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Voto:

Continente: Europa

País: Italia

Localización: Ercolano, Nápoles

Año: 79

Estado: Destruido

Descripción:Herculano

Situada en la región de Campania, la ciudad de Herculano sucumbió a la terrible explosión del volcán Vesubio en el año 79. Al igual que ocurrió con Pompeya, los ciudadanos no tuvieron tiempo de huir y todo quedó en su sitio, sepultado bajo las cenizas para conservarse con el paso de los siglos.

Qué ver en Herculano

Situada más cerca del Vesubio, las cenizas golpearon con mayor fuerza sobre Herculano, que quedó sepultada por completo conservándose mejor aún que Pompeya. Casas, termas y tabernas están conservadas de forma impecable.

En la mayoría de los edificios se conservan las dos plantas intactas y en el interior de algunos de ellos es posible contemplar los preciosos frescos y mosaicos que dejan constancia del lujo que envolvía la ciudad antes de la gran catástrofe.

En la zona más alejada de la ciudad se encuentran las villas más lujosas, con vistas al mar, entre las que destaca especialmente la Villa de los Papiros, que constituyó el lujoso lugar de retiro del suegro de Julio César.

En Herculano se conservan los primeros esqueletos romanos que se encontraron, pertenecientes al siglo I, ya que anteriormente los romanos practicaban la cremación. Los esqueletos se pueden ver en una de las casas de la ciudad.

Un viaje al pasado

Herculano se conserva prácticamente como si sus relojes se hubieran parado siglos atrás y alguien hubiera cuidado con mimo la ciudad para que se mantuviera intacta.

Aunque no es tan conocida como Pompeya, Herculano no tiene nada que envidiarle, ya que aunque es notablemente más pequeña se encuentra mejor conservada.

La nueva ciudad conocida como Ercolano se construyó prácticamente sobre la antigua Herculano, por lo que las casas de los antiguos habitantes se encuentran prácticamente junto a las de los nuevos, creando un curioso contraste.

http://www.disfrutaroma.com/herculano

HERCULANO

1.- Noticias históricas

Fundada por Hércules, según la tradición mitológica, la ciudad tuvo concretamente orígenes griegos, testimoniados por los pocos restos de las murallas más antiguas y por la organización urbana, con cardos y decumanos dispuestos ortogonalmente. Los griegos de Neápolis y de Cumas dominaron Herculano a partir del siglo VI a.C., mientras que en el siglo V prevalecieron los Samnitas, a los que la ciudad permaneció ligada por mucho tiempo.

Entre el siglo II y el I a.C., Herculano participó en la "guerra social" contra Roma, pero en el 89 a.C. fue derrotada y transformada en municipium. Después de la conquista se desarrolló desde un punto de vista demográfico, político y urbano. Su economía no se basaba en el comercio y el artesanado: Herculano era un centro de veraneo señorial, con numerosas moradas patricias y pocos edificios destinados a las actividades laborales, y donde la vida debía de desenvolverse con un ritmo más bien relajado. En el 63 d.C. la ciudad fue víctima del terremoto que devastó toda la Campania. Aún convaleciente de esa catástrofe, el 24 de agosto del 79 d.C. fue arrollada por un inmenso río de fango hirviente y detritos producidos por la espantosa erupción del Vesubio, que la invadió completamente.

Probablemente, la población tuvo el tiempo de intentar la fuga por mar, pero fue repelida en la costa por un violento maremoto, como lo atestiguan los restos humanos y de embarcaciones hallados sobre todo el litoral.

Cuando cesó la erupción, Herculano quedó cubierta por una densa capa de fango (en algunos puntos de más de diez metros de altura). Abandonada por los habitantes, la ciudad ya no fue reconstruida y, sólo más tarde, a sus márgenes y, en parte, en el área donde había estado construida, se desarrolló la ciudad de Resina.

2.- Breve historia de las excavaciones

Justamente el fango, que provocó su fin, ha conservado la ciudad hasta el día de hoy: en efecto, secándose y solidificándose, se transformó en una especie de gruesa y compacta capa que, adhiriéndose a cada una de las estructuras y objetos, protegió todo lo que se había salvado de la inundación de lodo y detritos conservando, entre otras cosas, los pisos superiores de las construcciones. De este modo, si por un lado muchas estructuras de mampostería quedaron dañadas por la onda de impacto, por el otro, ambientes completos se han traído nuevamente a la luz casi intactos. La capa de fango también conservó la madera, elemento que, en ausencia de una adecuada protección, se deteriora en poquísimo tiempo. El primer descubrimiento de restos de la antigua ciudad data sólo del 1709, año en el que el príncipe austríaco de Elboeuf halló por casualidad una parte del Teatro. Otras excavaciones, iniciadas en 1738 y llevadas a cabo con el sistema de las galerías y pasillos subterráneos condujeron, entre otras cosas, al descubrimiento, en los alrededores de la ciudad, de la Villa de los papiros, célebre por la colección de esculturas y por la biblioteca de aproximadamente dos mil Papiros que en ella se hallaron. Cerradas en 1766, las excavaciones se reanudaron sólo en 1828, esta vez con el método más avanzado de la excavación al aire libre, y prosiguieron hasta el 1855. En 1869 reiniciaron las búsquedas, pero con resultados bastante escasos, y fueron interrumpidas en 1875. Por último, desde 1927, las excavaciones, realizadas con rigor científico por Amedeo Maiuri, continuaron hasta la actualidad.

