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Localización:
Tipo: Urbanismo
Categoría:
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Continente: Europa
País: Italia
Localización: Sicilia
Año:
Estado: Terminado
Descripción:Palermo
Palermo, capital de Sicilia, es una joya cubierta del polvo de la historia, de las desgracias que han reportado los desastres naturales en forma de terremotos, y del lastre que han provocado la especulación inmobiliaria, la miseria y el paro o los crímenes de la mafia. Al final si obviamos estos apuntes que no explican la totalidad de la realidad palermitana, nos encontraremos con una asombrosa ciudad, repleta de piedras con historia, una amalgama de retales que forman el gran puzzle de estrellas que brillan en Palermo.
Las dimensiones de la periferia de Palermo, hacen de esta metrópolis siciliana, la ciudad más grande de Sicilia (más de 800.000 h.), y unas de las más pobladas y ricas culturalmente del Mediterraneo Antiguo.
Siendo una ciudad tan abigarrada, Palermo tiene un trazado poco regular, con calles estrechas, incluso las relativamente importantes, con distancias asumibles a menos que pretendamos cubrir en un día lo que bien necesita un mes. Si a esto unimos los asimétricos horarios de algunos de sus principales monumentos, cabe la advertencia de planear visitar Palermo zona a zona.
Los itinerarios o rutas se pueden plantear por épocas, estilos, o simplemente por proximidad geográfica. Como casi siempre, lo más sugerente será callejear y descubrir Palermo a través de las sorpresas que depara cara esquina que se abre a tesoros me nospreciados en las guias.
Lo cierto, es que los vestigios de los diferentes conquistadores de la ciudad son tan variados que permiten coexistir la Mezquita arabo-normanda de San Giovanni degli Eremiti, con la genial catedral, la capilla palatina del Palacio Normando, o la plaza de Quattro Canti donde convergen las dos vias principales de la ciudad Vittorio Emmanuele y Via Maqueda.
Bajando hacia el mar, bien sea desde Monreale, o desde la salida de la autopista, accedemos a Palermo a través de la Via Calatafami, eterna avenida que nos da una idea del tamaño de la ciudad. A los lados (y mal señalizados como es habitual en Sicilia), están dos visitas tan contrapuestas como atractivas. Por un lado las Catacumbas de los Capuchinos en el Monasterio homónimo, famosas por sus cuerpos embalsamados, que gracias a las rupestres pero eficaces técnicas de conservación muestran momias “disecadas” de difuntos. Por el otro la Zisa, palacio normando de arquitectura árabe recientemente restaurado que era residencia de los reyes normandos que gobernaban Sicilia desde Palermo.
Siguiendo Corso Calatafami nos encontramos con la Porta Nuova, al lado del Palacio de los Normandos, alzada en 1460 para abrir la principal arteria de Palermo, la Via Vittorio Emanuele. Su techamen cubierto de azulejos es sin embargo una reforma de estilo manierista de 1535, promovida por el virrey Colonna para conmemorar la entrada triunfal del emperador Carlos V tras la victoria en Túnez. La restauración de 1696 para “parchear” los destrozos del terromoto añadió los 4 moros.
Via abajo enocntraremos la villa Bonnano a la derecha con el Palazzo Sclafani de 1330 en uno de sus esquinas (hoy sede de la Comandancia Militar) y el Hospital y Cuartel de San Giacomo a la derecha.
Seguidamente a la derecha encontramos la plaza de la Catedral. El edificio catedralicio, alterado continuamente no ha perdido sin embargo su majestidad. Fue basílica paleocristiana, mezquita árabe, y templo cristiano para los normandos. Unida por dos arcos a la torre del campanario, ofrece una preciosa foto panorámica.
Sin perder el hilo de Ariadna de Vittorio Emanuelle, curioseando por los comercios, y haciendonos cargo del intenso tráfico de coches, motos, motocarros, peatones, carros, etc…, llegamos a Quattro Canti (Piazza Vigliena). Cortada por Via Maqueda, Emanuelle se abre a un armonioso espacio donde cuatro fachadas cóncavas de edificios del XVIII articulan en tres ordenes estatuas de los cuatro estaciones, los reyes españoles, y las cuatro santas palermitanas de cada distrito.
Por la noche es imprescindible acercarse a la Plaza Pretoria, custodiada por el Palacio Senatorio, actual ayuntamiento y por la suntuosa Iglesia de Santa Caterina. En el centro de la plaza los jovenes de Palermo se congregan alrededor de la fuente Pretoria mientras los turistas se fotografian sin parar.
A la salida de la plaza Pretoria llegamos a la Plaza Bellini circundada por el Antiguo Teatro y hoy pizzeria, y por la preciosa iglesia normanda La Martorana, además de la Iglesia de San Cataldo.
Al otro lado de Vittorio Emanuelle, hallaremos entre callejuelas, el fascinante mercado de la Vucchiria. Su nombre deriva del francés, boucherie, es decir carnicería. Creció a partir de los siglos X-XII alrededor de la plaza Caracciolo y la vía Argenteria. Los puestos de fruta, pesacado, carne, quesos, especias, gangas, etc.. adquieren un halo mágico cuando cae la noche y los puestos encienden sus enormes focos y la luz se refleja en sus carpas rojas. La mezcla de olores y colores es tan indescriptible como inolvidable.
Con tranquilidad también podremos curiosear en el Museo internacional de Marionetas, con muestras de marionetas de todo el mundo, destacando los pupis sicilianos.
La oferta cultural de la capital de Sicilia viene enriquecida con el Teatro Politeama ante la eterna remodelación del Teatro Massimo del siglo XIX. El Museo Arqueológico de Palermo recoge piezas de todo tipo, centrándose en los restos hallados en las excavaciones de toda la isla.
Dominando desde la distancia se alza el Monte Pellegrino y a sus pies el parque afrancesado de la Favorita, pulmón del ajetreo y tráfico de Palermo. Si seguimos adelante hallaremos la ensenada y la playa de Mondello donde los palermitanos ahogan el calor de los veranos en baños diarios y en fiestas y copas por la noche.
A 11 kilómetros de Palermo se encuentra Monreale, punto inexcusable de visita. Su monasterio benedictino, con su majestuosa catedral y su claustro suponen la culminación del arte arabo-normando en Sicilia. Por otro lado, otra de las visitas inexcusables es la de la Villa Palagonia en Bagheria, un pintoresco palacio barroco lleno de figuras grotescas que un un insigne noble siciliano creo en el
siglo XVIII.
Una forma de no perdernos ningún monumento importante de Palermo son las rutas en que propone el autobús turístico de la ciudad.
http://www.lasicilia.es/palermo
Palermo
La provincia de Palermo se extiende en la parte septentrional de Sicilia y se asoma al Mar Tirreno con una pequeña zona de espléndida costa frente a la cual se abren los golfos de Carini, Palermo y Términi Imerese.
La costa es particularmente fascinante, con sus fantásticos colores que van del azul intenso del mar al verde de la vegetación, a los colores oscuros de las piedras o al blanco de las playas de arena finísima.
Entre los destinos costeros más frecuentados se distinguen Mondello, la playa de los palermitanos, la isla delle Femmine, Cefalù que junta el patrimonio monumental con acogedoras playas y Sferracavallo, un antiguo pueblo marinero, hoy paraíso de los submarinistas.
En el mar abierto frente a Palermo se encuentra la isla de Ustica, residuo de un complejo volcánico desaparecido, rica en bellezas naturales, ensenadas, grutas, pequeñas calas y restos arqueológicos. Es una isla con fondos fascinantes, un verdadero paraíso para los apasionados de excursiones subacuáticas.
