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Nombre:

Stavanger

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Localización:
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Tipo: Urbanismo

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Continente: Europa

País: Noruega

Localización:

Año: 1125

Estado: Terminado

Descripción:Viajes a Stavanger

Esta animada ciudad noruega está rodeada de exuberantes paisajes, fiordos de fantasía y bonitas playas de color azul plomizo. Todos los que deciden visitar Stavanger vienen atraídos por las famosas formaciones rocosas “el púlpito” y “Majestad Kjerag” o trono. Sin embargo, en esta ciudad del sur-oeste de Noruega hay mucho más para visitar.

Que ver en Stavanger

Para visitar las zonas de los alrededores a pié, especialmente les recomendamos Mosvatnet o Stokkavannet. También puedes optar por las prístinas playas de Jær, ideales en invierno y en verano. Los fiordos, especialmente Lyse, son otra historia. Hay alquilar una bici y tomar alguno de los senderos marcados para ciclistas, pero la vista y el espectáculo natural bien valen tanto pedalear.

La preciosa estampa de casas de madera asomadas al mar es la marca distintiva de Stavanger. Vale la pena destacar que los habitantes de la ciudad están muy orgullosos de Gamle Stavanger, el conjunto de casas antiguas que constituye el mejor conservado y el más grande de Europa. Se trata de 173 casas de madera construidas entre los siglos XVII y XVIII y que actualmente constituyen parte del patrimonio cultural noruego.

Si lo que buscas es disfrutar de la cultura noruega es recomendable visitar Stavanger durante los festivales de invierno y verano, cuando las pintorescas calles peatonales se llenan de gente y animación. Una extraordinaria oferta gastronómica y nocturna completa las posibilidades de Stavanger para ser una de tus ciudades favoritas. Durante las largas tardes de verano es maravilloso tomar un café a orillas del mar, junto con alguno de los exquisitos bollos de la pastelería noruega.

Si te interesan los monumentos, además de caminar por las calles para disfrutar de la arquitectura local, no debes perderte la Catedral o Stavanger Domkirke construida en el siglo XII. El edificio es de estilo anglonormando, aunque el interior es más nuevo de estilo gótico flamígero. Esta iglesia fue durante años, en el siglo de su construcción, sede episcopal.

El Museo Arqueológico de Stavanger es el lugar ideal para aprender más sobre cómo ha sido la vida en Noruega durante 1.500 años. El Museo Marítimo por su parte muestra una interesante exposición explicativa sobre la vida de las aldeas marítimas a lo largo de los últimos 200 años. Y finalmente el Museo de Arte Rogaland, donde podrás disfrutar de una colección de arte noruego que va desde el siglo XVIII hasta XIX.

Si os queda tiempo tal vez os interese visitar el Museo del Petróleo, dedicado a la extracción de petróleo en el Mar del Norte. Aunque normalmente sería un museo que no recomendaría, me sorprendió la exposición interactiva especialmente dedicada a niños y jóvenes interesados en aprender más sobre el tema. Curiosamente una de las mejores cosas del museo es su restaurante / cafetería con un surtido excelente de comida y un servicio esmerado.

Como veis en Stavanger hay montaña, playa, bicicleta, senderismo… o cultura! Intente no dejarse nada por ver, una vez tan lejos conviene verlo todo… no se arrepentirá. Aunque Stavanger es una ciudad de actividades al aire libre, no hay que olvidar que fue Capital Cultural Europea en 2008, así que no desprecie nada de la oferta de la ciudad.

http://www.stavanger.es/

Stavanger, capital noruega del petróleo

10 mayo, 2014 laviajeraempedernida

Noruega es un destino turístico completo. Fiordos, Cabo Norte. Ciudades como Oslo o Bergen son paradas habituales en las rutas que recorren este país nórdico, el único de la zona que no pertenece a la UE.

Pero seguro que el nombre de Stavanger resulta menos familiar. Bueno, no. Quizá a los empresarios les suene el nombre y la ubicación de la que presume por ser cuarta ciudad en importancia de Noruega, con unos 120.000 habitantes. Famosa ante todo por ser sede de las oficinas nacionales noruegas del Petróleo. Y por ser el punto de partida a gran parte de los pozos petrolíferos y de gas del mar del Norte. Stavanger rebosa empresas relacionadas con ambos productos. Pero claro. A los que no trabajan en el mercado petrolífero, el nombre de Stavanger, seguro, os suena a chino. Una lástima, pues es una de las ciudades imprescindibles de Noruega. Por muchas razones.

Para empezar, Stavanger es una ciudad coqueta y tranquila, fácil de visitar en dos o tres días, rodeada de playas vírgenes, de fiordos superlativos y con rincones urbanos encantadores. La culpa del despertar de Stavanger la tuvo justo el petróleo. En los años 70, aquel novedoso y próspero negocio atrajo a cientos de empresarios internacionales con alto poder adquisitivo cuyas formas de vida poco a poco fueron moldeando la ciudad hasta convertirla en lo que hoy encontramos.

