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Nombre:

Palacio Salvo

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Localización:
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Récord: 95 m

Tipo: Rascacielos

Categoría:

Foto:

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Continente: América

País: Uruguay

Localización:

Año: 1928

Estado: Terminado

Descripción:El Palacio Salvo, ícono por excelencia de Montevideo

El Palacio Salvo constituye el ícono de la ciudad de Montevideo. Durante muchos años fue el edificio más alto de Uruguay. Enfrentado a la Plaza Independencia, este edificio da la bienvenida a los visitantes de la ciudad.

El Palacio Salvo es el edificio emblemático de la ciudad de Montevideo. Durante muchísimo tiempo fue el ícono que definía la silueta de la ciudad y el edificio más alto de la misma.

Este edificio puede visualizarse desde muchos puntos alejados de la ciudad, al igual que la iglesia del Cerrito de la Victoria.

El edificio fue encargado por los hermanos José, Lorenzo y Ángel Salvo, y diseñado por el arquitecto italiano Mario Palanti.

Ubicado sobre la Av. 18 de Julio, principal arteria de la ciudad, con fachadas sobre 18 de Julio, Andes y a la amplia explanada de la Plaza Independencia. El edificio tiene 27 pisos, dos sótanos y 370 unidades habitacionales, con 95m de altura.

El predio sobre el cual se edificó el palacio perteneció a la mítica confitería La Giralda, donde el compositor Gerardo Matos Rodríguez compusiera el famoso tango La Cumparsita.

Historia y construcción del Palacio Salvo:

El edificio fue inaugurado en el año 1928 y su diseño de estilo ecléctico tardó seis años en construirse.

El arquitecto responsable de la obra, Mario Palanti, perfeccionó en el Salvo, su creación anterior de Buenos Aires, el Palacio Barolo, de menor altura.

En principio, el edificio estaba destinado a albergar un hotel, oficinas y un pasaje en la planta baja, que conectaba la Plaza Independencia con la calle Andes.

La arquitectura del palacio consta de un cuerpo de base con un atalaya que se yergue sobre la plaza. En la construcción se emplearon mármoles de Carrara, granitos alemanes para los arcos de las pasivas y robles del Cáucaso para las puertas.

Una particularidad de este edificio es que sus primeros siete pisos (desde planta baja hasta el piso 7), están construidos en hormigón armado especial, realizado con granito molido, para darle mayor solidez a la construcción.

El interior del primer piso está decorado en estilo Art Decó. De la ornamentación original de las fachadas, sólo permanecen algunas partes del friso de bronce de la planta baja, debido a la falta de mantenimiento adecuado.

El edificio en la actualidad está destinado casi exclusivamente a vivienda. También alberga oficinas inmobiliarias, una radio, una disco pub y un estudio discográfico.

Las pasivas del Palacio Salvo constituyen una verdadera delicia para los visitantes. Las mismas forman un paseo cubierto con los restantes edificios que circundan la Plaza Independencia, pensado como alternativa para transitar desde el centro hasta la Ciudad Vieja en los días de lluvia, cuando la plaza se torna intransitable por los vientos que la azotan permanentemente.

Lamentablemente no existe un sistema de visitas organizado para recorrer el interior del edificio. Sí puede accederse a las partes públicas (radio, estudio, etc) y contemplar su maravillosa vista exterior.

Para llegar hasta el Palacio Salvo, todas las líneas de ómnibus con destino Ciudad Vieja, Aduana o Ciudadela, nos dejan en las inmediaciones del edificio.

http://www.viajeauruguay.com/montevideo/el-palacio-salvo-icono-por-excelencia-de-montevideo.php

http://www.skyscrapercity.com/showthread.php?t=1509527

El Palacio Salvo , símbolo de Montevideo. Su historia , leyendas , fotos desde lo más alto que nunca nadie publicó.

Quien no conoce el Palacio Salvo , ese icono edilicio montevideano que aparece en cientos de fotos , postales y hasta en películas.

Que turista que haya visitado Montevideo no se sacó una foto con el como telón de fondo ?

