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Localización:
Tipo: Urbanismo
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Continente: Europa
País: Francia
Localización: Capital del Departamento de Morbihan, Región de Bretaña
Año:
Estado: Terminado
Descripción:Vannes
Guía turismo, vacaciones y fines de semana en Morbihan
Ciudad artística e histórica al sur de Bretaña, Vannes se encuentra a las puertas del Golfo de Morbihan, encima del estuario de Marle.
La ciudad, fortificada por los romanos, creció dentro de sus muros en la época medieval, y más tarde, en el siglo XVII, se expandió hacia el exterior con la construcción de varios palacios.
Residencia de los duques de Bretaña, Vannes posee un hermoso casco histórico con 171 casas de madera. Puede visitarse de manera autónoma, con una visita guiada, a bordo de un trenecito.
Podrá empezar admirando las murallas medievales, que se cuentan entre las mejor conservadas de Bretaña y que invitan a pasear por la Garenne, un camino que las bordea y que está salpicado por jardines y bellos lavaderos.
Después de descubrir el puerto, con muelles arbolados como el de Rabine, tome la puerta de San Vicente del siglo XVII, que conecta el puerto con el barrio histórico; entre al casco antiguo por una calle rodeada de edificios antiguos, palacios y casas con entramado de madera; y a continuación, regrese a la plaza de Lices, donde encontrará los mercados de 1912. Dedicado a los productos gastronómicos, estos abren sus puertas los martes, miércoles, jueves, viernes y domingos por la mañana, y los sábados durante todo el día.
No lejos de allí, la catedral de San Pedro, edificada en el siglo XV y no terminada hasta finales del siglo XIX, alberga la tumba del santo patrón de la ciudad, San Vicente Ferrer.
Dos visitas obligadas le aguardan: el lavadero de Garenne, que data del siglo XIX, y "Vannes y su esposa", en la esquina de la calle Bienheureux Pierre-René Rogue con la calle Noé. Estos dos sonrientes personajes aparecen pintados en la fachada de una casa del siglo XVI declarada Monumento Histórico.
Muy cerca se encuentra el museo de historia y arqueología, instalado en el castillo Gaillard, un palacio de principios del siglo XV. Tampoco hay que olvidar el Museo de Bellas Artes, instalado en el antiguo mercado medieval de Cohue, que alberga interesantes colecciones ligadas al patrimonio bretón, así como el barrio de Saint-Patern, el más antiguo de la ciudad.
Respecto a los acontecimientos, las Fiestas Históricas de Vannes tienen lugar a mediados de julio, y el jazz es el protagonista del Jazz en Ville, en julio y agosto.
Vannes es el punto de partida ideal para explorar en barco el Golfo de Morbihan, que cuenta con alrededor de cuarenta islas (excluyendo islotes), cada una con sus características particulares. Entre estas se cuentan Arz, Île aux Moines, Houat, Hoëdic, etc.
Información complementaria Vannes
Vannes, puerto del Golfo de Morbihan, en el centro del "Gran Oeste", es un lugar mágico donde el mar, la tierra y el cielo se mezclan en paisajes cambiantes e insólitos. Un entorno rico y variado que hay que desarrollar y preservar.
Histórica y moderna, Vannes es tan atractiva por sus murallas y su centro medieval como por su universidad y sus empresas con visión de futuro.
La ciudad fue fundada por los romanos tras su victoria sobre los venecianos en el año 56 a.C. Los ejércitos victoriosos de Julio César conquistaron toda la Armórica.
Darioritum (el primer nombre de la ciudad) se desarrolló en una colina (el actual barrio de St Patern). Ya en el siglo III se construyó un castrum para proteger a los habitantes de las amenazas de los bárbaros.
Tras la caída del Imperio Romano en el siglo V, Venetis sustituyó a Darioritum, la antigua ciudad fue abandonada y se convirtió en un suburbio. La ciudad medieval se desarrolló gradualmente dentro de las fortificaciones. Fue en esta época cuando Vannes se convirtió en obispado (uno de los primeros de Bretaña).
En 1532, Francisco I permanece en Vannes para preparar el tratado de unión entre Bretaña y Francia.
A finales del siglo XVII, el exilio de los parlamentarios bretones por orden de Luis XIV dio un nuevo impulso a la ciudad. Se construyeron numerosas mansiones privadas y la ciudad se expandió fuera de las murallas.
