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Voto:

Continente: Asia

País: Rusia

Localización:

Año: 1904

Estado: Terminado

Descripción:EL TRANSIBERIANO

El tren más largo y legendario del mundo- Un viaje fascinante atravesando Rusia

Es uno de los trenes más famosos del mundo, pero no existe. El Expreso Transiberiano es en realidad el tren Rossiya; pero sigue siendo aún un viaje de dimensiones épicas, una conexión entre el este y el oeste y un símbolo permanente de lo que fue la unidad rusa en un mundo revolucionario.

El más famoso tren de todo el mundo, recorre 9.288 Km, de Moscú a Vladivostok, tiene salida cada día, a las 14:00h. La línea se empezó en el 1880, debido a cuestiones militares, el deseo de colonizar las tierras del este y la explotación de sus recursos minerales.

El zar Alejandro III fué su gran impulsor, en 1890, el ferrocarril ya llegaba a Chelíabinsk, casi 2000 Km. En 1891-1892 se inició la construcción del tramo que llegaría a Vladivostok, se terminó en 1904. La electrificación de todo el recorrido se realizó entre 1950 y 1970.

En contra de lo que piensa la mayoría de la gente, en los itinerarios de los ferrocarriles rusos no hay ningún Expreso Transiberiano. Sin embargo, hay un Rossiya que circula diariamente, durante todo el año, de Moscú a Vladivostok. Hay también dos trenes a la semana que realizan prácticamente la misma ruta hasta Beijing: uno es el tren TransManchuriano (vía Harbin) de los ferrocarriles rusos y el otro el TransMongoliano, de los ferrocarriles chinos.

En el Rossiya, la mayoría de los viajeros recorren tan sólo una parte del trayecto, pues este tren realiza un servicio relativamente rápido entre ciudades importantes, tales como Ekaterimburgo, Novosibirsk o Irkutsk. Sólo los viajeros más resistentes o los más aventureros hacen el viaje completo. A intervalos regulares a lo largo del trayecto se cambian las locomotoras, se comprueban los bogies, según se deduce del sonido metálico producido al golpear una barra de acero, y se bombea el agua fresca necesaria para el suministro del tren por medio de mangueras. Hay dos clases de acomodos: blando, con asientos totalmente tapizados, y duro, con asientos de plástico o de cuero. Los dos tipos de asientos se convierten en camas para viajar de noche. El tipo de acomodo blando consiste en grandes compartimentos "tipo europeo" con 2 ó 4 literas, mientras que el tipo de acomodo duro consiste en compartimentos de cuatro literas o en coches sin compartimentos. El Rossiya es, además, uno de los pocos trenes rusos que ofrece lo que la compañía ferroviaria llama coches-cama. Estos llevan sólo 18 viajeros por coche en compartimentos relativamente espaciosos de 2 literas. Cuando el viajero llega a Moscú, Intourist puede proporcionarle un coche que le lleve hasta la estación y un maletero, pero también puede hacerlo por sus propios medios. Aquí un dólar puede obrar maravillas. El cobrador regoge los billetes en la puerta y comprueba los pasaportes y los visados. Su uniforme será tan sólo el primero de los muchos que se verán a lo largo del camino.

A partir de Jabarovsk, el Rossiya se dirige hacia el sur a través de un terreno llano y pantanoso, cuando quedan 766 kilómetros para llegar a Vladivostok. En la mayor parte de este trayecto de doble vía hay montañas a la izquierda, mientras que a la derecha está el ancho río Ussuri y la frontera china. Finalmente, una semana y dos horas después de la partida, el viajero llega Vladivostok, una fea pintura con un bello marco. La fealdad es la de la ciudad de hormigón; la belleza, la de los 7 kilómetros de puerto y las montañas que hay tras él.