Hoy quiero hacer un post que le haga justicia a este hermoso edificio y para ello contaré su historia , sus mitos y leyendas , publicaré fotos de lugares a los que casi nadie puede acceder e imágenes de Montevideo desde una perspectiva que seguramente nunca viste.

Pero primero como es de orden debo agradecer a los Sres. Jorge Gil , administrador del Palacio Salvo quien me condujo por ese increíble edificio , permitiendo que accediera a los rincones mas fabulosos y ocultos del Palacio y al Sr. Walter Bravo quien hizo las gestiones del caso para que esto fuese posible.

LA HISTORIA

El Palacio Salvo se comenzó a construir en el año 1923 , finalizando la obra en el año 1928.

Fue realizado por el arquitecto Mario Palanti , el ingeniero Lorenzo Gori Salvo y decorado por el pintor Enrique Albertazzi.

El nombre del Palacio es por quienes fueron los ideólogos de la obra , los hermanos Salvo.

Los Salvo eran tres hermanos que compraron el predio en 650.000 pesos para construir una obra similar al edificio Barolo de Buenos Aires.

Allí había una confitería llamada La Giralda, en donde se escuchó por primera vez en 1917, los compases de La Cumparsita.

Durante dos años se perforó el suelo hasta llegar a una profundidad de doce metros para levantar un edificio que se compone de dos sótanos, piso bajo, entresuelo, 10 pisos altos completos , 16 pisos de torre, mas la plataforma del faro lo que hace un total de 31 pisos.

El area del terreno es de mts2 1798.95 , teniendo mts. 33.50 sobre la Avda. 18 de Julio y 53.70 mts. sobre la Plaza Independencia y calle Andes ( datos extraídos del antiquísimo libro provisto por el administrador del Palacio Salvo ).

El edificio ha sido estudiado y construido para hotel - dice en el antes mencionado libro histórico - , ya que el hecho de ser Montevideo una ciudad de turismo y la ausencia absoluta de hoteles de de categoría a excepción de los balnearios , ha decidido la construcción de este hotel.

Angel Salvo, uno de los tres propietarios del edificio murió antes de que el Palacio estuviera terminado, y cinco años después de la inauguración también murió José, otro de los hermanos.

José Salvo era un importante empresario.

Tenía dos hijas y una de ellas estaba casada con un joven de origen humilde llamado, Ricardo Bonapelch. La noche del 29 de abril, Salvo fue atropellado por un auto y murió a consecuencia de las múltiples heridas.

Las investigaciones llevaron a la detención del conductor que había sido contratado por Bonapelch para matar a su suegro y quedarse con parte de la fortuna. Bonapelch murió años más tarde en la cárcel cumpliendo su condena.

Ha sido imposible conocer la cantidad de obreros, técnicos y artesanos que trabajaron durante los años en que se levantó toda la estructura. Para su edificación se emplearon materiales tan valiosos como mármoles de Carrara, granito de Alemania para los arcos de La Pasiva y roble del Cáucaso para sus puertas.

Los salones del primer piso con ornamentación Art Decó fueron realizados por el pintor italiano Enrique Albertazzi, quien también trabajó en los vitrales del Palacio Legislativo.

http://conlacamaraenelbolsillo.blogspot.com.es/2009/02/el-palacio-salvo-simbolo-de-montevideo.html

PALACIO SALVO EMBLEMA MONTEVIDEANO

Su perfil define la ciudad de Montevideo desde un rincón de la Plaza Independencia. Amado y rechazado al mismo tiempo, es ineludible reconocer su arquitectura como referencia urbana de primera magnitud.

Corrían tiempos de esplendor. Todo era posible en aquel Uruguay próspero en el que un peso valía lo mismo que un dólar americano.

La ciudad comenzaba a poblarse con grandes realizaciones: el Palacio Legislativo se había inaugurado en 1925, el Palacio Salvo en 1928 y el Estadio Centenario se construiría en 1930.

