes rocas redondas de tamaños y volúmenes diversos.

Conforme se adelantaba en la empresa, las estorbosas pelotas de piedra mostraron un rasgo en común: su forma increíblemente análoga.

Centenares de esferas plagaban literalmente los futuros campos de siembra. Aquella, por demás extraña, cosecha neolítica brotaba incansable conforme se desollaba la selva.

Las había del diámetro de unos pocos centímetros, muchas superaban el metro y medio, las gigantes sobrepasaban los dos metros de diámetro.

Los asustados peones, informaron a su patrón inmediato del problema. Este era el estadounidense George P. Chittenden, quien trabajaba como explorador y comprador de tierras para la “United Fruit Company” en el Delta. Chittenden ordenó desalojar las esferas que podían ser palanqueadas y empujadas por los tractores, -Si son redondas rodarán- dijo a sus subalternos. Mas hubo de esperar a que maquinaria especializada llegara a la zona para desalojar a las más pesadas.

Chittenden informó del hallazgo a su compatriota, la arqueóloga Doris Stone, quien radicaba en Costa Rica, ella le suplicó encarecidamente que no moviera más los objetos hasta que pudiera analizarlos.

-Casi todos ya han sido removidos, pero dejaré futuros descubrimientos en su lugar, en tanto no demore usted mucho su llegada.- prometió el capataz.

La arqueóloga llegó a las fincas bananeras en abril de 1940, bajo el sofocante calor de la estación seca.

La devastación y el saqueo de los sitios de interés científico la decepcionaron en gran manera, sin embargo dedicó casi un año de estudios en la zona.

La doctora Stone realizó significativos descubrimientos, pero le fue imposible obtener una datación coherente de los monolitos, ni esclarecer su posible origen y por supuesto tampoco logró hallar evidencias arqueológicas que justifiquen la perfección de su manufactura.

En 1943 publicó sus observaciones. Los pioneros trabajos de la doctora Stone han sido de gran importancia para los estudiosos que la precedieron.

Ella observó muchos grupos de esferas y se enteró que estas estuvieron acompañadas por grandes estatuas de piedra que representaban figuras de animales y humanas. Hoy los astrofísicos que estudian en épocas de equinoccio y solsticio los alineamientos de las esferas, lamentan la pérdida absoluta de la posición exacta de estas inmensas estatuas, pues al ser relevadas de sus primigenios lugares, se perdió con ello la observación de las sombras y luces reflejadas por el sol, en su trayectoria anual aparente (eclíptica) y su posible utilidad como calendario astronómico.

La doctora Stone fue la primera en percatarse que en toda la zona del Diquís, no existen canteras del material utilizado en la fabricación de las esferas (granodiorita y gabros, variedades del granito). Registró además la forma misteriosa en que los monumentos estaban alineados. Ponderó el peso de las más grandes y no dejó de preguntarse, de qué manera aquellos aborígenes pudieron trasladar desde las lejanas canteras, monolitos superiores a las 16 toneladas.

Años después, en 1948, el reconocido arqueólogo Samuel K. Lothrop, experto en civilizaciones indígenas americanas, regresa a Costa Rica para continuar su trabajo en la Península de Nicoya, al norte del país, pero se topa con un pueblo en revolución, los combates se desarrollaban desde la capital (San José) hasta la frontera con Nicaragua.

Oportunamente es invitado por la Dr.Stone para visitar el Delta del Diquís, asegurándole un lugar alejado de las escaramuzas. Lothrop quedó fascinado por la riqueza arqueológica del Delta y dio inicio a su exhaustiva investigación.

En 1963, el museo Peabody de Cambridge, Massachussets, U.S.A. publica sus investigaciones bajo el titulo: “Archeology of the Diquís Delta Costa Rica”.

Si bien, este experto en civilizaciones precolombinas no logró formular ninguna hipótesis con respecto a la cultura de los “hacedores de esferas” fue él junto a la Dr. Stone quienes constituyeron la avanzada de posteriores descubrimientos.

Las investigaciones de estos pioneros, anunciaron al mundo que las esferas de piedra halladas en Costa Rica, poseen (entre muchas más) cuatro notables características que las distinguen de otras esferas prehispánicas reportadas en el continente Americano:

1) La extraordinaria cantidad producida.

2) Su gran tamaño y perfección esférica.