Antes de la construccion del ferrocarril, Perm era el inicio de la S iberiano; en realidad poco más que una carretera polvorienta, que llega hasta Irkutsk, junto al lago Baikal. Era éste el punto evidente para iniciar la construcción del ferrocarril Transiberiano, uno de cuyos primeros tramos, finalizado en 1878, comprendía desde ese punto hasta Ekaterimburgo. Poco después de Pervoralsk, el tren deja atrás un obelisco blanco. En uno de sus costados está grabada en ruso la palabra Asia; en el otro; Europa. Después de 1.818 kilómetros se llega al cruce de Ekaterimburgo, el lugar donde en 1917 fueron asesinados el zar Nicolás II y su familia. Se trata de una gran ciudad industrial situada en medio de los sinuosos Urales; más allá está Siberia (que significa "la tierra dormida"), con sus extensos bosques de abedules plateados. Uno de los túneles más grande se encuentra en Elansk, a unos 130 kilómetros de Ekaterimburgo. Cuando el tren cruza Barabinskaya el viajero se encuentra en uno de los tramos del ferrocarril con mayor densidad de tráfico del mundo. A Novosibirsk, con una población de 1,5 millones, se le denomina frecuentemente "el Chicago de Siberia", debido a su importancia como centro industrial y de transporte. La línea se une en este punto con el ferrocarril Turkestan - Siberian, de 1.442 kilómetros de longitud, cuya construcción terminó en 1931, y por medio del cual intercambia cereales y madera con el algodón procedente de Asia. Las enormes estaciones de mercancías, situadas fuera de la ciudad, son dignas de ver y recordar.

Tras cruzar el río Yenisei, el tren penetra en la taiga, una enorme extensión boscosa que ocupa casi el 40% de Rusia. El escritor Anton Chejov dijo de ella en una ocasión: "su fuerza y su magia no residen en el tamaño de sus árboles gigantescos ni en la profundidad de su silencio sepulcral, sino en el hecho de que las aves migratorias sean las únicas criaturas que conocen sus límites". La ciufdad de Tayshet (4.522 km.) es la bifurcación de la línea principal Baikal Amur Mainline (BAM), el gran sueño de la era soviética de construir una segunda conexión hacia el Pacífico, al norte del lago Baikal e incluso más allá de China. En 1984 se acabaron de colocar los últimos tramos de vía básicos; los 3.145 km. de vía habían supuesto más de 3.000 millones de libras.

Millones de árboles fueron talados, se construyeron 2.400 puentes y se perforaron siete grandes túneles a través de un terreno montañoso. Gran parte del trayecto transcurre a través de zonas permanentemente heladas, y los aludes, las zona pantanosas y los terremotos suponen riesgos añadidos. Finalmete, la línea se abrió al tráfico regular en 1989. Una de las principales paradas del camino se efectúa en Irkutsk, al este de Siberia (5.191 km.).

Cuando el tren sale de Irkutsk hay un letrero que indica que se trata de la mitad del camino entre Moscú y Vladivostok. Poco después, la línea se introduce en un túnel, el primero desde Moscú, y sigue por la orilla meridional del gran lago, serpenteando a través de un espeso bosque de abedules. En este tramo la línea llega a su punto más alto: 1.025 metros. El desvío hacia Beijing (Pekín, vía Mongolia, se hace en Ulanude (a 5.647 km.), donde se llega poco después de la medianoche cuando aún quedan 3.650 kilómetros o 62 horas para llegar a Vladivostok. Ésta es una ciudad poco atractiva, con cobertizos de madera y chimeneas de fábricas.

Una vez pasado Chita (6.204 km.), el trayecto de Manchuria a Beijing -el trayecto original a Vladivostok- se desvía hacia el sur. En la mayoría de los ramales de tráfico de mercancías que salen de aquí circulan trenes contenedores en una ruta que constituye un puente de conexión entre Japón y Europa occidental, en competencia con el transporte naval. En Kuenga (6.531 km.), el Rossiya circula por el ferrocarril Amur, cuya construcción inició en 1908, inaugurándose en 1916.

Se hizo con la intención de afianzar un trayecto hasta Vladivostok a través del territorio ruso, reemplazando al ferrocarril de la China oriental, de propiedad rusa, que originalmente conectaba Vladivostok con el Transiberiano. Las instrucciones del zar eran que el ferrocarril se ciñera a la frontera, pero que de ningún modo llegara al alcance de la artillería china. La mayor parte de la línea Amur está construida sobre un suelo permanentemente helado, lo cual, incluso hoy día, representa un gran problema para los ingenieros ferroviarios. Ahora toda la línea está electrificada, pero los postes de las catenarias, colocados un tanto precipitadamente, son propensos a inclinarse, especialmente en primavera, cuando el terreno está blando, y tienen que enviarse unas brigadas especiales de trabajadores para comprimir la tierra y enderezarlas. Ya en Jabarovsk, el paisaje es agreste, de alta montaña.