En 18 de Julio y Andes estaba “La Giralda”, era la costado tanguero montevideano, donde en el año 1916, el maestro argentino Roberto Firpo, estrenó el himno de los tangos: “La Cumparsita”, de un uruguayo Gerardo Mattos Rodríguez.

Un lugar similar a la avenida Corrientes porteña, rodeada de boliches, llenos de historia popular y de acordes de tango, donde nadie duerme.

La Giralda fue demolida y comenzó la excavación para construir el nuevo palacio en el lomo mismo de la Cuchilla Grande; el predio donde se levantaría el Salvo era de mil setecientos cincuenta metros cuadrados, situado a noventa y cinco metros sobre el nivel de la calle y ciento cinco sobre el nivel del mar.

Llevó dos años vencer quince metros de capas graníticas para cimentar la gigantesca mole de un edificio que aspiraba a rascacielos. En aquellos tiempos en que los rascacielos neoyorquinos se construían con armazón de hierro, el palacio Salvo fue edificado con hormigón armado. Inaugurado en el año 1928, exhibió con orgullo, por varios años, su condición de edificio mas alto de América del Sur.

Los padres de la criatura

La idea original era levantar un hotel al estilo de los mejores de Europa. Sin embargo, al principio tan solo algunos pisos cumplieron con el destino inicial: los demás se alquilaron como apartamentos.

Los empresarios que idearon el proyecto fueron los hermanos Angel y José Salvo quienes confiaron la construcción al arquitecto Mario Palanti, un italiano que se vino a trabajar al Río de la Plata. En Buenos Aires levantó el palacio Barolo – hermano menor del Salvo- y otros edificios que no pasaron inadvertidos. Fueron contratados también el ingeniero Lorenzo Gori Salvo y el famoso artesano Enrique Albertazi.

A la hora de elegir los materiales no se escatimó en gastos para lograr lo mejor:

trajeron los mármoles de Carrara, el roble de las puertas y ventanas del Cáucaso, los granitos de Alemania. Solo una imaginación fértil y una mentalidad poco atenta a los prejuicios pudieron crear perfiles tan llenos de accidentes y protuberancias, líneas tan barrocas y formas tan complejas.

Una cúpula, que es todo un símbolo, molduras, torres, recovecos, ondulaciones, balcones, ventanas triples que salen, otras que entran. Un mundo de líneas y formas que la vista recorre asombrada. Son veinticinco pisos, algunos entrepisos, dos sótanos, un gran salón de baile, de mil metros cuadrados, decorado por Albertazi. Son imperdibles en ese salón, la serie de apliques distribuidos por el techo, algunos solo ornamentales, otros iluminan, pero todos, realizados en yeso, aunque parecen de loza, representan al reino animal, desde hipocampos, tigres, monos, pulpos, ciervos, cigüeñas, caracoles, loros.

Vida cultural interior

En el subsuelo donde hoy se encuentra el estacionamiento, hubo un teatro. Allí actuaron los famosos Lecuona Cuban Boys y seguramente interpretaron aquella canción que ellos consagraron: “El carnaval del Uruguay”. Por allí también pasaron la Venus negra Josephine Baker y el admirado cantor mejicano Jorge Negrete, cuyas canciones marcaron una época. Subiendo unos pocos niveles se encuentra la majestuosa sala de baile se dio cita gente joven de los años treinta y cuarenta.

Cada vez que la orquesta, desde el balcón del salón, interpretaba el Danubio Azul hombres y mujeres atildados, giraban al compás del vals, en aquel Uruguay feliz y optimista que supo tener sus años locos.

Entre las tertulias artísticas que tuvieron como sede al céntrico palacio, tal vez la más famosa fue la que se reunía en el departamento de Nilda Muller ubicado en el séptimo piso. Los contertulios más asiduos eran Paco Espínola Clara Silva, Alberto Zum Felde y el compositor Héctor Tosar. Además de recibir la visita de diversos intelectuales del medio, también pasaron por allí la poetisa argentina Alfonsina Storni y el gran muralista mexicano David Alfaro Siquieros y la escritora brasileña Cecilia Meirelles.

