Inicio Volver Buscador Av. Google Maps Otras WEBS FORO

Voto:

Continente: Europa

País: Moldavia

Localización: Transnistria

Año: 1795

Estado: Terminado

Descripción:Qué visitar en Transnistria y Tiráspol.

TRANSNISTRIA

Tiráspol, El último reducto de la Unión Soviética.

Qué visitar en Transnistria?

Podemos definir a Transnistria (también denominada Stânga Nistrului(el otro lado del río) Transdniestria o Pridnestrovia), como un pseudo-país siendo el lugar más curioso y extraño que me he encontrado a lo largo de mis viajes. Todo lo que envuelve a este país es misterioso, me explico,en primer lugar los turistas carecemos de protección diplomática y para más inri este lugar permanece ignorado por los ciudadanos europeos y mundiales, ya que la mayoría desconocen su existencia. Además, lo peor de todo, es que el país se dedica al contrabando de 41.000 toneladas de armamento (en una población que no llega al millón de habitantes), según cuentan están la mayoría de las armas de la soviet union (las más potentes), no hay que olvidar que a Rusia le interesa mucho esta región, por lo cual creo que pueden entender por qué permanece en el anonimato.

Transnistria es, desde mi punto de vista, un refugio de mafiosos rusos,(no tuve ningún problema eso hay que decirlo). Es un país inventado por y para ellos. Transnistria, ”pertenece” oficialmente a la vecina Moldavia pero se ha declarado independiente, está separada por el río Dniéster (solo la reconoce Ajbasia y Osetia del Sur que estos pseudo-países han instalado allí sus embajadas (por cierto, cerradas el Domingo). Además también hay un consulado ruso (no lo vi). * Según un comentario de uno de nuestros lectores la fotografía sobre las embajadas y sus banderas pertenecen a Abjasia y Osetia del Sur. En la región se realizó un referendum ilegal y el 98 % ratificó esa independencia que carece de validez diplomática internacional. Tal vez sea por eso que Moldavia mire a Rumanía y a la Unión Europea, En Chisinau, la capital de Moldavia, era curioso ver banderas de Moldavia y de la Unión Europea, como si estuviesen dentro de ella, desde mi punto de vista les faltan siglos para ello.

¿Cómo llegar desde Chisinau Moldavia a Tiraspol, Transnistria?

Visitamos Transnistria desde Chisinau, cogimos el autobús en Gaza Centrala (estación de autobuses del centro) y nos costó alrededor de 3 euros, el conductor nos dio un “visado transnistrio” para rellenar antes de visitar el país. El trayecto transcurre por carreteras nefastas y en un estado lamentable ya que íbamos dando botes cada x metros, y nos preguntábamos en el trayecto, pocos españoles han entrado allí, ¿estamos cometiendo una locura? vamos a vender nuestra libertad y nuestros derechos por entrar a esta región. En un momento dado, hubo un gran silencio, sabíamos que podíamos entrar y no salir de allí, podíamos desaparecer de un momento a otro en un lugar que nadie ubica en el mapa pero nos dió igual, sabíamos cual era la misión y el objetivo principal del viaje y no íbamos a morir en la orilla.

Armas en Transnistria , Unión Soviética

Nada más llegar a la frontera, nos reciben con tanques, rifles y un arsenal de armas para intimidar, un policía transnistrio y un militar nos hacen bajar del autobús (con su hoz y martillo correspondiente en la gorra, y la estrella bien visible), y nos dividen en dos grupos, uno de moldavos (todos), y 3 personas (nosotros, los extranjeros), dicen que tenemos que ir a la oficina. En ese momento nos asustamos pero en todo momento mantuvimos la calma ya que hay que evitar que sepan que tienes miedo, además había leído que te interrogaban, que intentaban sacarse mordidas, que hacían cualquier cosa para poder intimidarte.

Jugábamos con una ventaja y es que el chófer conociendo el problema de los extranjeros ya nos había entregado el “visado” por lo que no teníamos ningún problema ni pagar tributos mafiosos a priori ni nada por el estilo, gracias al acto de buena fe del conductor no tuvimos ningún problema ya que teníamos el “visado” en nuestras manos.No es nada extraño tener que pagar dinero a las fuerzas del orden en este tipo de lugares, en Moldavia ya tuvimos problemas con la mafia, que os contamos junto a otros bloggers de viaje en ¿Cómo sobrevivir a la Mafia y a la Policía corrupta en los viajes?