http://adoptaenrusia.net46.net/trans.htm

Es uno de los trenes más famosos del mundo, pero no existe. El Expreso Transiberiano es en realidad el tren Rossiya; pero sigue siendo aún un viaje de dimensiones épicas, una conexión entre el este y el oeste y un símbolo permanente de lo que fue la unidad rusa en un mundo revolucionario

En contra de lo que piensa la mayoría de la gente, en los itinerarios de los ferrocarriles rusos no hay ningún Expreso Transiberiano. Sin embargo, hay un Rossiya que circula diariamente, durante todo el año, de Moscú a Vladivostok. Hay también dos trenes a la semana que realizan prácticamente la misma ruta hasta Beijing: uno es el tren TransManchuriano (vía Harbin) de los ferrocarriles rusos y el otro el TransMongoliano, de los ferrocarriles chinos.

En el Rossiya, la mayoría de los viajeros recorren tan sólo una parte del trayecto, pues este tren realiza un servicio relativamente rápido entre ciudades importantes, tales como Ekaterimburgo, Novosibirsk o Irkutsk. Sólo los viajeros más resistentes o los más aventureros hacen el viaje completo. A intervalos regulares a lo largo del trayecto se cambian las locomotoras, se comprueban los bogies, según se deduce del sonido metálico producido al golpear una barra de acero, y se bombea el agua fresca necesaria para el suministro del tren por medio de mangueras. Hay dos clases de acomodos: blando, con asientos totalmente tapizados, y duro, con asientos de plástico o de cuero. Los dos tipos de asientos se convierten en camas para viajar de noche. El tipo de acomodo blando consiste en grandes compartimentos "tipo europeo" con 2 ó 4 literas, mientras que el tipo de acomodo duro consiste en compartimentos de cuatro literas o en coches sin compartimentos. El Rossiya es, además, uno de los pocos trenes rusos que ofrece lo que la compañía ferroviaria llama coches-cama. Estos llevan sólo 18 viajeros por coche en compartimentos relativamente espaciosos de 2 literas. Cuando el viajero llega a Moscú, Intourist puede proporcionarle un coche que le lleve hasta la estación y un maletero, pero también puede hacerlo por sus propios medios. Aquí un dólar puede obrar maravillas. El cobrador regoge los billetes en la puerta y comprueba los pasaportes y los visados. Su uniforme será tan sólo el primero de los muchos que se verán a lo largo del camino.

LA GRAN CARRETERA DE CORREOS

Antes de la construcción del ferrocarril, Perm era el inicio de la Gran Carretera del Correo Siberiano; en realidad poco más que una carretera polvorienta, que llega hasta Irkutsk, junto al lago Baikal. Era éste el punto evidente para iniciar la construcción del ferrocarril Transiberiano, uno de cuyos primeros tramos, finalizado en 1878, comprendía desde ese punto hasta Ekaterimburgo. Poco después de Pervoralsk, el tren deja atrás un obelisco blanco. En uno de sus costados está grabada en ruso la palabra Asia; en el otro; Europa. Después de 1.818 kilómetros se llega al cruce de Ekaterimburgo, el lugar donde en 1917 fueron asesinados el zar Nicolás II y su familia. Se trata de una gran ciudad industrial situada en medio de los sinuosos Urales; más allá está Siberia (que significa "la tierra dormida"), con sus extensos bosques de abedules plateados. Uno de los túneles más grande se encuentra en Elansk, a unos 130 kilómetros de Ekaterimburgo. Cuando el tren cruza Barabinskaya el viajero se encuentra en uno de los tramos del ferrocarril con mayor densidad de tráfico del mundo. A Novosibirsk, con una población de 1,5 millones, se le denomina frecuentemente "el Chicago de Siberia", debido a su importancia como centro industrial y de transporte. La línea se une en este punto con el ferrocarril Turkestan - Siberian, de 1.442 kilómetros de longitud, cuya construcción terminó en 1931, y por medio del cual intercambia cereales y madera con el algodón procedente de Asia. Las enormes estaciones de mercancías, situadas fuera de la ciudad, son dignas de ver y recordar.

