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Localización:
Tipo: Urbanismo
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Continente: Europa
País: Letonia
Localización: Región de Kurzeme
Año: 1625
Estado: Terminado
Descripción:Letonia (VIII). A la caza de las notas musicales en Liepāja
En el istmo de Curlandia nos despedíamos de Lituania para volver adentrarnos en Letonia rumbo a Riga. Liepāja y el cabo Kolka ponían fin a nuestra pequeña ruta de dos semanas por las Repúblicas Bálticas. Y como ya eran los últimos días, nuestra energía ya estaba bajo mínimos y lo único que nos apetecía era dejarnos llevar y no pensar mucho en qué ver o hacer. Y así es como terminamos en Liepāja, una ciudad portuaria localizada en la costa este del mar Báltico.
Aunque es la tercera ciudad más grande Letonia, no se caracteriza por sus destacados ni importantes puntos de interés. Es más bien una ciudad muy musical y cultural. En ella se celebran importantes festivales y conciertos, y está plagada de clubes en los que disfrutar de la buena música. Liepāja es una convivencia muy bien avenida entre los restos de sus orígenes industriales y los locales y restaurantes más modernos. Es la ciudad perfecta para veraneantes que huyen del calor y buscan relajarse bajo el sol y la calidez de sus arenosas y amplias playas.
Su incipiente movida musical, también es un plus para el visitante y lo han sabido explotar muy bien gracias a las rutas musicales que tienen preparadas y que están conectadas entre sí. Los pocos turistas que estábamos por allí parecíamos salidos de una gymkana buscando notas musicales.
Liepāja musical
Lo más lógico es comenzar en Rose Square, el corazón de la ciudad y donde está situada la oficina de turismo. Esta plaza albergaba el mercado durante el sigo XVIII, pero a principios del siglo XX lo cambiaron de sitio y decidieron transformarla en un bonito y colorido jardín construido con 500 rosas.
Si continuamos la ruta siguiendo el orden de las notas musicales, nuestra siguiente parada es Do y nos conduce al paseo de la fama de los músicos letones. Está formado por placas de bronce conmemorativas de músicos actuales y bandas de música del país. También está la escultura de una guitarra gigante esperando ser tocada por unos habilidosos dedos, y no eran los nuestros.
La nota Re nos lleva hasta los talleres de los artesanos. Aquí podemos visitar el collar de ámbar más largo del mundo con 123 metros y 19,5kg de peso. Nosotros no pudimos verlo porque estaba cerrado.
Seguimos la pista de las notas para llegar hasta la Mi, que se encuentra en Courlandian Square, la plaza más antigua de Liepāja y donde se sitúa el Mercado de Pedro, que es el mercado central. Cuando llegamos estaban recogiendo los puestos, así que poca cosa pudimos ver. ¡Una pena! Muy cerquita está la iglesia barroca de Santa Ana, la más antigua de la ciudad, cuyo órgano es el tercero más grande de Letonia, por detrás del de la Catedral de la Santísima Trinidad de Liepāja y el de la Catedral de Riga.
En la nota Fa encontramos el Ayuntamiento y la iglesia católica de San José, que era muy chiquitita pero la ampliaron en una reconstrucción del siglo XIX. Y aquí es donde podemos continuar la ruta siguiendo las notas musicales o cambiar a la ruta de los instrumentos.
Nosotros elegimos la segunda opción y nos llevó hasta Seaside Park, un enorme y cuidado parque que hace de frontera entre el centro de la ciudad y la playa. Aquí encontramos cuatro instrumentos musicales: el tambor, el saxo, el violín y la trompeta.
En el primer punto encontramos la escultura gigante de una batería. Otro ejemplo más, junto con la guitarra que comentamos al principio, que coloca a Liepāja como capital de la música. Adentrándonos un poco en el parque encontramos un escenario al aire libre. Aquí se celebró, durante 30 años, el festival de rock más importante durante la época soviética.
Con sus 3 km de longitud, 70 hectáreas y acceso directo a la playa de Liepāja, Seaside Park es uno de los mayores orgullos de la ciudad letona, junto con la susodicha playa de finísima arena blanca y la posibilidad de encontrar piezas de ámbar si prestas atención al suelo. Pero lo mejor de todo es disfrutar de la caída del sol sentados en la arena.