El territorio - predominantemente montañoso - comprende el grupo de las Madonie, que se extiende desde el Valle del Pollina hasta el del Imera e incluye una parte de la costa. Este entorno está protegido por el Parque Regional delle Madonie que ofrece panoramas espectaculares y una gran variedad de paisajes: montañas ásperas y rocosas cuyas pendientesse precipitan hacia el mar, extensiones de colinas del interior, pasando por valles surcados por cursos de agua.
Además de las bellezas naturales, famosas localidades y maravillosos tesoros artísticos de diversas épocas hacen único y precioso el territorio, meta turística muy frecuentada también a nivel internacional.
Desde las ruinas de Solunto hasta el área arqueológica del Monte Jato, desde Monreale hasta Palermo: todo el territorio está lleno de tesoros del arte, de encantadores paisajes naturales y de sugestivos restos de antiguas civilizaciones.
Al centro del homónimo Golfo resplandece Palermo, ciudad con un rico pasado y, en tiempos lejanos, punto de confluencia entre la civilización europea y árabe, de la que custodia importantes huellas.
Son numerosos y varios los atractivos de la provincia: desde las históricas villas que llenan el área de Bagheria hasta las delicias gastronómicas, las tradicionales celebraciones folklóricasy las relajantes estancias a la orilla del mar.
Palermo y su territorio: una meta turística en todas las estaciones y para todos los gustos.
http://www.italia.it/es/descubre-italia/sicilia/palermo.html
Guía de un viaje a Palermo, Sicilia
Publicado por: Natalia
Mark, uno de nuestros viajeros visitó Sicilia y nos trae esta guía turística que consta de varios destinos de la maravillosa isla. Este apartado está dedicado a Palermo. Esperamos que sea de gran ayuda!
En la foto siguiente, la Capilla Palatina, uno de los monumentos más visita dos de toda Sicilia.
Rehabilitado recientemente por la Aseguradora Würth, con la idea de “Restituire la Capilla Palatina ai siciliani, all´Italia ed al mondo intero.”
Efectivamente, su artesonado de madera, con mosaicos bizantinos del siglo XII, sus paredes recubiertas de mármol y sus suelo de mosaico formando figuras geométricas, logran un conjunto muy bello, que atrae a visitantes de todo el mundo. Los mosaicos representan con increíble precisión y destreza escenas del Antiguo Testamento (algunas muy subidas de tono, en lugares un poco difíciles de ver).
En la fotografía anterior, al fondo, el Cristo Pantocrátor.
Las estalactitas que forman el artesonado, son únicas en una iglesia cristiana y dignas de verse. Trabajaron artistas musulmanes aplicando técnicas desconocidas y más propias de mezquitas. Se mandó construir por Ruggero II en 1132, siendo la capilla de la corte. Sentarse en uno de sus bancos y admirar esta obra de arte con calma, es un autentico placer.
La Capilla Palatina está abierta de lunes a sábado de 8:15 a 17:45 (última entrada expedida, a las 17:00 horas). Los domingos y festivos, de 8:15 a 13:00. (Ultima entrada, a las 12:15 horas). De las 9:45 horas a las 11:00 horas el acceso a la capilla no está permitido cuando haya funciones religiosas. La visita al interior de la capilla no es guiada.
Al terminar la visita a la Capilla Palatina se accede al segundo piso (Apartamentos Reales…) atravesando una bella escalera de mármol rosa.
Si deseas más información aquí tienes una galería de fotos de la Capilla Palatina.
Otros espacios museísticos:
La Muralla Púnica
En la parte baja del Palacio del Normando, en las dos fotografías siguientes.
Al salir de la Muralla, te encuentras con una interesante Librería, que recomiendo que sea visitada.
El Museo Arqueológico “Antonio Salinas”.
En la foto siguiente, el claustro, por donde se accede. En su interior, se exhiben restos arqueológicos de las culturas etrusca, griega y romanas (y curiosamente alguna pieza de cerámica de la zona valenciana de Paterna – Manises.)
El Museo cuesta un poco de encontrar, incluso aunque preguntes por él. Pregunté a un grupo de policías, en Vía Maqueda, a pocos metros de su ubicación y lo desconocían. Sus tres pisos de estanterías y vitrinas están situados en un convento, el Olivella, edificado a finales del XVI y principios del XVII. En 1866 su director fue Antonio Salinas que lo impulsa y le da el aire casi definitivo (de ahí el nombre, en la actualidad, del museo).
El entorno de la fuente (foto anterior) es un lugar para sentarse y descansar, pasar un buen rato. Para los turistas, es una distracción observar y fotografiar las tortugas de las aguas de la fuente.
Junto a la fuente anterior, hay una pequeña sala de incorporaciones recientes: Una muy interesante colección de 8 anforas, una cratera recuperada a traficantes de arte y restos de un pecio, hundido como consecuencia de una batalla del año 241 a. C. En la foto siguiente: Hércules abatiendo un ciervo (I a. C.), que algunos afirman que proviene de Pompeya.
Horarios y precios de las entradas
Horario de Visita
Sábado y domingo de 8:30 a 13:30
De Martes a Domingo de 8:30 a 13:30 y de 15:00 a 18:30
Entradas
Público en general: 4,00€
Personas de 18 a 25: 2,00€
Residentes en la Provincia: 1,00€
Más fotos en la galería de Museo Arqueológico de Palermo.
Monumentos
Palacio Real (Palacio de los Normandos).
En la foto siguiente, la fachada del Palacio Real (Palacio de los Normandos), en cuya primera planta se encuentra la Capilla Palatina y en el sota no, los restos de la Muralla Púnica (Ya vistos anteriormente).
Este palacio, se construye sobre restos púnicos (de ahí la Muralla Púnica, de la que ya vimos fotos), sobre una edificación defensiva árabe del siglo IX. Y es Ruggero II, quien manda construirla en el año 1.130. La visita al Palazzo dei Normanni, se puede realizar entre las 8:15 y las 17:15, al precio de € 8:50, incluyendo en la entrada, la visita a la Capilla Palatina, a los Apartamentos Reales, la Sala del Rey Ruggero y a la Muralla Púnica.
En el 2º piso se halla una sala del Parlamento Siciliano.
También en el mismo edificio, próxima a la entrada de la Muralla Púnica existe una sala dedicada a exposiciones temporales, concretamente la Sala Luca di Montalbo, que incluimos aquí porque al comprar la entrada del Palacio de los Normandos, incluyendo la Capilla Palatina y los Apartamentos Reales (al precio de € 8:50, como ya dijimos), te obligan, prácticamente, a comprar la entrada para la “Mostrasul ¿Transisionismo?” La fuerza expresiva de la materia, con la participación de los artistas Barbará Bou chet y María Mantegna.
El precio de la entrada: € 1,50 (Vendida al mismo tiempo que la entrada de la Capilla Palatina).
Plaza Pretoria.
Llamada así, porque en ella se ubica el Pretorio, el Palacio Municipal, el Ayuntamiento. Si hiciéramos una figurada cruz, con un eje horizontal que fuera desde el Teatro Garibaldi, en la Plaza Ruggero Séptimo y con un eje vertical, en cuya parte superior, estuviera la Puerta Nueva y en la inferior, la Puerta Feliz y el Puerto (muy próximo) en el centro de todo, del Palermo monumental, artístico y visitable, ahí estaría la Plaza Pretoria, con su fuente. (De esto, con los nombres de las calles y avenidas hablaremos más ampliamente en: Recorrido y opinión). La fuente, tiene mucha historia, se mandó construir en 1.555 y su destino no era, en modo alguno, el que tiene en la actualidad. Estaba destinada a una señorial villa de Florencia. Pero en 1.575 se ubica en su punto actual. Y ¿Rodeada de qué? Pues de iglesias, incluyendo las más próximas, la lista sería más bien larga. Y sufrió todo tipo de ataques, incluyendo amputaciones de los órganos sexuales masculinos. (Dicen que producidos por las monjas de conventos vecinos) y popularmente, se la conoce como la Fuente de las Vergüenzas. Si nos fijamos en la foto siguiente, observaremos el porqué y podremos decir, si el nombre fue acertado o no, en su día. Es obra del artista florentino Fco. Camilliani.