Pero si el piso siete dejó huella en la memoria cultural montevideana, la planta baja no se quedo atrás, ya que en ella por muchos años funcionó el Café Sorocabana (en el área que da hacia la avenida 18 de julio) lugar en encuentro de poetas, soñadores y bohemios.

En el décimo piso, que divide en dos la gran mole de cemento, funcionó un restaurante panorámico desde el que se podía observar parte importante de la silueta de la ciudad, incluyendo el Cerro, verdadero icono que se supone fue clave de la formación del nombre de la capital uruguaya: Monte vide eu.

Desde el momento en que la monumental obra del arquitecto Palant estuvo terminada en su exterior, suscitó opiniones encontradas entre los habitantes de la ciudad y también entre sus visitantes.

Famoso es el juicio que Le Corbusier, el gran maestro francés de la arquitectura cuando dijo que parecía “ un enano con galera” y recomendó su demolición urgente.

Entre los escritores uruguayos, las opiniones también fueron divergentes: mientras que Mario Benedetti lo calificó directamente de “feo” en una de sus novelas, Armonia Somers -excelente novelista, hoy casi olvidada-eligió el piso trece para vivir muchos años.

A su vez, quienes pueden considerarse los dos primeros poetas vanguardistas le dedicaron sendos poemas publicados en 1927, cuando aún el edificio no había sido inaugurado. Juvenal Ortiz Saralegui tituló Palacio Salvo a su primer libro (cuyo primer poema lleva título homónimo) y Alfredo Mario Ferreiro incluye en su primer libro un poema titulado “Poema del rascacielos del Salvo” un texto humorístico que expresa cierta crtica a su estética y a la vez simpatía. '

Sin embargo, sus más enconados críticos no pueden dejar de estimar su condición de referencia y de emblema montevideano. Pero además, el reconocimiento oficial llegó por partida doble en 1996 cuando fue declarado Monumento Histórico Nacional por la Comisión del Patrimonio y Monumento de Interés Municipal por el municipio de Montevideo.

En octubre de 2006 el palacio Salvo cumplió setenta y ocho años.

Su presencia tan discutida y criticada por algunos, reside en el imaginario uruguayo como un coloso indestructible.

http://elenabernadet.blogspot.com.es/2009/04/palacio-salvo-emblema-montevideano.html

http://www.urbanity.es/foro/rascacielos-y-highrises-inter/9378-montevideo-uruguay-palacio-salvo-100m-27p.html

¿Sólo leyenda?

El cortés fantasma del Salvo

Todos los vecinos que aseguran haber visto a Don Pedro, el espectro del Palacio Salvo, coinciden en la descripción de su apariencia: es alto, elegante y siempre lleva un paraguas. También concuerdan en que es un fantasma bueno, y no le tienen miedo. Un hombre sostiene que lo salvó de las garras de un ladrón y una niña dice que la ayudó cuando caía de las escaleras.

Vecinos testimonian que lo vieron en las escaleras y en el piso siete. Las puertas suelen abrirse solas. Inquilinos sostienen que el edificio trae suerte.

CARLOS TAPIA

Escépticos, desconfiados y suspicaces, sepan que las siguientes líneas no serán de su agrado. Evítense futuras indignaciones y, por favor, muden sus ojos de esta página a partir del siguiente punto. Ahora sí, solo quedan los soñadores, los que tienen la esperanza de que haya algo luego de la muerte, quienes al menos se permiten el beneficio de la duda y no hacen gestos dubitativos cuando alguien, sin titubeos, habla de fantasmas.

Una de las más populares historias sobre el espectro del Palacio Salvo data de 1999. Ismael Rodríguez llegó al edificio a las once de la noche y subió en ascensor a su apartamento del piso siete. El largo pasillo estaba, como siempre, inmerso en la más tenebrosa de las oscuridades. Apenas introdujo la llave en la cerradura algo lo paralizó, sintió el filo de una navaja rozándole la garganta y el susurro del hombre que lo instó a abrir rápido la puerta. El delincuente no improvisaba, sabía lo que quería. "Sé que cada martes viene un hombre con un portafolio lleno de plata", le dijo.