3) El fino acabado en sus superficies.

4) El hallazgo de conjuntos de esferas formando alineaciones o figuras geométricas.

¡No existe registro alguno de esferas de piedra, en toda la América, ni en el resto del mundo que reúnan las características señaladas!

Luego de la publicación del libro de Samuel Lothrop, un numeroso contingente de científicos he investigadores de todo el mundo, especialistas en diversas ramas, intentan dar respuestas a las principales interrogantes que plantean las esferas del Diquís. ¿Quiénes las hicieron? ¿Cómo fueron realizadas? ¿Qué edad tienen? ¿Con qué propósito fueron hechas? ¿Qué significan?

El Museo Nacional de Costa Rica, desarrolló en la década de 1990 el proyecto “Hombre y ambiente en el Delta del Diquís” cuyo propósito fue el de arrojar más luz sobre el misterio de las esferas y sus creadores. Las exploraciones continúan aun, y hoy día empezamos a conocer algunas respuestas en torno a esta sorprendente manifestación cultural.

La evidencia arqueológica y antropológica actual nos revela: Las esferas de piedra fueron construidas por una nación amerindia, que se instaló y desarrolló en el Delta del Diquís, desde tiempos inmemoriales. El grupo humano responsable de las esferas, estuvo altamente organizado. La manufactura de esferas fue realizada por medio de las ancestrales técnicas de picado y pulido de la roca. Su fabricación se dio en un ininterrumpido periodo que abarcó más de un milenio, las esferas más antiguas datan de unos 200 años d.C. y se continuaron haciendo hasta poco antes del contacto español.

El lastimoso desarraigo de las esferas se promovió metódicamente desde su descubrimiento en 1939. Las familias de abolengo, máxime las hacendadas en el valle central, empezaron a utilizar estas desprotegidas esculturas antiguas, como ornamentos del césped.

Para los años 60 constituían una especie de moda entre las alcurnias, un emblema de poder económico, político y social. Fueron pocas las mansiones o edificios de gobierno que no exhibían uno de estos monumentos en sus jardines. A esto debemos sumar las decenas de esferas gigantes que fueron sacadas ilegalmente del país y hoy están en manos de coleccionistas privados de todo el mundo.

La indiscriminada remoción de los arcaicos monolitos esféricos de sus contextos originales, junto a la estatuaria asociada a estos, a limitado a los científicos con respecto a la posible utilidad de las esferas en la era prehispánica, sin embargo los registros de los primeros arqueólogos, y las pocas esferas “in sito” que aun quedan en el Delta, demuestran que originalmente fueron colocadas en extensas plazas públicas, formando alineamientos: rectos, triangulares, curvos, rectangulares, etc. Esto sugiere un uso asociado a calendarios astronómicos en función del ciclo agrícola y de las periódicas inundaciones que se dan en la llanura aluvial.

Para estudiar mas a fondo esta posibilidad, entre otras, el Museo Nacional de Costa Rica impulsa el ambicioso proyecto denominado “Parque temático de las esferas” el cual pretende repatriar las esferas dispersas en todo el territorio nacional y fuera de él, a su región original: El Delta del Diquís. He intentar reconstruir sus posiciones originales. De lograrse tan maravillosa idea, el mundo recuperará un espectáculo incomparable.

El monumental trabajo que supuso el labrado, picado, pulido y movilización de grandes y pesadas esferas de granito sólido, nos provoca una profunda admiración y respeto por sus hacedores, quienes tuvieron la inmensa capacidad para realizar tan singular obra, equipados tan solo de herramientas de piedra y materiales vegetales.

Lo realmente admirable de los prehistóricos hacedores de esferas del Delta del Diquís, no son las esferas pétreas en si mismas, las cuales lograron con tan sorprendente maestría, sino el cómo, bajo cuál atmósfera socio-cultural y con qué instrumentos de trabajo las realizaron. Y ante todo, cómo fue posible que estos amerindios del neolítico, desarrollaran el tan abstracto concepto de la esfericidad, mismo que no alcanzaron las grandes civilizaciones de Mesopotamia, Egipto, Siria, Grecia, Roma, etc.

El mejor tributo que podemos dar a nuestros antepasados históricos, es reconstruir la obra que ellos edificaron en siglos, y nuestro arrogante progreso borró en pocos años.

