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Tipo: Monumentos
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Continente: África
País: Egipto
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Año: -1264
Estado: Terminado
Descripción:El Templo de Ramsés II
(Abu Simbel)
Conocido como 'El Templo de Riamsese-Meryamun', fue construido por Ramsés II e iniciado posiblemente a principios de su reinado. El templo se encontraba totalmente recubierto por la arena hasta el año 1813 cuando J.L. Burckhardt encontró el busto de uno de los colosos. En 1815 Belzoni, después de quitar gran cantidad de arena, descubrió la puerta de acceso. Entre 1964 y 1968 fue desmontado y trasladado de su emplazamiento original, unos 210 metros más allá del río y 65 metros más arriba, como consecuencia de las obras realizadas en la construcción de la gran presa de Asuán.
El templo se abre con un pórtico que conduce a un atrio y una terraza, donde se encuentra la impresionante fachada, excavada en la roca, de 35 metros de anchura por 30 metros de altura, en la que están los 4 famosos colosos sedentes de Ramsés II de unos 22 metros de altura. Estos colosos están acompañados de pequeñas figuras, colocadas entre las piernas, que representan a sus parientes. El templo se construyó aprovechando las cavidades existentes, ahora dedicadas a divinidades locales, y agrandando la planta para adaptarla a las nuevas necesidades. Sólo aparecen citas de Ramsés II, salvo un escrito de Siptah, alabando a los dioses, que se encuentra en la pared norte de la entrada.
La construcción fue planificada de manera que 2 veces al año, cuando el sol salía por el horizonte, sus rayos penetraban por la puerta y tras proyectarse en la gran sala de ocho columnas, la segunda, el vestíbulo y el santuario incidían en las 4 estatuas del nicho de la parte posterior que se iluminaban por completo.
La fachada
Los colosos de la fachada representan a Ramsés II con el nemes, la doble corona de las dos Tierras, la barba postiza, símbolo del faraón en vida, el collar y un pectoral grabado con el nombre de coronación. Además lleva brazaletes, decorados con cartuchos. Los cuatro colosos fueron excavados en la roca y están realizados de manera muy cuidada. De ellos, tres se encuentran en muy buen estado, y del cuarto sólo queda en pie la parte inferior, hasta la cintura, mientras que parte de la cabeza y del pecho se encuentran esparcidos por el suelo. A cada lado, de cada uno de los cuatro colosos, están representados familiares directos del faraón:
El coloso I (lado izquierdo) contiene la representación de la reina Nefertari, en la pierna izquierda del faraón, Tuya, madre de Ramsés II en la derecha y el príncipe Amonhorjepeshef en el centro.
En el coloso II (lado izquierdo) se encuentran las princesas Bentata, Nebettauy y otra que posiblemente representa a Senefra.
En el coloso I del lado norte (derecho) está la reina Nefertari en la pierna derecha, la princesa Beketmut en la izquierda y el príncipe Riamsese en el centro.
En el coloso II del lado norte la princesa Nerytamun, la reina madre Tuya y Nefertari.
En la base de los dos colosos centrales hay una representación de las divinidades del Nilo, que simbolizan la unificación de las Dos Tierras, ligando las plantas del Alto y Bajo Egipto. Sobre la entrada hay un nicho con un grupo escultórico que, simbólicamente, representa una escritura criptográfica del prenombre de Ramsés II, Usermaatra. El dios Ra, con cabeza de halcón, tiene en su pierna derecha el jeroglífico indicando la cabeza y el cuello de un animal, leído user, y la diosa de la pierna izquierda representa a Maat. A ambos lados hay bajorrelieves que representan a Ramsés II vuelto hacia el nicho (izquierda) y en adoración (derecha). En la parte superior de la fachada hay una hilera de estatuas de babuinos.
En la parte izquierda de la fachada hay tres estelas que representan a Ramsés II en adoración a Amón, Harmajis y Horus, el discurso de celebración de un funcionario a Amón-Ra y un texto de 41 líneas que describe las circunstancias del matrimonio del faraón con la princesa hitita ofrecida por el rey de los hititas. Tras el coloso norte más extremo hay una inscripción en la que el faraón aparece ante Ra-Horajti.
En la parte derecha de la fachada se encuentra la llamada capilla septentrional, dedicada al culto al sol. Es un pequeño recinto a cielo abierto que contiene dos pedestales en los que se encontraban las imágenes de dioses que ahora se muestran en el Museo Egipcio de El Cairo y una representación de la barca solar con un sacrificio del faraón a Ra-Horajti.
En el lado izquierdo del templo, en su parte sur, se encuentra la capilla meridional excavada en la roca. Se trata de una pequeña capilla de 4.40 x 7.17 metros, con una altura de 3.92 metros consagrada a Thot.