Tanque Transnistria, plaza principal

Al entrar en la oficina, la chica policía me dice que si soy de España, y si me llamo Jesús (algo muy atípico en un país comunista) y acto seguido comenzó una gran carcajada, eso me dió una sensación de estar “tranquilamente-nervioso”. El problema de visitar el país es que careces de derechos por una sencilla razón, España ni ningún país reconoce a este como un estado soberano, por lo que en caso de tener algún problema el Estado español (o cualquier otro) no puede interceder por ti, en ese sentido, “te has metido en la boca del lobo” ya que Moldavia se ha limpiado las manos perdiendo absolutamente el control y la soberanía sobre ella.

A día de hoy, Transnistria realiza detenciones ilegales, realiza torturas, al igual que en Rusia la sociedad es homofoba y ser homosexual es un delito, no se permite una religión minoritaria, existe un tráfico de personas y obviamente no hay libertad de expresión ni prensa. Como curiosidad os comentaré que el Moldavo (lengua latina) no está permitido a no ser que se escriba en cirílico, hubo un gran problema ya que los docentes y los padres fueron arrestados por quejarse ante esta medida.

Este pseudo-país, funciona como cualquier otro, tiene su frontera, su policía, sus militares, su parlamento, los coches con sus matrículas correspondientes y su bandera (no sé que ocurrirá si salen de sus fronteras) y hasta sus propios pasaportes!!! Esto es muy curioso ya que los pasaportes vigentes son los de la extinta Unión Soviética (imagino que también tendrán el Moldavo por si quieren visitar Ucrania o algún país europeo) pero me chocó bastante, ya que todavía está vigente el pasaporte soviético y la CCCP en gigante.

Además, este país acuña su propia moneda, (Esto es un poco complicado de explicar, al carecer de la ISO, las monedas y los billetes carecen de cualquier sentido fuera de ese pseudo-país, es como el dinero del monopoli. Por lo que si no te gastas el dinero dentro de sus fronteras, tendrás que quedártelo como souvenir :). El cambio estaba a 13 rublos transnistrios (Creo recordar). En los billetes, aparece Alexander Sudorov que fue un gran militar ruso del que se dice que nunca perdió una batalla y es el fundador de Tiraspol.

Se declaró en 1990 la auto-independencia de Transnistria, y en 1991 Moldavia se independiza como el resto de repúblicas sovíeticas. En 1992 comienza la guerra civil entre Transnistria y Moldavia (no hay que olvidar que oficialmente es el mismo país) en la cual Moldavia fue la perdedora. Transnistria contaba apoyo de voluntarios rusos, ucranianos y cosacos, esta información final la he sacado de aquí y esto nos hace recordar a la ocupación rusa de otras regiones, como por ejemplo, la de Crimea.

¿Qué ver en Tiraspol?

Una vez cruzamos “la frontera”, nos faltaba un poco para llegar a la capital Tiráspol, en el camino vimos dos cosas muy curiosas, una es que está instalado el regimiento del ejercito XIX de la unión soviética,ahora tienen banderas de Rusia, y dentro arsenal militar, y lo segundo es que hay un estadio de fútbol 5 estrellas (allí juega el Sheriff cf, un equipo que juega en la liga moldava), que ha jugado previas de Champions League, se imaginan al Barcelona, al Real Madrid o al Manchester United visitando Transnitria? Perderían el anonimato, sería un sin sentido, espero que no pase mucho para que ocurra . Además, es muy curioso, que al llegar a la calle principal del país nos encontramos un circo (con música en castellano) y lo más sorprendente de todo es que en medio de la plaza hay un tanque, como si fuese lo más normal del mundo.

También un monumento a los caídos en la guerra civil , haciendo énfasis en el soldado anónimo que luchó por la independencia.. Por último lo mejor es el parlamento con la figura del líder soviético Lenin.