Fue en la segunda mitad del siglo XIX cuando Vannes adoptó un rostro diferente. La llegada del ferrocarril en 1862 y la instalación de dos regimientos de artillería tras la derrota de 1870 generan un desarrollo urbano. También se inauguraron en esta época el ayuntamiento, la prefectura y el tribunal. Vannes sufrió poco la Segunda Guerra Mundial. Hoy en día, la ciudad está desarrollando sus activos turísticos gracias al desarrollo de sus barrios antiguos y a su proximidad al Golfo de Morbihan.
https://www.france-voyage.com/francia-guia-turismo/vannes-540.htm
Qué ver en Vannes, Francia: la primera capital de la Bretaña francesa
En nuestra ruta en coche por la Bretaña francesa y Mont Saint-Michel no podíamos dejar de visitar su primera capital, Vannes. Una ciudad con más de dos mil años de historia pero con la tranquilidad que transmite su pequeño casco histórico amurallado. Casas de entramado de madera, palacios de piedra, una catedral llena de curiosidades, uno de los mercados cubiertos más antiguos de Bretaña… estaba claro que teníamos motivos suficientes. De lo que dudábamos era de si tendríamos tiempo de visitar todo lo que ver en Vannes.
Tour guiado en español, la primera toma de contacto con Vannes
Si tienes poco tiempo para recorrer la primera capital de Bretaña, ¿qué tal un tour guiado por Vannes en español de un par de horas? Caminarás por las calles, verás los edificios de entramado de madera, conocerás parte de su historia… y luego puedes entrar en los lugares que más te hayan llamado la atención. Aquí puedes ver precios y reservar.
Un poco de historia de Vannes: la ciudad dos veces milenaria
Vannes es, junto con Rennes, la única ciudad con más de dos milenios de historia de Bretaña. Fundada por los romanos en el siglo I a.C. y convertida en sede episcopal –la forma de mantener los privilegios de ciudad en la Edad Media– en el siglo V, tuvo el honor de ser la primera capital del ducado de Bretaña.
Según nos contó nuestro guía en la ciudad, el punto exacto de su fundación se eligió con la marea: un bote sin remos y sin corriente subió con la marea en el golfo de Morbihan y, en el lugar en que se paró, se construyó Vannes. Puede que no sea más que una leyenda, pero lo cierto es que casi todas las ciudades de Bretaña están construidas al final de golfos o bahías, resguardados del mar. ¿Le tenían miedo al mar? No, se lo tenían a lo que llegaba de él… Los vikingos arrasaron la ciudad en más de una ocasión.
De hecho, el mar fue uno de los motivos de su apogeo: el comercio con velas para barcos enriqueció a los comerciantes que se encargaron de mostrarlo al mundo con sus casonas. Más tarde, esos mismos comerciantes cometieron el error de no invertir en la maquinaria que acabaría por mover los barcos y llegó su declive. El “miedo a lo que llegaba del mar”, por otra parte, definió a la propia ciudad con la construcción de su muralla.
La muralla, les remparts, de Vannes y sus puertas
Vannes es una ciudad amurallada, aunque no toda la antigua muralla sigue en pie. En cualquier caso, no deberías dejar de pasar por alguna de las puertas que la abren para acceder al casco histórico. Nuestra recomendación es entrar por la puerta de San Vicente –quédate con este nombre, para nosotros fue una sorpresa–, al final del puerto deportivo.
Durante el siglo XIX, se planteó la posibilidad de derribar la muralla y dejar que la ciudad creciera libremente. La idea se encontró con un problema económico. ¿Poco original? Sin duda, pero no era el coste de la obra, sino el de recomprar la muralla el que frenó la operación. La muralla, desde el siglo XVII, se había vendido a particulares que la utilizaron para construir sus casas y, obviamente, no estaban dispuestos a perderlas sin una compensación adecuada. Gracias a eso hoy todavía podemos ver casi un 70% de la muralla de Vannes, que sigue en manos privadas.
La catedral de Saint Pierre: lo primero que ver en Vannes
Llegamos a Vannes una hora antes del cierre de la basílica catedral de Saint Pierre –abierta de 8.30 a 19– por lo que, nada más atravesar la puerta de San Vicente, nos dirigimos a ella sin paradas intermedias.
Aquí nos encontramos con una muestra de esos ataques vikingos de los que hablaba antes: fueron ellos los que arrasaron la antigua catedral románica del siglo XIII. La única parte que queda de la construcción original es la torre de la izquierda, mientras que la fachada es del siglo XIX. Entre una época y otra, también hay elementos de estilo gótico flamígero.