Ya en el interior del templo se encuentra la gran sala hipóstila, de 18 metros de longitud y 16 de anchura cuyo techo está sostenido por 8 pilares osiríacos sobre los que se apoyan otros tantos colosos, 4 a cada lado que representan a Osiris con los rasgos de Ramsés II. Los de la izquierda llevan la corona del Alto Egipto y los de la derecha la corona Pschent (la doble corona símbolo de la unificación de las 2 Tierras). Cada uno de los colosos mide aproximadamente 10 metros de altura. El techo de la sala está decorado con pinturas que representan a la diosa Nejbet con las alas desplegadas y textos reales. La decoración de las paredes muestra, de izquierda a derecha desde la entrada: Inmolación de prisioneros y cortejo de príncipes, escenas de batallas en Siria, Libia y Nubia junto a ofrendas, presentación de prisioneros a Ra-Harmajis y Ramsés II divinizado, la batalla de Qadesh e inmolación de prisioneros y princesas con el sistro.
A la derecha de la sala hay 4 cámaras laterales que, con techos estrellados, contienen diferentes grabados. A dos de ellas se accede desde la sala hipóstila y a las otras 2 a través de un pasaje que se abre también en la sala. A la izquierda otra cámara conduce a otras 2 salas, empleadas como habitaciones auxiliares del templo, para guardar objetos y no fueron nunca terminadas
La segunda sala hipóstila tiene 4 pilares cuadrados con escenas del rey abrazado por diferentes divinidades. Esta cámara, de 11 metros de longitud y 7.70 de anchura conduce, a través de tres puertas, a la sala de ofrendas, de 3,30 metros de longitud decorada con escenas de ofrendas y adoración. Tras esta se encuentra el santuario al que se accede por otras tres puertas alineadas con las anteriores. La puerta central conduce al propio sancta sanctorum con 4 estatuas talladas en la roca que representan de izquierda a derecha a Ptah, Amón-Ra, Ramsés II divinizado y Ra-Horajti mientras que las 2 laterales dan acceso a 2 capillas.
http://www.egiptologia.org/arte/templos/abu-simbel-ramses/
El Templo de Hathor
(Abu Simbel)
Realizado en la misma época que el gran templo, el templo de Hathor o pequeño templo está dedicado a Hathor y a la reina Nefertari. La fachada está compuesta por 6 colosos de pie, de aproximadamente 10 metros de altura, excavados en la roca, dentro de hornacinas rectangulares. Divididos en 2 grupos de 3 a cada lado de la puerta de entrada, los extremos representan a Ramsés II y los centrales a la esposa favorita de este, la reina Nefertari, y son del mismo tamaño que los del faraón. Todos tienen adelantada la pierna izquierda, en actitud de marcha. Entre las piernas están representadas esculturas de menor tamaño de príncipes en las estatuas del rey y princesas en las de la reina. De izquierda a derecha los colosos son:
Ramsés II con la corona del Alto Egipto y barba postiza.
Nefertari con atributos de la diosa Hathor, disco solar entre 2 altas plumas y cuernos de vaca.
Ramsés II con la corona blanca del Alto Egipto y barba postiza.
Ramsés II con doble corona y barba postiza.
Nefertari con atributos de la diosa Hathor, disco solar entre 2 altas plumas y cuernos de vaca.
Ramsés II con el nemes, la corona atef y barba postiza.
Sala hipóstila
La puerta de acceso al templo se encuentra decorada con cartuchos con el nombre del faraón y escenas de ofrendas del rey a las diosas Hathor e Isis. El templo, en su planta, es una representación minimizada del gran templo: una sala con columnas hatóricas, un vestíbulo con habitaciones laterales y el santuario. El nicho de la parte posterior alberga una estatua de la diosa Hathor, protectora del faraón.
La sala hipóstila, de 11x10.8 metros, mantiene el techo sujeto por 6 pilastras hatóricas colocadas en 2 filas. Sobre la cabeza de Hathor se encuentran las historias del rey o la reina, separadas por fórmulas de adoración a seis diosas: Mut, Isis, Satis, Hathor, Anukis y Urethekau. La decoración muestra una ofrenda de Ramsés II a Amón-Ra de un prisionero en presencia de la reina y 4 escenas de ofrendas a Anubis y Hathor y de la reina a Mut y Hathor.