A priori, no parecía un estado mafioso, todo el mundo parecía vivir muy bien.veías a las mujeres guapísimas (imagino que novia de mafiosos) con hijos pequeños paseando por las calles, vamos que la natalidad no es un problema, además paseando nos encontramos una playa (en el río Dnister) que por cierto me bañé (y el agua olía a gasolina) así que mejor salir de ella pensé en ese momento.

Después callejeamos (Es lo que más me gusta hacer), y conseguimos entrar en el mercado de Tiraspol, una experiencia única. Estaba todo muy ordenado e higiénico (mi madre siempre dice que un país puedes saber más o menos como viven y como son mirando sus mercados ) y realmente es cierto.

Lo curioso es ver como los autobuses y los trolebús son de época de la Unión Soviética y no representan en nada lo que yo vi allí, una ciudad nueva, una imagen lavada dicho sea de paso una mentalidad muy comunista. Creo que Moldavia es más pobre, me basó en la poca higiene, por sus calles olvidadas, y en lo personal por el ropaje de la gente, sin embargo Transnistria cuenta con avenidas grandes, pocos coches cierto es pero los que había de dinero, como ocurre en Corea del Norte, gente muy bien vestida, su playa etc, Os aviso de antemano, no esperéis sonrisas de nadie, no regalan ninguna, es mentalidad del este. Como dato, os comentaré, que en un momento dado se me cae un billete al suelo y una mujer me grita y me devuelve el billete (fue un gesto de honradez increíble para mí eran 10 céntimos de euros más o menos, para ella puede que sea mucho más), eso me hizo reflexionar bastante, me dio una lección de esas que luego marcan de por vida.

Para más INRI, nadie habla inglés (solo ruso) y esto es complicado ya que la mentalidad moldava- transnistria y ucraniana es, que aunque te puedan ayudar son muy reacios, de primeras son muy fríos y no quieren saber nada del extranjero. Nosotros teníamos un gran problema y es que no sabíamos cómo salir del país. Solo teníamos “visado” para un día, imagínate seríamos personas ilegales en un país no reconocido yo no sé si eso está contemplado en el código penal transnistrio, afortunadamente no tuve que comprobarlo de primera mano. El problema fue que el autobús nos había dejado en otro lado. ¿Cuál es la solución? En la avenida principal del país hay que coger el trolebús 1, con dirección a la estación de autobuses y una vez allí comprar el billete de vuelta, ¿cómo lo descubrimos? Gracias a que encontramos un moldavo amable(que su novia era de aquél país) y nos ayudó ya que hablaba algo inglés (muy malo) pero aceptable, que más íbamos a pedir era el único que se dignó a ayudarnos en todo el viaje, por cierto la novia del chico llevaba una camiseta con la bandera de UK (algo me hizo entender de que ese guy podía hablar inglés), y no entro al debate de que hace una chica Transnistria con una camiseta con la bandera de UK (país capitalista).

Resumen, conclusión del Viaje a Transnistria

En otras palabras, si me lo permiten, mi consejo es que si no existen unas ganas reales de visitar este tipo de lugares, no se vaya, ya que para llegar hay que ir por Chisinau (Moldavia) y ese es el país más pobre de Europa, un país complicado controlado por la mafia que tiene peligro de noche (vamos que no son unas vacaciones idílicas) creo que aunque uno tenga ganas “tiene que estar rodado”,es decir,debe visitar bastantes países antes para saber moverse, saber cuando hay que hablar y cuando no (para evitar que te vean como un turista y hacerte pasar como un local, algo importante es visitar alguna tienda y comprar ropa autóctona). Hay que saber como comportarse y ser conscientes de que no existen derechos, que hay que tener cuidado con cada gesto, con cada palabra, con cada acto, no olvidéis tener unos conocimientos mínimos de que es un país comunista, que fue la URSS, y cuál es su lifestyle, no se puede ir allí como Pedro por su casa, es importante saber inglés medio-alto como mínimo (ya que uno tiene muchísimos problemas) lo ideal es saber ruso o ir con alguien que lo pueda hablar, se evitarían muchísimos problemas, nosotros no hablábamos ruso eso fue un gran impedimento, y también si uno tiene cargas familiares no debería entrar ya que hay posibilidades de que no pueda salir.

¿Cómo conseguir el visado para Transnistria? ¿Hace falta visado para Transnistria?