LA VASTA TAIGA

Tras cruzar el río Yenisei, el tren penetra en la taiga, una enorme extensión boscosa que ocupa casi el 40% de Rusia. El escritor Anton Chejov dijo de ella en una ocasión: "su fuerza y su magia no residen en el tamaño de sus árboles gigantescos ni en la profundidad de su silencio sepulcral, sino en el hecho de que las aves migratorias sean las únicas criaturas que conocen sus límites". La ciufdad de Tayshet (4.522 km.) es la bifurcación de la línea principal Baikal Amur Mainline (BAM), el gran sueño de la era soviética de construir una segunda conexión hacia el Pacífico, al norte del lago Baikal e incluso más allá de China. En 1984 se acabaron de colocar los últimos tramos de vía básicos; los 3.145 km. de vía habían supuesto más de 3.000 millones de libras. Millones de árboles fueron talados, se construyeron 2.400 puentes y se perforaron siete grandes túneles a través de un terreno montañoso. Gran parte del trayecto transcurre a través de zonas permanentemente heladas, y los aludes, las zona pantanosas y los terremotos suponen riesgos añadidos. Finalmete, la línea se abrió al tráfico regular en 1989. Una de las principales paradas del camino se efectúa en Irkutsk, al este de Siberia (5.191 km.).

A MITAD DE CAMINO

Cuando el tren sale de Irkutsk hay un letrero que indica que se trata de la mitad del camino entre Moscú y Vladivostok. Poco después, la línea se introduce en un túnel, el primero desde Moscú, y sigue por la orilla meridional del gran lago, serpenteando a través de un espeso bosque de abedules. En este tramo la línea llega a su punto más alto: 1.025 metros. El desvío hacia Beijing (Pekín, vía Mongolia, se hace en Ulanude (a 5.647 km.), donde se llega poco después de la medianoche cuando aún quedan 3.650 kilómetros o 62 horas para llegar a Vladivostok. Ésta es una ciudad poco atractiva, con cobertizos de madera y chimeneas de fábricas.

UN PUENTE A JAPÓN

Una vez pasado Chita (6.204 km.), el trayecto de Manchuria a Beijing -el trayecto original a Vladivostok- se desvía hacia el sur. En la mayoría de los ramales de tráfico de mercancías que salen de aquí circulan trenes contenedores en una ruta que constituye un puente de conexión entre Japón y Europa occidental, en competencia con el transporte naval. En Kuenga (6.531 km.), el Rossiya circula por el ferrocarril Amur, cuya construcción inició en 1908, inaugurándose en 1916. Se hizo con la intención de afianzar un trayecto hasta Vladivostok a través del territorio ruso, reemplazando al ferrocarril de la China oriental, de propiedad rusa, que originalmente conectaba Vladivostok con el Transiberiano. Las instrucciones del zar eran que el ferrocarril se ciñera a la frontera, pero que de ningún modo llegara al alcance de la artillería china. La mayor parte de la línea Amur está construida sobre un suelo permanentemente helado, lo cual, incluso hoy día, representa un gran problema para los ingenieros ferroviarios. Ahora toda la línea está electrificada, pero los postes de las catenarias, colocados un tanto precipitadamente, son propensos a inclinarse, especialmente en primavera, cuando el terreno está blando, y tienen que enviarse unas brigadas especiales de trabajadores para comprimir la tierra y enderezarlas. Ya en Jabarovsk, el paisaje es agreste, de alta montaña, y bastante parecido al de las Montañas Rocosas canadienses.

RUMBO SUR DIRECCIÓN: VLADIVOSTOK

A partir de Jabarovsk, el Rossiya se dirige hacia el sur a través de un terreno llano y pantanoso, cuando quedan 766 kilómetros para llegar a Vladivostok. En la mayor parte de este trayecto de doble vía hay montañas a la izquierda, mientras que a la derecha está el ancho río Ussuri y la frontera china. Finalmente, una semana y dos horas después de la partida, el viajero llega Vladivostok, una fea pintura con un bello marco. La fealdad es la de la ciudad de hormigón; la belleza, la de los 7 kilómetros de puerto y las montañas que hay tras él.