Después de la sala se abre el vestíbulo que da acceso al santuario, en el que se encuentra una representación de la diosa Hathor saliendo de la roca, entre 2 pilares osiríacos, además de las habituales escenas de ofrendas. A cada lado del vestíbulo aparecen 2 salas sin decoración, empleadas posiblemente como almacén de los objetos dedicados a las ceremonias religiosas.
http://www.egiptologia.org/arte/templos/abu-simbel-nefertari/
http://www.norseaodyssey.com/Our_Travels/Africa/Egypt/Abu_Simbel/abu_simbel.htm
La historia del Antiguo Egipto sufrió una gran conmoción con el reinado de Akhenaton, del que sólo se recuperó definitivamente con la llegada al trono de Ramses II (1290 - 1224 a. C) un largo periodo en el que restauró el culto a Amon, devolvió a los grandes templos como Karnac su importancia político-religioso-económica, amplio las fronteras del reino y recuperó el poder teocrático del faraón. En este proceso tuvo un papel central una amplia campaña constructiva, que hace que su sello aparezca continuamente en excavaciones y edificios a lo largo de todo Egipto, continuo las obras de su padre Seti I y emprendió otras nuevas. Fue una campaña de propagando completa en la que se pretendía presentar al faraón como el proveedor de bienes y riquezas al país, el garante de la religión, el protector de los templos, de las fronteras, el que con intuición divina soluciona los problemas... es decir recordar que se trata de un dios viviente ampliando de forma espectacular los destinatarios del mensaje.
Esta función la encontramos de forma evidente en la ampliación acometida en el templo de Luxor, añadiendo un nuevo patio con pilonos y obeliscos (uno de ellos actualmente en la Plaza de la Concordia de París) rodeado de estatuas del faraón de 15 metros de altura. Continuo también las obras del templo de Karnac, con la enorme sala hipóstila, formada por 134 columnas de unos 23 metros de altura. Levantó de nueva planta templos como el Rameseu, en el Valle los Reyes destinado a ser su tumba, varios templos de menor tamaño en las orillas del Nilo destinados a cultos locales (Bat el-Uali, Uadi es-Sebua, Gerf Hussein...)
De todos estos el que destaca sobre los demás es el conjunto de templos de Abu Simbel, posiblemente uno de sus proyectos más importantes, fue comenzado en la primera década de su reinado y acabado hacia el 1264 a. C. El templo debía resumir todos los principios de la monarquía ramesida, su vinculación divina, la sacralización de la dinastía y de sus descendientes, además de recordar las victorias militares y de servir de templo para las ceremonias jubilares que periódicamente aseguraban el poder del faraón y su divinidad, por algo el nombre oficial del templo era “Hut Rameses Meryamún” (el templo de Ramses, el Amado de Amón).
Los templos fueron descubiertos en 1817 por Burckhardt que los encontró prácticamente enterrados en la aren, aunque fue Belzoni quien exploró su interior. Se encontraban situados en la orilla del Nilo, con la construcción de la presa de Assuan y con la subida de nivel de las aguas del lago Nasser se inicio una campaña internacional entre 1964-1968, coordinada por la UNESCO para salvar los templos, fueron desmontados, cortados en bloques y trasladados a un emplazamiento más elevado.
El conjunto está formado por dos templo, el primero dedica a Ramses y los dioses Ra, Ptah y Amón, el templo menos dedicado a Nefertiti y a la diosa Hathor.
El templo mayor reproduce excavada en la roca la estructura tradicional de un templo, en lo los pilonos de entrada son sustituidos por cuatro estatuas colosales de Ramses II sedente a cuyos pies aparecen representados a un tamaño mucho menor Nefertari y la reina viuda Mut-Tuya, y los hijos mayores de Ramses. Franqueada la estrecha puerta se accede a la primera sala que evoca el patio al aire libre de los templos, con pilares osiriacos, en las paredes relieves alusivos a las campañas militares de Ramses II, en concreto la batalla de Qadesh, la más importante de todas, acompañada de un extenso jeroglífico, el poema de Pentaur, que narra la participación del rey en esa batalla. Además de la representación bélica Ramses aparece ante los dioses presentándoles ofrendas y los prisioneros tomados en la guerra. Uno de los elementos que se destaca de los relieves es el componente dinástico, pues el faraón aparece representado acompañado de todos sus, numerosos, hijos.
La sala hipóstila que sigue al patio, tenía como función mostrar en sus paredes la representación de la barca de Amón-Ra, a las que la pareja real debía rendir tributo, también aparece la alusión a Tot y la inundación anual que debía asegurar el faraón. Las imágenes colocadas en el fondo de la capilla de la sala hipóstila vuelve a vincular a Ramses II con los dioses, aperece sentado junto a Amón, Ra y Ptah, el templo esta orientado de tal forma que en dos ocasiones al año, la luz solar entre hasta el fondo del templo e ilumine las estatuas de Amón, Ramses y Ra, mostrando así el origen divino del faraón, hijo del dios solar Amón-Ra y dios el mismo; en cuanto a la estatua de Ptah, dios de las tinieblas, permanece en la oscuridad sin que el sol la llegue a iluminar.