Era cierto. Ismael esperaba semana tras semana a un socio suyo que llegaba, desde el departamento de Canelones, para dejarle una importante suma de dinero. Intentó explicarle, sin faltar a la verdad, que ese día la persona no iría. El ladrón no le creyó y se sentó a esperar que llegara su botín. El silencio y la tensión hacían de cada segundo una eternidad. Pasaron 45 minutos hasta que, por sorpresa, la puerta se abrió. Ambos adjudicaron el hecho a una corriente de aire, pero luego vieron en el pasillo a un hombre alto, elegante, vestido de negro que, pese al buen tiempo, sostenía un largo paraguas, y caminaba de un lado hacia el otro. "¿Quién es él?", preguntó preocupado el delincuente. Ismael le dijo lo único que sabía, lo que comentaban todos sus vecinos: "Dicen que es un fantasma". El copador entendió de inmediato que una navaja era poca arma como para enfrentarse a las fuerzas del más allá y huyó despavorido.

Todos los relatos coinciden en una cosa: el fantasma del Palacio Salvo es bueno. Algunas historias, como la de Ismael, vienen de boca de sus protagonistas que, aunque con reticencia, se atreven a contarlas; otras se convirtieron en leyendas urbanas a las que el tiempo borró los nombres de sus personajes principales. La apariencia del espectro es la misma en todos los testimonios; aunque algunos le atribuyen un sombrero tipo bombín, como el de Chaplin, y otros no. También concuerdan en cómo se llama: Don Pedro.

¿mitos? Los porteros del Salvo sostienen que en varias oportunidades el ascensor va hasta el piso siete y baja vacío. "Es algo que pasa desde hace años y no entendemos porqué. Incluso sucedía antes que pusieran los ascensores nuevos", cuenta Héctor Guerrero, que trabaja en el turno matutino. Pablo Barboza, que hace el horario de la noche, asegura que una vez vio como las puertas del hall se abrían y cerraban solas. Ambos garantizan que no sienten miedo.

Cinco años atrás una inquilina vio a un elegante caballero mientras subía por una de las escaleras del Salvo. Al no reconocerlo se preocupó y luego de pasar a su lado giró la cabeza para observarlo: éste había desaparecido. "No pudo bajar tan rápido", asegura. Otra vez, allí mismo, una niña se tropezó y rodó por algunos escalones hasta caer, alguien la ayudó a levantarse y logró calmarla del susto; cuando la pequeña dijo cómo era quién la había socorrido la descripción coincidía con la del llamado Don Pedro.

Y hay más. Hace pocos meses un hombre que no quiso ser identificado hizo una investigación sobre la historia del Palacio y sacó cientos de fotos del edificio. En una de ellas aparece la silueta difuminada de una persona, con la apariencia de un dandy de los años treinta, parada en uno de los rincones del hall. Los avances de la tecnología pueden hacer dudar si la imagen es real, pero de todos modos lo que sucede con ella es curioso. El administrador del edificio, Jorge Gil, asegura que la fotografía se borró tres veces de su computadora "sin que apretase nada". Ismael, en tanto, aclara que quien aparece en la foto no es el fantasma que él conoce.

El psicólogo social Néstor Ganduglia, autor de los libros: Historias del Montevideo mágico e Historias mágicas del Uruguay interior, cuenta algunas de estas anécdotas sobre el fantasma del Palacio Salvo con la certeza que son veraces. "Existen muchas coincidencias, sobre todo en la descripción de Don Pedro. De todos modos no da para preocuparse, él sigue los lineamientos de los fantasmas montevideanos, que no son como los de las películas de Hollywood, en las que están siempre furiosos y vienen del otro lado solo para hacer desastres. Las apariciones uruguayas son como la gente de acá, tipos tiernos", relata.

¿Quién es el espectro? "Muchos de los que cuentan historias misteriosas sobre el Palacio relacionan al espectro con Don José Salvo, que puso buena parte de los esfuerzos de su vida en levantar el edificio", señala Ganduglia.