Las esferas de piedra del Diquís no son tan solo un importante legado cultural para los costarricenses, constituyen además un precioso patrimonio para toda la humanidad.

http://www.rupestreweb.info/esferas.html

Fue durante los años cuarenta, cuando una compañía bananera norteamericana comenzó su explotación en el delta del Diquis, al suroeste de Costa Rica, cuando al iniciar las labores de limpieza del bosque, preparándolo para el cultivo, se descubrieron unas imponentes piedras rocosas de distintos tamaños y con forma esférica.

LOS TAMAÑOS

Son de tamaño variable. Las más pequeñas tienen sólo unos pocos centímetros de diámetro y las esferas más grandes llegan a tener un diámetro superior a los dos metros, llegando a pesar estas últimas hasta 16 toneladas.

Están construídas en piedras de granito, andesita y roca sedimentaria. Se cree que las piedras fueron transportadas por el rio desde muchos kilómetros de distancia hasta su localización actual, puesto que estos tipos de piedra no se han hallado en la zona del delta del Diquís.

Aunque la mayoría de las esferas se encuentran en enclaves arqueológicos precolombinos, no hay forma de saber si fueron realizadas por estos o por alguna otra cultura anterior a esta.

LAS INVESTIGACIONES

Inmediatamente despues de su descubrimiento, la arqueóloga Doris Stone, realizó una serie de investigaciones que resultaron vanas al no poder datar la antigüedad de las piedras, con qué herramientas fueron tan perfectamente realizadas y tampoco el origen de estas.

Posteriormente, Samuel K. Lothrop, experto en civilizaciones indígenas y arqueólogo, se propuso desvelar el enigma de estas piedras esféricas, pero no pudo formular ninguna teoría concluyente.

Más recientemente, grupos de arqueólogos han investigado con métodos más modernos las esferas de Diquis, llegando a la conclusion de que estas se comenzaron a realizar hace unos 3000 años.

LAS TEORÍAS

Las antiguas leyendas decían que en su interior se escondian piedras preciosas y oro, siendo esto el final de muchas de las piedras debido a que mucha gente se dedicó a buscarlas y destruirlas, no hallando ningún tesoro en su interior.

Las teorías entorno a las esferas de piedra, al igual que otras que giran alrededor de otros antiguos enigmas de los que no se tiene conocimiento de sus orígenes, son muchas y variadas.

Algunos arqueólogos piensan que las piedras fueron creadas por la antigua y bélica tribu de los Chibcha, utilizando prisioneros de guerra como esclavos para trabajar las piedras, utilizándolas como símbolo de poder entre grupos y que el tamaño de las esferas iba relacionado con el status de cada pueblo.

También existe la teoría de la representación astronómica. En dicha hipótesis (divulgada por el investigador Michael O'Reilly) se identifica a las piedras como posibles cartas celestes con una finalidad ceremonial o a modo de calendario orientativo.

En 1979 se encontró una de estas piedras en Guayabo de Turrialba (provincia de Cartago), la cual pudo haber tenido la función de calendario de precisión y que junto al uso de objetos astronómicos de poca magnitud, daba detalles de fechas como los solsticios, el día más largo del año y la duración de la época de lluvias.

Esta teoría se basaba en fundamentos lógicos fruto de un estudio serio, aunque carecía de contexto.

Otra teoría nada convencional, realizada por el antropólogo estonio Ivar Zapp en su libro "La Atlántida en América", afirma que las piedras podían ser originarias de la Atlántida, isla-continente desaparecida hace 12.000 años, y aunque las autoridades arqueológicas de Costa Rica no están muy de acuerdo con esta teoría, el International Biographical Centre, mencionó a Zapp como uno de los científicos más connotados del siglo XX.

Iván Zapp descubrió con la ayuda de Carlos Araya (Comandante de las Líneas Aéreas de Costa Rica) y un atlas, normal al principio y de Mercator (atlas que tiene en cuenta la curvatura de la Tierra) posteriormente, que las esferas tal y donde estaban situadas cuando se descubrieron, señalaban a distintas direcciones, igual que si fueran mapas a gran escala.

Uno de los aliniamientos desenterrados por los arqueólogos mostraba el trayecto en línea recta que conduce hasta la Isla del Coco, después a las islas Galápagos y finalmente hasta la Isla de Pascua. Un segundo grupo de rocas apuntaban a las islas de Jamaica, Cuba y Bermudas. Mientras que otras estaban orientadas hacia Giza, en Egipto y a Stonenhenge en Inglaterra.

