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Nombre:

Leópolis

Otro: Lviv, Lvov

Localización:

Tipo: Urbanismo

Categoría:

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Continente: Europa

País: Ucrania

Localización: Óblast de Leópolis

Año: 1247

Estado: Terminado

Descripción:Guía turístico de Lviv - Lugares de interés

Lviv es una ciudad conocida en toda la Europa por su maravillosa herencia cultural y arquitectónica. A menudo la llaman “perla” de Europa Oriental, porque le encanta a todo el mundo con su peculiaridad y esplendor y deja una impronta imborrable en la memoria de sus huéspedes.

En Lviv están reunidos múltiples monumentos, museos, teatros, iglesias, cafeterías y restaurantes con su propia atmósfera, ubicados en sus callejuelas pavimentadas y entrelazadas. Imaginaos lo inapreciable que son su teatro de ópera, la torre de pólvora, el Ayuntamiento en la plaza del Mercado, la Catedral Dominicana, el cementerio de Lychakisvskiy y no son todas las curiosidades que encierra la ciudad.

En la parte antigua de la ciudad se sitúa la plaza del Mercado, rodeada por todos lados con 44 edificios de diferentes estilos y épocas (barroco, Renacimiento, imperio), que han sido restaurados muchas veces, pero conservan elementos de la arquitectura gótica de los siglos XV-XVI en sus sótanos. El cementerio de Lychakivskiy que existe desde el año 1786 se hizo el museo-vedado histórico-memorial y es famoso por las obras de los arquitectos y escultores renombrados. Es indispensable visitar Shevchikivskiy Hay, el museo-farmacia, la Armería, los museos de arte, historia, fabricación de cerveza, etnografía, del libro antiguo ucraniano, la biblioteca científica, iglesias católicas y ortodoxas. Para sentir profundamente el ánimo de Ucrania hay que pasar por el Lviv subterráneo con sus cafeterías y restaurantes en el estilo étnico.

http://www.orangesmile.com/guia-turistica/lviv/

Lwów, Львів, Lemberg, לעמבערג (escrito como lemberg pero en la práctica pronunciado lemberik), Լվովի, Львов, Liov, Ľvov, Lvov, Лвов, Lavov, Leopolis, Léopol, Leopoli, Leópolis, Ilyvó. Pocas ciudades europeas –Venecia, Roma, París, Londres– comparten el privilegio de oír su nombre en tantos idiomas distintos y de ocupar un lugar de tanto privilegio en el mapa mental de tantos pueblos. En verdad eso fue hace tiempo. Esta ciudad, que durante seis siglos fue una de las principales puertas de Europa hacia el Este –para los tártaros, rusos y rumanos, Crimea y el Cáucaso, los turcos– y donde diez naciones y otras tantas confesiones convivían, fue engullida por el Imperio en septiembre de 1939, y al paso que los judíos, alemanes, polacos, armenios y otros desaparecían de allí, Europa olvidaba hasta su simple existencia. Ahora, cuando Ucrania experimenta una cierta apertura, la ciudad revive de nuevo como una puerta hacia Europa desde el Este, buscando explorar y explotar la antigua presencia de una variopinta cultura occidental, el «legado de Galitzia».

En español nos resulta muy difícil decidirnos por un nombre u otro. Hoy, como ciudad ucraniana, es Lviv en el idioma del país. Los rusos la siguen llamando Lvov, y las traducciones recientes de las obras literarias que la nombran, así como en las noticias de los diarios y en otros lugares españoles se decantan por esta última forma. A nosotros nos resulta extraña esta elección. También es forzado utilizar nuestro Leópolis, aunque la Real Academia Española recomiende usar el topónimo español, si existe, antes que la forma local. ¿Cuántos hablantes de español saben dónde está Leópolis? Serán solo unos pocos más, ciertamente, quienes sepan poner el dedo sobre Lvov, o Lviv. Así pues, Lwów, el nombre polaco de la ciudad, es el que nosotros preferimos, porque es en la raíz polaca, en aquella ciudad capital de Galitzia, donde reside buena parte de los aspectos que más nos atraen y desde donde vemos mejor la perspectiva, el núcleo quimérico de una comunidad diversa e imposible. En las entradas donde la nombremos, la ciudad será, pues, Lwów, pero intentaremos mantener las denominaciones coherentes con la circunstancia histórica de que estemos tratando.

http://riowang.blogspot.com.es/2011/07/leopolis.html

Por las calles de Lviv, la nueva Ucrania

Ubicada en Galitzia, 840 kilómetros al este de Berlín, el lugar crece en propuestas turísticas y busca olvidar el pasado soviético.