Salimos del parque y seguimos la ruta hasta el símbolo de Pauze que se encuentra en Kurmājas Prospect, una calle residencial donde vive la gente de dinero. Aquí encontramos varios edificios Art Nouveau. En esta calle también encontramos algunas esculturas características de Liepāja, como la del hombre colgado de una antena.
Las notas La y Si nos llevan de paseo por el puerto de la ciudad, un lugar bastante inhóspito. Por último, llegamos al Do, que es donde está la Catedral de la Santísima Trinidad, que alberga el órgano mecánico más grande del mundo. Se puede subir a lo alto de la torre y contemplar la ciudad desde las alturas. Algo que nosotros no pudimos hacer porque estaba cerrado.
Desde aquí regresamos hasta el punto de partida y enganchamos con la tercera ruta que une la nota Fa con Pauze a través del Sol. Esta mini ruta pretende mostrarnos la calle Tradesmen, una calle peatonal que fue reconstruida íntegramente con el dinero que sacaron de la celebración del festival de música «We are for Liepāja» durante la década de los 90.
Y tras nuestra divertida ruta cazando notas e instrumentos musicales, al día siguiente decidimos visitar el barrio fantasma de Karosta, pero eso ya es otro capítulo de la historia.
https://www.lamochilademama.com/la-ciudad-musical-de-liepaja/
Letonia (IX). Vacaciones de miedo en la prisión de Karosta
El distrito de Karosta es un barrio fantasma a unos 4 kilómetros del centro de Liepāja. Pero no por estar deshabitado, porque vimos gente que vive allí, sino porque es bastante tétrico: la mitad de las casas son angostos bloques soviéticos abandonados y medio derruidos, y la otra mitad están habitadas aunque su aspecto no es mucho mejor.
En este poco amigable distrito encontramos la preciosa Catedral marítima de San Nicolás. Un templo con cúpulas de bulbos dorados que crea un llamativo contraste con la arquitectura soviética de los bloques de edificios que hay a su alrededor. Data de 1901 y tras su saqueo durante la I Guerra Mundial, comenzó a utilizarse como cine. Hasta que en la década de los 90 decidieron restaurarla y devolverla a su actividad religiosa.
Aquí encontramos la prisión de Karosta, que aunque fue diseñada en el año 1900 con la idea de albergar un hospital, antes de estar terminada la convirtieron en un cárcel. Fue utilizada por todos los regímenes políticos que han pasado por Letonia: desde la autocracia de la Rusia zarista pasando por la Alemania nazi, el comunismo soviético e incluso la actual democracia letona, pues la prisión de Karosta estuvo activa hasta 1997. Es una cárcel que puede presumir de haber funcionado de forma inexpugnable, puesto que ningún recluso logró jamás escapar de ella.
Hacen visitas guiadas diarias donde cuentan la historia de la cárcel y te hacen sentir como un verdadero prisionero de Karosta. Y aunque todo lo que sucedió en el interior de esta cárcel es un gran secreto, a lo largo de los 40 minutos de visita nos explicaron que allí no se mataba a nadie, solo se les castigaba con trabajos y en celdas de aislamiento. La estancia máxima en la cárcel era de 28 días y solo tenían derecho a ir al baño dos veces al día y a dormir 6 horas.
Una de sus obligaciones era leer durante una hora en vilo, es decir, en cuclillas con la espalda apoyada en la pared. Este «ejercicio» nos obligaron a hacerlo y lo cierto es que ¡duele! También nos metieron en la celda de castigo durante unos minutos (que se nos hicieron eternos) para que sintiésemos lo que era estar en la oscuridad más absoluta. Nos contaron que acababas ahí si, por ejemplo, estabas en una posición incorrecta, como con las manos en los bolsillos.
Pasa la noche en la prisión de Karosta
Pero sin lugar a dudas, lo más llamativo de la prisión de Karosta es que puedes pernoctar en ella y sentirte como un verdadero recluso. Y aunque hoy en día, gracias a Dios, no es más que un teatrillo, a los huéspedes-prisioneros se les despoja de su equipaje (solo les dejan el cepillo de dientes) y se les obliga a ponerse de rodillas y con las manos en la cabeza a lo largo de un lúgubre y frío pasillo.