Visitar este país requiere un gran esfuerzo y cierto riesgo ya que podemos ser rechazados en la entrada. No se puede conseguir previamente ya que carece este país de embajadas excepto las mencionadas, como comenté anteriormente nosotros tuvimos la suerte de que el conductor de autobús nos ayudó otorgándonos unos ”visados” de papel que estaba en ruso y en inglés.

En caso de que el conductor de autobús no os de el visado, no os preocupéis, hay una oficina a la entrada de la frontera donde tras rellenar los papeles tenéis que enseñar el pasaporte.

http://www.vero4travel.com/2011/10/transnistria-el-ultimo-reducto-de-la.html

Tiraspol (Transnistria)

A la mañana siguiente nos levantamos pronto para ir a Tiraspol, capital del estado fantasma de Transnistria, que se encuentra a menos de 100 km de Chisinau. Es una pequeña franja de territorio, de población mayoritariamente rusa, que se autoproclamó independiente de Moldavia en 1990. Esa declaración provocó una guerra civil, pero el apoyo de Rusia a la causa transnistria permitió la independencia del país.

Actualmente sigue sin estar reconocido por nadie, excepto Rusia y algún que otro país afín, pero Transnistria disfruta de una independencia real. Tiene ejército propio, policía, moneda, instituciones propias, etc. Además, el idioma oficial es el ruso y el alfabeto cirílico, mientras que Moldavia utiliza los carácteres latinos.

Transnistria es también un estado gobernado por oligarquías y mafias, cuyas principales fuentes de ingresos son más que oscuras. El tráfico internacional de armas es una de las principales industrias del país. La novela Educación siberiana de Nikolái Lilin, es una buena aproximación a la realidad de este estado fantasma.

El trayecto en autobús de Chisinau a Tiraspol es rápido hasta la frontera de Transnistria, donde los trámites con los militares y policías transnistrios demoran el viaje considerablemente.

Estos oficiales suelen aprovechar la llegada de turistas occidentales para sacarse un pequeño sobresueldo a base de cobrarles algún que otro euro por entrar a su país. En realidad no hay que pagar ningún tipo de visado por permanecer menos de 24 horas en Transnistria, pero en los foros de viajes vimos que la mayoría de viajeros habían tenido que darles alguna propinilla a los transnistrios. Nosotros, por suerte, no pagamos nada ni al entrar ni al salir, aunque sí tuvimos que lidiar con ellos.

Al llegar a la frontera transnistria todos nos bajamos del autobús para entregar los pasaportes a los oficiales fronterizos. Los moldavos, transnistrios y ucranianos que nos acompañaban simplemente completaron las formalidades y volvieron a montar en el bus, pero a nosotros, que éramos los tres únicos occidentales en el grupo, nos llevaron a una sala especial para guiris.

Allí nos preguntaron cuántos dólares o euros llevábamos encima y la respuesta fue ninguno, sólo algunas grivnas ucranianas y leis moldavos. Los euros, no muchos, los llevábamos escondidos dentro de los calcetines.

Luego nos hicieron poner encima de una mesa todo lo que había en nuestros bolsillos y registraron hasta el último rincón nuestras carteras y fundas de las cámaras. Las mochilas que cargábamos a la espalda sólo las toquetearon un poco por fuera, pero no las abrieron.

La verdad es que nos tocaron unos oficiales jóvenes que hacían el registro más en broma que en serio a ver si les caía algo. En nuestras carteras vieron grivnas y leis y ni siquiera nos los intentaron quitar. Sólo después de charlar un buen rato con ellos, uno de los militares empezó a pedirnos un present (regalo) en un inglés muy rudimentario. Nosotros nos hicimos los tontos como que no entendíamos, recogimos nuestras cosas y empezamos a salir al exterior. Ellos se miraban como dudando entre dejarnos marchar o seguir dándonos la brasa, pero al final no dijeron nada y volvimos fuera. ¡Primera prueba superada!

Seguimos caminando hacia el autobús, pero de nuevo nos llamaron la atención. Esta vez no eran militares, sino policía transnistria. Hablaba en ruso y sólo le entendíamos ¡problems, problems!. Nos metió en otra sala donde había que rellenar los formularios de entrada al país. Nosotros ya los habíamos rellenado en el bus porque el conductor nos los había entregado durante el viaje, pero el poli decía que no valían y que teníamos que rellenar los que había allí, que por cierto eran iguales.