En la actualidad en proceso de restauración (desde 1998).
Las Cuatro Esquinas
Quattro Canti, cuatro esquinas, en la Plaza Villena, en la confluencia de las dos arterias principales de la ciudad (Vittorio Emanuele y Maqueda), muy próximas, “pegadas” a la Plaza Pretoria, con su fuente y siendo válido lo dicho en ese apartado en cuanto a su importante situación geográfica. En las dos fotos siguientes, dos de los muy bellos edificios de la Plaza.
Aquí en este cruce de vías, en el centro histórico y barroco de la ciudad, el problema del tráfico y del ruido… Lo mejor, estar protegido.
Veamos: Cuatro esquinas, cuatro edificios, cuatro fuentes, digamos en la parte baja, de cada uno de los edificios, dedicadas y representando las cuatro estaciones del año. Cuatro estatuas de reyes españoles, en los huecos del primer piso. Concretamente: Carlos V, Felipe II, Felipe III y Felipe IV, (por tanto, algunos pudieran ver, en esta Plaza la materialización de la ocupación española durante su reinado.) Y por último, en las hornacinas del segundo y último piso, las estatuas de las santas de la ciudad, concretamente: Santa Cristina, Santa Ninfa, Santa Oliva y Santa Águeda.
Y también, las dos vías tantas veces citadas (vía Maqueda y vía Corso Vittorio Emanuele), que en su intersección, forman cuatro barrios: Palacio Real, Oreto, Catellammare y Mezzomonreale.
Y en las Cuatro Esquinas, las columnas tienen tres órdenes arquitectónicos griegos: Jónico, dórico y corintio.
Puerta Feliz
En la foto siguiente (y también, en una posterior donde se aprecia desde el mar…), la Puerta Feliz, la puerta de la felicidad… Cuentan que la aristocracia, que viajaba en coche de caballos, ordenaba aquí a su cochero que apagara las luces del vehículo y se ofrecían mascaras, puesto que venían a reunirse con sus amantes, buscando el anonimato y la discreción. Otra versión, es que fue mandada construir por un Virrey de Nápoles y que puso a la puerta el nombre de su esposa, Felice. También y curiosamente, este virrey era famoso en la ciudad por sus infidelidades y devaneos constantes.
Actualmente, al situarse al final de la Vía Corso Vittorio Emanuele, junto al mar, es un lugar muy transitado por los habitantes de Palermo. Mirando al mar, hacia la derecha existe un lugar ajardinado muy frecuentado por familias. La Vía Foro Itálico Umberto I hasta San Erasmo (en Parajes Naturales, hay una foto). Y también, mirando al mar, a la izquierda, en la otra direccion, el Puerto. Curiosamente, en esta zona es donde más sirenas (de policías y bomberos) escuchamos y donde más frecuentes eran los accidentes de tráfico. (De ello hablaremos más adelante).
Puerta Nueva
Situada en un extremo de la ciudad, concretamente al final de la vía Vittorio Emanuele, pasando las Cuatro Esquinas, la Catedral (a la derecha) y el Palacio Real (a la izquierda). Es un espacio, una vez pasada la Puerta, como más despejado y que se respira de otra manera. Hay pequeños bares y cafés, con sus terrazas y es recomendable sentarse y relajarse, después del barroquismo y sobrecargo de la visita.
Fue mandada construir para celebrar una victoria del rey español Carlos V. Y dicen, que estuvo en ella, en su vista a la ciudad en 1535.
Por la vía Vittorio Emanuele y pasando por esta puerta, la Nueva, se llega a Monreal, donde se puede admirar una obra maestra del arte árabe normando, el Domo, que comprende también un Monasterio, el Palacio Real, el Palacio Arzobispal y el Seminario de Monaguillos.
También lugares anónimos
Algo que te llama la atención, en un sitio de paso. Caminado en dirección al Puerto, nos encontramos en una vía bastante concurrida esta fachada de la que no voy a hacer ningún comentario, pero que me llamó mucho la atención.
Palermo es la ciudad de los contrastes, junto a grandes vías, con suntuosos palacios y aristocráticas mansiones, a poco que te gires, por cualquier calle lateral, te encuentras con deterioro, suciedad y pura subsistencia… Te preguntas si estará habitado el lugar, te fijas un poco y piensas que sí.
En tiempos pasados, cuando la Dolce Vita, la nobleza acumulaba riqueza, propiedades y títulos, mientras la clase baja las pasaba realmente mal.
También hay barrios de la ciudad donde queda vestigios de la Segunda Guerra Mundial, de cuyos estragos aun no se han recuperado.
Espacios religiosos
Catedral
En la foto siguiente, la fachada de la Catedral de Palermo, con la puerta de entrada, desde el pórtico renacentista.
Dada su grandiosidad, ha tenido una serie de modificaciones y cambios en su dilatada historia: Mandada construir en 1184 por el Arzobispo G. Offamilio, queriendo que ningún otro edificio le hiciera sombra y consagrada en 1185. En el siglo XV se termina la fachada; el interior muy similar al actual, es del siglo XVIII. También la Torre es de esa época. Si nos fijamos en la fotografía anterior, su exterior es de proporciones impresionantes y descomunales, su interior, de mármol ya es otra cosa, nada digno de resaltar. Guarda eso sí, los sepulcros de los reyes normandos, virreyes de Sicilia y de los emperadores de la familia Hohenstaufen. Destacando la tumba de Constanza de Aragón (con su corona de oro y piedras preciosas).
La entrada es gratuita y su horario es el siguiente:
De lunes a sábado de 7:00 a 19:00 horas.
Domingos y festivos de 8:00 a 13:30 horas y de 16:00 a 19:00 horas.
Para entrar a ver su tesoro, hay que pagar: 2,00€
María de la Catena
Situada muy cerca de donde se instala el mercado de los domingos (Ver más adelante); también, tiene unas excelentes vistas del Puerto. Por su proximidad al mismo y al hecho de existir en su tiempo una cadena que servía de separación entre el Puerto y la Cala. Obra del artista M. Carnalivari.
En la foto siguiente, se puede observar la escalera de acceso y sus arcos de más de un centro.
Abierta al público en el horario normal de culto religioso.
Santo Domingo
Cerca de la vía Roma y próxima a modernos establecimientos comerciales y donde se inicia el Mercado de la Vucciria.
En la foto siguiente la fachada de la Iglesia de Santo Domingo (con la columna de la Inmaculada, en la parte izquierda). Se mando construir en 1640 (sobre las ruinas de una iglesia). La Plaza es posterior (del primer cuarto del siglo XVIII).
De lunes a viernes, está abierta desde las 8:00, hasta que acaba la misa de 12:00. Y los fines de semana, de 8:00 a 14:00 horas y de 17:00 a 20:00 horas. El claustro, merece ser visitado, es muy bello.
La Martorana
La Torre (ver foto siguiente) de ventanas geminadas se levantó en el año 1143, mandada construir por Jorge de Antioquía. El lateral, de estilo Barroco y la fachada, no se terminan de construir, hasta el siglo XVII.
A principios del siglo XIII, se oficiaba culto griego; en 1433 Alfonso de Aragón la cede a un monasterio cristiano muy próximo y en la actualidad se oficia el culto ortodoxo. (Es el lugar preferido por las parejas de Palermo, para contraer matrimonio por este rito. Yo tuve la ocasión de presenciar una boda, coincidió con mi visita a la iglesia y me quedé).