El protocolo que siguen estos morbosos huéspedes sigue a rajatabla el establecido en los años 80: reconocimiento médico, fotografía con tu número de preso, abuso verbal, alimentación a base de un mendrugo de pan y té, e inodoros consistentes en un agujero en el suelo.
El objetivo de estas experiencias «extremas»es que sean lo más realistas posibles. Por eso si se ordena apagar las luces o guardar silencio, hay que obedecer sin rechistar. De lo contrario, te meterán en la celda de castigo en la más absoluta oscuridad durante al menos 5 minutos.
Si «te apetece» sentir en tus propias carnes el desprecio y las vejaciones de los carceleros sin tener que pasar una noche de miedo, existen realities shows que saciarán tus ganas de masoquismo bajo cita previa. De esto nos enteramos cuando ya estábamos allí y no había hueco, así que nos conformamos con la visita guiada y sus pequeños castigos.
https://www.lamochilademama.com/vacaciones-de-miedo-en-la-prision-de-karosta/
Letonia: La experiencia extrema de alojarse en la prisión de Liepaja
Maria Sol Rizzo
En busca de nuevas emociones, de opciones únicas y experiencias extremas, muchos viajeros han decidido dejar los destinos y los hoteles corrientes para optar por aquellos sitios que tienen algo más para ofrecerles. Algo que no cualquier persona estará dispuesta a soportar. ¿De qué se trata? De vivir como si de prisioneros se tratase. Así, tiempo atrás conocimos un listado de prisiones convertidas en hoteles entre las que se encontraba Karostas en Liepaja, Letonia. Hoy la conoceremos un poco más.
Se trata de una cárcel que se alza en esta ciudad al este del Mar Báltico, que comenzara a construirse hacia 1903 y que dejó de funcionar recién hacia 1997. Claro que, durante esos años, fueron miles los hombres que vivieron, sufrieron y murieron entre sus paredes soportando diferentes regímenes como el soviético, el nazi o el letón. Por ejemplo, durante la II Guerra Mundial, Hitler enviaba allí a las personas condenadas a muerte por desertar y Karostas era su destino final y el lugar elegido para ejecutarlos.
Así, en ese marco, algunos viajeros deciden pasar sus días de vacaciones. Así, casi reproduciendo el régimen utilizado para con los prisioneros, algunos viajeros eligen su estadía. ¿Un intento de ser originales? ¿Masoquismo? ¿El procurar conocer la historia pero en primera persona? ¿Una experiencia extrema diferente? ¿Una forma de afrontar sus miedos? ¿Una manera de ponerse a prueba? Sea como sea, los turistas que optan por pasar esos días detrás de las rejas deberán tener que cuenta que ello significa ser un prisionero por el resto de su estadía allí.
De esta forma, entre las “comodidades” que ofrece el hotel se encuentran sus camastros de hierro, comida de cárcel, sólo agua fría para bañarse, interrogatorios, caminatas nocturnas, gritos a cualquier hora, flexiones, la limpieza de los baños y castigos en caso de no cumplir con las órdenes. Duras condiciones para pasar las vacaciones. Tan duras que los viajeros, antes de alojarse, deben firmar un documento en el que aceptan las condiciones en las que vivirán durante los próximos días.
Claro que, además de la estadía “corriente”, Karostas ofrece un servicio de experiencias. Se trata de una serie de circuitos preparados para quienes quieren más. Así, pueden optar entre el llamado Noche Extrema que se extiende por siete horas y tiene un precio de poco más de 14 euros, o quizás 24 Horas en el que se convertirán en integrantes de las fuerzas de seguridad para conocer sus habilidades físicas y espirituales. Detrás de los barrotes es otra de las opciones de dos horas de duración, un show interactivo cuyo fin es conocer la historia del lugar, mientras que en Escapa de la URSS se simula el cruce de la frontera evitando ser descubiertos y capturados. Otras actividades que pueden realizarse son las visitas guiadas al museo de la cárcel o a los laberintos subterráneos con antorchas.