Llega la primavera. Y el verano. En estas fechas, cuando la oscuridad huye y la luz brilla más de veinte horas diarias, los bares y restaurantes de la ciudad sacan a la calle mesas y sillas donde la gente charla, bebe y disfruta. Es en la zona del puerto donde más ambiente se vive.

El puerto es también buen punto de partida rumbo a la ciudad antigua, formada por el mayor y mejor conservado conjunto de casas de madera del norte de Europa. Pasear por sus calles es vivir en un cuento. Todas las viviendas, exactamente 173 antiguas viviendas de pescadores, son idénticas, blancas impolutas, con sus puertas de colores y con ¡más de ciento cincuenta años de antigüedad! Durante el recorrido, apetece jugar al “yo me pido esta”, aunque la elección final, seguro, resulta difícil pues siempre aparece otra más coqueta, más cuidada, mejor orientada… El deseo de posesión mengua cuando se sabe que por dentro son dignas de muñecas pero de las de verdad por sus reducidas superficies que oscilan 27 y 80 metros cuadrados.

Más colorista es la calle Ovre Holmegate, al otro lado del puerto, donde siguen las construcciones de madera pero estas de colores chillones. Al contrario que las de la ciudad antigua, estas acogen tiendas de ropa retro, modernas peluquerías y agradables cafés. Se encuentra ya en el corazón de la zona comercial, donde chocan la cantidad de madres que pasean con carritos de bebé. Y el silencio. Hay cafés, pocos, y hay gente tomando algo, pero apenas se oyen voces. Ni música. Parece que en Noruega hasta los perros ladran bajito. En Stavanger los coches nunca pitan. Los policías no van armados… la sensación de tranquilidad es total. Aquí se confirma el tópico que dice que los noruegos son extremadamente civilizados.

Paseando por estas calles, uno se explica por que Noruega sale siempre en los primeros puestos de las listas de países con mayor calidad de vida. Y referencia del llamado “estado del bienestar”. Y volvemos al petróleo. Muchos de esos beneficios se deben a la carestía actual del líquido rey, producto que abunda en los mares del Norte.

Para entender bien todo este mundo, hay una visita obligada. El museo noruego del petróleo. Un centro que ayuda al visitante captar la importancia de esta industria y a entender la idiosincrasia de Stavanger. Además de encontrar información sobre los métodos de extracción y los distintos usos del crudo, en el museo hay curiosas maquetas de plataformas petrolíferas. A los habitantes de Stavanger el tema les resulta conocido pues es rara la familia que no tiene a alguno de sus miembros “cautivo” en una plataforma aislada en medio del mar, donde la vida es muy dura. Experiencias que el cine ha sabido retratar, por ejemplo en “Rompiendo las olas” de Lars Von Trier; o en “la vida secreta de las palabras” de Isabel Coixet.

En el museo, el visitante se entera de detalles interesantes como que en las plataformas petrolíferas pueden habitar hasta más de trescientas personas, y hay cines, restaurantes. Los trabajadores van y vienen en helicóptero y que tienen que pasar una prueba de alcoholemia ¡obligatoria! antes de embarcar (en los pozos las bebidas alcohólicas están terminantemente prohibidas). Las medidas de seguridad son “extremas” y no se permite ni tan siquiera la visita de familiares” me cuenta la guía del museo mientras me enseña una extraña habitación: “Es la sala de las catástrofes, donde se pone a prueba la capacidad de los visitantes de sobrevivir en caso de alarma en una plataforma” me explica.

La verdad es que la posibilidad de visitar o de pasar una temporada en un pozo petrolífero siempre me ha atraído. Y más después de visitar este museo. Pero me comentan que la gestión de una visita de ese tipo no es tarea fácil. ¡Una pena pues realmente me animaría a vivir la experiencia!

http://www.laviajeraempedernida.com/stavanger-la-capital-noruega-del-petroleo/

Qué ver en la Región de Stavanger

La Región de Stavanger ofrece paisajes espectaculares, entre ellos el fiordo Lysefjord, la playa Solastranda y las montañas de Preikestolen y Kjerag.

Hermosos fiordos

Los fiordos noruegos están considerados como uno de los destinos de viaje más bellos del mundo. En una encuesta sobre los lugares declarados Patrimonio de la Humanidad más populares, realizada por la revista National Geographic Traveler y el Centro de National Geographic de destinos sostenibles, los fiordos occidentales de Noruega obtuvieron el primer puesto.

En la Región de Stavanger hay varios fiordos que merece la pena visitar. Uno de los más famosos de la zona es el Lysefjord, un fiordo de 42 kilómetros de largo con paredes rocosas que se precipitan hacia el agua, casi totalmente en vertical, a más de 1.000 metros de altura. El Lysefjord es largo y estrecho, y en algunas zonas es tan profundo como altas son las montañas que lo rodean. Disfruta de este maravilloso fiordo en un crucero que sale desde Stavanger durante todo el año. Este es sin duda uno de los paisajes protagonistas de la naturaleza noruega.

Majestuosas montañas

En el Lysefjord se encuentran otros dos lugares dignos de visita: El Púlpito (Preikestolen) y el monte Kjerag.