Seguramente quería cobrarnos por los papelillos y le molestó que ya los tuviéramos, pero entonces llegó el conductor de nuestro autobús para solucionar el malentendido. Estos conductores ya están acostumbrados a que cuando llevan guiris en el bus van a tener que detenerse un buen rato en la frontera y quiso agilizar los trámites.

Cogió los papelillos, nos pidió los pasaportes y él mismo se encargó de rellenarlos y entregarlos a la policía transnistria. Luego nos llevó al bus y continuamos viaje a Tiraspol. ¡Segunda prueba superada!. Al volver al bus, unos abuelillos nos preguntaron riendo que cuánto dinero habíamos tenido que pagar por cruzar la frontera y se sorprendieron al ver que pasamos gratis.

Al llegar a Tiraspol dejamos las mochilas en la consigna de la estación, cambiamos algunos rublos transnistrios y fuimos a patear la ciudad. Tiraspol conserva parte de su aspecto soviético, con estatuas de Lenin, relieves de obreros en los edificios gubernamentales y carteles con la hoz y el martillo. Sin embargo, el capitalismo también está presente en los cochazos que comparten calzada con viejos Ladas y los restaurantes de estilo occidental.

La avenida 25 de octubre es la principal arteria de Tiraspol, donde se encuentran la mayoría de comercios, bares y restaurantes. En ella se encuentran también la Casa de los Soviets con un busto de Lenin en frente, el palacio de gobierno y el palacio presidencial. Lejos del centro se aprecian mejor los destartalados bloques de apartamentos de estilo soviético con los Ladas aparcados en la puerta.

Otro de sus atractivos son los memoriales, como el de los soldados soviéticos caídos en la Guerra de Afganistán o el de los caídos en la guerra civil contra Moldavia. También es agradable pasear por algunos de sus parques, ver las aguas del Dniester y visitar el mercado central junto a la Iglesia ortodoxa de Pokrovskaya.

Por la tarde recuperamos las mochilas y cogimos otro autobús a Odesa, en Ucrania, que se encuentra a poco más de 100 km. De nuevo un viaje plácido hasta la frontera donde los militares transnistrios volvieron a dar un poco la brasa.

Primero nos llamó espaguetis pensando que éramos italianos y creímos haber topado con uno de los oficiales más duros de Transnistria, pero después de tenernos una hora esperando a que examinaran con lupa nuestros pasaportes, nos dejaron marchar sin problemas.

Está claro que el pagar o no pagar sobornos depende mucho del oficial que te toque ese día, pero por nuestra pequeña experiencia ahí van esos consejos:

No hablar ruso o disimularlo en caso de hablarlo. Los transnistrios hablan muy poco inglés y tampoco saben cómo sobornarte si no pueden comunicarse contigo.

No llevar mucho dinero ni objetos de valor. Nosotros íbamos bastante arrastrados con las mochilas, ropa vieja y poco dinero. No vieron mucho de donde sacar.

Aparentar ser tonto y no comprender nada de lo que te digan.

http://www.hojaderutas.com/2008/11/transnistria.html

Tiráspol, un retorno a la ex URSS

Publicado por Olga el 22 de febrero de 2014

Tiráspol es el capital de la autoproclamada República de Transnistria, ubicada en la orilla oriental del río Dniéster.

El visitante se sorprenderá de la gran cantidad de rusos , moldavos y ucranianos que caminan por la ciudad. Lo cierto es que visitar Tiraspol evoca pensamientos de las películas de James Bond, armamento pesado y uno de los estados más herméticos del mundo.

En realidad , Tiráspol es la capital de una región rebelde cuya independencia sólo es reconocido por otros dos estados reconocidos sólo parcialmente , las regiones separatistas de Georgia, Osetia del Sur y Abjasia.

