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Continente: Europa

País: Italia

Localización: Montechiarugolo, Provincia de Parma

Año: s. XIII

Estado: Terminado

Descripción:El Castillo de Montechiarugolo es una casa señorial medieval situada en la Piazza Mazzini 1 de Montechiarugolo, en la provincia de Parma.

Historia

La guarnición militar original que defendía el Val d'Enza fue construida hacia 1121 por la familia Sanvitale; en 1255 pasó a manos del conde Guido Anselmo, cuya rama fue conocida posteriormente como Guidanselmi.

En 1313 Giovannino Sanvitale se alió con las familias Baratti y da Palù, rebelándose contra los güelfos de Parma; el podestá de la ciudad, ayudado por Giberto III da Correggio, sitió el castillo, obligando a los insurgentes a rendirse; la fortaleza y el pueblo cercano fueron completamente destruidos.

Parma pasó a depender del Ducado de Milán en 1348, en los años siguientes la familia Visconti hizo reconstruir el castillo para vigilar el valle.

En 1404, los da Correggio y los Rossi tomaron posesión del señorío, pero fueron atacados por Ottobuono de' Terzi, señor de Parma, quien les obligó a rendirse y devolvió la fortaleza a los duques de Milán, sugiriéndoles que la confiaran a Guido Torelli, un hábil condottiere. En 1406 Giovanni Maria Visconti dotó oficialmente a los Torelli de los feudos de Montechiarugolo y Guastalla, quienes iniciaron la reconstrucción del castillo en su forma actual; en 1428 Filippo Maria Visconti reconfirmó el señorío a los Torelli, a quienes concedió el título de condes.

En 1449, a la muerte de Guido Torelli, sus dos hijos heredaron los feudos de su padre, pero pronto entraron en conflicto por su reparto; a pesar de la mediación de Francesco Sforza, en 1456 Pietro Guido tomó posesión por la fuerza del castillo de Montechiarugolo, asignado a su hermano Cristóforo, quien contraatacó y obtuvo su restitución.

En 1500, durante los enfrentamientos que enfrentaron al rey de Francia Luis XII con Ludovico el Moro, aliado de los Torelli, el señorío fue atacado con fuego de artillería y dañado por Gian Giacomo Trivulzio, que lo entregó a Antoine de Gimel, gobernador de Parma; tres años más tarde Francesco Torelli recuperó la fortaleza, que restauró tras el saqueo.

Hacia mediados del siglo XVI, el castillo acogió al rey de Francia Francisco I y al papa Pablo III.

En 1551, durante la Guerra de Parma, que enfrentó al duque Ottavio Farnesio, apoyado por el rey francés Enrique II, con el papa Julio III, aliado del emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Carlos V de Habsburgo, la mansión fue de nuevo atacada y ocupada; al final del conflicto, los Torelli recuperaron la posesión. En los años siguientes, Pomponio Torelli realizó numerosas intervenciones decorativas en el interior de la mansión, transformándola en una residencia señorial.

Su hijo Pío le sucedió en 1608, pero tres años más tarde fue acusado, junto con la familia Sanvitale de Sala Baganza y Fontanellato, los condes Barbara Sanseverino y Orazio Simonetta y otros nobles, de conspiración contra el duque Ranuccio I Farnesio, quien le condenó a muerte y confiscó todos sus bienes, poniendo fin a la existencia del condado de Montechiarugolo.

En los siglos siguientes, el castillo, que pertenecía a la Cámara Ducal de Parma, se utilizó como almacén de víveres.