El horario de visitas para ver la Martorana es de 8:30 a 13:00 horas y de 15:30 a 17:30 horas. Los domingos y festivos, de 8:30 a 13:00 horas, con misa a las 10:00 horas. Vale la penar ir y dar un donativo que te piden, al entrar.
Los mosaicos de la cúpula son excepcionales y merecen ser observados con calma, sentarte en un banco y contemplarlos. Destaca un mosaico donde se representa al Rey Ruggero II, vestido con sus mejores galas, coronado por Cristo como fundador de su Iglesia.
San Francisco de Asís
Armoniosa y bella iglesia del siglo XIII, terminada en 1277, con la fachada, que aparece en la foto siguiente, del siglo XIV, donde es de resaltar su artístico rosetón (restaurado recientemente).
El horario de visitas es de lunes a viernes de 10:00 a 17:30 horas y los fines de semana y festivos, de 7:00 a 13:00 horas. En el interior de la Iglesia es de resaltar, la representación de las ocho virtudes, en estatuas de G. Serpotta.
San Juan de los Ermitaños
Al salir del Palacio de los Normandos, volviendo al centro de la ciudad te encuentras con esta iglesia y el letrero de la foto siguiente. Una pequeña limosna, a modo de entrada para ver una vista preciosa desde el campanario e incluso sentarte a meditar (Recuerdo la expresión y actitud de una señora japonesa que pasó un buen tiempo en esa actitud). Te facilitan un casco, que al principio te extraña, pero que resulta muy útil en la subida, dada su estrechez, pero sobre todo en la bajada. No conté los “coscorrones”. Fue construida en el año 1132.
Si quieres ver las vistas desde lo alto del campanario, puedes visitar la galeria. Aquí podrás ver sus cinco cúpulas de color rojizo, la Catedral, el Palacio Real y una preciosa vista de los tejados de Palermo.
El horario de visitas, es el siguiente: De lunes a viernes, de 9:00 a 19:00 horas y los festivos de 9:00 a 14:00 horas.
De verdad, subid que merece la pena. Es una buena aplicación de tu tiempo…
San Cataldo
Muy próxima a la Iglesia a otra iglesia normanda (de la que ya hablamos: La Martorana), llena de cruces rojas. Pregunto a la chica de la puerta por esa cruz. Me dice, que corresponde a la Real Orden de Caballeros del Santo Sepulcro de Jerusalén. En la entrada numerada, también figuraba esa cruz, pero no el precio; donativo sugerido: 1,50€. Bien empleados.
En “un palmo de terreno” se encuentran, la Plaza Pretoria, con su fuente, la Martorana y San Cataldo.
En la foto siguiente, la foto de la Iglesia de San Cataldo, mandada construir por el Almirante de Bari, en 1160. Observa, en la fotografía una de sus tres cúpulas de color rosa que coronan su nave central.
Teatros
Teatro Politeama Garibaldi
En la fotografía el Garibaldi Politeama, diseñado por el Arquitecto G. D. Al meyda en 1866, de forma neoclásica y cerramiento curvo, rematado por jinetes a caballo.
Este sería otro de los extremos de mi teórico recorrido en forma de cruz. La Puerta Nueva, la Puerta Feliz, la Estación Central de Trenes y el Teatro Garibaldi, donde empecé mi recorrido a la ciudad. En el centro de esa cruz: La Plaza Villena, con las Cuatro Esquinas y la Fontana Pretoria. En la foto siguiente el frontal del Teatro Bellini, (ahora restaurante).
Teatro Máximo
Precisamente en los días en que se tomo esta foto, se representaba el Barbero de Sevilla. En la fotografía siguiente, su imponente frontal.
Se puede visitar de martes a domingo, de 10:00 a 14:30 horas.
Si en el Teatro anterior (el Garibaldi), destacaban los jinetes de bronce, aquí destacan sus leones en los laterales, como si fueran sus guardianes.
En la fotografía siguiente, cartel anunciador de un Teatro de Pupi Siciliano (Teatro de marionetas de guante y de hilo: Pupis). También de siluetas.
Si quieres ver un cartel anunciando sus representaciones y unos “pupis” visita la galería del Pupi Siciliano.
Mercados
Mercado de la Vucciria
Probablemente el más entrañable y real de los mercados de Palermo. Todo lo que puedas imaginar, del Palermo de siempre. Desde gafas graduadas, hasta tampones de caucho de la Gestapo. Todo usado.
Parte, como ya dijimos, de la Iglesia de San Domingo (en la Plaza de Sto. Domingo) y se extiende por las callejuelas anexas.
Visité este mercado acompañado de tres jóvenes italianas estudiantes de castellano (una de ellas, se había “criado” allí mismo y su padre tiene una zapatería); recuerdo su expresión al decirme: Mucho, mucho cuidado con la mochila. Y su gesto para que me la pusiera en el pecho y no en la espalda. La verdad es que parecía un sitio bastante tranquilo, paradas de mercancías inundando la calle, gente de todas las edades tomándose unas cervezas en las terrazas de los bares… Pero bueno, la mochila iba adelante… (Como se ve en la fotografía siguiente).
Realmente de visita obligada. Aparte de la carne, el pescado, todo tipo de bocadillos, sopas y dulces, se encuentran reliquias curiosas de la zona. El horario, pues no sabría decirlo, ni lo pregunté.
Si deseas más información visita la galería de la Vucciria.
Mercado de los Domingos
El rastro de Palermo, con objetos variopintos, para quien le guste visitar este tipo de ambientes.
En la fotografía siguiente vemos un “puesto” del Rastro.
Parajes Naturales
Jardín Botánico
Uno de los paseos del Jardín Botánico de Palermo.
Los responsables del Jardín Botánico te comentan con satisfacción, que es una institución abierta al público, que depende jerárquicamente de la Universidad. El Jardín representa la más importante estructura didáctica y científica del Departamento de Ciencias Botánicas y que es igualmente el origen del desarrollo de la botánica desde 1795, fecha de la inauguración del Jardín.
El origen del Jardín se remonta al 1779, fecha en la cual, se crea a Palermo la Academia de Estudios Reales, correspondiente a lo que es la universidad hoy en día. Estudia especialmente, en profundidad, las plantas medicinales, tanto en su aspecto pedagógico, como práctico. También es de reseñar, su importante colección de semillas y frutos.
Muy agradable de visitar para los amantes de las plantas, con un horario de 9:00 a 20:00 horas (de Abril a Octubre) y de 9:00 a 17:00 horas (de Noviembre a Marzo). Estos horarios de lunes a sábado. Y los domingos, todo el año, de 9:00 a 14:00 horas. El precio de la entrada es de 4,00€
Villa Julia
Otro espacio verde, importante de la ciudad y al lado del Jardín Botánico. Constituye una zona lúdica para los habitantes de la ciudad, donde incluso se celebran todo tipo de fiestas y hasta convenciones de partidos políticos, porque “…todas las plantas, que yo estaba acostumbrado a ver, aprisionadas en grandes macetas, viven hermosas y libres, bajo el libre cielo”. Es lo que escribió Goethe en 1787 en su Viaje a Italia y referido al espacio físico, constituido por el Jardín Botánico y Villa Julia, llamado así porque fue mandado hacer por el Virrey Nicolò Palma, en honor de su mujer Giulia. En la foto siguiente, el verdor de Villa Julia.
El Puerto y zonas limítrofes
Si descendemos por la vía del Corso Vittorio Emanuele (de la que tanto hemos hablado), dejando a un lado la Iglesia de S. María de Catena y pasando por la Porta Felice y giramos un poco a la derecha (en el sentido de nuestra marcha), te encuentras un lugar perfecto para sentarte y con toda la tranquilidad del mundo, tomarte un capuchino y ojear los periódicos locales. Cómodo y relajado, preparo mi máquina de hacer fotografías, para reflejar lo que tenía delante de mí, que es lo que aparece en la imagen siguiente.