Hay que visitar la fábrica Kvint ( 38 Ulitsa Lenina) para ver la casa de la famosa marca de Transnistria brandy y vino. Kvint es considerado un tesoro nacional aquí . Una tienda está ubicada en las inmediaciones donde se pueden comprar productos Kvint . Los tours pueden ser reservados con antelación a través de operador turístico local WorkTravelBusiness Ltd. ( 8 Vokzalny Pereulok ; 373 desde 7788 hasta 8508 ; discoverpridnestrovie.com )

Muchos de los turistas que no hablan ruso parecen prefieren las visitas guiadas, y hay muchos operadores turísticos listos para ayudar. Transnistria Gira ( 373 6942-7502 ; transnistria – tour.com ) se ejecuta una serie de visitas temáticas en Tiraspol, incluyendo : Visita Soviética; Tour Clásico ; Ecotour ; Tour de arte ; Brandy tour ; Football Información ; Bicycle Tour . Los recorridos cuestan 16 dólares a 34 dólares , dependiendo del tamaño del grupo .

Si se prefiere mantenerse alejado de los tours , entonces por su cuenta sepuede visitar la Fortaleza de Bender justo al otro lado del río Dniéster de Tiraspol .

Originalmente fue una pequeña fortaleza construida para proteger la frontera oriental de Moldavia medieval, pero posteriormente fue conquistado y se expandió por el gobernante turco Solimán el Magnífico en 1530 . También alberga un pequeño museo que muestra las armas y un diorama que representa a su ataque de un ejército ruso.

Y a seis kilómetros de Tiraspol, en el pueblo de Chitcani , se halla el Monasterio Noul – Neamts ( 2 Ulitsa Lenina; abierto todos los días 06 a.m.-8 p.m. ) , que cuenta con cuatro iglesias de colores y el campanario más alto de Moldova. El monasterio fue fundado en 1861 por los monjes rumanos que huyen de la creciente presión de las autoridades locales.

http://www.absolutrusia.com/tiraspol-un-retorno-la-ex-urss/

TRANSNISTRIA, Un país desconocido

Escrito por Inés

23 de octubre de 2010

Transnistria es, sin duda, el lugar más curioso de Europa que he conocido. Un país inventado que se ha convertido en el mayor museo al aire libre. Su visita puede parecer un viaje en el tiempo hacia la Unión Soviética. ¿Cómo algo así permanece tan desconocido en Europa?

Fuimos a la estación central de buses de Chisinau y compramos dos tickets de ida a Tiraspol, la capital de Transnistria (65 Leus moldavos, unos 3€). Adquiriríamos la vuelta en el destino.

En el interior del estrecho autobús había un taco de papeles: se trataba de los formularios de visado que había que rellenar para entrar en el imaginario país. Aunque Transnsitria pertenezca en la teoría a Moldavia, los ciudadanos de Moldavia también tienen que presentar este documento.

Habíamos separado 70 Leus, lo equivalente a 3’5€ porque Sanda, mi amiga moldava, nos dijo que aunque no había que pagar nada en la frontera, en caso de que nos exigieran dinero, no debíamos soltar más de 3€.

Teníamos bastante miedo: habíamos escuchado muchas historias de viajeros a los que les habían exigido 50€ y corre el rumor de que un japonés llegó a pagar 200€ (estas leyendas se ceban siempre con nipones).

Al lado de nuestros asientos, viajaban dos pasajeros suecos: Conny era un cantante de ópera y Mikael era guitarrista de un grupo heavy. Ambos habían sido, como nosotros, más atraídos por los lugares raros que por los destinos turísticos “bonitos”.

El autobús arrancó, comenzamos a atravesar la ciudad de Chisinau pero no llegamos a salir de ella porque el vehículo se estropeó. Salimos de él y esperamos en la calle a no se qué, porque nadie nos explicaba nada. Otro autobús vino a recogernos al cabo de un rato y continuamos nuestro viaje a uno de los últimos reductos soviéticos de la tierra. Ya no había vuelta atrás y el hecho de que no pudiera ver nada por las ventanas del vehículo añadía un toque de intriga al viaje.

Llegamos a la temida barrera que separa Moldavia con Transnistria.

Atravesar fronteras por tierra me ha resultado siempre bastante curioso. Normalmente hay un puesto de control cubierto por policías del país que se deja atrás, seguido por una tierra de nadie (en donde me he encontrado Duty Frees y Casinos) que termina en otra línea flanqueada por los policías de la nación en la que pretendes entrar; y éstos casi siempre tienen más cara de perro.