Confirmando de este modo que se trataba de rutas hacia otros lugares del planeta.

Las teorías más extravagantes hablan de la posibilidad de que las piedras esféricas fueran realizadas por seres provinientes de otros planetas y estas fueran el legado de su visita.

Después de todos estos años, las mismas preguntas que se realizaron en su descubrimiento, siguen vigentes aun:

¿Quien creó estas esferas?, ¿Cómo realizaron de forma tan precisa la forma esférica a las piedras?, ¿Qué significado tenian?.

http://joseluisfdez.eresmas.com/pecr.htm

http://plqhq.blogspot.com.es/2010/07/las-esferas-de-costa-rica.html

http://plqhq.blogspot.com.es/2010/07/esferas-de-piedra-por-todos-lados.html

http://zuzutop.com/2010/05/costa-ricas-stone-spheres-covered-by-the-veil-of-mystery/

http://serenityinthegarden.blogspot.com.es/2010/09/round-stone-spheres-of-costa-rica.html

http://www.celticnz.co.nz/Costa Rica/StoneBalls4.htm

http://www.taringa.net/posts/info/12357929/Extranas-esferas-en-Costa-Rica.html

Las misteriosas esferas de piedra de Costa Rica

ABC.es | MADRID

Actualizado Miércoles , 24-03-10 a las 13 : 03

Las misteriosas esferas de piedra de Costa Rica se hicieron mundialmente famosas por aparecer en la secuencia de inicio de la película «En busca del arca perdida», en la que una de estas reliquias misteriosas, obviamente una maqueta, rodaba a gran velocidad a punto de aplastar al mismo Indiana Jones. Actualmente, se conoce la existencia de 300 de estas bolas de distinto tamaño -la más grande pesa unas 16 toneladas y mide dos metros de diámetro-, la mayoría concentradas en la región del Delta de Diquís.

Los científicos no saben para qué se hicieron ni qué sentido les daba la gente que las construyó. Creen que las rocas más antiguas fueron elaboradas el año 600 después de Cristo, aunque casi todas aparecieron alrededor del año 1.000, antes de la conquista española. La incógnita de su origen ha fomentado las más disparatadas teorías, desde que están asociadas con la pérdida del continente de la Atlántida, hasta que están relacionadas con Stonehenge o con las estatuas de la isla de Pascua.

John Hoopes, un profesor de antropología de la Universidad de Kansas, ha viajado a Costa Rica para estudiar estas esferas y evaluar su valor, ya que la UNESCO estudia concederles el estatus de Patrimonio de la Humanidad. Su informe ayudará a determinar si merece la pena proteger los lugares donde se encuentran las rocas. Muchas permanecen en buen estado en los lugares originales donde fueron descubiertas, pero otras han sido reubicadas o dañadas debido a la erosión, los incendios o el vandalismo.

El equipo de Hopes ha realizado pruebas de radiocarbono en los depósitos arqueológicos donde se han encontrado las rocas para determinar su edad, pero reconoce que es un método poco efectivo, ya que «esta metodología dice el último uso de la esfera, pero no cuándo se hizo. Estos objetos pueden haber sido ser utilizados durante siglos».

Civilizaciones imaginariasAlgunas teorías relacionan las esferas con el fin del continente de la Atlántida, las piedras de Stonehenge o las figuras de la isla de Pascua. Incluso hay quien cree que son ayudas a la navegación. «Los mitos se basan en uns especulaciones muy ramplonas sobre antiguas civilizaciones imaginarias o visitas de extraterrestres», apunta Hoopes. A su juicio, las esferas tienen que ver con la cerámica y los materiales típicos de las culturas precolombinas del sur de Costa Rica. Se fabricaron «picando, moliendo y golpeando» con alguna especie de martillo. Algunas de las esferas todavía tienen la marca de los golpes.