Los tres hermanos Salvo -Ángel, José y Lorenzo- compraron el terreno en el emblemático rincón de la Plaza Independencia en 1921, lo obtuvieron al carísimo precio de 650.000 pesos. Demolieron el viejo edificio del café La Giralda -conocido, entre otras cosas, porque allí se estrenó el tango La Cumparsita en 1917- y encargaron la obra al arquitecto Mario Palanti y al decorador Enrique Albertazzi.

Si bien todos los uruguayos no pueden coincidir en que existan fantasmas en el Salvo, sí se podrían poner de acuerdo en que la estructura representa "la fealdad entrañable de la ciudad", dice entre risas Ganduglia. Una opinión parecida tuvo el arquitecto francés Charles Édouard Jeanneret-Gris, conocido como Le Corbusier, cuando al visitar Montevideo en 1929 sugirió demoler el edificio con un cañón.

Dos años demoraron en levantar los 27 pisos, realizar los dos sótanos y construir los 370 apartamentos. En ese entonces, con sus 95 metros de altura, fue el edificio más alto de América Latina. Algunos historiadores, a la hora de explicar los símbolos que se desprenden de cada recoveco de la estructura, manifiestan que los Salvo eran masones.

Ángel no llegó a ver la obra terminada, falleció antes. En tanto, José Salvo murió cinco años después de su inauguración en 1928, asesinado por un sicario contratado por su yerno Ricardo Bonapelch, íntimo amigo de Carlos Gardel. El chofer Artigas Guichón fue el encargado de atropellarlo en Agraciada y Lucas Obes el 29 de abril de 1933, cuando iba rumbo al cine Paso Molino. Los vecinos creen que él es el fantasma.

Agradezca antes de irse. Ismael no vive más en el edificio, sin embargo es propietario de varios de los apartamentos que hay en él. "Los uso para alquilar y siempre los tengo todos ocupados. Los que se van vuelven, pues es aquí que vivieron los mejores momentos de sus vidas. El Salvo trae suerte", asegura.

Los vecinos no se cansan de contar historias sobre pésimos estudiantes que mejoran sus calificaciones, empresarios menores que logran cosechar grandes negocios y mujeres que conocen a flamantes "príncipes azules". Todo eso entre las paredes del envejecido monumento nacional. Pero esa ventura puede convertirse en un arma de doble filo. Una vieja leyenda dice que quienes se van del edificio deben agradecer y saludar ante sus puertas, y los que no lo hacen pueden sufrir terribles consecuencias.

Ganduglia sabe infinitas historias sobre este supuesto castigo para los inquilinos ingratos. En una de ellas habla de un señor que montó una empresa de importaciones y exportaciones. Se trataba de un emprendimiento humilde pero que, superando todas las expectativas, prosperó con rapidez. Al poco tiempo este hombre ya era un importante empresario y estaba en condiciones de tomar más empleados y ampliar sus instalaciones. Cuando se mudó olvidó saludar ante las puertas del Palacio. Se fundió en pocas semanas.

Otra aparición. Aunque impresionaba su gigantesca estatura y su blanca palidez, lo que más impactó a Ismael de esta mujer fantasma fueron sus enormes y redondos ojos violetas. "La vi con Don Pedro algunas veces, también en el piso siete. Pero casi siempre el hombre del paraguas estaba solo", asegura.

Él vivió más de 20 años en el edificio y sostiene que incluso mantuvo diálogos con esta aparición femenina. "Mi hermana tenía un tumor en el cerebro y sufría unos fuertes dolores de cabeza. Un día, mientras la estaba cuidando, vi una sombra en otra habitación, me acerqué y era esta persona de los ojos violetas. Me dijo que para calmarle el dolor yo le tenía que tomar las sienes con las manos. Lo empecé a hacer y cuando la agarraba, aunque parezca increíble, ella dejaba de sufrir. Me dijo también que le quedaba un año de vida, cuando los médicos le habían dado pocas semanas", recuerda Ismael. Su hermana murió 12 meses después.