El templo menor, dedicado a Hathor-Nefertari, (aquella por amor a la cual sale el sol) tiene una estructura más sencilla. La fachada está formada por seis grandes esculturas, de unos 10 metros de alturas, colocadas en nichos encuadrados en inscripciones jeroglíficas. Las figuras corresponden Ramses con la corona del Alto Egipto, a Nefertiti como diosas Hathor, Ramses con la corona del Bajo, Ramses con la doble corona, Nefertiti, como Hathor y con el disco solar y Ramses con el nemes y la corona atef. La sala hipóstila está sujeta por seis pilares con capiteles hathoricos, decoradas con inscripciones sobre la reina o el rey realizando ofrendas a diversos dioses (Anubis, Hathor, Mut, ..) Desde esta sala se accede a un vestíbulo previo al santuario en donde se representa a Hathor
http://enelvallearte.blogspot.com.es/2011/09/abu-simbel-el-culto-solar-ramses-ii.html
http://elrincondeegipto.blogspot.com.es/2012/02/abu-simbel.html
http://www.egiptoaldescubierto.com/mapa/abu_simbel/abu_simbel.html
http://egiptomaniacos.top-forum.net/t569-templo-de-hathor-en-abu-simbel
Abu Simbel y sus templos
Publicado por María José Rubín
El complejo de templos de Abu Simbel es una de las maravillas arquitectónicas más impactantes de Egipto. Construidos con fines políticos, fueron lugar de culto de los egipcios gobernados por Ramsés II. Sus soberbios muros y sus estatuas de inmensas proporciones dan paso a salones habitados por la mística que sólo la antigua religión egipcia es capaz de suscitar.
Alrededor del 1284 a.C. se inició la construcción del Templo Mayor, dedicado a Ramsés II, quien ordenó su levantamiento. Fue parte de una estrategia política para recuperar el prestigio que Egipto había perdido en el exterior tras conflictos religiosos que básicamente consistieron en el traslado del culto de Amón hacia el culto de Atón. La vida política se había visto consecuentemente trastocada durante el reinado de Ajenatón.
Tras haber vencido varias batallas, Ramsés II proyectó la edificación de su propio templo, que albergaría el culto a los tres dioses más venerados de Egipto: Amón, Ra y Ptah, mostrando al mismo Ramsés II como el cuarto gran dios de Egipto. Asimismo, un templo, de menor tamaño, fue erigido en honor de su esposa favorita, Nefertari, que encarnaría a Hathor, diosa del amor y la belleza.
Como consecuencia de la construcción de la presa de Asuán y el aumento del nivel del Nilo que ésta provocó, varios templos de la región –a la orilla del río– se encontraron repentinamente en peligro. El templo de Ramsés II y el Templo de Nefertari se contaron entre estos monumentos, que debieron ser trasladados entre 1964 y 1968. La operación consistió en seccionar los templos en grandes bloques, para luego reubicarlos en un lugar seguro. Un destacado equipo internacional estuvo a cargo de la ejecución, cuyo costo fue de 36 millones de dólares, recaudados en una campaña que se realizó a nivel mundial. Como resultado de este procedimiento, los templos de Abu Simbel están ahora emplazados en una zona cercana a su posición original, 65 metros más elevada y 200 metros más alejada del agua.
Declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1979, los templos de Abu Simbel forman parte del Museo al aire libre de Nubia y Asuán.
http://sobreegipto.com/2008/04/25/abu-simbel-y-sus-templos/
Abu Simbel es un emplazamiento de interés arqueológico que posee dos templos excavados en la roca (speos). Está situado al sur de Egipto, en la ribera occidental del lago Nasser a unos 231 km al suroeste de Asuán (como 300 km por carretera), próximo a su emplazamiento original. Los templos forman parte del Museo al Aire Libre de Nubia y Asuán, que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979 con el nombre de Monumentos de Nubia de Abu Simbel a File.
Abu Simbel significa el padre de la espiga. Los templos fueron construidos por orden de Ramsés II. El mayor de ellos es uno de los mejores conservados de todo Egipto.
Historia
El templo fue construido por Ramsés II para conmemorar su victoria en la batalla de Kadesh (ca. 1274 a.C.). Está dedicado al culto del propio Ramsés (los faraones se consideraban dioses) y de las grandes deidades del Antiguo Egipto, Amón, Ra y Ptah. Estos tres dioses tenían sus capitales y a lo largo de la Historia del Antiguo Egipto fueron muy venerados. Ra era la cabeza de la Enéada de Heliópolis, Amón la cabeza de la Triada de Tebas y Ptah el gran dios artesano de Menfis. Al lado de los tres se representa a Ramsés como el cuarto gran dios de Egipto.