Por Ulf Mauder (dpa)

Ubicada en Galitzia, 840 kilómetros al este de Berlín, el lugar es considerado un soplo secreto para turistas. Como en las épocas de la monarquía austro-húngara, polacos y ucranianos, así como algunos cientos de alemanes y judíos, vuelven a convivir pacíficamente, a pesar de su sangrienta historia en común de pogromos y guerras. El nazismo costó la vida a cientos de miles de polacos y judíos en la región.

La idea es que las construcciones suntuosas de las épocas real e imperial, entre ellas las 60 iglesias y otros edificios sacros, la grandiosa ópera, delante de la cual desapareció el monumento a Lenin, un mercado de ropa, pintura sobre vidrio y otras artesanías y las románticas callejuelas con farolas modernistas atraigan a los turistas.

“Queremos beneficiarnos del auge de los viajes al este como Praga, Budapest o Cracovia“, dice el director de una agencia de viajes en su pequeña oficina en la plaza del mercado.

Al lado, ofrece sus servicios una farmacia de 1735. Unos metros más allá, pasan carros tirados por caballos con turistas a bordo. En el mercado de libreros delante del antiguo arsenal real, se pueden encontrar rarezas. En muchos lugares de la ciudad, abren sus puertas nuevos hoteles, restaurantes y bares, donde los camareros sirven el vino local y hablan ucraniano, pero también inglés, y, en lo posible, nada de ruso.

Por primera vez, una oficina de información turística se ocupa de vender mejor la ciudad. “Estamos elaborando un concepto turístico general con cuatro millones de euros (5,5 millones de dólares), la mitad de los cuales proviene de la Unión Europea“, dice Prozig.

Los polacos ya forman parte de los visitantes habituales. La idea es atraer ahora a alemanes y austríacos. La cifra de camas en los hoteles se multiplicará por cuatro hasta alcanzar las 20.000 en los próximos años.

“Sabemos que el servicio muchas veces aún no tiene nivel occidental, pero los precios son atractivos para los turistas occidentales“, dice Prozig. Así, el transporte público aún no tiene un horario fijo, pero el pasaje vale apenas 15 céntimos. Prozig, experto en relaciones internacionales, es uno de los jóvenes ucranianos que regresan tras años en el exterior, para construir algo en su patria.

También las empresas se dan cuenta de que en la ciudad de 700.000 habitantes corren aires nuevos desde tiempo. Muchos consideraban normal que los funcionarios en las oficinas públicas se quedaran con un porcentaje de las obras contratadas. “También se toleraba que en todos los trabajos se hicieran chapuzas. Tanto empresarios como funcionarios querían ganar dinero“, relata Prozig. Los resultados de este sistema están a la vista: profundos baches, cañerías de agua arruinadas y una falta de cuidado evidente en los edificios.

A pocos minutos en autobús del centro quedan más claros los contrastes. Allí, en la calle Knyagina Olga, está el antiguo Hotel Sputnik. Enfrente, uno de los nuevos centros comerciales, con supermercado como en Occidente. Pero sólo muy lentamente van desapareciendo los locales antiguos. Las tiendas con enormes mostradores, que se mantienen como una última barricada ante el libre acceso al consumo occidental, dominan el paisaje.

La vida es hoy mucho mejor que en épocas soviéticas, a pesar de los bajos ingresos, dice Irina Dershko, habitante de Lviv. “Recuerdo con odio cómo en aquel entonces tenía que esperar tres horas por cien gramos de mantequilla“, recuerda la mujer de 48 años.

La madre de dos hijas trabaja como antes en una biblioteca, por unos 140 euros (casi 200 dólares) al mes. “Desde la Revolución Naranja, todo se transformó. Podemos respirar tranquilos. La libertad de poder expresar todo lo que pensamos y movernos libremente es maravillosa“, dice.

http://turismo.perfil.com/9415-por-las-calles-de-lviv-la-nueva-ucrania/

Lviv, la Ucrania más europea

Una ciudad insólita marcada por el cruce de culturas

GUÍA PRÁCTICA

Luis Matias López 7 JUN 2003

De genuino sabor ucranio, una urbe que formó parte del Imperio Austrohúngaro y que destaca por su abigarrada mezcla cultural y un brillante legado arquitectónico.