Preikestolen está situado a 600 metros sobre el nivel del mar, y es el lugar más visitado del condado de Rogaland. Esta roca se ve desde el Lysefjord, pero es incluso más impresionante desde arriba: después de una espectacular subida de dos horas, disfrutará de unas fabulosas vistas del fiordo.

El monte Kjerag es otro de los lugares de visita obligada en la zona. Su punto más alto se encuentra a 1110 metros sobre el nivel del mar, pero su caída hacia el Lysefjord en el norte es la parte que atrae a más visitantes. La caída es de 984 metros sobre el nivel del mar, junto a la famosa Kjeragbolten, una enorme piedra atrapada entre dos rocas. Se tardan dos horas y media en subir al Kjerag; el recorrido es agotador, pero el esfuerzo sin duda vale la pena.

Cascada de Månafossen

Si te gusta el senderismo, pero prefieres las rutas cortas, visita la hermosa y magnífica cascada de Månafossen. Månafossen tiene una caída libre de 92 metros, y es la cascada más grande del condado de Rogaland. Además es la novena cascada de caída libre más alta de Noruega. Esta cascada está protegida y es uno de los lugares más destacados del condado de Rogaland.

Gloppedalsura

Gloppedalsura se compone de rocas procedentes de avalanchas apiladas en lo alto de una morena. ¡Algunas de estas rocas son tan grandes como casas!

Estupendas playas

La región de Stavanger no solo ofrece hermosos fiordos y majestuosas montañas, sino también espectaculares playas. Aquí podrás visitar las playas de arena más largas de Noruega. En el artículo "Las mejores vacaciones de 2004", el periódico The Sunday Times clasificó Solastranden como la sexta mejor playa del mundo. El periodista David Wickers se mostró tan entusiasta que colocó esta playa por encima incluso de playas de España y Tailandia. Aquí podrás realizar multitud de actividades: tomar el sol, nadar, volar cometas o hacer surf. Los faros que salpican la costa también están abiertos a los turistas, y algunos de ellos ofrecen alojamiento y comida.

http://www.visitnorway.com/es/donde-ir/la-noruega-de-los-fiordos/la-region-de-stavanger/que-hacer-en-la-region-de-stavanger/que-ver-en-la-region-de-stavanger/

El Preikestolen y otros 29 motivos para volar a Stavanger

¿Stavanger? ¿Que está en Noruega? Lo primero que te viene a la cabeza es una nueva banda de black metal escandinavo (ellos, los del norte, siempre tan poco amantes de los términos medios: o hacen metal o se ponen en plan Abba; o son cuerdos hasta hartar o están como una cabra). Cuando te enteras de que Stavanger es la tercera ciudad de Noruega, tras Oslo y Bergen, y que Vueling acaba de abrir una ruta hasta esta ciudad de la que nadie parece saber nada te preguntas qué puede llevar a alguien a volar a Stavanger y plantarse unos días en el país del sentido común. Nosotros respondemos a esta pregunta con estos 30 motivos para volar a Stavanger, aunque el primero, el magnífico Preikestolen -ese púlpito desde cuya cima puedes cambiar, aunque sea un poquito, tu perspectiva del mundo- sería razón suficiente para plantarse en Stavanger y entenderlo todo, a ti, al mundo, a los demás, un poco mejor.

1- Pues eso. El Preikestolen, considerado uno de los lugares más espectaculares del mundo, es un hermoso precipicio a 700 metros de altura ubicado en lo alto de un fiordo, para cuyo ascenso nos enfrentamos a una caminata por un espectacular paisaje rocoso de unas dos horas, tiempo en el que nos sentiremos a ratos muy pequeños, a otros gigantescos, pero nunca, y eso es lo importante desde el punto de vista existencial, de nuestro verdadero tamaño. Allí estaremos nosotros y la naturaleza, en lo alto de un fiordo noruego, dispuestos a ver pasar nuestras vidas a lo magdalena de Proust mientras intentamos que este ejercicio introspectivo no sea entorpecido por alguno de los numerosos turistas que circulan por allí equipados como si fuesen a escalar el Himalaya.

2- El viejo rollo de las limitaciones, del hombre contra la naturaleza: el fiordo y tú, el púlpito que te espera en lo alto, el magnífico paisaje que te mueres por sentir pero a la vez los miedos, siempre ahí, a tu lado: el vértigo, el cansancio, el dolor. Tu capacidad de superarlos (o no) es siempre un aprendizaje. Y si sabes verlo (y sentirlo) regresarás abajo siendo un poco otra persona.

3- Esa metamorfosis puede que tenga fecha de caducidad. Cuando lleves encima unas cuantas Hansa Pilsener, una cerveza producida en Bergen que los noruegos consumen como si fuese agua, puede que vuelvas a sentirte de nuevo tú mismo. Otra opción cervecera es la Mack, que se produce en Laponia y es la birra más septentrional del planeta, muy popular entre los noruegos. No obstante, la fabricación artesanal de cerveza, que en España empieza tímidamente a ser tendencia pero en el norte de Europa es un hábito plenamente consolidado, nos permitirá probar birras artesanas de todo tipo si nos dejamos aconsejar por unos camareros que, en general: a/ de birras saben un rato y b/ hablan un inglés perfecto.