La dinastía XIX intentó recuperar la influencia de Egipto en el exterior, perdida después de los disturbios y turbulencias religiosas (se apoyó el culto a Atón en detrimento de Amón) y políticas durante el reinado de Ajenatón (Akenatón) de la dinastía XVIII.
Ramsés II, hijo de Seti I combatió a los enemigos del Norte, y del Sur. Pero su batalla más importante fue la de Kadesh, en Canaán contra los asiáticos hititas. Esta batalla terminó con un tratado de paz entre ambas fuerzas. En los muros de Abu Simbel y de otros templos egipcios, Ramsés se jactaba de haber ganado la batalla; el rey de los hititas hizo lo propio en los templos de su país.
Construcción
Grabado del templo (1849–1859).
La construcción del templo se inició aproximadamente en 1284 a. C. y duró unos veinte años, hasta 1264 a. C. Es uno de los seis hipogeos(excavados en roca) que se edificaron en Nubia durante el largo periodo del reinado de Ramsés II. El propósito del templo era impresionar a los vecinos del sur y reforzar la influencia de la religión egipcia en la región.
Redescubrimiento
Con el paso del tiempo el templo, abandonado, comenzó a llenarse de arena. Cerca del siglo VI a. C., la arena cubría las estatuas del templo principal hasta la altura de sus rodillas. Abu Simbel quedó olvidado hasta que en 1813 el suizo Johann Ludwig Burckhardt lo visitó.
Burckhardt comentó su descubrimiento al explorador italiano Giovanni Belzoni, quien viajó al lugar pero fue incapaz de excavar una entrada que permitiera el acceso al templo. Belzoni regresó en 1817; esta vez tuvo éxito, consiguió entrar, y se llevó todos los objetos de valor que pudo transportar.
Trabajos de reconstrucción del templo.
Reubicación
Debido a la construcción de la presa de Asuán para crear el lago Nasser y el consecuente aumento del nivel del Nilo fue necesario reubicar varios templos, incluidos éstos, que se hallaban a la orilla del río. Un importante equipo internacional se encargó de partir en grandes bloques y volver a montar en un lugar seguro todo el templo, como si de un gigantesco rompecabezas se tratara.
En 1959 se inició una campaña internacional de recaudación de fondos para salvar los monumentos de Nubia ya que algunos de ellos estaban en peligro de desaparecer bajo el agua, como consecuencia de la construcción de la presa de Asuán. Los países participantes fueron recompensados con algunos pequeños templos nubios.
El salvamento de los templos de Abu Simbel se inició en 1964 y costó la suma de 36 millones de dólares. Entre 1964 y 1968, los templos se desmantelaron para volver a ser reconstruidos en una zona próxima, 65 metros más alta y unos doscientos metros más alejada.
A pesar de todo este proyecto, el templo sigue deteriorándose debido la erosión causada por la filtración de las aguas del lago Nasser.
Los templos
El complejo está compuesto por dos templos. El mayor, dedicado a Ra, Ptah y Amón. En la roca de la fachada se esculpieron cuatro estatuas colosales que presentan al faraón Ramses II. El templo menor está dedicado a la diosa Hathor, personificada por Nefertari, esposa favorita de Ramsés.
Templo mayor
Artículo principal: Templo de Ramsés II (Abu Simbel).
El templo de Ramsés II en Abu Simbel.
El templo mayor de Abu Simbel está considerado como uno de los más bellos de todos los edificados durante el reinado de Ramsés II y uno de los más monumentales de Egipto.
La fachada del templo tiene 33 metros de altura por 38 metros de ancho y está custodiado por cuatro estatuas sedentes, cada una de las cuales mide unos veinte metros de altura, esculpidas directamente sobre la roca. Todas las estatuas representan a Ramsés II, sentado en un trono con la doble corona del Alto y Bajo Egipto. La estatua situada a la izquierda de la entrada resultó dañada por un terremoto, partiéndose. Con la reubicación del templo se discutió sobre la conveniencia de reconstruirla o no, decidiéndose finalmente dejarla tal y como estaba.
Se pueden ver también numerosas estatuas de menor tamaño a los pies de las cuatro estatuas principales; representan a diversos miembros de la familia del faraón como su madre, su esposa y algunos de sus descendientes.
La parte interior del templo tiene una distribución similar a la mayoría de los templos del antiguo Egipto, con salas de tamaño menor a medida que nos acercamos al santuario.
La primera sala contiene ocho estatuas de Ramsés elevado a la categoría de dios, tomando la forma de Osiris. Estas estatuas están adosadas a las columnas. En las paredes se pueden ver grabados que representan escenas de las victorias egipcias en Libia, Siria y Nubia.
Interior del templo: capilla lateral.
El santuario contiene tres estatuas de los dioses Ra, Ptah, Amón y una de Ramsés, todas en posición sedente.