El 4 de octubre de 1796, el señorío fue el centro de un enfrentamiento de modestas dimensiones pero gran resonancia, conocido como la Batalla de Montechiarugolo: una columna de soldados austriacos, huyendo de las tropas napoleónicas que habían sitiado la ciudad de Mantua, se dirigió hacia el Gran Ducado de Toscana; la recién formada República Reggiana envió una expedición dirigida por Carlo Ferrarini, que obligó a los enemigos a buscar refugio en el castillo de Montechiarugolo; aquí, al final de una breve escaramuza, los austriacos se vieron obligados a rendirse. El propio Napoleón conmemoró a los dos regios caídos en combate y alabó la hazaña, que probablemente representó el primer atisbo del Risorgimento italiano.

Durante el gobierno de la duquesa Maria Luigia, la fortaleza fue utilizada como almacén militar y fábrica de pólvora, lo que causó daños en parte de la decoración de algunas salas, entre ellas en particular el Salone delle Feste y la Sala dei Quattro Elementi o delle Sirene.

Tras la Unificación de Italia, en 1864 la mansión fue enajenada de la Propiedad del Estado a Antonio Marchi, cuyos descendientes aún la poseen.

Descripción

El castillo está construido sobre una planta irregular, en torno a dos patios interiores, siendo el patio de honor central mucho más grande que el otro; estratégicamente situado en la escarpa natural al borde del cauce del río Enza, está rodeado en los lados opuestos del río por un foso ancho y profundo, al que se entraba originalmente por dos puentes levadizos separados, situados en los dos revellines que aún existen, aunque dañados durante los numerosos ataques que ha sufrido la fortaleza a lo largo de los siglos.

Originalmente, la fortaleza también estaba defendida por una segunda muralla, más externa, construida a lo largo del perímetro de la villa, dotada de bastiones en las esquinas; modificada con la adición de troneras en la segunda mitad del siglo XV, tras la aparición de la artillería, quedan algunos vestigios significativos en el extremo noroeste del centro histórico.

Las fachadas de ladrillo de la fortaleza muestran claramente los rasgos típicos de los castillos bajomedievales, sobre todo en los frentes suroeste y norte, enteramente coronados por merlones gibelinos, que siguen siendo perfectamente visibles a pesar de la cubierta añadida para proteger las pasarelas, sostenidas por numerosas ménsulas con matacanes; entre los dos patios interiores, emerge el alto torreón, que domina toda la construcción.

El lado que da al valle está enriquecido por la notable logia voladiza; sostenida por altas ménsulas, está cubierta por un tejado a un agua que descansa sobre una serie de esbeltas columnas con capiteles lotiformes de arenisca.

Atravesando el jardín de entrada meridional y el pequeño puente de mampostería que salva el foso, se llega al revellín meridional, conectado al castillo por un segundo puente pequeño, que sustituye al puente levadizo, cuya antigua existencia queda delatada por la presencia de las dos altas troneras que albergaban los bolzonos; Atravesando el arco de entrada de medio punto, se llega al patio de honor, cuyo lado sur se caracteriza por un pórtico arqueado, sostenido por una serie de columnas poligonales de ladrillo coronadas por capiteles lotiformes. En el centro se encuentran, además de algunas antiguas balas de cañón dispuestas en pirámide, dos estatuas del siglo XVIII procedentes del jardín de la Reggia di Colorno, adquiridas por la familia Marchi a finales del siglo XIX.

Más allá de la alta torre del homenaje se encuentra el patio del pozo, de dimensiones considerablemente más reducidas que el anterior.

El lado norte del patio de honor conduce en cambio al Castellazzo, antiguo bastión hoy utilizado como elegante jardín, conectado al castillo por un pequeño puente de mampostería que sustituye al antiguo puente levadizo; rico en setos, rosales y peonías, el parque está sostenido por imponentes muros de ladrillo, parcialmente derrumbados hacia el valle, cuya elevada altura permitía originalmente una amplia vista sobre la llanura adyacente.

Habitaciones interiores

Las salas interiores, amuebladas con muebles y cuadros antiguos, presentan las características típicas de las casas señoriales del siglo XVI, otorgadas por el conde Pomponio Torelli, humanista y hombre de letras, que atrajo al castillo a varios artistas de la época.