Pero, ¿para qué se hicieron? «En realidad no sé por qué», reconoce Hoopes. «La gente que las hizo no dejó ningún documento escrito. Solamente tenemos los datos arqueológicos para tratar de reconstruir el contexto, ya que la cultura de las personas que las hicieron se extinguieron poco después de la conquista española». Hoopes ha creado una página web para derribar algunos de los conceptos erróneos y fantasiosos acerca de las esferas, que poco tienen que ver con ciudades perdidas o naves espaciales.

http://www.abc.es/20100323/ciencia-tecnologia-paleontologia/misteriosas-esferas-piedra-costa-201003231602.html

http://posingfacts.blogspot.com.es/2010/05/mysterious-stone-spheres-of-costa-rica.html

Las enigmáticas esferas de piedra en Costa Rica

Uno de los legados más sobresalientes y enigmáticos que nos ha heredado la cultura prehispánica, han sido las esferas de piedra, encontradas de forma abundante en la zona del Pacifico Sur en el Delta del Diquis; desde su descubrimiento oficial en el año 1939 el debate entre científicos, arqueólogos, antropólogos, filósofos, grupos espirituales y artistas, acerca su procedencia, su elaboración, su naturaleza en si y su significado se mantiene latente.

Muestra del valor cultural de este legado precolombino, símbolo de la cultura de los pueblos prehispánicos, es el que el banco Nacional mandara a decorar los billetes de cinco mil colones con esferas de piedra junto con otros elementos precolombinos característicos de la zona Sur. De cualquier manera que se quiera ver este asunto, ya sea como comercialización de la esfera o esfuerzo de dar a conocer la esfera de piedra como símbolo nacional, el tema de las esferas de piedra ya alcanzaba ámbitos lejanos a las fronteras costarricenses.

Las esferas de piedra han sido encontradas en gran cantidad en el cantón Osa, en el Delta del Diquí, pero en otros continentes también se han dado estos hallazgos; en el antiguo pueblo de Cartago al norte de África, en Cuba, en Bosnia, en Nueva Zelanda, en la Isla de Pascua, en Venezuela y en China. En cada uno de estos contextos, las percepciones que han manejado acerca el origen y procedencia de dichas esferas de piedra van desde que han sido creadas por efecto de la naturaleza (cantos rodados) , bombas volcánicas, traídas por seres de otros planetas, o parte de un continente perdido, o simplemente un rotundo misterio.

En nuestro país no tenemos que viajar hasta la zona Sur para observar una muestra de este misterio, algunas esferas de piedra han sido reubicadas en instituciones públicas de manera decorativa: la facultad de Agronomía de la Universidad de Costa Rica, el Edificio de la Corte Suprema de Justicia, El parque de la Merced, El Aeropuerto Daniel Oduber, el Museo del Niño, las afueras del edificio municipal de Ciudad Cortez en Osa y el Museo Nacional. Luego de la década de 1940, es que muchas de estas esferas fueron transportadas no solo a distintas partes del país con fines decorativos o por los coleccionistas privados, también llevadas fuera del país por extranjeros o en forma de obsequios (Sibaja, Alberto;2004:35-36).

En Costa Rica distinguidos arqueólogos, como Ifigenia Quintanilla, Francisco Corrales, Adrián Badilla, han desarrollado investigaciones buscando responder distintas inquietudes, ¿Cómo se elaboraron?, ¿Quiénes las tallaron? ¿Cuándo fueron realizadas? ¿Cuál es su significado? ¿Cuál fue su función?

Estas investigaciones se han desarrollado sobre una gran incertidumbre, ya que las esferas en su mayoría fueron removidas de los lugares donde se encontraron, y todo lo que se conoce como el contexto fue alterado. Igualmente muchas de las esferas fueron transportadas a Palmar sur, terminando como simples ornamentos, perdiéndose aún más las posibilidades de hacer fechamientos de las esferas, ya que se carecen de restos orgánicos, y se perdieron los elementos asociados como enterramientos cerámicos, al ser sido cambiados de lugar.

Impresionante hallazgo

Es a finales de 1930, en la zona del Diquís cuando la transnacional United Fruit Company inicia las labores respectivas para dar rienda suelta al cultivo del banano, la maquinaria pesada dio inicio a su trabajo de desmantelamiento de la zona boscosa y posteriormente se da el descubrimiento de distintos tipos de material precolombino: metalurgia, estatuas aplanadas, y esferas de piedra de distintas dimensiones. Lógicamente se dio todo un saqueo de las ofrendas funerarias, donde abundaba el trabajo en oro, lo cual le dio ingresos importantes a las personas de la zona y trabajadores, entre otros. (Sibaja, Alberto;2004:25).