Como curiosidad, el plano de la basílica es único en Bretaña: una única nave con capillas laterales como el de la catedral de Perpiñán o de Girona. También cuenta con una torre circular, uno de los primeros elementos renacentistas de Bretaña, inspirada en el palacio Farnese de Roma.
Una anécdota más: en la novela Veinte años después de Alejandro Dumas, Aramis se convierte en obispo de Vannes… ahí es nada.
San Vicente Ferrer y la catedral de Vannes
La casualidad nos llevó a visitar la catedral de Vannes el día 5 de abril. De entrada un día cualquiera, hasta que una simpática señora que estaba en su interior nos hizo notar que era el aniversario de la muerte de San Vicente… Que no era otro que el valenciano San Vicente Ferrer. Por orden del duque de Bretaña llegó a Vannes para predicar en 1418 y fue aquí donde murió, un año después, el 5 de abril. ¡Sorpresas te da la vida!
¿Cuánta gente sabrá que las reliquias del santo valenciano están aquí? Ahora, estamos casi seguros de que pocos pero, en el siglo XVI, se llegó a organizar una expedición militar para recuperar sus restos. Uno de los canónigos de la basílica escondió tan bien los restos del santo que permanecieron “perdidos” durante 40 años.
Nos encontramos también con la representación de otro santo español, en este caso mucho más antiguo: San Isidro Labrador, debido a la cantidad de campesinos de la zona. Eso sí, en la estatua va vestido con ropa bretona.
La Cohue, el museo de Bellas Artes de Vannes
Al otro lado de la plaza de Saint Pierre está La Cohue, mercado en bretón. Uno de los mercados cubiertos más antiguos de Bretaña, del siglo XIII. No sólo mercado, también sala de justicia, sede del parlamento a mediados del XVII, teatro en el siglo XIX y, hoy en día, Museo de Bellas Artes. Poco más podemos decir, porque cerraba incluso antes que la catedral, a las 18.00 y abre a las 13.30.
Rue des Halles y St Salomon: las casas de entramado de madera
Con la visita de la catedral, acababan los compromisos horarios y nos dedicamos a pasear por las calles del casco antiguo de Vannes, disfrutando de la típica arquitectura bretona con sus casas de entramado de madera.
Nuestro guía nos hizo notar –poco probable que nos hubiéramos dado cuenta solos– cómo cambiaban las “cruces” de las maderas en las paredes. Es la forma de saber el momento en que fueron construidas. Las más antiguas tienen los listones de madera en forma de aspa, cruz de San Andrés. Era la forma más eficiente de mantener las vigas en su sitio, pero ocupaba mucho espacio y no había hueco para abrir ventanas. Los techos de paja y los hogares y velas no se llevaban muy bien y era habitual que hubiera grandes incendios.
A partir del siglo XV, se construyeron muros cortafuegos y se usaron cruces más pequeñas que permitían abrir ventanas más grandes. Las casas del siglo XVII son las que cuentan con ventanas más grandes aún: ya se podía fabricar cristal más fácilmente y de mayor tamaño. Aunque siempre hay antiguas rehabitilitadas que rompen esta regla temporal.
Hoy en día las casas de entramado de madera están a la vista de todos pero, en sus orígenes, las paredes estaban cubiertas para que parecieran casas de piedra. Fue el turismo el responsable de que los postes de robles –que se envejecían durante más de treinta años, a veces hasta cien, en agua– empezaran a ver la luz del sol.
En la Rue des Halles y la Rue St Salomon es donde más casas de entramado de madera encontrarás. Cada una tiene los listones de madera pintados con diferentes colores y, algunas, tienes textos escritos en latín o francés. Echa un vistazo al número 13 de la Rue St Salomon donde está la “casa de los leones”.
La casa de Vannes y su mujer
Una de las casas de entramado de madera más especiales es la de “Vannes y su mujer”. ¿Quiénes son Vannes y su mujer? Los personajes esculpidos en un ángulo de esta casa de entramado de madera. Puede que estés ante uno de los carteles de hotel más antiguos de Bretaña: su aspecto regordete y el tamaño de la casa hace pensar que se tratara de una posada del siglo XVI.
También hay que ver edificios de piedra en Vannes: la plaza Henri IV
Cerca de la catedral, en la plaza Henri IV, las casas de entramado de madera conviven con las de piedra construidas a partir del siglo XVII. Un muestrario de la arquitectura bretona y un lugar que ver en Vannes sí o sí.