Fenómeno solar
El templo fue construido con tal orientación que durante los días 21 de octubre y 21 de febrero (61 días antes y 61 días después del Solsticio de invierno, respectivamente) los rayos solares penetraran hasta el santuario, situado al fondo del templo, e iluminaran las caras de Amón, Ra, y Ramsés, quedando sólo la cara del dios Ptah en penumbra, pues era considerado el dios de la oscuridad.
Se dice que estas fechas corresponden a los días del cumpleaños del rey y al de su coronación, aunque no existen datos que lo corroboren.
Tras el desplazamiento del templo, se ha observado que el fenómeno solar ocurre con un día de diferencia respecto a la original: 22 de octubre y 20 de febrero (60 días antes y 60 días después de Solsticio).
El calculador de la posición solar de NOAA puede ser usado para verificar la declinación del sol para cualquier lugar del planeta y para una determinada fecha y hora.1
Para la latitud de Abu Simbel 22°20′13″N 31°37′32″E, el calculador obtendrá valores cercanos a -11º para ambas fechas de Oct 22 y Feb 20.
El templo menor
Artículo principal: Templo de Nefertari (Abu Simbel).
El templo menor de Abu Simbel está situado al norte del mayor. Está también excavado en la roca y dedicado a Hathor, diosa del amor y la belleza, así como a su esposa favorita, Nefertari. La fachada esta decorada con seis estatuas, cuatro de Ramsés II y dos de Nefertari. Las seis son de igual tamaño, algo poco corriente ya que las estatuas que representaban al faraón solían ser de mayor tamaño. La entrada conduce a una sala con seis columnas centrales, esculpidas con capiteles decorados con la cabeza de la diosa Hathor.
La sala Este contiene algunas escenas que muestran a Ramsés y su esposa ofreciendo sacrificios a los dioses. Tras esta sala se encuentra otra que muestra escenas similares. Al fondo del templo se halla el santuario que contiene una estatua de la diosa Hathor.
http://es.wikipedia.org/wiki/Abu_Simbel
http://en.wikipedia.org/wiki/Abu_Simbel_temples
http://gato55.blogspot.com.es/2010/09/abu-simbel-templos-de-ramses-ii-y.html
http://www.skyscrapercity.com/showthread.php?t=1289925&page=9&langid=5
sábado 5 de noviembre de 2011
El rescate de Abu-Simbel, un episodio de la guerra fría
Si durante siglos fue la arena del desierto la que ocultó el majestuoso templo de Ramsés II en Abu-Simbel, en el siglo XX fueron las aguas del Nilo las que estuvieron a punto de sepultarlo. Aquellas mismas aguas que hicieron sentenciar al historiador griego Herodoto, "Egipto es el Nilo", resumiendo de este modo que Egipto y el Nilo eran una misma cosa. Aquellas aguas que hacia el mes de julio desbordaban el cauce del río, y depositaban sobre sus márgenes el limo que fertilizaba las tierras, hicieron posible una floreciente civilización en la antigüedad, pero estuvieron siempre sometidas al capricho y voluntad de la climatología. Entre 1899 y 1902, siendo Egipto un protectorado británico, las autoridades intentaron asegurar la regularidad de las crecidas y evitar, tanto la destrucción de las cosechas por inundación, como la falta de las mismas por la sequía. Construyeron para ello, muy cerca del emplazamiento de los templos de Abu-Simbel, la presa de Asuán. No fue suficiente, ya que en numerosas ocasiones estuvo a punto de desbordarse, a pesar del constante aumento de la altura de la obra. Se imponía una solución más eficaz.
En 1952 un golpe de estado a cargo del Movimiento de los Oficiales Libres, llevó al poder a Gamal Abdel Nasser que se convirtió en 1953 en presidente y hombre fuerte de Egipto. Una de sus primeras decisiones fue construir una segunda presa en Asuán. Este proyecto iba a tener implicaciones tanto políticas como arqueológicas, ya que, por una parte requería de una importante inversión económica que Egipto no podía afrontar por sí solo y, por otra, la subida del nivel de las aguas del Nilo inundaría numerosos templos y monumentos de Nubia, entre ellos el propio templo de Abu-Simbel. Ramsés II, treinta y tres siglos después de muerto, sin pretenderlo, volvió a participar en una guerra. El rescate del templo de Abu-Simbel se convirtió en uno más de los episodios que enfrentaron a los Estados Unidos y la URSS en la guerra fría que libraron las dos grandes superpotencias por el control del mundo tras la Segunda Guerra Mundial.