Por otro lado, el descubrimiento cada vez más cuantioso de esferas de piedras y las dimensiones que alcanzaban tales esferas, llego a incomodar la labor de los trabajadores, así que lo comunicaron con el encargado de “limpieza” de la zona, George P. Chittenden. Luego Chittenden lo comunicó a Doris Stone, que resulto muy interesada en el tema y comenzó sus estudios de las esferas de piedra. Posteriormente otro investigador, Samuel K.Lothrop se vio interesado en los hallazgos, convirtiéndose estos dos personajes en los primeros en mostrar algunos datos sobre la perfección de su elaboración y sobre su época de elaboración. La doctora Stone fue la primera en percatarse que en toda la zona del Diquís, no existen canteras del material utilizado en la fabricación de las esferas (granodiorita y gabros, variedades del granito). Registró además la forma en que los monumentos estaban alineados y ponderó el peso de las más grandes.

Según Ifigenia Quintanilla, se han descubierto más de 200 esferas en toda la zona sur de Costa Rica, que van desde los 10 centímetros de diámetro hasta los 2,57 metros, con cerca de 15 toneladas de peso, y asegura, que fueron elaboradas con herramientas hechas de piedra. También afirma que el transporte de las piedras se llevó a cabo con un trabajo colectivo basado en la fuerza humana, pues en ese entonces no se utilizaban animales para ese trabajo, y que las esferas representan el concepto del mundo que tenían los indígenas (Ifigenia,2007). Estudios realizados con instrumentos de alta tecnología han demostrado que las esferas, hechas entre los años 200 y 1.500 d. C, tienen una perfección en su redondez del 95 por ciento.

Estas obras están compuestas por tres materiales: grano de orita, gabro y piedra caliza, típicos de las montañas de la zona y cercanías del río Térraba, ubicado a unos cinco kilómetros del sitio arqueológico. Muchas fueron destruidas para comprobar la creencia de que en su centro contenían oro o jade, dos materiales preciosos utilizados por los pueblos precolombinos de la región.

En los dos últimos años se han descubierto en Finca 6 dos montículos de 30 metros de diámetro con una base de piedra y una calzada, que pudieron ser centros ceremoniales o las casas de dos importantes líderes indígenas.

Las esferas han sido investigadas por numerosos arqueólogos, pero ninguno ha podido determinar aún por qué están alineadas en formas geométricas determinadas, aunque se sospecha pueden estar relacionadas con los equinoccios y solsticios.

El misterio de las esferas de piedra

Son variadas las funcionalidades o como comenta Alberto Sibaja, un investigador del tema de las esferas y en general de las culturas indígenas costarricenses. Podríamos hablar acerca de las esferas como un elemento de las culturas precolombinas relacionado con la actividad económica, es decir que reflejan el desarrollo de esta zona que alcanzo el plano cultural, ideológico, simbólico. Desde otra perspectiva, podríamos ver las esferas como un medio de comunicación social, es decir que se encontraban al igual que hoy día, en áreas públicas, lo cual no se puede afirmar o no, ya que las esferas fueron removidas de sus lugares originales.

Este mismo autor, Alberto Sibaja, resume las distintas ideas acerca el significado de las esferas: símbolos de poder, símbolos femeninos relacionados con la fecundidad y ofrenda, connotaciones religiosas, místicas, mágicas, viajes inter-estelares ,calendarios astronómicos, señales de visitas de seres de otros mundos, símbolos mitológicos relacionados con el sol y la luna, representaciones de constelaciones estelares, emblema del pueblo de Diquis, entre otras (Sibaja:112-113).

Una de las hipótesis que irremediablemente no se podrá aclarar es si estas esferas formaron alguna alineación con los equinoccios o solsticios como otras muestras de arte antiguo. Por otro lado, sí se ha podido asociar la presencia de las esferas de piedra con antiguos asentamientos indígenas, es decir antiguamente la zona del Delta del Diquis, fue una zona de importante intercambio cultural y comercial; así como una zona de suelos fértiles, abundante flora y fauna, y un desarrollo importante de la metalurgia o el trabajo en metales. Todo esto unido, dio a esta zona un gran desarrollo, un excedente en producción, la existencia de artesanos desarrollados, y la presencia de una casta real, sacerdotes.