Algo que parecía imposible Perry McDonough Collins,banquero americano y agente de bolsa, fue el primero en proponer un itinerario Transiberiano en 1857. Su propuesta fue rechazada, así como la del Conde Muravyev Amurski, otra de un ingeniero inglés llamado Dull y una de un trío de ingleses llamados Morison, Sleigh y Horn. Pasaron 33 años antes de que se diera la conformidad para empezar la construcción, un 24 de febrero de 1891. El Zar Nicolás cavó el primer hoyo en Vladivostok el 31 de mayo de 1891, y un año más tarde se creó un financiado "Comité para el Transiberiano". Las dificultades pasaron por los escarpados acantilados junto al Baikal; el pillaje de los bandidos presidiarios que se cebaban en las cuadrillas de la obra, ya desvastadas por la plaga bubónica, la terrible tasa de homicidios entre los obreros y los tigres de Manchuria que acechaban el último tramo de la línea,entre Jabarovsk y Vladivostok, pusieron la guinda.

Horarios

A Beijing

El tren semanal con destino a China parte cada martes a las 23:50 hs., desviándose hacia el sur, una vez pasado Ulan-Ude, al mediodía del sábado. En la frontera de Sucha Bator la parada es larga, -pues los mongoles, incluso hoy día, son más rusos que en la antigua URSS- y la inspección, muy minuciosa. Los Guardianes de la Libertad del Pueblo anotan cada registro e inspeccionan cada caso. A las 9:30 horas de la mañana del domingo se llega a Ulaan Bator, una exaltación del hormigón. Un viejo y desvencijado autobús conduce al viajero desde aquí hasta uno de los dos hoteles que hay, a cual más malo. No son apropiados para la gente apocada, ni Mongolia tampoco. El viaje hasta la frontera china se hace bordeando el desierto de Gobi, desolador aunque bello, en un extraño y agotado camello que va haciendo pesadamente el camino y que va cargado hasta el máximo de su capacidad. A la frontera se llega de noche; aquí, los bogies rusos de 1524 mm. se cambian, por medio de una grúa y gatos, por los del ancho estándar chino, 1435 mm. La oscuridad impide ver el desierto y el túnel bajo la Gran Muralla, antes de llegar a la estación de la línea principal de Beijing, a las 15:33 horas del lunes. El tren ruso vía China parte los sábados a la 1:00 horas, desviándose en Karimmskoye de la línea Amur. El itinerario sigue por Harbin y Changchun.

http://www.todotrenes.com/Fichas/verFichaTurismo.asp?Turismo=4

El ferrocarril Transiberiano (en ruso: Транссибирская магистраль, Транссиб) es una red ferroviaria que conecta la Rusia europea con las provincias del Lejano Oriente ruso, Mongolia y China.

La ruta principal fue inaugurada tras trece años de trabajo, el 21 de julio de 1904. Con una extensión de 9.288 km, une Moscú con la costa rusa del océano Pacífico, más precisamente con Vladivostok (localizada en el mar del Japón, y cuyo significado en ruso es “poder sobre oriente”), atravesando la mayor parte de la que fue Asia soviética. Esta vía, que atraviesa ocho zonas horarias y cuyo recorrido demanda cerca de 6 días de viaje, constituye el servicio continuo más largo del mundo.

Otro ramal de importancia dentro de esta extensa red ferroviaria es el Transmanchuriano, cuyo recorrido coincide con el Transiberiano hasta Társkaya, unos 1.000 km al este del lago Baikal. Desde la ciudad de Társkaya, el Transmanchuriano enfila al sudeste hacia China, y sigue su recorrido hasta finalizar en Pekín.

La tercera de las rutas primarias es el Transmongoliano, que coincide en su traza con el Transiberiano hasta Ulan Ude, en la ribera este del lago Baikal. Desde Ulán Udé, el Transmongoliano enfila al sur hasta Ulán Bator, tras lo cual sigue en dirección sudeste hasta Pekín.