A pesar de no salir en los mapas convencionales, esta frontera era igual que otras en cuanto a los elementos mencionados excepto porque en el lado transnistrio había carros de combate camuflados y vehículos blindados apuntando a la zona de Moldavia.

Un soldado subió al vehículo y recogió los pasaportes con sus formularios de visado de todos los pasajeros. No pude evitar mirar la hoz y el martillo de su gorra.

Al cabo de unos cinco minutos volvió a entrar a nuestro autobús para devolver los pasaportes a cada uno. Todo marchaba con normalidad hasta que señalando con el dedo dijo: “Tú, tú, tú y tú, ¡abajo conmigo!”

Efectivamente, los pringados que teníamos que realizar un proceso más largo para obtener el visado éramos Conny, Mikael, Jarris y yo.

Le seguimos hasta el puesto de control, mientras yo sufría la misma sensación que cuando me presenté al examen que determinaba el posible fin de mi carrera universitaria.

Nos miramos todos durante unos eternos segundos hasta que posé mi pasaporte en el mostrador. A partir de ese momento estaba en manos de las autoridades transnistrias pues aquí los extranjeros no tienen ninguna protección diplomática. Al ser un estado no reconocido internacionalmente, ningún país tiene delegaciones diplomáticas en el territorio.

La mujer llevaba un uniforme de policía poco práctico. Zapatos de tacón, falda ceñida de tubo y, cómo no, una gorra que muestra una hoz y un martillo.

Estuvo un rato hablando en ruso con su compañero de mostrador. Sólo entendía la palabra “spansky”. ¿Estarán deliberando cuánto dinero sacarme?, ¿tienen tarifas según los países? Había leído tantas experiencias personales en la frontera moldavo-transnistria, que me imaginaba lo peor.

Los minutos pasaban lentos, mientras nuestro autobús seguía anclado en la frontera a medio camino. Pensé en los pasajeros moldavos que seguramente se llevarían las manos a la cabeza cada vez que tenían que viajar con un extranjero, lo que hacía que el viaje siempre se alargara.

Bajó el conductor a dar prisas a estos funcionarios. Se entendía lo que decía porque hacía muchos gestos muy obvios: señalaba a su reloj de pulsera, señalaba a su autocar…

Ella asintió con el rictus más serio que pudo. El conductor se fue y la mujer seguía sin devolverme el pasaporte; pero para entonces ya tenía en su poder los cuatro valiosos pasaportes europeos.

El conductor volvió a bajar del vehículo y me alegré de que no nos hubiera abandonado –podría perfectamente haberlo hecho-; esta vez se encontraba bastante exasperado.

En su presencia, nos entregó los documentos en regla y no nos pidió ningún soborno. Desconozco si actualmente las autoridades transnistrias habían dejado de aplicar su abuso de poder o si nuestro conductor con prisas actuó como un catalizador en nuestro favor. Lo único que sé, es que todo funcionó correctamente.

Ahora podíamos respirar tranquilos, más o menos. Guardé mi pasaporte como oro en paño porque si lo perdía, podía terminar atrapada como Tom Hanks en la película de La Terminal.

Por si acaso, había escondido también mis cámaras (llevaba una compacta y una réflex) no sólo para que no piensen que de mí en la frontera se podía sacar una buena tajada en forma de sobornos, sino porque aquí no está bien visto sacar fotos. Todas las que salen en este artículo las he hecho deprisa para no llamar la atención.

Habíamos entrado en la autoproclamada República Socialista Soviética de Transnistria pero aún quedaba un rato para llegar a la capital, Tiraspol. Un “país” de un tamaño y población parecidos a Cabo Verde, pero desconocido por la mayoría de la población mundial.