Salón de las Fiestas

Directamente conectado con el patio de honor, el Salone delle Feste, iluminado por elegantes ventanas neogóticas de triple lanceta,[16] se caracteriza por los finos frescos que decoran la mitad de las bóvedas de crucería del techo y los grandes lunetos bajo ellas; las pinturas, realizadas en el siglo XVI por la escuela de Cesare Baglioni, representan motivos grotescos y vegetación entrelazada, con monocromos de figuras femeninas; entre los numerosos escudos de armas, destacan en particular los de tres importantes prelados relacionados con la familia Torelli: El Papa Pío V, el cardenal Agostino Trivulzio y el cardenal Michele Monelli; en el centro de la bóveda se encuentra el biscione, emblema de la familia Visconti. Entre los demás escudos, probablemente ordenados según la secuencia de los matrimonios de los miembros de la familia Torelli, se distinguen los de los Contrari, los Pico, los Nobili, los Torelli di Coenzo, los Anguissola, los Bentivoglio y los Masi, así como los Rossi di San Secondo y los Barbiano di Belgioioso.

La gran sala está enriquecida con valiosos muebles antiguos y numerosos retratos, algunos de los cuales pertenecieron a la familia Farnesio, colocados allí por la familia Marchi después de 1864.

Cámara intermedia

La sala contiene en los dos paños de la ventana que dan a la logia la obra pictórica más valiosa de todo el castillo: la Anunciación, dividida entre el lado izquierdo, con el arcángel Miguel, y el derecho, con la Virgen; el fresco, con rasgos típicos del estilo gótico lombardo, fue pintado por un alumno de Michelino da Besozzo en la segunda mitad del siglo XV.

La bóveda de crucería, por su parte, está decorada con frescos que representan putti dispersos y datan de principios del siglo XVII.

Sala de los Cuatro Elementos o de las Sirenas

Esta sala, también cubierta por una bóveda de crucería, sólo conserva algunos vestigios de los frescos del siglo XV que la decoraban, irremediablemente dañados a lo largo de los siglos. Originalmente, las paredes estaban totalmente decoradas con una retícula de rombos, repleta de inscripciones, anillos con gemas y escudos Borromeo, testimonio de los estrechos lazos que unían a Guido Torelli y Vitaliano I Borromeo; hoy sólo la pared opuesta a la entrada conserva numerosos vestigios, entre ellos el lema Humilitas, en caracteres góticos.

En la pared opuesta, sin embargo, todavía es visible un fragmento deteriorado del ciclo pictórico del siglo XVI que adornaba la sala, y que representa una barca, en referencia al famoso episodio del canto de las sirenas descrito en la Odisea.

La sala se enriquece con cuatro importantes lienzos pintados al temple en la segunda mitad del siglo XVIII por el pintor Domenico Muzzi, que representan los cuatro elementos: agua, aire, tierra y fuego. La sala contiene también una maqueta pintada en madera y metal de un templo arcádico, probablemente realizada por el arquitecto Ennemond Alexandre Petitot en 1769. Las pinturas y la estructura de madera, originalmente situadas en el interior de la Reggia di Colorno, fueron adquiridas por Antonio Marchi a finales del siglo XIX.

Por último, la sala alberga un gran lienzo que representa a Pia dei Tolomei, que data aproximadamente de 1850; por ello, la sala también se conoce con el nombre de "Sala de Pia".

Sala de los "gatos"

La sala, situada junto a la Camera di Mezzo (Cámara de en medio), está decorada con frescos murales del siglo XV, redescubiertos y repintados entre 1920 y 1930, que representan un motivo de rombos, adornado con numerosas iniciales de Guido Torelli, lemas y emblemas, entre ellos el león rampante (o "gato"), asignado a Torelli en 1424, tras la liberación de la ciudad de Nápoles de los aragoneses.