Los americanos vieron inicialmente en Nasser una figura capaz de liderar a los árabes y frenar la influencia del comunismo en Oriente Medio, y por tanto un posible aliado en la guerra fría. Para ganarse su confianza ofrecen ayuda económica al gobierno egipcio para construir la presa. A cambio, esperaban que este pusiera su liderazgo al servicio de la resolución del conflicto entre los países árabes e Israel. Nasser intenta sacar provecho de la situación y solicita armamento a los Estados Unidos bajo el pretexto que para ejercer ese liderazgo necesitaba reforzar su ejército. Eisenhower, a la sazón presidente de los Estados Unidos, a través de Duster Folles, secretario de Estado, accedió inicialmente, aunque con algunas condiciones que no fueron del agrado de Nasser, por lo que rechazó la propuesta americana. Si los americanos no quieren, quizá quieran los rusos, debió pensar el líder egipcio. Los americanos, pensando que se trataba de un farol, se mantienen firmes en su posición. Pero Nasser no iba de farol y alcanzó un acuerdo con la URSS para recibir armas y pagar con algodón y cereales, lo que provocó el enfado de los países occidentales. Enfado que aumentaría todavía más tras el reconocimiento de Egipto de la China comunista de Mao. En esas circunstancias, Estados Unidos, para presionar a Egipto, niega la ayuda económica solicitada por el país africano para la construcción de la presa de Asuán, explicando que ello era imposible en las circunstancias del momento, pero también presiona dificultando el acceso del país africano a los créditos internacionales.
La respuesta de Nasser no se hizo esperar y constituyó toda una declaración de intenciones: la nacionalización del Canal de Suez hasta entonces en manos de empresas británicas y francesas, lo que abrió una importantante crisis internacional. Egipto pensaba así, con los ingresos de la explotación del Canal, financiar gran parte de la obra de Asuán. La URSS, por otro lado, vio en el conflicto de Asuán la posibilidad de aumentar su influencia y su presencia en la zona y se ofreció de inmediato a prestar la ayuda económica requerida por las autoridades egipcias, con lo que las obras comenzaron casi de inmediato.
Solucionado el escollo se abrió un segundo frente, cómo salvar los monumentos y tesoros que el agua del Nilo iba a sepultar con la subida del nivel de las aguas por la presa, y entre ellos los templos de Abu-Simbel, tanto el de Ramsés II como el de su esposa Nefertari. Nasser confió la búsqueda de la solución a su ministro de Cultura, Sarwat Okasha que no necesitó mucho para convencer a Christine Desroches Noblecourt, eminente egiptóloga y conservadora de antigüedades del Louvre, para que liderara el llamamiento a la comunidad internacional para salvar los templos de Nubia. El nombre de Christine Desroches, que falleció recientemente, en junio de 2011, a la edad de 97 años, ha quedado desde entonces indisolublemente unido al del templo de Abu-Simbel.
Estados Unidos, contrariado por los acontecimientos descritos, declaró que el proyecto nunca se llevaría a cabo, y utilizó toda su influencia para que no se concediese el menor apoyo internacional a un posible proyecto de rescate, aunque finalmente no le quedó más remedio que sumarse a la corriente internacional y terminaría por incorporarse al mismo. Desde el primer momento, el papel de Christine Desroches se mostró decisivo. Entendió rápidamente que si había un organismo internacional capaz de movilizar los recursos que se necesitaban para salvar aquel patrimonio, ese era la UNESCO, a la que hubo de convencer para salvar unos monumentos que a finales de los años 50 del siglo XX no eran tan conocidos como lo son hoy. Y por ahí empezó, por enseñar al mundo las maravillas artísticas que estaban amenazadas, invitando a gobernantes, representantes de la cultura, personajes influyentes,... a visitar los monumentos. Es célebre el discurso de su compatriota, el escritor André Malraux, entonces ministro francés de Cultura, en defensa del proyecto:
"El poder que creó los monumentos colosales está amenazado hoy ...., nos habla una voz tan importante como la de los arquitectos de Chartres, como la de Rembrandt... Su súplica es histórica, no porque proponga salvar los templos de Nubia, sino porque con ella la civilización global demanda por primera vez y públicamente el arte del mundo como su herencia indivisible. Solamente hay una acción sobre la que la indiferencia de las estrellas y el eterno murmullo de los ríos no tienen ningún dominio, es el acto por el cual el hombre arrebata algo a la muerte"
El 8 de marzo de 1960, la UNESCO lanzó un llamamiento internacional a las naciones del mundo para rescatar los monumentos de las aguas del Nilo. El clima de guerra fría que se vivía por entonces no era el más adecuado para una propuesta de este tipo, pero finalmente, la simpatía que el proyecto empezó a ganar en todo el mundo hicieron posible lo que parecía imposible, incluso la participación norteamericana, en una operación que no cabe calificar más que de faraónica, tanto por el coste de la misma como por las dificultades técnicas que entrañaba.