4- Llegar al púlpito es toda una experiencia por sí sola: un crucero de dos horas y media por el interior del fiordo Lysefjord en que se halla nos conducirá a las puertas del paraíso. La travesía, bucólica donde las haya, puede presumir, no obstante, de algún momento friqui que contribuye a humanizar a los noruegos a nuestros ojos: una parada en medio de la nada con el objetivo de que un joven miembro de la tripulación se apee del barco y ascienda por la montaña ante la expectante mirada de los pasajeros para darle de comer a una cabra.

5- Pero hay más cosas en Stavanger. Un 2% de paro, por ejemplo. Ver la cara de los noruegos cuando sale el tema y pronuncias despreocupadamente “in Spain twenty-six” daría para hacer un documental.

6- El Museo del Petróleo (Norsk Oljemuseum). Stavanger ya debía ser una ciudad próspera allá por 1969, cuando se descubrió petróleo en el Mar del Norte, pero desde entonces lo es todavía más. Una visita al Museo del Petróleo, junto al mar, nos mantendrá informados de las vicisitudes petrolíferas de la región y de cómo casi se quedan sin su oro negro porque estuvieron a punto de dejar el asunto en manos de unos estadounidenses avispados.

7- Frente al Museo del Petróleo, en el puerto, hay un bonito parque infantil con unas enormes pelotas de goma aptas para el disfrute de grandes y pequeños. El lugar ideal para hacer una parada y ver cómo jueguetean esos niños noruegos que a los seis años son igual de altos que tú e infinitamente más civilizados de lo que vais a serlo tú, toda tu familia y amigos juntos durante el resto de vuestras vidas.

8- El Museo de la Ciencia (Vitenfabrikken), en la vecina e igualmente pintoresca localidad de Sandness, es otro lugar perfecto para ir en familia y poder realizar actividades tales como mover pelotas con la mente. Los niños no querrán salir de allí.

9- Pasear por Stavanger es entrar literalmente en otro mundo, tan diferente de las ciudades mediterráneas. Sus pequeñas casas de madera, simétricas, con flores en las ventanas, sus callejuelas empedradas y esa sensación mágica de que no pasa nada nos harán envidiarles desde lo más profundo y constatar que probablemente en nuestro caso ya no hay vuelta atrás: querríamos ser ellos para vivir amparados por papá estado del bienestar en un lugar paradisíaco en el que parece que jamás pasa nada, y nos odiamos fuertemente al darnos cuenta de que ya no es posible, acostumbrados como estamos al trajín propio del sur con todas sus terribles consecuencias.

10- A esta arquitectura que parece que acoge a personajes como Hansel y Gretel y que predomina en toda la ciudad hay que añadir los clásicos edificios estilo Berlín Este tan propios de las ciudades del norte de Europa. Junto a una pintoresca casita que puede acoger una pastelería mona repleta de zumos orgánicos y panecillos podemos encontrarnos con un mastodonte arquitectónico, sede de algún organismo oficial, que nos recuerda el pasado filosocialista de Noruega, sobre el que se cimienta, precisamente, ese bienestar que tanto envidiamos.

11- Los noruegos, como la mayoría de gente que no debe tener grandes problemas en la vida, son majos, educados, hablan perfecto inglés y están encantados, en el caso de los habitantes de Stavanger, de mostrar sus encantos a los turistas.

12- El salmón está en todas partes. Si hacemos un parón en Ha gamle Prestegard, una antigua vicaría reconvertida en galería de arte contemporáneo situada en un paraje bucólico en medio de la nada, podremos además comer un pastelito en su restaurante y, al finalizar el ágape, pasear hasta el río vecino, en el que el rey de Noruega acude durante los veranos a pescar salmones.

13- La galería, sin duda, merece una visita. Ya sea su preciosa tienda de artesanía rebosante de buen gusto o las exposiciones de arte contemporáneo de artistas autóctonos e internacionales en un entorno de cuento de hadas. Está regentada por una simpática señora de aspecto saludable y feliz que te relata con toda la pasión de la que es capaz de hacer acopio un ser humano las dificultades de una artista británica para conseguir crear una instalación en forma de alfombra que emulase de la forma más fiel a la realidad posible la envoltura de una momia.

Y entonces sientes que esa señora y tú protagonizáis un choque de culturas del que no hay vuelta atrás. Y te pones triste, y te vas a ver la exposición ‘Playing War’ de Tobias Sternberg, una notable retahíla de instalaciones de inquietantes soldados de juguete con impactantes imágenes religiosas y te das cuenta de que en el fondo la señora de las momias y tú no estáis tan lejos como crees. El arte, que siempre une.