Como un apéndice olvidado tras la chapucera operación quirúrgica que redujo a pedazos la Unión Soviética, Ucrania se enfrenta todavía, once años después, a una inmerecida marginación. Se olvida que este es un país de 50 millones de habitantes que fue cuna de la misma Rusia que luego la fagocitó. Un país que lucha entre dos corrientes enfrentadas (una de Oriente y otra de Occidente), y que, desde el corazón de Europa, se asoma también a los Balcanes, el mar Negro, el Cáucaso y Polonia.

Expulsada de los viejos circuitos turísticos que incluían el triángulo dorado Moscú-Kiev-Leningrado, sumida en una pavorosa crisis económica, combatiendo a los fantasmas políticos y sociales del pasado soviético, Ucrania tiene, además de su capital, un potencial como destino de vacaciones con dos focos principales de interés. Se trata de la península de Crimea, con su extensión costera hasta la Odesa que inmortalizaron Serguéi Eisenstein e Isaac Babel, y la región occidental, fronteriza con Polonia y con Lviv (Lvov en ruso) como insólita y desconocida luminaria.

Esta región occidental de cinco millones de habitantes, que fue polaca y formó parte del Imperio Austrohúngaro sin dejar por ello de ser genuinamente ucrania, sólo pasó bajo control soviético, con Lviv por delante, después de que, en 1939, Hitler y Stalin acordasen repartirse Polonia como si fuera un pastel de boda, y tras varios años de ocupación alemana, una vez que el führer rompió el pacto. Por eso, apenas la URSS empezó a dar síntomas de desintegración, los ucranios occidentales enarbolaron la bandera de la independencia y se pusieron en cabeza de la lucha para romper lazos con Moscú.

El solo aspecto de Lviv basta para apreciar la diferencia con el resto de Ucrania. El ruso es allí un idioma minoritario, al igual que la religión ortodoxa, que a partir de 1989 volvió a ceder paso al catolicismo, en sus dos ramas: uniata (la mayoritaria, de rito oriental) y romana (conocida como "polaca").

Es raro encontrar en esta espléndida ciudad de 800.000 habitantes las clásicas cúpulas de cebolla de los templos ortodoxos. Sus iglesias y catedrales son típicamente centroeuropeas, de arquitectura renacentista y barroca. Los domingos, a la hora de misa, la afluencia masiva de fieles a los templos recuerda a la de la vecina Polonia.

Los héroes locales son poetas cuyo nacionalismo fue manipulado o reprimido, como Iván Frankó o Taras Sevchenko. El monumento a este último, en pleno centro de la ciudad, en la espléndida avenida de la Libertad, es todavía mentidero que acoge a discutidores de política o de fútbol. No en vano el mejor jugador ucranio del momento comparte apellido con el glorioso vate.

Al final de la avenida se levanta el espléndido edificio del teatro de ópera y ballet, a punto de cumplir su primer siglo de vida, y que ofrece un amplio repertorio clásico a precios ridículos para lo que se estila en Occidente.

Merece la pena callejear sin rumbo fijo por el centro de esta ciudad que sólo se sovietiza y afea en las afueras, pero que en el centro incluso disfraza su gran tamaño y se hace acogedora. Para llegar a la plaza del Mercado basta con dejarse guiar por la torre del Ayuntamiento, un enorme edificio que se traga la mayor parte del más destacable espacio urbano de Lviv.

El símbolo del león

Rodeando el Ayuntamiento se alinean fachadas renacentistas admirables. Merece la pena fijarse especialmente en la casa de piedra negra del número 4 de la plaza, que acoge parte del Museo de Historia, o en la fila de esculturas que coronan el número 6, o en los leones del número 28 (el rey de la selva es el símbolo de Lviv y el origen de su nombre). Los amantes de las iglesias las encontrarán en Lviv para todos los gustos, aunque no hace falta entrar en ninguna para apreciar lo más destacado del arte sacro de la ciudad. Basta para ello con contemplar la fachada de la capilla Boyim, de comienzos del siglo XVII, que muestra espléndidos altorrelieves con escenas del evangelio.

Aparte de los templos católicos y la solitaria iglesia ortodoxa rusa, merece la pena acercarse a la catedral armenia, y si, como es probable, se encuentra cerrada, al menos se podrán apreciar desde la verja exterior las extrañas formas de un calvario esculpido en madera.