Años más tarde, en 2004, Christine Desroches ponía de relieve en una entrevista, las terribles presiones a que se vio sometida y las implicaciones entre la alta política y la cultura:
"Mucha gente que hoy se vanagloria de haber participado en la tarea era partidaria entonces de dejar que [los templos] fueran destruídos. Como los norteamericanos: hicieron todo lo posible por detenerme; me tacharon de loca y de liante, de arrastrar irresponsablemente a la UNESCO. Foster Dulles, que espero que esté muerto, y el embajador de Estados Unidos, el señor Reinhardt, dijeron que yo tenía una imaginación pervertida. Y esos días, la CIA hacía desparecer gente, así que eran tiempos peligrosos para quien les llevaba la contraria. No sabe cómo trataron a los egipcios esos cowboys: amenazaron al presidente Nasser, que se negó a venderse a los americanos, con que no tendría dinero de la banca internacional para la presa sino aplicaba la política que le dictaban. La política que han intentado aplicar en Irak. ¿Ha visto el resultado?"
Una vez tomada la decisión del rescate, el problema era cómo hacerlo, cómo trasladar el colosal templo de Ramsés II a un lugar seguro. Tras presentarse diferentes proyectos, la UNESCO se decidió por el de un equipo de ingenieros franceses que pretendían levantar los templos por un sistema de flotadores hidráulicos y elevarlos hasta el lugar escogido. La solución técnicamente era posible, sin embargo, económicamente el costo era muy elevado, por lo que finalmente fue desestimada. En su lugar, se escogió otra solución ideada por una firma de ingenieros suecos, que contemplaba el corte del monumento en grandes bloques de piedra, su izado a través de grúas gigantescas, el almacenamiento y cuidado de cada uno de esos bloques mientras duraban las operaciones y, finalmente, la reconstrucción del templo.
La operación de corte, ya de por sí muy complicada, había que hacerla además al mismo tiempo que río abajo se levantaba la presa. Es decir, no se disponía de mucho tiempo para hacerlo porque la subida del nivel de las aguas era mucho más rápido que el traslado del templo. La única solución posible para evitarlo era levantar a su vez un enorme dique delante del templo de Ramsés II, a modo de protección, que contuviera las aguas del río y evitar que se inundara el templo. Para ello hubo que trabajar a contrarreloj, durante día y noche.
Como apuntábamos, la operación de corte fue extremadamente complicada. Abu-Simbel está construído con una piedra arenisca extremadamente frágil, por lo que hubo de inyectársele unas sustancias químicas que fortalecieran y permitieran el corte y, al mismo tiempo, preservaran los relieves que recubrían los muros del templo. Una vez despiezado el monumento, se procedió al desmonte y construcción del nuevo emplazamiento, en un lugar a 64 metros por encima del lugar que ocupaba originalmente el templo, y con la misma orientación, para preservar el fenómeno solar que los antiguos egipcios habían conseguido en Abu-Simbel. No deja de ser paradójico que, a pesar de nuestros medios y adelantos técnicos, los técnicos del siglo XX no fuesen capaces de conseguir una medición tan exacta cómo la que los constructores egipcios habían hecho tres mil trescientos años antes, y erraron el cálculo, así que aunque hoy el sol sigue iluminando los rostros de los dioses, lo hace con un día de adelanto.
La operación de salvamento de Abu-Simbel concluyó en 1968, con la apertura del templo en su nuevo emplazamiento. El coste de la misma y del resto de monumentos de Nubia se cifró por la UNESCO en junio de 1972 en 42.244.970 dólares, de los cuales más de 22 millones procedían de la solidaridad internacional de cincuenta estados miembros del organismo, y por entonces aún no se había acometido otro de los grandes retos, el salvamento de los monumentos de la isla de Philae, que costaría unos 13 millones de dólares más. La ayuda, sin embargo, no le salió gratis a Egipto. A cambio de ella, se comprometió a ceder cuatro templos para su traslado a algunos de los países que colaboraron en la empresa: el templo de Ellesiya a Italia; el de Debod a España; el de Dendur a Estados Unidos; y el de Taffa a Holanda; además de numerosas antigüedades para diferentes museos de todo el mundo. El rescate de Abu-Simbel constituyó el punto de partida para la toma de conciencia por los estados de la importancia del la conservación del patrimonio mundial, y el primer paso para el Tratado Internacional de la Convención sobre la protección del patrimonio cultural y natural, aprobado por la UNESCO en 1972.
Por último, os dejo aquí un vídeo en inglés que muestra algunos detalles de la compleja operación de rescate del templo de Ramsés II.
http://lineaserpentinata.blogspot.com.es/2011/11/el-rescate-de-abu-simbel-un-episodio-de.html
http://www.skyscrapercity.com/showthread.php?t=947304&langid=5
Vídeo:
Web recomendada: http://www.egiptoforo.com/antiguo/Abu_Simbel
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