14- Uno de los lugares más pintorescos de Stavanger es su Museo de las Conservas (Norsk Hermetikkmuseum). No vamos a ser nosotros quienes quitemos la razón a todos aquellos que a priori consideren extravagante echar la tarde en este espacio, pero lo cierto es que en cuanto pasas su puerta, en una callejuela empedrada repleta de casitas de madera blanca, empiezas a interesarte por las historias que explica el responsable de este museo, un pintoresco inglés que se mudó a Stavanger por amor y que es capaz de conseguir que, a través de la historia de las conservas, entendamos mejor la historia de Noruega.

15- Comprarse un vinilo en Vinypalass, una curiosa tienda destartalada y cool a partes iguales, que parece recién salida de una peli de los años 70, especializada en la venta de vinilos y de tecnología entre ‘vintage’ y ‘kitsch’ que nos va a robar el corazón.

16-Dar un paseo por el puerto y detenerse a contemplar la espectacular catedral.

17- Pasar un rato en el Nordsjobadet spa del hotel Sola Strand, frente al mar, y luego picotear en el bufé de su restaurante, escuchando el rumor de las olas noruegas, es una experiencia que te hace olvidarte del mundo durante un rato.

18- Hacerse una foto en las Sverd i fjell, tres gigantescas espadas vikingas ubicadas junto al mar y clavadas en la roca, que rinden homenaje a la batalla que dio lugar a la unificación de Noruega en el siglo IX.

19- Stavanger tiene contrastes a priori inesperados que le confieren una complejidad como ciudad que le hace ganar muchos enteros. Es la sede de un importante concurso anual de graffitis que puebla las paredes de diversos edificios de la ciudad, y que nos regala imágenes espectaculares de algunos de los mejores graffiteros del mundo.

20- El viaje a Stavanger da, sin duda, para unos días. Uno de ellos conviene dedicarlo a hacer rafting y disfrutar del trayecto hasta la isla de Osthusvik Rennesoy, una horita aproximadamente que nos hará desembocar en el mismísimo paraíso. Una vez allí es obligatorio…

21- Visitar el monasterio de Utstein Kloister, en el que dicen que habita un fantasma, cosa que nosotros hicimos a 30 grados un bonito mediodía de abril.

22- Dormir, de eso no cabe duda, en un lugar que no olvidaremos nunca. Uno de los apartamentos del Fjordbriss Hotel, en cuya cama caeremos rendidos tras unas cuantas horas de senderismo por la preciosa isla prácticamente virgen, no sin antes hacernos con un gin-tonic y contemplar el mar desde nuestra terraza.

23- Nos vamos a alejar un poco de Stavanger para plantarnos en el delicioso pueblecito costero de Songdalstrand, ubicado en la ribera de un río, que tiene además una historia humana detrás de las que suelen robar el corazón al personal. Prácticamente deshabitado cuando Eli Laupstad y su marido se establecieron aquí, decidieron construir un gran hotel dividido en pequeñas casitas que es lo más parecido a hallarse en un cuento de hadas donde todo, absolutamente todo, es bonito, desde la tiendecita de chuches de la esquina. Uno de los lugares, además, en los que mejor hemos comido en Noruega, porque…

¿Y DE COMER?

24- Porque el día que cenamos en el Songdalstrand Kulturhotell, cuyo pub está constuido en una antigua prisión, justo sobre el río, la chef de su restaurante nos puso un salmón de escándalo, entre otras cosas, que ella misma acababa de pescar en el río.

25- Stavanger y alrededores son los lugares ideales para hacer un pícnic. De camino al púlpito o en alguna de las rutas senderistas a las que nos invita constantemente el paisaje se impone hacer una parada para tomar un tentempié a base de embutido de reno acompañado de unos panes crujientes muy típicos, deliciosos, llamados Mors.

26- El Renaa Matbaren es uno de los puntos calientes de la noche en Stavanger, un restaurante ‘trendy’ que aglutina a la parroquia local con una carta en la que los pescados frescos conviven con ensaladas o risottos de muy buena factura, y que no renuncia a las pinceladas creativas. Aquí no pudimos resistir la tentación de probar un postre que nos llamaba a gritos desde que lo leímos en la carta: el “Smash sandwich, nuestro favorito del cine. Helado de chocolate y Doritos, palomitas caramelizadas, caramelo y salsa de Coca-Cola”.

27- Abundan las ensaladas con el salmón como protagonista, como esta que degustamos en nuestro paso por la isla, en el bonito restaurante del Fjordbriss Hotel.

28 - El queso dulce Geitost, que se caracteriza por su dulzor y su color marrón, es una auténtica delicatessen.

29- Quienes no son muy fans de los sabores exóticos que no sufran. El aceite de oliva suele reinar en los aliños, por encima de salsas rocambolescas, aunque los que no sean muy amantes del ajo lo llevan crudo en Stavanger. Muchas guarniciones que tuvimos ocasión de probar en los diferentes restaurantes que visitamos tienen el ajo como protagonista.