Por otra parte, la bóveda de crucería del techo y los lunetos bajo ella están decorados con frescos pintados originalmente entre finales del siglo XVI y principios del XVII, pero repintados en el siglo XX, que representan numerosas representaciones alegóricas, entre ellas la Fama, la Fortuna, la Virtud guerrera y la Abundancia (o Fortaleza).

Habitación antigua

En la esquina se encuentra el dormitorio, originalmente utilizado quizás como estudio de Pomponio Torelli. La bóveda de crucería del techo y los lunetos de las paredes están enteramente decorados con un ciclo de frescos centrado, según las interpretaciones más extendidas, en la vida del hombre, entre putti monocromos y ángeles; los cuatro segmentos de la parte superior representarían las principales actividades masculinas: pesca, guerra, ganadería ovina y agricultura; los cuatro lunetos representarían alegóricamente otros tantos momentos del día: amanecer, día, atardecer y noche. Según un estudio de 2006, las pinturas de la bóveda representarían alegorías de la Fuerza Física, el Ingenio, la Fortuna Benévola y la Felicidad, mientras que los lunetos representarían la Noche, el Día, el Tiempo Revelador de la Verdad y la Consideración junto a la Vigilancia y el Discernimiento. Las pinturas fueron realizadas en la segunda mitad del siglo XVI, probablemente por los pintores parmesanos Innocenzo Martini o Giovanni Antonio Paganino, aunque estudios más recientes atribuyen su autoría al pintor Cesare Baglioni.

El mobiliario se compone de una cama renacentista, una cuna barroca, un armario del siglo XVII y, en las paredes, un alto artesonado de madera de finales del siglo XVII, procedente de la sacristía de la colegiata de San Giovanni Battista de Pieveottoville.

Pequeña sala del Bema de las Hadas

Una pequeña y oscura sala contigua conserva en un rincón una vitrina que contiene una antigua momia egipcia, hallada en el siglo XVIII en el interior del castillo; la tradición, sin embargo, dice que se trata del cuerpo del Hada Bema, un fantasma protector del castillo.

Loggia

Las cuatro habitaciones principales de la planta baja se abren a la larga loggia que sobresale de la fachada oriental; cubierta por un techo con vigas de madera, la loggia se caracteriza por los frescos que cubren sus paredes y el parapeto de mampostería, que datan del siglo XV; Las decoraciones, restauradas en los últimos años del siglo XX, representan los escudos de armas de las familias Torelli y Visconti en rombos verdes y rojos, cuyo emblema, también conocido como la bissa bella, ocupa también toda la pared del fondo, para subrayar el estrecho vínculo que unía a las dos familias.

Las pinturas contienen también numerosas inscripciones añadidas ya en tiempos de Guido Torelli, que constituyen una importante memoria histórica de los principales acontecimientos que protagonizó el noble linaje hasta su caída.

Gracias a su posición, la logia sigue siendo un mirador panorámico excepcional, que permite dominar todo el valle; el castillo de Montecchio, situado en la orilla opuesta del arroyo Enza, es perfectamente visible, mientras que los castillos de las laderas de Quattro Castella se vislumbran a lo lejos.

Pasarelas

En la parte superior del castillo, el perímetro está atravesado por largos caminos de ronda que aún se conservan en buen estado, cubiertos por el tejado en una época posterior a la construcción de la estructura.

En algunos lugares, bajo las almenas se abren pequeñas aspilleras redondas, añadidas hacia finales del siglo XV para albergar artillería menor.

En el ángulo noroeste, una trampilla situada en el centro del suelo de las pasarelas da acceso a una pequeña sala con bóveda de cañón, antiguamente utilizada como prisión del castillo. No muy lejos, en el último piso del ala norte, se encuentra una gran sala, originalmente utilizada como armería, pero convertida por Pomponio Torelli en biblioteca, de la que sin embargo hoy no quedan vestigios, debido a la confiscación por parte de la familia Farnesio.