Lo primero que nos encontramos fue el río Dniéster, que hace de frontera natural entre la República Moldava con la Transnistria. Ésta se encuentra en la parte oriental y fue el escenario de una sangrienta guerra civil en la década de 1990 cuando declaró su independencia de Moldavia, derrotando a las fuerzas moldavas en la guerra de Transnistria; gracias al apoyo de contingentes de voluntarios rusos, ucranianos y cosacos, y por el 14º regimiento del Ejército Soviético.

http://misviajesporahi.es/2010/10/transnistria-un-pais-imaginario.html

Tiraspol

Es la capital de la República Moldava de Pridniestrovie, en ruso, o de Transnistria en moldavo. Se trata de una pequeña franja que queda entre el río Dniéster y Ucrania, y que declaró una independencia paralela a la de la República de Moldavia tras la caída de la Unión Soviética, manteniendo la simbología soviética y su modelo de gobierno. Entre 1990 y 92 se vivieron conflictos armados esporádicos e inconclusos entre ambas regiones que dejaron unas fronteras sin reconocimiento internacional y que sin embargo cuentan con presencia rusa y vigilancia de la OSCE. Una situación absurda y solidificada que se prolonga ya dos décadas, y en la que la “soviética” Transnistria es en realidad un paraíso fiscal señalado por ser un lavadero de dinero internacional. Cuentan con su propia policía y fuerzas, emiten su propio rublo y utilizan el alfabeto cirílico para escribir el ruso, ucraniano y el moldavo, que coexisten como idiomas oficiales.

La ruta Chișinău-Tiraspol, aunque un poco sensacionalista, se hace casi obligada para los curiosos de esta cuestión política. Tiraspol no ofrece al visitante mucho más que un pequeño museo y memorial dedicado al conflicto de los años 90, una gran estatua de Lenin, un paseo por el río… Un par de horas o tres valen para ver el panorama, cambiar dinero en alguna de las muchas casas de cambio y comprar una botella de coñac. Las calles están sorprendentemente vacías. En realidad, la experiencia ya se ha vivido al cruzar la frontera y ver todo ese “teatrillo” de tanques y soldados armados cuya misión es prolongar en el tiempo un estatus ventajoso para unos pocos.

http://www.anayatouring.com/escapadas/de-chisinau-a-tiraspol-un-viaje-a-la-antigua-union-sovietica/

Tiráspol (en ruso, Тира́споль y en ucraniano, Тираспіль) es el capital de la autoproclamada de la República de Transnistria, y la segunda ciudad dentro de las fronteras oficiales de Moldavia por población, tras Chișinău. La ciudad está ubicada en la orilla oriental del río Dniéster.

La ciudad de Tiráspol tenía en 1989 una población de alrededor de 190.000 personas. El 41% eran rusos, el 32% ucranianos y el 18% moldavos/rumanos (en 1919 el 42% eran rumanos). La ciudad tiene varias industrias ligeras, entre ellas la elaboración de muebles y aparatos eléctricos.

Historia

Los alrededores de Tiráspol (en griego: Τύρας Tyras - Dniéster, polis - ciudad) fueron una zona amortiguadora entre los tártaros y los moldavos, habitados por ambas etnias.

En 1792, después de que las conquistas del Imperio ruso llegaron al Dniéster, el ejército ruso construyó un baluarte en un viejo pueblo tártaro, Hagi-bei, como un puesto de guardia en la frontera occidental. Le pusieron el nombre por el nombre latino del Dniéster ("Tyras") donde lo construyeron.

Rusia, en 1812 ya había conquistado la parte oriental de Moldavia (Besarabia) y llevaba colonos rusos y ucranianos a los alrededores de Tiraspol. El 15 de junio, 1828 fue establecida la Casa de Aduanas en Tiráspol. Su misión era la represión del contrabando. Operaba con 14 empleados bajo el auspicio de la región aduanera de Odesa inspeccionando alimentos, aceite, papel y otros bienes. A mediados de siglo Tiráspol tenía una comunidad judía de 1.406 personas y hacia finales de siglo había crecido hasta 8.668 (27% de la población total). Además, en la ciudad había dos escuelas privadas judías segregadas por sexo.

https://es.wikipedia.org/wiki/Tiráspol

https://ru.wikipedia.org/wiki/Тирасполь

https://en.wikipedia.org/wiki/Tiraspol

https://www.flickr.com/photos/fotravel/sets/72157661082771295

https://www.flickr.com/photos/marcofieber/albums/72157631542236902

http://www.mynameisola.com/mynameisola.com/en/tag/moldova/

http://www.palamar-photo.com/проекты/моё-приднестровье/тирасполь-фото-пмр/

http://photo-tiraspol.com/

http://www.blackseanews.net/en/read/55025

Mostrando Registros desde el 1 hasta el 0 de un total de 0