30- Sí también hay cruasans y magdalenas, pero un típico desayuno noruego puede consistir tranquilamente en esto. Los panes, y eso es una constante en todos los locales, son auténticamente espectaculares, generalmente elaborados artesanalmente en los propios locales.

http://www.gastronomistas.com/el-pulpito-de-preikestolen-y-otros-29-motivos-para-volar-a-stavanger/

Stavanger y el Púlpito del cielo

18 de mayo de 2009 | Autor: Sele

Stavanger es una pequeña ciudad situada en el suroeste de Noruega constituida eminentemente por casitas de madera, un gran puerto marítimo y que económicamente es conocida por ser la sede de la principal Industria Petrolera de Noruega. En sus aguas se encuentran algunas de las plataformas más importantes del Mar del Norte, fuente de riqueza para uno de los países con mayor renta per cápita del planeta.

stavangermap por ti.Esta ciudad que compartió con Liverpool la Capitalidad Europea de la Cultura en 2008 está ubicada en un entorno natural incomparable repleto de isletas, verdes bosques, montañas y, por supuesto tratándose de Noruega, de fiordos. Es precisamente un elemento de la Naturaleza el causante de que Stavanger tenga un lugar predilecto para los viajeros, los amantes del senderismo y todos aquellos que gusten de panorámicas de infarto. Decir Stavanger es decir Preikestolen, palabra noruega que viene a significar “Roca del Púlpito” la cual hace referencia a un macizo rocoso que se asoma al Fiordo de Lyse (Lysefjorden) y que tiene una caída de alrededor de 600 metros, proporcionando unas vistas vertiginosas. Las presentaciones en Power point del Preikestolen forman ya parte de esos envíos en cadena de “cosas alucinantes” que, aunque no suelo hacer caso, me dejó boquiabierto.

A pesar de haber estado dos veces en Noruega, nunca había tenido la posibilidad de llegar hasta allí. Fue para un fin de semana de tres días (15, 16 y 17 de mayo) gracias a la festividad de San Isidro (Patrón de Madrid) cuando Rebeca y yo nos hicimos con unos billetes de la compañía holandesa KLM, que con una escala en Amsterdam, nos permitirían llegar a Stavanger en aproximadamente 4 horas. Su precio de 140 euros era una oportunidad para tachar el Preikestolen de la lista de “cosas que ver en la vida”.

El viernes 15, después de madrugar mucho, llegaríamos a Stavanger a mediodía con un tiempo maravilloso (Sol y 16ºC) difícil de ver en Noruega y menos en la que es una de las regiones especialmente lluviosas. El día lo aprovechamos para pasear por una ciudad que me pareció realmente encantadora. El casco histórico que rodea al Puerto está compuesto eminentemente por casitas de madera que cubren de encanto la esencia de las viejas ciudades pesqueras.

http://www.elrincondesele.com/stavanger-y-el-pulpito-del-cielo/

Stavanger y la magia de los fiordos noruegos

Los noruegos sienten devoción por la naturaleza. La adoran y muy importante, la respetan como si de un dios se tratase. Sus paisajes, sus fiordos, sus bosques… son su religión.

Y hablando de fiordos, si quieres visitar uno de los mas impactantes de la costa noruega, no lo dudes. Pon rumbo a Stavanger, localidad situada al sur del país y famosa no sólo por ser la capital del petróleo, donde se concentran la mayoría de los pozos que salpican los mares del norte. O por acoger el mejor conjunto de casas de madera del norte de Europa, tanto su antigüedad como por su conservación. O por ser uno de los destinos donde mejor se come de Noruega. Lo que de verdad ha hecho famosa a Stavanger es el Pulpit Rock.

La magia del Pulpit Rock en Stavanger

Sí, es de esta capital noruega de donde parten las rutas que llevan a Preikestolen (el púlpito, en noruego), en el fiordo Lysefjord. Uno de los lugares más mágicos y populares de la recortada costa nórdica y quizá uno de los más fotografiados. Con razón. La estampa plana del Pulpit Rock y la superlativa caída vertical que se contempla desde este escenario natural impacta. Con razón ha aparecido en la lista de las atracciones naturales mas espectaculares del mundo de la revista Lonnely Planet.

Para llegar hasta esta peculiar roca cuadrada situada a ¡más de seiscientos metros de altura sobre el agua!, hay que caminar un poco. Es una ruta fácil, sólo cuatro kilómetros sin desniveles importantes, a través de lagos y rocas dispuestas sobre una naturaleza virgen. Dos horas más o menos caminando a ritmo suave, cuatro horas si se tiene en cuenta el regreso obligatorio sobre los mismos pasos. Una excursión muy agradable en la que el caminante comprueba que en Noruega, el respeto por su grandiosa naturaleza es absoluto.

Consejos para visitar el Pulpit Rock

Si te animas, ten en cuenta algunos pequeños consejos. Es importante llevar un calzado cómodo y muy importante, tomárselo con calma. Deja el estrés en casa. El paisaje invita a hacer paradas cada poco, para disfrutar del entorno, para pensar, para descansar rodeados de belleza.

Con respecto a la señalización, no hay problema, toda la ruta está perfectamente indicada desde el punto se partida hasta el mirador del púlpito.