Viajar a Lviv exige alejarse de los circuitos tradicionales. Será difícil encontrar una agencia que incluya a la ciudad en sus folletos, pero es fácil (y barato) llegar desde Kiev en tren o avión, y hay suficientes hoteles de tipo medio para garantizar una estancia cómoda. Una vez allí, lo mejor es olvidarse por unos días de que el tiempo es el medio de transporte más vertiginoso que existe. En Lviv, por suerte, parece que no se mueve.

http://elpais.com/diario/2003/06/07/viajero/1055020097_850215.html

Leópolis (del latín Leopolis; en ucraniano: Львів, L’viv; Acerca de este sonido [lʲvʲiw] (?·i); en polaco: Lwów; Acerca de este sonido [lvuf] (?·i); en ruso: Львов, L'vov; en alemán: Lemberg; en yidis: לעמבערג, Lemberg, o לעמבעריק, Lemberik) es la capital de la provincia (óblast) homónima, en Ucrania.

Historia

Leópolis es mencionada por primera vez en 1256 en la Crónica de Galitzia y Volinia. La fundó el príncipe ruteno y luego rey Daniel de Galitzia2 (uno de los principados eslavos en que se expandió la Rus de Kiev) y fue nombrada en honor de su hijo Lev (León). Pronto se convierte en un importante centro comercial. En 1349 quedó bajo control polaco debido a la invasión de los tátaros, más conocidos como tártaros y al convenio de unión que los habitantes de Galizia establecieron con Polonia, denominado la «Unión de Lublik» con el fin de fortalecerse contra el invasor y no dejarse invadir).2 Como parte de la Corona del Reino de Polonia, Lwów se convirtió en la capital de la provincia rutena fundada en 1389.

La prosperidad de la ciudad durante los siglos siguientes se debe a los privilegios comerciales otorgados por el rey Casimiro III de Polonia, la reina Eduviges I de Polonia y otros reyes polacos. En 1412 la ciudad se convirtió en sede de la Arquidiócesis Católica Romana, que desde 1375 había estado en Halych. En 1444 se le concedió el derecho básico, lo que se tradujo en una creciente prosperidad de la ciudad, ya que se convirtió en uno de los centros comerciales más importantes en las rutas comerciales entre Europa Central y la región del mar Negro. Se transformó también en una de las fortalezas principales del Reino de Polonia.

Sufrió diversas revoluciones de los cosacos ukraniano-polacos, cuando los príncipes "ariatocráticos" dejaron de respetar los pactos de Lublik. Durante el siglo xvii la revolución de Bohdan Khmelnytsky consiguió que su deseo triunfara, reunir las ramas rusas en el tronco original. Sufrió diversas invasiones de suecos, húngaros, turcos, rusos y cosacos que llegaron a sus puertas. En 1648 un ejército de cosacos autóctonos y tártaros de Crimea tomó Leópolis.2 La ciudad no fue destruida debido a su belleza y el hecho que Bohdan Khmelnytsky el líder de la revolución había estudiado allí y no quería verla arruinada. Los cosacos se retiraron en dirección oeste hacia Zamość, luego de cobrar un rescate de 250 000 ducados. Leópolis fue así la única gran ciudad en Polonia que no fue destruida. En 1672 fue sitiada por los otomanos, que no pudieron conquistarla. Leópolis fue capturada por primera vez por un ejército extranjero en 17042 cuando las tropas suecas al mando del rey Carlos XII entraron en la ciudad después de un breve sitio. Difícil periodo de la historia de Polonia. Enrique Sinkiejewicz escribió una trilogía llamada "A Sangre y Fuego" novelada, que expresa lo anárquico y las reivindicaciones de la época que conviene leer para aproximarse al tema.