Lejos de los viajes relajantes y de placer, no caben dudas que alojarse en Karostas se presenta como una experiencia única y, de seguro, inolvidable. Una experiencia extrema tanto en lo físico como en lo psicológico no apta para cualquiera.
Opiniones de viajeros sobre Liepāja
Timothée D.
Tercera ciudad del país, el puerto costero de Liepaja es una ciudad atractiva para curiosear que, sin embargo, no tiene sitios turísticos.
Aconsejo:
A Liepaja se la suele conocer como la «ciudad donde nace el viento», por el aire que sopla allí constantemente: que sepas que incluso en verano refresca bastante.
Mi opinión
Con sus 80.000 habitantes, podría parecer que Liepaja es una pequeña ciudad dormida y, sin embargo, es una de las ciudades más dinámicas del país, y uno de los puertos más activos de Letonia e incluso del mar Báltico. El puerto, como casi toda la ciudad de Liepaja, que a pesar de su importancia histórica cuenta con pocos sitios antiguos, tiene un ambiente algo turbio. Su aspecto industrial y postcomunista quizá espante a algunos, pero a mí, por ejemplo, me encanta.
Por eso te recomiendo pasar por la ciudad para impregnarte un poco de su ambiente antes de ir hacia las demás ciudades costeras de la región como Ventspils, con más interés y una costa menos desnaturalizada.
https://www.evaneos.es/letonia/viajes/destinos/2220-liepaja/
Liepāja (Acerca de este sonido [liepaːja] (?·i), en lituano: Liepoja; polaco: Lipawa; alemán: Libau; ruso: Либава / Libava o Лиепая / Liyepaya; yiddish: ליבאַװע / Libave), es una ciudad al oeste de Letonia, en el mar Báltico. Es la tercera ciudad más grande de Letonia y tiene el puerto más grande del báltico, que no se ve afectado por el hielo en invierno (siempre exceptuando a Kaliningrado).
En 2013 obtuvo la distinción EDEN, que otorga la Comisión Europea, a uno de los mejores destinos turísticos «Turismo y la accesibilidad»
Historia
Liepāja fue fundada por un pescador curonio y su primer nombre fue Lyva en 1253. Diez años más tarde, en 1263, se le cambia el nombre por el de Libau. El nombre Liepāja se incluye en 1560. Durante todo este tiempo estuvo en control livón y polaco.
Liepāja y su región (Curlandia), pasaron en 1795 a control del Imperio ruso y, durante el siglo XIX y principios del XX, fue el mayor puerto de inmigrantes rusos hacia Estados Unidos. En 1919, cuando los bolcheviques entraron en Letonia, durante poco tiempo, el gobierno se centró en Liepāja.
En Liepaja hubo una importante matanza de judíos, unos 7000, en 1941, por los alemanes con la colaboración de los policías y habitantes locales.34
Liepāja, por su situación geográfica, tuvo una historia militar importante. El puerto soviético de Karosta o Karaosta es uno de los ejemplos. También otro ejemplo es que la mayor flota naval de Letonia.
Pero la ciudad también es moderna, un ejemplo es el reformado Aeropuerto Internacional de Liepāja, que, de construcción soviética, ha sido reformado en los últimos años y ahora es el tercer aeropuerto del país y uno de los dos que funcionan.
https://es.wikipedia.org/wiki/Liepāja
https://lv.wikipedia.org/wiki/Liepāja
https://www.flickr.com/photos/liepaja_lv/albums/72157706720633374
https://www.flickr.com/photos/liepaja_lv/albums/72157661517224422
https://liepaja.travel/en/see-do/sightseeing/
http://karostascietums.lv/eksursija-pa-cietumu/
https://aerofoto.wordpress.com/2011/08/21/liepaja/
https://statues.vanderkrogt.net/town.php?webpage=ST&t=Liepaja
http://liepajajewishheritage.lv/en/shkede-memorials/
http://memorialplaces.lu.lv/memorial-places/kurzeme/liepaja-municipality-the-skede-dunes/
Vídeo:
Web recomendada: https://www.liepaja.lv/
Contador: 3041
Inserción: 2020-08-30 17:44:26
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