Otras construcciones de piedra son el château Gaillard –hoy museo de historia y arqueología– y, fuera de la muralla, el ayuntamiento y la prefectura.
La Tour du Connétable, la torre del condestable
A la salida del casco histórico de Vannes nos encontramos con la torre del condestable, tour du Connétable. Es la torre más alta de la muralla, levantada en el siglo XV. Una imponente construcción militar con matacanes y saeteras, pero también vivienda. El condestable del que toma el nombre, Arthur de Richemont, se convirtió después en duque de Bretaña.
Los lavaderos: otro lugar curioso que visitar en Vannes
Junto a los jardines, al otro lado de la puerta Poterne, se encuentran los antiguos lavaderos. Pueden parecer como los de cualquier otro pueblo, pero éstos tenían chimeneas en las que se hacía hervir el agua para blanquear la ropa. Aquí está, de nuevo, la seña de identidad arquitectónica de la bretaña francesa: paredes de entramado de madera, en el segundo piso del lavadero. Por cierto, estuvieron en uso hasta el siglo XX.
El castillo de l’hermine y sus jardines
El castillo de l’hermine, del armiño –el símbolo del ducado de Bretaña–, se construyó en el siglo XIV como residencia de los duques de Bretaña. Incluso se alojó en sus habitaciones el rey Francisco I, el de los castillos del valle del Loira. Pero no es ése el edificio que se ve hoy en día: la mansión actual se construyó en el siglo XVIII. La incorporación del ducado a la corona francesa hizo que el castillo se abandonara y sus piedras se usaran para la construcción del puerto. En la actualidad, se utiliza como sala de exposiciones temporales.
Los jardines del castillo se encuentran en los fosos medievales de la muralla, donde tenían lugar los torneos organizados por el duque de Bretaña. La delicadeza del jardín a la francesa contrasta con la historia de un lugar de sangrientas justas y batallas.
Cuando una ciudad porta el título de ciudad durante más de dos mil años es evidente que tiene mucho que enseñar. Vannes no es la excepción.
https://saltaconmigo.com/blog/2017/08/que-ver-en-vannes-francia-bretana-francesa/
Vannes (en bretón, Gwened) es una localidad y comuna francesa, capital del departamento de Morbihan, en la región de Bretaña.
Geografía
La ciudad se ubica en la orilla septentrional del golfo de Morbihan, en el lugar donde se abre el estuario del río Marle, a 15 kilómetros del océano Atlántico. Sus habitantes son denominados, en francés, vannetais.
Actualmente dispone de estación de ferrocarril (TGV París – Quimper) y acceso a la red francesa de autopistas (en el eje Nantes – Brest).
Demografía
La población de Vannes supera los 50 000 habitantes. Los habitantes del área urbana alcanzan los 140 000.
Historia
Fundada a finales del siglo I a.C, la ciudad galorromana se emplazaba en la colina de Boismoreau, dominando la ría. Con el nombre de Darioritum, se organizaba en torno a un amplio foro, centro del poder administrativo y político de la tribu de los veneti, una tribu comúnmente asociada con los galos que fue derrotada por Julio César en el 56 a. C. No es seguro que estos venetos y los pueblos homónimos del norte de Italia sean los mismos, aunque es más que probable. El puerto favorecía la actividad comercial de la ciudad. A fines del siglo III d. C. se construyó un castro en la vecina colina de Mené.
Desde el siglo V Vannes se convierte en sede episcopal. La ciudad se desarrolló en torno a los dos polos de las colinas de Mené —donde se edificó la catedral— y de la colina de Boismoreau. Este último núcleo se abandonaría en la Alta Edad Media.
En los siglos XII y XIII se produjeron obras de renovación de la ciudad: se reconstruyó la catedral, se mejoraron las murallas y se estableció una red viaria centrada en torno a los edificios principales. Al final de la Edad Media, Vannes era una de las principales ciudades bretonas.
En 1419 falleció en Vannes San Vicente Ferrer, patrón de la ciudad, que está enterrado en el coro de su catedral.
Entre 1675 y 1689 el parlamento de Bretaña fue obligado a abandonar su sede habitual en Rennes, pasando a Vannes. Este hecho impulsó la edificación de nuevas construcciones, sobre todo en el sur de la ciudad. También se estableció una red de distribución de agua potable y se construyeron paseos arbolados que embellecieron la ciudad.