3.- itinerario de la visita

Se accede a las excavaciones desde el ingreso de la avenida Herculano, y después de la boletería se inicia la marcha por un viaducto realzado que ofrece una vista panorámica del área arqueológica, con la ciudad dividida por cinco cardos y tres decumanos y separada en "insulae" (manzanas), y luego se desciende hasta el jardín de la Casa del Hotel, entre los cardos III y IV, desde la que comienza la visita. A la izquierda del cardo III se encuentra la Casa de Argos, morada patricia con un pórtico que encerraba con tres lados el jardín; a este primer peristilo se le agregaba un segundo, sobre que se abría la sala triclinar decorada con el fresco (hoy desaparecido) de "Io vigilada por Argos". Sobre el lado opuesto encontramos la Casa del hotel, que ocupa gran parte de la ínsula de la que forma parte.

En un primer momento fue considerada un hotel, y éste es el motivo de su nombre, pero luego fue identificada como casa privada patricia.

A lo largo del cardo III se encuentra luego la Casa del esqueleto, llamada así porque en ella fue hallado un esqueleto humano. Resultado de tres construcciones distintas, presenta un atrio cubierto y dos ninfeos estructurados como pozos de luz para iluminar los distintos ambientes. También es notable la sala con el insólito techo absidal y el piso policromo; el patio al que da este ambiente está adornado con una decoración parietal que representa un jardín. Girando a la derecha, en la esquina del cardo III y el decumano inferior, y luego otra vez a la derecha, en la esquina del cardo IV, se llega a la Casa del tabique de madera, de la que se conserva íntegra, hasta el segundo piso, la fachada exterior. A la derecha del amplio atrio, dotado de techo con compluvium y de un impluvium marmóreo, se encuentra un dormitorio con piso de mosaicos y una mesa sostenida por una estatua de Atis. Al atrio da también la sala de estar, en un tiempo separada del ingreso mediante un tabique de madera desplegable de tres hojas; detrás de la sala se abre un jardín porticado al que da el ambiente principal de la casa. Inmediatamente después surge la Casa del cañizo, llamada así por la técnica utilizada para la construcción de la mampostería, interesante ejemplo de casa de tipo popular formada por dos casas separadas que se alquilaban a distintas familias. Pasando por la Casa del herma de bronce, cuyo "Tablinum" está adornado con el busto broncíneo del propietario, se llega, del lado opuesto de la calle, a la Casa del atrio de mosaicos. Formada por dos edificios, debe su nombre a la presencia del mosaico geométrico a damero que decora el piso del atrio.

Desde el ingreso, a través de un pórtico con ventanas, del que se pueden apreciar los restos de los marcos lignarios, se accede al jardín, al que dan los dormitorios y una exedra embellecida con decoraciones mitológicas. La otra ala de la casa, en cambio, está ocupada por una serie de pequeños ambientes adornados con elegantes decoraciones y reunidos en torno a un amplio "triclinium" con piso con taracea "opus sectile"; la sala da a una galería cubierta que conduce a una terraza al aire libre inferior con vista al mar. Recorriendo hacia atrás el cardo IV, después de la esquina con el decumano inferior, se encuentra la Casa llamada Samnita, por los numerosos caracteres típicos de la arquitectura samnita que se remontan al siglo II a.C. La planta baja tiene un ingreso adornado con placas policromas en relieve de símil mármol, un atrio con un gran impluvium marmóreo embellecido con un pórtico con pequeñas columnas jónicas en el nivel superior, un "cubiculum" con un fresco que representa el "Rapto de Europa", una gran sala y un "tablinum" con el piso elegantemente trabajado. Al lado, sobre el decumano inferior, se yergue la Casa del gran portal, con portal de entrada enmarcado por semicolumnas con capiteles corintios decorados con "Victorias". La disposición de los ambientes interiores, que dan a un vestíbulo cubierto, hace pensar que la casa es una remodelación de una parte de la Casa samnita vecina, realizada en la edad imperial.