Antiguas profecías

Las palabras fluyen de su boca mientras observa un punto fijo en la nada. El psicólogo social Néstor Ganduglia cuenta cada historia como si la estuviera viendo: "Existe una antiquísima profecía que vaticina una gran catástrofe, según ésta el Norte sucumbirá bajo el fuego y el Sur bajo las aguas. Francisco Piria, amigo de los Salvo, creyó reconocer uno de los lugares que las profecías dicen que se van a salvar. Marcó este sitio con un triángulo, cuyos tres vértices son: un obelisco en Rivera, el Castillo Piria y la fuente que está en la Plaza Matriz".

Por otro lado, los Salvo indicaron el lugar hasta dónde llegaría el agua. Está en el propio casco del Palacio. "Por el momento son leyendas, pero al ver lo que pasa con el clima toman cada vez más sentido", agrega Ganduglia.

Don Pedro en el Solís

Ismael Rodríguez es el testigo que más veces dijo ver al fantasma del Palacio Salvo. "Incluso me lo encontré algunas veces afuera del edificio", asegura.

"Un día veníamos de Neptunia con un grupo de amigos en un auto y en confianza decidí contarles a ellos sobre el fantasma. Cuando se los dije se empezaron a reír, pero todos se callaron cuando miramos para la parte de atrás y nos dimos cuentas que venía con nosotros. `Ese es`, les dije. Se quedaron todos duros. Cuando alguien me dice que no existe, el tipo aparece", cuenta.

Aunque ya hace varios años que no vive en el Palacio, Ismael dice que se encontró con el fantasma también en el Teatro Solís y que a veces lo ve por 18 de Julio. "Recuerdo una vez que una sobrina me estaba tratando de loco y el hombre del paraguas apareció", señala.

http://www.elpais.com.uy/suplemento/ds/El-cortes-fantasma-del-Salvo/sds_476306_100314.html

El Palacio Salvo es un edificio de la ciudad de Montevideo.

Fue edificado al impulso de los hermanos empresarios Ángel, José y Lorenzo Salvo; diseñado por el arquitecto italiano Mario Palanti e inaugurado el 12 de octubre de 1928. Con sus 105 metros y 27 pisos, fue la torre más alta de Sudamérica de 1928 hasta 1935 cuando fue desplazado del primer puesto sudamericano por el Kavanagh de Buenos Aires. Actualmente continúa siendo uno de los edificios más altos de la ciudad.

Este edificio tiene su hermano gemelo en estilo ecléctico, pero de menor altura, construido por el mismo arquitecto en Buenos Aires, el Palacio Barolo.

Se ubica en la esquina de la Avenida 18 de Julio y Plaza Independencia. Está emplazado en donde una vez se levantó la Confitería La Giralda, lugar donde Gerardo Matos Rodríguez presentó el tango uruguayo más famoso y difundido del mundo, La Cumparsita.1 Fue construido para funcionar como hotel, cosa que tan solo ocurrió durante algunos años y tan solo en algunos pisos. Posteriormente se transformó en edificio residencial. Ahora alberga mayormente pequeñas viviendas (pues sus habitaciones fueron pensadas para un hotel) y oficinas.

De estilo Art Deco ecléctico y silueta característica, se ha convertido en un edificio emblemático de la ciudad y recordatorio de los años de prosperidad de las primeras décadas del siglo XX. Es uno de los principales polos de atracción turística de Montevideo.

En la ciudad de Buenos Aires el mismo arquitecto construyó algunos años antes un edificio muy similar con 5 metros menos de altura, el Palacio Barolo que es emblemático de la Avenida de Mayo, del mismo estilo arquitectónico difícil de encasillar en una corriente en particular.2 Ambos edificios se inspiran en la Divina Comedia de Dante. La idea original es del inmigrante italiano Barolo quien quiso unir el Río de la Plata con un "puente de luz", ya que ambos palacios iluminaban la noche y su haz llegaba hacia la otra costa.

http://es.wikipedia.org/wiki/Palacio_Salvo

Vídeo:

Web recomendada: http://www.skyscrapercity.com/showthread.php?t=1516357

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Inserción: 2012-06-06 14:40:02

 

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