El ferrocarril llegó en 1862.
Lugares de interés
La muralla de Vannes, principal elemento del paisaje urbano, es testigo directo de 1500 años de historia militar. A finales del siglo III, se instala una muralla al oeste de la ciudad galorromana, en la colina cercana de Mené. El trazado triangular del muro defensivo protege una superficie de unas 5 hectáreas. Más tarde entre 1370 y 1390 es ampliada por el duque de Bretaña Juan IV, quien duplica su extensión, finalmente en el siglo XVI se refuerza la muralla dotándola de torres de defensa debido a las necesidades de la época.
La puerta prisión clasificada como monumento histórico desde mayo de 1912, es uno de los accesos más antiguos a la ciudad amurallada. En la Edad Media se denominaba puerta de San Paterno, en honor al barrio sobre el que se abre. En el siglo XIV y a comienzos del siglo XV, la puerta y sus torres se dotan de matacanes y de bocas de fuego. Se trata de un gran ejemplo de puerta fortificada con un sistema de doble puente levadizo, uno para la puerta carretera y el otro para el paso de peatones.
La puerta de Saint-Vincent, clasificada como monumento histórico el 28 de julio de 1928, es sin duda la más prestigiosa de las seis puertas de la ciudad aún visibles. Se abrió entre 1620 y 1624 en la muralla que cierra la ciudad al sur, frente al puerto. En 1747, corroída por el salitre, fue restaurada por el ingeniero Duchemin, quien conservó la fachada barroca antigua. La estatua actual de San Vicente Ferrer, patrón de la ciudad, fue colocada sobre la puerta en 1891. Ese mismo año se decoró la parte central con el escudo de armas de la ciudad.
La iglesia de San Paterno (Saint-Patern) data del siglo XI y está dedicada al primer obispo conocido de Vannes. A comienzos del siglo XVIII el edificio ya se encontraba en mal estado, pero hasta el desplome de la torre del campanario debido a un huracán en mayo de 1726 no se aprobó su reconstrucción. La reconstrucción se confió a Olivier Delourme, quien digirió la primera fase de las obras de 1727 a 1728. A finales del siglo XVIII se prolongó la nave mediante dos crujías y comenzaron las obras del campanario-porche, que no finalizarían hasta 1820.
La catedral de San Pedro, situada sobre la colina de Méné, está clasificada como Monumento Histórico desde el 30 de octubre de 1906 y domina la ciudad amurallada. La reconstrucción de esta catedral románica comenzó en el siglo XV, ya que era demasiado vieja y pequeña para el peregrinaje de la época a la tumba de San Vicente Ferrer, fallecido en Vannes en 1419 y enterrado en el coro de la catedral. Alberga igualmente uno de los primeros ejemplos de la penetración del estino renacentista en Bretaña. En el siglo XIX, el mal estado del edificio obliga a reconstruir la fachada occidental en estilo neogótico.
El palacio Gaillard (Château-Gaillard) de inicios del siglo XV conserva su diseño original. Fue construido por Jean de Malestroit, canciller del duque Juan V, y como residencia refleja el rango social de su comanditario. Los cuatro niveles del palacio se erigen en una parcela estrecha y se reparten en dos edificios contiguos. Actualmente, se exponen aquí las colecciones prehistóricas, galorromanas y medievales del museo de historia de Vannes.
Vannes posee un importante patrimonio de casas con entramado de madera. Las más antiguas datan del siglo XV, aunque son escasas. Las más imponentes, debido a su meticulosa decoración, especialmente en los voladizos, datan del siglo XVI. En la calle Saint-Salomon o en el barrio de Saint-Patern puede verse este tipo de casas, cuya planta baja se aprovecha para abrir tiendas. La estructura de estas casas consta de dos soportes verticales apoyados sobre soleras de madera horizontales.
Orillas del estuario y puerto deportivo.
https://es.wikipedia.org/wiki/Vannes
https://fr.wikipedia.org/wiki/Vannes
https://www.survoldefrance.fr/affichage.php?lieu=Vannes
http://www.monique-abellard.fr/pages/les-beautes-du-morbihan/vannes/page.html
http://www.lasimagenesqueyoveo.com/2016/10/el-jardin-des-remparts-en-vannes.html
https://www.viajesyrutas.es/2014/05/recorriendo-bretana-vannes-y-su-muralla.html
https://www.emporis.com/buildings/1147959/residence-le-steir-vannes-france
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