En 1991 fue completada una cuarta ruta, cuyo recorrido se encuentra más al norte, tras más de cinco décadas de obras esporádicas. Conocida como Ferrocarril Baikal-Amur, esta extensión se separa del Transiberiano varios cientos de kilómetros al oeste del Lago Baikal, y lo atraviesa por su extremo norte. Esta ruta alcanza el océano Pacífico al nordeste de Jabárovsk, en Sovétskaya Gavan. Si bien brinda acceso a la notable costa norte del Baikal, este ramal se caracteriza también por atravesar zonas consideradas peligrosas.

http://es.wikipedia.org/wiki/Transiberiano

http://en.wikipedia.org/wiki/Trans-Siberian_Railway

http://viajemosentren.com/2009/06/08/historia-del-transiberiano-un-tren-mitico/

http://www.guiaexperta.com/trentransiberiano.htm

Viaje al alma de Rusia en el Transiberiano

Por Enzo Ghirardi

El tren Transiberiano parte de Moscú a las 15.30. En la jerga de sus usuarios es el “Expreso Rossiya”, porque el rojo es el color que predomina en sus 16 vagones. Recorre unos 9.300 kilómetros entre la capital de Rusia, última metrópoli europea antes de Asia, y Vladivostok, puerto ruso sobre el mar de Japón en el océano Pacífico.

El trayecto demanda unas 144 horas; casi siete días de viaje y siete husos horarios entre un extremo y otro. El 9 de julio último el servicio celebró sus 100 años de existencia.

El Transiberiano es una imaginaria columna vertebral a lo largo de Rusia, el país más extenso del mundo: 17.075.400 Kilómetros cuadrados que abarcan 11 husos horarios entre sus fronteras este y oeste. Sólo el 25 por ciento de esa superficie se encuentra en Europa, el resto en Asia.

Atraviesa los montes Urales; los valles, estepas y bosques del sur de Siberia, y se detiene en 33 ciudades; entre ellas, Novosivirsk, capital de Siberia; Irkutsk, junto al lago Baikal, el más extenso del mundo; Ulan-Udé, muy cerca de Mongolia, la mayoría de sus habitantes son de etnia mongol, y Jabárovsk, en el Lejano Oriente y a un paso de la frontera con China. Es el medio de transporte más popular entre la gente de cualquier condición social que vive en ese inmenso territorio que se extiende desde los Urales a la costa rusa sobre el océano Pacífico.

Flores de plástico

En el Transiberiano sus empleados son amables y resolutos. Los vagones (dormitorios) huelen a humedad y la ventilación no es buena porque las ventanas no se pueden abrir. Los baños no disponen de duchas. Cada compartimento incluye cuatro camas tipo “literas”, una mesita y un adorno con flores de plástico. Hay un vagón comedor al que por razones de economía no asiste la mayoría de los pasajeros. Las horas del día se viven en los pasillos, donde la gente conversa, bebe té o cerveza y mira el monótono paisaje siberiano.

La rutina se sacude con cada parada (de entre 15 y 30 minutos), porque los andenes de las estaciones son improvisados mercadillos a los que recurren los viajeros para comprar sus provisiones. Son productos de la cocina casera de cada lugar. Se huele el arenque ahumado, hay pollo frito o asado, también pastas rellenas tipo raviolón pero sin salsa, diferentes sopas, pan, galletas y embutidos varios. Y, por supuesto, gaseosas, mucha cerveza y vodka.

El tren que partió de Moscú el 9 de julio pasado completó su pasaje al segundo día: unas 580 personas; todos rusos menos 11 extranjeros. Entre éstos: Un matrimonio alemán que festejaba sus Bodas de plata y otro de suizos que los acompañaban en la celebración; otro señor alemán, mayor, quien no festejaba nada pero bebía de todo; una señora estadounidense y sus dos jóvenes hijas en viaje de turismo exótico, y dos españolas que querían ver qué había sido del sueño comunista.

Viaje a la realidad

El Transiberiano es un viaje a la intimidad de Rusia. Por sus ventanillas desfilan imágenes de grandeza (pocas) y de fracaso (muchas). Y en sus pasillos se escuchan las voces cansadas de gente confundida. La mayoría de ellos vivían mal con la receta que fracasó (el comunismo) y ahora siguen viviendo mal con la receta que triunfó (el capitalismo).

El sueldo medio en Rusia es de unos 115 dólares mensuales y el nivel de vida está entre un 10 y un 15 por ciento por debajo del de 1997. La economía no consigue recuperarse de la última devaluación de la moneda, el rublo, en 1998. Según los expertos, el país tendría que crecer a un promedio del ocho por ciento anual hasta el 2010 para ponerse a la altura de países europeos con un nivel de desarrollo medio-alto como España o Portugal. La previsión de crecimiento para este año es de un seis por ciento.