Justo enfrente, está el Mar Tirreno, por donde navegaron cartagineses, fenicios (de ahí viene su nombre: Panormos, que significa puerto), árabes (fue tantas sus construcciones las que se levantaron, que un viajero llego a denominar a Palermo la segunda Medina), normandos y españoles. Giro a mi derecha, dejándome el mar a la izquierda. El lugar me invita a relajarme un poco más y descansar, sin tener en cuenta el tiempo. El paseo está lleno de bancos decorados con lunares multicolores. Incluso, algunos de ellos conservan una especie de almohada, que te invita a reclinarte y descansar aun más. La verdad, es que aquí está todo tranquilo. La vista, es la que aparece en la fotografía siguiente.
Desandando lo andado, me dirijo hacia la Cala y el Puerto. Camino hacia el norte, bordeando el mar, dejando a mi izquierda la Porta Felice y la Iglesia de S. María de Catena. Es la vista que aparece en la fotografía siguiente. Se observan los barcos amarrados y el Monte Pellegrino más al fondo. Aquí el panorama ya es distinto. Los automóviles circulan a una velocidad muy elevada. Los pitidos de los mismos, las sirenas de las ambulancias son más frecuentes, incluso que en las Cuatro Esquinas, el centro del Palermo histórico y barroco. Aquí presencie dos accidentes de tráfico (un buen topetazo entre dos coches y también entre un coche y un ciclomotor). Aquí, además de dar miedo la circulación, si te adentras un poco en el barrio del puerto, coexisten construcciones modernas de dudoso gusto, con viejas y populares construcciones, que aun hacen visible los estragos y efectos causados por la última guerra.
Y ya por último, a modo de despedida, si nos fijamos un poco en la fotografía siguiente, tomada desde el hidrodeslizador que en el antepenultimo día de viaje, me llevaba a la isla de Ustica, vemos la Puerta Feliz, el final de la vía Corso Vittorio Emanuele, justo a la otra parte de la Puerta Nueva. Detrás, la capital de Sicilia, Palermo, la ciudad de los contrastes.
http://www.viajejet.com/guia-de-un-viaje-a-palermo-sicilia/
PALERMO
Palermo: la storia
Fondata dai Fenici nel VII sec. a.C. con il nome di Ziz, fiore, viene conquistata dai Romani che le danno il nome di Panormus (dal greco, tutto porto) che, con poche modifiche (l'arabo Balharm) è giunto fino a noi. Il periodo felice della città ha inizio sotto il dominio arabo (IX sec. d.C.). quando diviene uno dei principali centri islamici in occidente. La città si espande e nascono nuovi quartieri urbani al di là dei confini del centro storico detto il Cassaro (dall'arabo Al Quasr, il castello, antico nome anche della via principale, oggi corso Vittorio Emanuele). In particolare, nei pressi dello sbocco sul mare nasce la Kalsa (da al Halisah, l'eletta), quartiere fortificato e residenza dell'emiro. Nel 1072 la città cade in mano al normanno conte Ruggero, ma il passaggio non avviene in modo violento: ai mercanti, gli artigiani e più in generale alla popolazione musulmana (ma anche di altre razze e religioni) viene consentito di continuare a vivere e ad esercitare la propria professione. E' proprio questo che permette il diffondersi dello stile poi detto arabo-normanno, bellissima miscela di motivi sia architettonici che decorativi. La città prospera e si arricchisce di apporti delle diverse culture. Ruggero II, figlio del "conte", amante del lusso, fa nascere ovunque giardini di foggia orientale con lussuosi palazzi (la Zisa, la Cuba) e si circonda di letterati, matematici, astronomi ed intellettuali provenienti da ogni dove. Dopo un breve periodo di scompiglio e decadenza, Palermo e la Sicilia passano nelle mani di Federico II di Svevia (1212), sotto il quale la città riacquista centralità e vigore. Si susseguono gli angioini, cacciati alla fine della cosiddetta Guerra del Vespro, gli Spagnoli e, nel '700, i Borboni di Napoli che vestono la città di palazzi barocchi.
L'Ottocento segna l'apertura della città ai commerci ed alle relazioni con l'Europa. La borghesia imprenditoriale è la nuova forza economica e la nuova "committente". E la città allarga i suoi confini. Viene inaugurato il viale della Libertà, continuazione di via Maqueda, ed il quartiere che vi sorge attorno si arricchisce di creazioni liberty. Ed è purtroppo l'ultimo guizzo, seguito da un periodo di stasi che vede susseguirsi i bombardamenti dell'ultima guerra, il terremoto del 1968 ed un lento, ma corrosivo degrado dei quartieri medievali. Oggi però un nuovo impulso alla rivalutazione, al restauro ed al riutilizzo dei magnifici monumenti del centro sta cercando di risvegliare questo magnifico gigante d'oriente ancora addormentato.
il Parco della Favorita
Situato ai piedi del monte Pellegrino, si tratta di un grande parco creato nel 1799 da Ferdinando III il Borbone quando le truppe napoleoniche lo cacciarono da Napoli (dove era re con il nome di Ferdinando IV). Il parco divenne la riserva di caccia del re che vi fece costruire anche una residenza, la divertente palazzina cinese, un edificio dalle curiose forme e decori esotici progettata da Marvuglia. La costruzione adiacente, nello stesso stile è composta attorno ad una deliziosa corte su cui si affacciavano le cucine (collegate al palazzo tramite un passaggio sotterraneo) era adibito alla servitù ed oggi ospite il Museo G. Pitrè
L'Orto Botanico
Nella sua attuale collocazione nasce nel 1789. Oltre al giardino vengono ideati dall'architetto francese Dufourny tutta una serie di edifici adibiti anche allo studio ed alla sperimentazione. Numerosissime le specie accolte. Begli esemplari di piante orientali, esotiche, maestose come il Dendrocalamus Giganteus, una specie di bambù, ma gigantesco o l'incredibile esemplare di Ficus Magnolioides, il più grande ed esteso esemplare del giardino. Singolari le chorisie, bombacee provenienti dal Sudamerica introdotte a Palermo alla fine dell'800, caratterizzate da un curioso tronco rigonfio e spinoso. Dal grande fiore, di un rosa intenso, si sviluppano poi i frutti che, giunti a maturazione, si spaccano e lasciano cadere i semi avvolti da una folta peluria, in passato utilizzata come crine. Una serra custodisce begli esemplari di cactus, mentre presso l'entrata si possono ammirare enormi "barili d'oro" (anche ironicamente chiamati sedie della suocera).
Museo Etnografico Pitrè
Il museo raccoglie una grande quantità di oggetti del folklore locale che aiutano a ricostruire gli usi ed i costumi soprattutto rurali. Modelli di abitazioni, esempi di utensili, ricami, stoffe, una bellissima testata secentesca in ferro battuto, ceramiche povere, abiti della festa, bei boccali in corno e borracce di zucca ci introducono nel mondo contadino di una Sicilia d'altri tempi Nelle stanze intorno alla corte sono invece raccolti esempi di carretti siciliani dall'incredibile lavoro di intaglio, pittura e lavoro in ferro battuto (si consiglia di soffermarsi sui particolari, che sono infiniti), due carrozze consiliari del Seicento, giocattoli di bimbi, oggetti legati alla magia ed alla credenza popolare ed una incredibile serie di ex-voto di fattura artigianale, testimonianza della viva devozione popolare. Il museo possiede anche una biblioteca (aperta solo la mattina) ricca di testi sulle tradizioni popolari non solo siciliane.