Eso sí, importante. Antes de empezar, conviene hacer acopio de bebida y comida ya que salvando la pequeña cafetería que hay al comienzo del recorrido, no hay donde comprar ¡nada! Los noruegos viven la naturaleza tal como es y términos como chiringuito, bar, restaurante o demás posibilidades asociadas a los lugares turísticos que para nosotros son tan familiares, en Noruega están descartadas. En caso de necesidad, se dice que el agua de los lagos es potable, aunque los guías aconsejan que es mejor no beberla.

Cómo llegar al Pulpit Rock

Para llegar desde Stavanger hasta el punto de partida de la ruta hacía el Pulpit Rock, hay que coger un ferry desde Stavanger a Tau. Y una vez allí, un autobús que lleva al kilómetro cero del recorrido. Si tienes coche, puedes viajar con él en el ferry. En verano hay ferrys de ida desde las 8 de la mañana y el último retorno es a las 19:25, horarios que cambian los fines de semana. Podéis ver más información sobre horarios y precios en la página oficial de la región de Stavanger.

Antes de empezar la ruta hacía Preikestolen, conviene hacer una parada en el pequeño centro de interpretación donde los visitantes pueden marcar en un mapa su lugar de procedencia y recabar información de interés para no perderse ningún detalle sobre la ruta, su flora, su fauna y los mejores puntos donde hacerse una foto.

También en el punto de partida, verás la estampa de un gran edificio. Es un hotel familiar de madera, material tradicional en la cultura nórdica. No es el único. Este tipo de construcciones son típicas de esta zona del país. Son las llamadas Norwegian wood construcions, muchas de ellas, diseñadas por prestigios arquitectos, siempre teniendo el respeto absoluto por el medio ambiente como prioridad.

http://www.viajablog.com/stavanger-fiordos-noruegos-pupit-rock/

Visitar en Stavanger

Al suroeste de Noruega se encuentra una ciudad rodeada de los más esplendidos paisajes de playas, montañas y fiordos, que le han valido para ser catalogada, como uno de los destinos turísticos más solicitados de la península escandinava, Stavanger.

Stavanger es la capital del condado de Rogaland, es la cuarta ciudad del país y la tercera zona más poblada. Si se tiene en cuenta su área metropolitana, cuenta con 120.000 habitantes en la ciudad y 300.000 en la región.

Es la capital noruega del petróleo y a pesar de contra con más de 9 siglos de existencia, su consolidación como gran ciudad se presentó en la segunda mitad del siglo XX, con el descubrimiento de petróleo en el Mar del Norte.

La catedral de la ciudad (Stavanger Domkirke) es la más antigua de Noruega, está situada en el centro de la ciudad, justo al lado del lago Breiavatnet. Las dos áreas recreativas más populares en Stavanger se sitúan alrededor de los lagos, estas son Mosvatnet y Stokkavatnet.

El Casco antiguo de Stavanger ( Gamle Stavanger ) está situado justo al lado del centro de la ciudad y tiene una colección de dieciocho y diecinueve estructuras de madera del siglo XVIII.

Otros lugares a tener en cuenta son el Museo Arqueológico de Stavanger, el Museo de Conservas de Stavanger, el Museo Tele Noruego, el Museo de Arte de Rogaland, el Museo Noruego del Petróleo, el Museo Marítimo de Stavanger.

Quien llega a Stavanger no puede dejar de realizar una visita al famoso fiordo de Lyse, excavado en la época glaciar y que mide 42 km de largo por 1 km de profundidad.

http://www.absolutnoruega.com/visitar-en-stavanger/

Stavanger y sus atracciones turísticas

Una de las ciudades que no debemos dejar de visitar en nuestra visita a Noruega es Stavanger, la cuarta en importancia del país escandinavo después de Oslo, Bergen y Trondheim.

Se encuentra localizada en el suroeste de Noruega, en la provincia de Rogaland, y en 2008 fue catalogada por la Unión Europea como la Capital Cultural Europea. También es conocida como la capital noruega del petróleo.

Tiene el privilegio de estar rodeada de exuberantes paisajes, fiordos de fantasía y bonitas playas de color azul plomizo., que junto a su conjunto urbano en el que se destacan sus casas de madera, proporcionan al visitante la posibilidad de disfrutar paisajes majestuosos llenos de encanto.

La ciudad se caracteriza por tener un ambiente muy tranquilo y cordial, además de ser una de las más seguras de toda Europa, ya que los índices de inseguridad de Stavanger son muy bajos, gracias, en gran parte, a las fuerzas de seguridad del lugar, que son conocidas como unas de las más eficientes de toda Europa.

Su principal atractivo arquitectónico y urbanístico es el conjunto de casas antiguas que constituye el mejor conservado y el más grande de Europa. En total son 173 casas de madera construidas entre los siglos XVII y XVIII y que actualmente constituyen parte del patrimonio cultural noruego.

Quienes llegan a la ciudad también se sienten atraídos por las famosas formaciones rocosas “el púlpito” y “Majestad Kjerag”.

http://www.absolutnoruega.com/stavanger-y-sus-atracciones-turisticas/

Stavanger (?·i) ([stɑˈʋɑŋər]) es una ciudad portuaria del suroeste de Noruega, perteneciente a la provincia de Rogaland, de la que es capital. Es la cuarta ciudad del país y el centro de la tercera aglomeración noruega.1 Es la capital noruega del petróleo. Las actividades tradicionales de Stavanger son el transporte marítimo, la construcción naval y la industria conservera.