Es importante mencionar, además de las enigmáticas esferas de piedras, otras muestras importantes de arte precolombino son las estatuas aplanadas de base de espiga, que tienen formas antropomorfas y zoomorfasformas, y el trabajo en metales. Es decir, que en esta zona se desarrollo una cultura prehispánica bien desarrollada, la cual pudo llegar a desarrollar igualmente como lo hicieron otras culturas antiguas precolombinas importantes obras artísticas.

Las esferas de piedra encontradas en nuestro país, según Alberto Sibaja, mantienen características particulares ante otras esferas de piedra; la cantidad de esferas, la perfección esférica, el fino acabado, los alineamientos observados. Estos elementos son los que discuten la hipótesis de que las esferas son resultado de las fuerzas de la naturaleza, y es que es muy distinto un canto rodado a este tipo de esfera.

Finalmente es el cantón de Osa una zona de gran distinción en el país, por lo cual en conjunto el Museo Nacional y la comunidad han desarrollado el Parque temático, el segundo parque arqueológico del país. Un parque de 10 hectáreas para proteger aquellas que aún están en la Finca 6 y se trabaja en la devolución de las que han sido identificadas y rescatadas. En este parque se trata de recuperar la vegetación original, posteriormente la señalización correspondiente del lugar, el trazo de recorridos, y una sala de exhibición. Las esferas de piedra son abundantes en el Cantón de Osa, y en este momento el Museo Nacional está preparando un expediente para que el paisaje cultural del Delta del Diquís sea declarado patrimonio de la humanidad por parte de la UNESCO.

La autora del libro “Las esferas precolombinas de Costa Rica”, Ifigenia Quintanilla, expone el estudio de las esferas como parte de otro objetos precolombinos, es decir que deben entenderse como un trabajo humano y que gracias a las investigaciones se puede comprender la manufactura de las esferas, pero el entendimiento de su funcionalidad, significado, ira avanzando de la mano de las investigaciones posteriores.

Es decir que se continuara hablando de las esferas de piedra de Costa Rica, dentro y fuera del país, como un elemento artístico misterioso, enigmático. Realmente muchas de las hipótesis acerca las esferas suenan descabelladas, no tienen base de ningún tipo; es en conjunto la arqueología, antropología, la tecnología, la ciencia y finalmente la comprensión de la ideología y las habilidades de las culturas precolombinas lo que lleve al entendimiento de las esferas de piedra. Lastimosamente muchas de las esferas se encuentran enterradas, descuidadas, y poco a poco se han ido deteriorando y otras como les he comentado se encuentran decorando edificios, lo mismo sucede con el Primer parque arqueológico del país, Guayabo, y con otros asuntos indígenas del país.

Si bien los pueblos indígenas marcharon de la mano de la falta de tecnología, son muchos los legados que heredaron los pueblos antiguos a la humanidad en cuanto a astronomía, arquitectura; y los antiguos pobladores de nuestro país no se quedaron atrás, si bien hay muchas preguntas sin respuestas en cuanto a las esferas pero lo seguro es que fueron fabricadas por un pueblo prehispánico de la zona sur de Costa Rica, así que son un símbolo nacional parte importante de nuestro pasado cultural, mas allá de otros símbolos superficiales de la sociedad costarricense.

Fuente :

Grupo Conarte ‘Costa Rica para todos’

Creado por Lautaro Lavarello Jufré

http://es.globedia.com/enigmaticas-esferas-piedra-costa-rica

http://www.skyscrapercity.com/showthread.php?t=1016385

http://enigmasymitos.blogspot.com.es/2010/10/las-esferas-de-costa-rica.html

http://www.southerncostarica.biz/spanish/Palmar-Norte/cat-areas-de-conservacion/Esferas-de-Piedra-Precolombinas-de-Costa-Rica/300/

Las Esferas de piedra de Costa Rica son un grupo de más de quinientas petrosferas ubicadas principalmente en el sur de Costa Rica en la llanura aluvial del Delta del Diquís (confluencia del río Sierpe y el Río Grande de Térraba), en la Península de Osa y en la Isla del Caño.

Las esferas son conocidas localmente como “Las bolas de Costa Rica”. Como conjunto se consideran únicas en el mundo por su número, tamaño, perfección, formación de esquemas organizados y abstracción ajena a modelos naturales.