Catacombe dei Cappuccini
Situato in via Cappuccini si tratta di un luogo pieno di fascino macabro. Le catacombe sono un labirinto di corridoi che espongono migliaia di corpi mummificati, dalle espressioni e posture contorte, vestiti di tutto punto, appesi (quasi impiccati, dato che sono legati al collo da corde) alle pareti, entro nicchie o sdraiati ed addossati al muro. Li protegge una griglia che aumenta l'aspetto funesto che non manca comunque di esercitare attrazione sul visitatore. Sono i quasi 8000 resti dei frati cappuccini (i corpi più antichi risalgono addirittura alla fine del '500), ma anche di illustri o facoltosi palermitani, bimbi e vergini, ogni "categoria" dotata di una propria zona. Impressionante è lo stato di conservazione dei corpi, conservatisi grazie alle particolari condizioni ambientali favorevoli al processo di essiccazione. Un caso a parte è costituito da una bimba di due anni morta neI 1920 che una serie di iniezioni chimiche (il medico che le ha praticate è morto senza rivelare di che cosa si trattava) hanno conservato tanto da farla sembrare addormentata.
Nel cimitero annesso al complesso dei Cappuccini, riposa lo scrittore Giuseppe Tomasi di Lampedusa, morto nel 1957 (3° vialetto a sinistra).
Ponte dell'Ammiraglio - ponte medievale lungo corso dei Mille
Si attraversa percorrendo corso dei Mille. Si tratta di un bel ponte medievale sotto al quale un tempo passavano le acque dell'Oreto, poi deviato. Venne costruito nel 1113 dall'ammiraglio di Ruggero II, Giorgio d'Antiochia
Santuario di S. Maria del Gesù
Per giungervi si percorre il viale della Regione Siciliana fino all'altezza dello svincolo di via Oreto e si svolta a destra in via S. Maria di Gesù, (riconoscibile per un insegna verde di un negozio di calzatura all'angolo). Eretto nel 1426 sulle pendici del monte Grifone, il santuario è un'oasi di pace e frescura. Vi si accede attraversando l'attiguo cimitero, tradizionale luogo di sepoltura di famiglie nobili. Il sagrato della chiesa è circondato da belle tombe patrizie per lo più ottocentesche o degli inizi del nostro secolo, come la cappella liberty dei principi Lanza di Scalea. Il portale principale è caratterizzato da un architrave e stipiti marmorei con fini bassorilievi raffiguranti Gesù tra gli Angeli e gli Apostoli. Il portale sul lato sinistro è in stile gotico arricchito da bei capitelli scolpiti a motivi vegetali.
All'interno si conservano le due arcate ogivali del presbiterio, una pregevole statua lignea della Vergine (1470) e un bel soffitto ligneo a cassettani dipinto a motivi floreali e angeli (inizi del XVI sec.) che copre il vestibolo della chiesa, sopra il quale è collocato l'organo Degno di nota anche il palco ligneo dell'organo, dal vivace colorismo in cui sono dipinte scene della vita di S. Francesco (1932).
Chiesa di San Giovanni dei Lebbrosi
Si incontra lungo via Cappello e rappresenta una delle più antiche chiese normanne, se non la più antica in assoluto. Dalla caratteristica cupolina rasata che corona il campanile-portico, venne fondata secondo le più attendibili fonti nel 1070, mentre altre testimonianze la fanno risalire ad un secolo dopo.
La cattedrale di Palermo
L'imponente edificio, eretto verso la fine del XII sec. in stile siculo-normanno, ha subito diversi rimaneggiamenti nel corso dei secoli. In particolare il portico sud, in stile gotico-catalano, risale al XV sec. ed ha un bel portale d'accesso con, sulla fascia più esterna, i simboli dei quattro evangelisti (un leone ed un angelo sulla destra, un toro ed un'aquila sulla sinistra) e bei battenti in legno intagliato. La cupola, neoclassica, è stata aggiunta nel '700, epoca in cui anche l'interno èstato completamente rifatto. Lo stile originario è invece visibile nelle absidi, che hanno conservato la bella e caratteristica decorazione geometrica.
All'interno, la 1° cappella a destra riunisce sarcofagi di reali svevi tra cui quelli di Federico II, della moglie Costanza d'Aragona, di Enrico IV e, in posizione retrostante, le tombe di Ruggero II e della figlia Costanza d'Altavilla.
Tesoro
(Accesso dal braccio destro del transetto). Custodisce un bel bastone capitolare in avorio inciso, di manifattura siciliana del XVII sec. e diversi monili della regina Costanza d'Aragona tra cui anelli e la preziosa corona imperiale in oro, pietre preziose, perle e smalti.
Cripta
Conserva numerose tombe di differenti epoche soprattutto di vescovi. Si distingue un sarcofago romano classico con le figure delle nove muse, Apollo ed un uomo togato ed assiso.
Piazza Pretoria - al centro la spettacolare fontana di Francesco Camilliani
Il centro di questa bella piazza è occupato da una spettacolare fontana, opera di Francesco Camilliani, scultore fiorentino del '500, ed in origine destinata ad ornare una villa toscana. A verchi concentrici, la fontana è un tripudio di divinità, ninfe, mostri, teste di animali, allegorie, rampe di scale, balaustre, giochi d'acqua che la vivacizzano e la movimentano, senza però rompere l'equilibrio compositivo che la caratterizza e che è espressione tipica del rinascimento toscano.
La prima vasca è divisa in quattro settori ed ospita, davanti a ciascuno di essi, una vasca piu piccola "sorvegliata" dalle allegorie dei quattro fiumi palermitani: Gabriele, Maredolce, Papireto ed Oreto. Tra le statue ai lati delle rampe è riconoscibile la dea protettrice della Sicilia, Cerere, raffigurata con in mano delle spighe di grano ed una cornucopia. La cancellata in ferro battuto che la circonda è opera di Giovan Battista Basile. La piazza è delimitata da bei palazzi: sullo sfondo la cupola di S. Caterina, a sud il Palazzo Senatorio, chiamato anche Palazzo Pretorio o delle Aquile, sede municipale, mentre oltre la strada, S. Giuseppe ai Teatini.
"Quattro Canti"
All'intersezione delle due vie principali di Palermo, via Vittorio Emanuele e via Maqueda, si trova questo slargo ai cui quattro angoli si elevano le facciate convesse di bei palazzi secenteschi dalla classica suddivisione a tre ordini sovrapposti (dorico, ionico e corinzio) con, al centro, fontane sormontate dalle statue delle quattro stagioni. Nelle nicchie degli ordini superiori si trovano invece le statue di re spagnoli e, al livello più alto, quelle delle protettrici di Palermo, le sante Cristina, Ninfa, Oliva e Agata, poi soppiantata da Santa Rosalia. L'incrocio segna anche le quattro zone in cui, un tempo, Palermo era suddivisa: Palazzo Reale, Mezzomonreale, Castellammare e Oreto, ciascuna affidata ad una santa.
Palazzo e Parco d'Orleans
In questa dimora visse in esilio, dal 1810 al 1814 Luigi Filippo d'Orleans, futuro re di Francia. Oggi è sede della Regione Siciliana. Nel giardino contiguo vi sono begli esemplari di ficus magnolioides dalle radici volanti ed animali esotici
S. Giovanni degli Eremiti
Poco distante dal palazzo dei Normanni, questa chiesa con il giardino che la circonda è una piccola oasi di pace ove anche i rumori del traffico risultano attutiti. Immersa in un lussureggiante fiorire di palme, agavi, begonvillee, aranci, mandarini cinesi e cespugli, si erge la chiesa, costruita verso la metà deI XII sec, per volere di Ruggero II. E' uno dei monumenti arabo-normanni più famosi di Palermo. Le forme semplici e squadrate, a volumi cubici, si colorano di rosso nelle cinque cupo che svettano sulla copertura (e che richiamano quelle della non lontana S. Cataldo) chiaro intervento delle maestranze arabe. L'interno, semplice e nudo, si costruisca su una pianta a croce latina in cui il corpo centrale è suddiviso in due spazi che la elevano al centro con due cupole. Il transetto è anch'esso suddiviso in tre spazi sormontati ciascuno da una cupola che nel transetto destro si eleva a campanile. Annesso alla chiesa sorgeva un monastero il cui abate era il confessore privato del re. Oggi resta solo il delizioso chiostro duecentesco a colonnine gemine.