El capitalismo ha caído sobre los rusos como un alud. Y los ha dejado atontados. A los viejos y nuevos ricos porque sienten que lo pueden todo. Y a la gente común porque descubren que no pueden casi nada.

El consumo es patrimonio de una minoría de personas que usa ropa original de marca, teléfonos móviles, van a gimnasios y le apuntan a los cajeros automáticos con sus tarjetas de crédito. Los otros, la mayoría, usan ropa ordinaria, buscan trabajo, malviven el día a día y, por encima de todo, sienten la ausencia del viejo y todopoderoso Estado soviético.

Por ahora el dinero de la euforia capitalista se concentra en la imponente Moscú, en la bellísima ciudad de San Petersburgo y en pocos lugares más, donde se han impuesto los iconos de una exitosa occidentalización: vehículos caros, restaurantes internacionales, tiendas de lujo, vida nocturna y grandes centros comerciales.

El resto es parte de un paisaje desolador. Ciudades concebidas según los lineamientos de la fría arquitectura soviética. Edificios, infraestructuras, moles que no transmiten nada. De una estética brutal, rústica, que prescinde de la belleza, del confort, del placer.

El espacio rural es pobre, y su gente sacrificada y digna. Pueblan grises aldeas de casas de madera, comunicadas por carreteras en mal estado. Se percibe el sentimiento de abandono y depresión.

La esperanza

Los rusos de a pie miran con tristeza, tienen su autoestima por el piso. Se sienten ciudadanos de un país que ya no existe. Son la memoria de una sociedad que con la desaparición de la Unión Soviética, tras la caída del Muro de Berlín en 1989 y el golpe de Estado de 1991, ha perdido el proyecto nacional que los había contenido.

Pero no se rinden. A lo largo de su rica historia han sobrevivido a todo tipo de coyunturas (invasiones de potencias extranjeras, guerras internas, monarcas crueles y corruptos, y dictadores, quizá menos corruptos pero no menos crueles). Han demostrado que son un pueblo valiente, íntegro y voluntarioso.

Para superar la emergencia de estos días se han encolumnado masivamente detrás del presidente Vladimir Putin, cuya gestión al segundo año de mandato tiene el aval del 72 por ciento de la población según una encuesta que realizó en julio pasado el Centro Ruso de Estudios de la Opinión Pública.

Putin, con un estilo sobrio, sencillo y directo, se ha convertido en la antítesis de su antecesor, el extravagante Boris Yeltsin. Según los sondeos de opinión, la mayoría de sus connacionales considera que el presidente está haciendo bien las cosas. Porque estabilizó el país, domesticó a los gobernadores rebeldes y a los empresarios oligarcas, conjuró el riesgo de la desintegración del Estado e impulsa un proyecto político modernizador.

Pero hay algo más: la mayoría de los rusos ven en Putin al líder capaz de iniciar la reconstrucción. De poner en pie un nuevo proyecto nacional que, tratándose de Rusia y como dicta su historia, deberá ser fiel al destino de grandeza del que ese pueblo se considera depositario.

Por las ventanillas del Transiberiano, que no se pueden abrir, se ve durante horas el monótono paisaje, pero también imágenes de grandeza y de fracaso.

Los pasillos son estrechos, pero allí la gente pasa la mayor parte del viaje. Conversan, toman cerveza o simplemente se distraen con el paisaje.

Por motivos económicos, el comedor del Transiberiano es poco usado, por lo que los pasajeros cuentan con mesitas en sus compartimentos.

http://archivo.lavoz.com.ar/2001/1110/suplementos/temas/nota64749_1.htm

http://palytra.com/es/viaje-transiberiano/transiberiano-viaje_ruta-transiberiana_rusia/

http://www.asfaru.org/ciutats/transiberiano.htm

http://www.vuelaviajes.com/el-gigante-de-hierro-transiberiano/

http://www.tadforo.com/tadforoteca/?p=29

http://www.skyscrapercity.com/showthread.php?t=1230031

http://diletant.ru/excursions/53112/

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