Periodo austrohúngaro

Permaneció bajo autoridad polaca casi sin interrupción hasta 1772,3 2 año en que pasó a manos austríacas y se convirtió en la capital de la provincia de Galitzia. Aunque en las revueltas de 1848 sufrió daños al ser bombardeada,3 su desarrollo fue muy importante durante el siglo xix. Se convirtió en un importante centro cultural. Además de la Universidad, fundada en 1784,3 cerrada en 1805 y reabierta en 1817, se construyó una escuela técnica (1877). Hacia 1910, contaba la ciudad con las cuatro facultades de la Universidad, la Escuela Técnica Superior, seis escuelas superiores de educación (cuatro en polaco, una en ucraniano y otra en alemán), dos escuelas superiores de ciencias, una escuela normal para maestros y maestras, una escuela superior de señoritas, escuela de arte industrial, academia de comercio, escuela forestal, escuela veterinaria, conservatorio de música, academia militar y otros centros de enseñanza. También se realizaron importantes obras, como la Casa Consistorial (construida entre 1828 y 1837) o la llegada del ferrocarril, con la línea proveniente de Cracovia, en 1861.3 4

Aumentó su población de modo que en 1910 era la cuarta ciudad del Imperio austrohúngaro, con una población de 170 000 habitantes.3

I Guerra Mundial

En la I Guerra Mundial se libraron encarnizadas batallas en la ciudad y sus alrededores. Fue ocupada por Rusia en 1914 y 1915.2 El gobierno de la breve República de Ucrania Occidental se estableció en la ciudad a finales de 1918, pero los polacos expulsaron a las tropas ucranianas y recuperaron el control de Leópolis.2

En 1919, un año después de terminada la guerra, fue entregada a Polonia. En el período de entreguerras, Leópolis era la tercera ciudad más poblada de Polonia, después de Varsovia y Łódź, y se convirtió en la sede del Voivodato de Lwów. Inmediatamente después de Varsovia, era el segundo centro cultural y académico más importante de la Polonia de entreguerras.

II Guerra Mundial

Véase también: Batalla de Leópolis (1939)

En la primera fase del conflicto, antes de la intervención soviética, el general Maczek dirigió a la 10ª Brigada de Caballería Motorizada polaca que defendía la ciudad contra la 2ª División Acorazada alemana.5

Las tropas soviéticas se apoderaron de la ciudad el 22 de septiembre6 de 19392 al comienzo de la II Guerra Mundial, y más tarde la ocupó el ejército alemán desde el 29 de junio de 19417 al 27 de julio de 1944 fue retomada por el ejército soviético.8

Gueto leopolitano, primavera de 1942.

Se estableció el gueto de Leópolis. A los 110.000 judíos que había a comienzos de la guerra se les habían sumado unos 100.000 refugiados. En junio de 1941 empezó una serie de matanzas dirigidas por el Einsatzgruppe C y con la colaboración de los nacionalistas ucranianos, que en las semanas siguientes acabaron con 6.000 judíos. Al tiempo, las autoridades nazis crearon un campo de trabajos forzados, Janowska, de donde fueron siendo sacados los más débiles para su exterminio. 200.000 fueron directamente ejecutados en las proximidades del campo y decenas de miles fueron enviados al campo de exterminio de Belzec. Durante la liquidación del campo, en 1943, fueron asesinados también muchos judíos, sobreviviendo unos pocos en el alcantarillado.9 10 Cuando los rusos entraron en la ciudad el 26 de julio de 1944, entre 200 y 900 judíos quedaban en la ciudad (823 de acuerdo con el Jewish Provisional Committee). Uno de sus más famosos residentes fue Simon Wiesenthal, deportado primero a Janowska y luego a Buchenwald y Mauthausen. La ocupación alemana y el Holocausto supusieron el fin de la comunidad judía leopolitana tal como había existido desde el siglo xiv. La sinagoga de la Rosa Dorada, construida en 1582, fue volada por los alemanes en 1942. La prensa judía desapareció (el diario judío en polaco Chwila, principal medio de la comunidad, desapareció el 10 de septiembre de 1939).6

Posguerra

En 1945 fue cedida por los Aliados a la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) y entró a formar parte de la República Socialista Soviética de Ucrania. La población polaca fue expulsada, yendo la mayoría a la ciudad de Breslavia (Wrocław), que hasta 1945 había sido alemana, y Leópolis fue repoblada con población ucraniana. El centro histórico de la ciudad fue declarado Patrimonio cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1998. El 13 de octubre de 2007 se inauguró en Leópolis un monumento al líder por la independencia de Ucrania Stepan Bandera.

https://es.wikipedia.org/wiki/Leópolis

https://en.wikipedia.org/wiki/Lviv

https://uk.wikipedia.org/wiki/Львів

https://ru.wikipedia.org/wiki/Львов

Pinche para ver las Fuentes seleccionadas

Vídeo:

Web recomendada: http://city-adm.lviv.ua/

Contador: 6043

Inserción: 2015-08-06 22:58:16

 

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