Palazzo Comitini
Eretto tra il 1768 e il 1771 per il principe di Gravina, il palazzo inglobò i preesistenti palazzo Roccafiorita-Bonanno e Gravina di Palagonia. La facciata è cadenzata dai due grandi portali e da nove aperture (ora finestre) al piano terra ed è dominata dai bei balconi a "petto d'oca" del piano nobile. Venne radicalmente modificata nel 1931, con l'aggiunta di un ulteriore piano, quando vi si trasferirono gli uffici della Provincia. Dalla corte interna uno scalone conduce al loggiato del piano superiore, per entrare nella sala delle Armi, oggi Salone dei Commessi (notare ai lati dell'ingresso i due mascheroni che avevano la funzione di spegnitorcia) da cui si passa (a sinistra) nella sala Verde coi bel lampadario settecentesco di Murano. La sala Martorana, oggi sede del Consiglio Provinciale, è interamente rivestita da boiseries settecentesche in cui sono incastonati degli specchi che contribuiscono a dare luminosità e risalto allo splendido affresco della volta, Il Trionfo del Vero Amore: il carro della saggezza, dopo aver sconfitto l'Avarizia, la Falsità e la Perfidia, travolge Eros e l'invidia e trionfa, accompagnato da putti con ghirlande di fiori. Il tema è ripreso dai 4 medaglioni agli angoli raffiguranti le 4 Virtù: Fortezza, Temperanza, Prudenza e Giustizia. Il pavimento in maiolica è purtroppo molto rovinato.
Accanto alla Sala del Presidente, un tempo camera da letto del principe, si trovano due piccoli boudoirs dalle pareti rivestite in boiseries arricchite da mensoline e in cui sono inseriti piatti di maiolica del '900.
Porta Nuova
Costruita sotto Carlo V, è sormontata da una graziosa loggia di stile rinascimentale che termina con un tetto a spioventi sul quale è raffigurata l'aquila imperiale. Oltre la porta, si apre corso Vittorio Emanuele, un lungo rettilineo che è coronato, all'estremità opposta, dalla Porta Felice.
Monte Pellegrino
La strada, intersecata da un largo sentiero lastricato e molto più ripido che risale alla fine del '600 (utilizzabile per le passeggiate a piedi) offre bellissime viste su Palermo e la Conca d'Oro. Durante la salita si oltrepassa sulla sinistra il Castello Uveggio. massiccia costruzione rosa visibile anche dalla città. Si giunge quindi al Santuario di S. Rosalia (XVII sec.), costruito intorno alla grotta dove la leggenda vuole sia vissuta la santa. Si narra anche che qui, neI 1624, sarebbero state ritrovate le sue ossa che, portate in processione per la città, l'avrebbero liberata dalla piaga della pestilenza, in seguito a questo evento S. Rosalia è divenuta la patrona di Palermo. La grotta è tappezzata di grondaie in zinco che servono a raccogliere l'acqua che trasuda dalle pareti ed è considerata miracolosa.
Proseguendo per la strada in salita si giunge al belvedere ove troneggia la statua della santa e da cui si gode di una bella vista sul mare.
Mondello
Si trova a 11 km a nord di Palermo. La strada è dominata dalle pendici del Monte Pellegrino. Elegante località di villeggiatura, la cittadina venne "scoperta" all'inizio del secolo dalla Palermo benestante che decise di eleggerla a luogo ove trascorrere i fine settimana e brevi periodi di vacanza. Ecco così sorgere numerose e belle ville di cui rimangono ancora molti esempi sul lungomare, lungo viale Principe di Scalea(villa Margherita al n° 36), in via Margherita di Savoia (soprattutto nel tratto iniziale) e nelle vie retrostanti, come ad esempio al n° 7 di via Mosto (villino Lentini).
Il lungomare è caratterizzato da un bello stabilimento balneare di inizio secolo ancora funzionante (anche se in parte adibito a ristorante e a circolo privato).
Grotte dell'Addaura - Tra Mondello e Arenella, sul lungomare Cristoforo Colombo, all'altezza di Punta di Priola. Si sono scoperte sulle pendici del monte Pellegrino alcune grotte abitate già durante il Paleolitico (V millennio a.C.); in una di queste sono state ritrovate delle straordinarie incisioni rupestri, da ricollegare ad una cerimonia di iniziazione o a una scena rituale. Vi sono raffigurati animali e un gruppo di nove figure umane con strani copricapi, disposte in circolo attorno ad altre due figure che inarcano i corpi e hanno le braccia tese in avanti, quasi come se stessero danzando.
Chiesa di S. Agostino
E' una bella chiesa duecentesca edificata per volere delle famiglie Chiaramonte e Sclafani. La facciata è arricchita da un portale decorato da motivi geometrici e floreali bicromi e da un ricco rosone. Bello anche il portale gaginesco che si affaccia su via S. Agostino. All'interno, dominato dai rimaneggiamenti barocchi, sono conservati stucchi della scuola del Serpotta del quale si può vedere la firma (una lucertola, serpe in siciliano) sulla mensola della seconda statua di destra.
Proseguendo via S. Agostino si giunge nel cuore del quartiere, animato ogni mattina dal vivace mercato di Capo. E proprio in questa zona che si svolge gran parte dei Beati Paoli, monumentale romanzo popolare di Luigi Natali che, pubblicato a fascicoli tra il 1909 ed il 1910, divenne così famoso tra i palermitani da essere letto avidamente e da tenerli col fiato sospeso, in attesa delle uscite successive. Interessante in particolare l'ambientazione, molto fedele, che permette di rivivere in una Palermo dei passato. In via Cappuccinelle, 6 spicca l'insegna del panificio Morelio, costituita da un bel pannello liberty a mosaico con una figura femminile incorniciata da una "nicchia" di spighe e da un motivo decorativo a fiori dilato in basso: il decoro delle spighe è ripreso anche in alto.
L'antico porto di città
La cala, l'antico porto di città, era un tempo difeso dal Castello a Mare, edificato sotto gli Arabi, ma trasformato e riutilizzato in seguito come roccaforte, prigione, abitazione. La massiccia costruzione è stata purtroppo fortemente mutilata nel 1922 per l'ampliamento del nuovo molo. Il quartiere che si stende alle spalle dell'antico porto non può che essere introdotto dalla chiesa che, per essere stata secoli custode delle catene che lo chiudevano, è stata chiamata S. Maria alla Catena.
Piazza Marina
La Piazza nel cuore della Palermo Medievale, è occupata al centro dal grazioso girdino Garibaldi che conserva magnifici esemplari di magnolie dalle radici aeree così sviluppate e robuste da essere divenute esse stesse della consistenza del tronco. La piazza è circondata da bei palazzi tra cui palazzo Galletti (n° 46), palazzo Notarbartolo (n° 51) ed il famoso palazzo Chiaramonte. Sul lato diametralmente opposto a quest'utimo si trova la graziosa fontana del Garraffo realizzata alla fine deI 600 da G. Vitaliano su progetto di Amato.