Descripción

Las dimensiones de las esferas oscilan en un rango de los 10 centímetros hasta los 2,57 metros de diámetro y su peso llega a superar las 16 toneladas. La mayoría están hechas en piedras duras como granodiorita, gabros y algunas pocas en caliza. Los arqueólogos a través de la estratigrafía de su emplazamiento y de otros objetos encontrados en su cercanía, estiman que las piedras fueron ubicadas por los indígenas de la zona entre el [[siglo IV a. C.|300 a. C. y el 300 d. C., pero el trabajo escultórico aún no ha podido ser datado científicamente.

También se han encontrado junto a objetos del tipo “cerámica polícroma de Buenos Aires” (1000−1500 a. C.) y se ha establecido que la zona estuvo habitada al menos desde el 6000 a. C.. Han sido descubiertos 34 sitios arqueológicos, desde el delta del Diquís en el sur, la Isla del Caño a 17 kilómetros de la costa, llanuras atlánticas hasta en Papagayo, Golfo de Nicoya (a 300 km al norte del delta del río Diquís.

Hoy cientos de estas esferas pequeñas se encuentran en colecciones privadas y museos dispersos por el mundo.

Historia

La primera incursión española en la zona data de 1516, cuando Hernán Ponce y Bartolomé Hurtado partieron de la Península de Azuero en Panamá hasta las costas del delta. Luego en 1522 Gil González Dávila junto a su piloto Andrés Niño, navegó desde el golfo de Chiriquí hasta el mismo delta del río Diquís. Con un grupo de exploradores, Gil González marchó por tierra hasta la zona conocida hoy con el nombre de Palmar, no sin antes tomar por asalto la villa del cacique Coto ubicada en las cercanías del río que hoy lleva su nombre. Ninguno informó como llamativo nada más que el abundante oro que usaban los «salvajes» de la zona.

En 1547, en Los anales sur-americanos, Francisco Pizarro ―el conquistador del Perú― declaró: «Escuché que los altos señores de este imperio [Perú] se reúnen cada cuatro años en el País de las Bolas, donde al parecer reciben consejos de grandes sabios». Es poco probable que cada cuatro años llegaran indígenas desde el Perú, pero en Costa Rica se han descubierto objetos e influencias artesanales tanto de mayas (de Guatemala), olmecas y aztecas (de México, muy lejos desde el norte) como de chibchas (de Colombia), quechuas e incas (desde Perú, muy lejos en el sur). Por ejemplo existió una escuela de sukías llamada Guayabo, ubicada en Turrialba de Cartago.

Cuando el conquistador español Juan Vázquez de Coronado en el año 1563 estuvo en el valle del Diquís, informó al rey Felipe ―con carta fechada el 2 de julio de ese año― en detalle todo lo que vio y «recolectó», pero no describió nada parecido a esferas de piedra.

Descubrimiento

Ahora conocemos las bolas de piedra por su descubrimiento en 1939, cuando la compañía bananera estadounidense Standard Fruit Company empezó a deforestar tales territorios para cultivar banano. Desde entonces se vieron como un misterio y los estadounidenses dinamitaron algunas de ellas, por la creencia de que en su interior podría haber oro.

La primera mención internacional fue un pequeño artículo arqueológico de Doris Stone publicado en 1943 en la revista American Antiquity, atrayendo la atención de Samuel Kirkland Lothrop (del Peabody Museum y la Universidad de Harvard), quien en 1948 estaba en Costa Rica. Contactó en San José a Doris Stone, quien le aportó información y contactos para investigar en zona más conocida donde estaban apareciendo las esferas de piedra. Finalmente Lothrop publicó sus investigaciones en su libro Archaeology of the Diquís Delta. Costa Rica, 1963.

Desde 1970 las autoridades del Gobierno protegen las esferas de piedra precolombinas y sus emplazamientos. Se han reensamblado algunas dinamitadas bajo el cuidado del Museo Nacional, quien con el apoyo de la ley está recuperando otras que habían sido trasladadas por particulares a empresas, residencias e instituciones públicas.

Los estudiantes y vecinos de Palmar Norte bloquearon las calles para impedir la salida de los camiones que intentaban robarlas.

http://es.wikipedia.org/wiki/Esferas_de_piedra_de_Costa_Rica

http://web.ku.edu/~hoopes/balls/

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Web recomendada: http://www.monografias.com/trabajos910/esferas-piedra/esferas-piedra2.shtml

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