Recorrido de visita

El castillo está abierto al público desde principios de la década de 2000 y forma parte del circuito de castillos de la Asociación de Castillos del Ducado de Parma, Piacenza y Pontremoli.

Además del patio interior, se pueden visitar el Salone della Feste, la Camera di Mezzo, la Sala dei Quattro Elementi o delle Sirene, el Loggiato, la Camera dei "gatti", la Camera Antica y la Saletta della Fata Bema.

La leyenda del Bema de las Hadas

Según la leyenda, el fantasma del Hada Bema vaga entre los muros del castillo, cuya historia imaginaria se cuenta tanto en la tradición popular como en la novela La Fata di Montechiarugolo, escrita en el siglo XIX por Alfonso Cavagnari.

La versión más común del mito cuenta que en mayo de 1593, durante una fiesta organizada en el castillo a la que asistía el duque Ranuccio I Farnese, enfermo de nacimiento, apareció la joven Bema, una hermosa muchacha que montó un pequeño escenario para predecir el futuro de los espectadores, flanqueada por su ayudante Max; incluso el pequeño Pío, hijo del conde Pomponio Torelli, se acercó curioso por conocer su propio futuro; el hada se negó al principio a hablar, pero más tarde, burlada por las damas de la corte, reveló: "Veo un lago de sangre, en el que flotan nobles cabezas, y también veo la cabeza de este niño ensangrentada, como la de las damas presentes. '"Al principio, el duque quedó fascinado por la joven, hasta el punto de concederle un salvoconducto para circular libremente por el territorio del ducado de Parma y Piacenza; más tarde, sin embargo, temiendo haber sido manipulado, la hizo detener y encerrar en las cárceles de la Rocchetta de Parma.

Gracias al apoyo de la población y a la ayuda de Max, Bema pudo escapar más tarde de la cárcel y refugiarse en Montechiarugolo, donde el conde Pomponio la acogió, contratándola para las tareas domésticas. Durante el tiempo que pasó allí, el joven Pio Torelli se enamoró a su vez de ella, pero la muchacha, considerando la imposibilidad de su amor debido a la diferencia de clase social, se vio obligada a rechazarlo. Posteriormente, el noble vástago fue enviado a Parma para terminar su educación.

Pocos años después, el duque Ranuccio, para apoderarse del condado de Montechiarugolo, hizo arrestar a Pío bajo la acusación de conspirar contra él; Bema consiguió que escapara con la ayuda de Max, pero durante la huida el conde fue bloqueado y llevado de nuevo a prisión, para ser ejecutado públicamente el 19 de mayo de 1612, junto con otros nobles de Parma.

El hada buena no quiso abandonar nunca más Montechiarugolo, donde permaneció muchos años, amada por todos los habitantes del pueblo, hasta su muerte a edad avanzada.

Desde entonces, la tradición cuenta que su fantasma reaparece en el castillo todos los años en la noche del 18 al 19 de mayo y sube a la cima del alto torreón, para mirar hacia la ciudad de Parma.

Según la leyenda, además, la momia hallada en el siglo XVIII en el interior de la mansión sería suya, ya que junto al cuerpo se encontró también una pequeña hoja de papel con las palabras: "Della Bema questo è il corpo, chi felice viver vuole non lo togliere dal suo letto" (De Bema, éste es el cuerpo, quien quiera vivir feliz, no lo saque de su lecho). Con cada intento de sacar la momia del castillo, ocurrían tragedias colosales, como terremotos, inundaciones y otras calamidades.

https://it.wikipedia.org/wiki/Castello_di_Montechiarugolo

https://www.flickr.com/photos/gabrielegatti/albums/72177720297772278

https://www.flickr.com/photos/gca_66/albums/72157672401979906

https://borghipiubelliditalia.it/borgo/montechiarugolo/

https://www.alisei.net/borghi/montechiarugolo.html

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