Chiesa di S. Maria alla Catena
Attribuita a Matteo Carnelivari, è preceduta da un ampio portico squadrata e a tre fornici dietro al quale si cela il portale decorato sulla cornice da un bassorilievo di V. Gagini. Il portico è coronato da un traforo di pietra che corre anche sui lati (la scalinata che lo precede è un'aggiunta tarda). In stile di transizione gotico-rinascimentale (1490), presenta un bell'interno ad archi scemi e campate a crociera ogivali, sottolineate da costoloni in pietra che contrastano con il candore della copertura. La crociera del presbiterio è rischiarata da bifore lavorate. La seconda cappella di destra conserva resti di un affresco della Madonna e, sull'altare, si possono ancora vedere i simboli delle catena.
La chiesa offre uno spettacolo suggestivo dopo il tramonto, quando si trova sotto i "riflettori".
Nei pressi sorge la monumentale Porta Felice (1582) che chiude corso Vittorio Emanuele a est, In stile tardo-rinascimentale, la mole massiccia dei due piloni che la costituiscono è ingentilita da volute e aperture coronate da timpani.
Continuando lungo l'ampia curva disegnata dal porto, si arriva in piazza Fonderia, alle spalle della quale (da via Cassari fino a piazza S. Domenico) si svolge il pittoresco e storico mercato della Vucciria.
La Martorana
Il nome è quello di Eloisa Martorana, fondatrice, nel 1194, dei vicino convento benedettino cui la chiesa venne ceduta come cappella. In effetti l'edificio venne iniziato nel 1143 per volere di Giorgio d'Antiochia, ammiraglio della flotta di Ruggero II ed il suo vero nome è S. Maria dell'Ammiraglio. La lineare forma normanna è stata purtroppo celata dietro la facciata barocca fianco sinistro della chiesa) che si affaccia sulla piazza. L'accesso all'edificio è costituito da un elegante campanile-portico a tre ordini rischiarati da grandi bifore. Un tempo isolato, venne collegato alla chiesa nel XVI sec. quando, per ingrandire l'edificio, vennero aggiunte altre due campate. In questa stessa occasione l'abside venne sostituita da un coro quadrato. Vi vengono celebrate funzioni in rito greco-ortodosso.
Interno
E' nettamente diviso in due parti. Le prime due campate, quelle aggiunte nel '500, sono ornate di affreschi settecenteschi, mentre la parte primitiva è tutta un risplendere di bellissimi mosaici di stretta iconografia bizantina, probabilmente opera delle stesse maestranze che hanno decorato la Cappella Palatina. Sulle pareti che costituivano in origine la facciata due mosaici raffigurano il Deisis dell'ammiraglio (prostrato) alla Vergine (a sinistra) e Ruggero II che viene incoronato da Cristo (a destra). Al centro della navata principale si eleva la cupola con il Cristo Pantocratore circondato da quattro arcangeli (Michele, Gabriele, Uriele e Raffaele). Subito sotto, otto profeti e, nelle trombe, i quattro Evangelisti. Nella volta centrale che precede la cupola sono raffigurati la Natività (sulla sinistra) e la Dormizione (morte) della Vergine.
In alto, le grate che chiudono il coro delle monache sono un bellissimo esempio di lavoro in ferro battuto.
chiesa di S. Domenico
La chiesa si erge maestosa su una bella piazza con al centro una colonna che regge la statua della Madonna. Iniziata nel '600, la chiesa venne terminata solo un secolo più tardi. La facciata barocca si divide in tre ordini scanditi da colonne doriche, corinzie e lesene che incorniciano la statua del santo. L'interno, di ampio respiro, è a tre navate con cappelle che si affacciano su ogni volta della navata laterale. Notevoli, per il decoro a tarsie policrome in pietre dure, la quarta cappella a destra e il cappellone del Rosario nel transetto sinistro. Annesso alla chiesa si trova un grazioso chiostro trecentesco a colonnine gemme.
Nei locali adiacenti la chiesa si trova la Società Siciliana per la Storia Patria che ha allestito in una stanza un piccolo Museo del Risorgimento con ricordi garibaldini. Dalle finestre del museo si gode di una bella vista sul chiostro di S. Domenico.
San Francesco d'Assisi
Della chiesa originale, duecentesca, non rimane quasi nulla. Più volte danneggiata, restaurata e rimaneggiata, deve il suo aspetto attuale all'ultimo intervento volto a ripristinare, per quanto possibile. le forme originali, la facciata, semplice, è rischiarata da un rosone ed un bellissimo portale gotico che appartengono all'originale edificio del XIII sec. All'interno si può apprezzare l'ampia e ariosa volumetria che caratterizza le chiese francescane, purtroppo mista a interventi di epoche successive. Vi si conservano otto statue di Giovanni Serpotta ed il bellissimo portale della cappella Mastrantonio (4° a sinistra,), opera di Francesco Laurana e Un pizzo di pietra: il rosone di S. Francesco Pietro di Bonitate.
Di fianco alla chiesa si trova l'Oratorio di S. Lorenzo. Purtroppo chiuso da anni, conserva stucchi del Serpotta, considerati l'apogeo della sua espressione artistica.
Palazzo dei Normanni
Il palazzo sorge proprio al dentro del primo insediamento della città e dove probabilmente già esisteva una fortezza in periodo punico. Le prime notizie certe risalgono però all'epoca araba quando qui sorgeva il Qasr (da cui poi il nome del quartiere, il Cassaro), poi lasciato quando l'Emiro decide di trasferirsi nella Kalsa (si veda più avanti). Il luogo torna ad essere sede reale sotto i Normanni che lo ingrandiscono e lo abbelliscono. Al centro della vita di palazzo la sala verde, spaziosa aula regia utilizzata per assemblee e banchetti. L'edificio era costituito da diverse ali, ciascuna destinata a persone e funzioni differenti, collegate tra di loro da terrazzi e spazi verdi abbelliti da vasche e fontane. Quattro le torri che si ergevano agli angoli: la Greca, la Pisana, la Joaria (l'ariosa, dall'arabo) e la Kirimbi. Purtroppo di quest'epoca non resta che la parte centrale dell'edificio e la massiccia Pisana, unica torre rimasta (la cupola che la sormonta è però quella dell'osservatorio qui installato nel 1791). Il palazzo conobbe poi un periodo di abbandono e degrado (tranne la Cappella Palatina) e venne restaurato solo nel '600, sotto i Vicerè spagnoli. E' a quest'epoca che risalgono l'imponente facciata meridionale e la bella corte interna a tre ordini di arcate. Il palazzo è oggi sede del Parlamento Siciliano (A.R.S. Assemblea Regionale Siciliana).
L'ingresso con lo scalone monumentale (dove è stata collocata una bella carrozza senatoria) risale al 1735.
http://www.crewcharter.it/palermo_visita_citta.asp
Palermo (en siciliano: Palermu) es una ciudad capital de la región autónoma de Sicilia y de la provincia de Palermo. En ella habitan 658.112 habitantes (2009) y en su aglomeración urbana cuenta con cerca de 860.000, cifra que aumenta hasta 1.030.135 habitantes en toda su área metropolitana (la quinta más poblada de Italia, detrás de Roma, Milán, Nápoles y Turín).
Su historia milenaria le ha dotado de un considerable patrimonio artístico y arquitectónico que abarca desde restos púnicos hasta casas de estilo Art Nouveau, pasando por residencias de estilo árabe y normando, iglesias barrocas y teatros neoclásicos. Para actividades culturales, artísticas y económicas fue una de las ciudades más grandes del Mediterráneo y hoy es un apreciado destino estival para el turista que visita tierras italianas.1
http://es.wikipedia.org/wiki/Palermo
http://en.wikipedia.org/wiki/Palermo
http://it.wikipedia.org/wiki/Palermo
http://www.panoramio.com/photo/1304111
http://palermodintorni.blogspot.com.es/
http://www.ilgeniodipalermo.com/
Vídeo:
Web recomendada: http://www.comune.palermo.it/
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