Símbolos

El escudo de la ciudad está basado en un sello datado en el año 1591, con el que se marcaban los documentos de la ciudad en aquella época. En él aparace representada una rama de vid con tres hojas y dos zarcillos en las de la parte exterior. Sin embargo no está clara la relación entre la ciudad y la vid, ya que no es un cultivo propio de la región.

Geografía física

La ciudad se localiza en una península al sur oeste de Noruega, en una zona característica por sus fiordos. Stavanger se encuentra en una comarca conocida como el Bajo Jæren, en la confluencia de varios fiordos antes de la desembocadura de éstos al océano. Por encontrarse en la parte baja de los fiordos, las elevaciones son pequeñas y no van más allá de ser colinas que no suelen superar los 50 msnm. En este paisaje de colinas destacan los abundantes pantanos.

Altitud: 1 metro.

Latitud: 58º 57' N

Longitud: 005º 43' E

Clima

Stavanger tiene un clima típicamente oceánico, lo que hace que las temperaturas sean suaves a lo largo de todo el año, con medias mensuales por encima de los 0º. Tiene abundantes precipitaciones, pero por debajo de la media para el oeste de Noruega. Por su situación geográfica Stavanger se encuentra muy expuesta a las tormentas del mar del Norte durante los meses otoñales hasta el mes de enero. Los inviernos son suaves y con escasas precipitaciones en forma de nieve y durante los veranos la temperatura está por encima de la media nacional. Las temperaturas en invierno rara vez son inferiores a -4 °C y en verano es raro que éstas superen los 24 °C.

El clima de la costa del norte de la región de Jæren, en la que se encuentra Stavanger, es más cálido de lo normal para sus condiciones geográficas a causa de la corriente del Golfo. Por tanto, y a pesar de que Stavanger está situada a la misma latitud que el extremo sur de Groenlandia, goza de un clima más benigno.

La temperatura media anual de Stavanger es de 7,4 °C y la precipitación media es de 1180 mm. Estas cifras promedio son el resultado de mediciones efectuadas anualmente durante el período comprendido entre los años 1961 a 1990.

En el día más largo del año, durante la época estival, amanece a la 1:00 de la madrugada, y el Sol permanece en el cielo hasta las 23:00, cuando cae la noche. En invierno, durante el día más corto del año el Sol se muestra solamente desde las 9:00 de la mañana hasta las 16:00.

Historia

Hacia el año 1100, la ciudad se convirtió en un centro administrativo y comercial importante, al mismo tiempo que el rey Sigurd el Cruzado otorgó a la ciudad el rango de sede episcopal y mandó iniciar las obras de construcción de la catedral. Stavanger adquirió su titularidad de ciudad en el año 1125, en el momento de finalización de la catedral.2 En 1536, con la reforma, el peso religioso de Stavanger decayó, y finalmente a principios del siglo XVII el obispado fue trasladado a la ciudad de Kristiansand. La verdadera expansión de la región no se inició hasta el siglo XIX. Entre 1815 y 1870, gracias a la pesca del arenque, se estimuló la creación de una próspera industria conservera, generando un enorme crecimiento económico y poblacional. Stavanger creció, y pasó de ser una pequeña ciudad costera, a la cuarta ciudad más grande de Noruega, una posición que mantiene hoy en día. El arenque salado se exportaba a los países bálticos y los navíos mercantes regresaban a Noruega cargados de grano, lino y cáñamo.3

Stavanger en la actualidad

Stavanger es la capital de la industria petrolera Noruega. Fue a partir de mediados de la década de 1970 cuando la industria del petróleo se convirtió en el primer sector de actividad de la región. La mayor compañía petrolera de Stavanger es Statoil.

Stavanger fue elegida cómo capital europea de la cultura en 2008, compartido con la ciudad de Liverpool. En Stavanger se reconstruyeron grandes zonas del centro para el acontecimiento.

La ciudad es sede del Joint Warfare Centre, una oficina central de control de la OTAN, subordinada al mando central de la organización que se encuentra en Norfolk, Estados Unidos. Se trata de un centro de formación y entrenamiento a todos los niveles de la escala de mando con fuerzas internacionales no permanentes.4

Demografía

Stavanger es la cuarta mayor ciudad de Noruega, con una población de 123 850 habitantes (a 1 de enero de 2010) de acuerdo con los datos de Statistics Norway,5 pero en su área metropolitana habitan 275 814 personas, lo que la convierte en la tercera mayor aglomeración del país. En total en la región de Stavanger residen alrededor de 300 000 personas.

http://es.wikipedia.org/wiki/Stavanger

http://en.wikipedia.org/wiki/Stavange

http://no.wikipedia.org/wiki/Stavanger

Pinche para ver las Fuentes seleccionadas

Vídeo:

Web recomendada: http://www.stavanger.kommune.no/

Contador: 5879

Inserción: 2014-08-24 16:53:56

 

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