Pasando la fuente de Neptuno, en la esquina del decumano inferior y el cardo V y, más adelante, la tienda más grande que se ha descubierto en Herculano y la Casa de la tela (en la que se encontraron piezas de tejido), se llega a la Casa de los ciervos. Construida entre el 41 y el 68 d.C., es una de las casas más elegantes y refinadas de Herculano. De considerables dimensiones, es un amplio rectángulo dividido en dos zonas: una al norte, con la entrada y otras habitaciones, y una al sur, con terrazas que dan al mar y que están conectadas por un cuadripórtico de ventanas. Desde el atrio cubierto, con paredes de fondo negro y blanco alternado, se accede al "triclinium", con una refinada decoración marmórea en el piso, donde se ha encontrado el grupo escultórico de los "Ciervos atacados por los perros", del que la casa toma el nombre. Luego se pasa al "cubiculum", con paredes pintadas de rojo y piso marmóreo, y de aquí se pasa a una sala con techo abovedado embellecido con la misma decoración. Atravesando el gran jardín interior, enmarcado por un cuadripórtico de ventanas con piso de mosaicos y paredes decoradas con frescos con "Juegos de amorcillos", se entra, al sur, en el "triclinium" de verano, a cuyos lados se encuentran dos pequeñas habitaciones adornadas con mármoles preciosos, y sigue una galería flanqueada, a su vez, por otros dos ambientes. Siguiendo por una rampa se llega a la Puerta Marina, desde la que se accede al barrio marítimo. En coincidencia con el cardo IV se abre una plaza ocupada por la base marmórea de una estatua y por un ara funeraria, ambas dedicadas al procónsul Marco Nonio Balbo. Al lado se encuentran las Termas suburbanas, de planta cuadrada, el edificio termal mejor conservado de la antigüedad (segunda mitad del siglo I d.C.). Pasando por el portal exterior se desciende a un vestíbulo, iluminado por un pozo de luz que se apoya sobre cuatro columnas coronadas por arcos dobles, que da acceso a los distintos ambientes de las termas, con pisos, asientos, decoraciones de mármol y, en algunos casos, bastidores lignarios de puertas y ventanas bien conservados. Del "frigidarium" se pasa a una sala decorada con estucos que representan guerreros, y luego se encuentran, en este orden, el "tepidarium", el "sudatorium" y, por último, el "calidarium".

A la salida de las Termas se toma el cardo V para llegar a la casa de la gema, donde fue hallada una gema decorada con un retrato de mujer. Se trata de una casa única dividida en dos zonas: la parte sobre la calzada, la más elegante, incluye un atrio señorial decorado con pinturas murales en rojo y negro, un "tablinum", una cocina, un "triclinium" con piso de mosaicos con dibujos geométricos y una terraza que da al mar; la parte del nivel inferior es de carácter más modesto. Al lado surge la Casa del relieve de Télefo, una de las más elegantes y amplias del barrio. Construida sobre dos niveles, posee un atrio sobre cuyas columnas se apoyan los ambientes del piso superior. Desde el atrio, un pasillo conduce al peristilo que enmarca un jardín con un estanque central con el fondo celeste; sobre la terraza adyacente se abren algunas habitaciones que conservan parte de la decoración pictórica y musiva original: en una de ellas se encuentra la más bella de las decoraciones de una casa, de mármoles de colores, que la antigüedad nos haya restituido. Otra sala está adornada con el relieve del "Mito de Télefo". En la esquina del cardo V y el callejón que se abre a la derecha se puede visitar el "pistrinum" (horno y molino) más importante de la ciudad, en el que se conservan dos muelas para el trigo y varios utensilios para la preparación del pan. Prosiguiendo se llega a la Palestra, precedida por un amplio vestíbulo. La gran área rectangular al aire libre estaba rodeada sobre tres lados por una columnata corintia y, sobre el cuarto, por un criptopórtico que sostenía una galería para los espectadores. Sobre el ala occidental se abre una grandiosa sala absidal que, en el centro, tiene la mesa agonística de mármol blanco y gris y, a ambos lados, dos salas más pequeñas con restos de los frescos originales.

En el centro, una larga piscina cruciforme que estaba alimentada por una elaborada fuente broncínea con la Hidra colocada en el medio. En el extremo septentrional de la Palestra se encuentra otro vestíbulo con piso en taracea "opus sectile" que, casi con seguridad, albergaba un gimnasio público. Sobre el cardo V, justo enfrente del aula absidal de la Palestra, se yergue la Casa de la capilla de madera, con la insólita capilla lignaria en forma de pequeño templo utilizada, ya como armario, ya para el culto de los Lares. Inmediatamente después se encuentra la Casa del atrio corintio, precedida por un pequeño pórtico y por una acera con refinadas decoraciones marmóreas; en el interior hay un atrio, con seis columnas dispuestas tres por cada lado, en torno al "impluvium" con fuente central cruciforme. Sobre el decumano máximo también da la Casa del bicentenario, donde se concluyeron las excavaciones de Herculano dos siglos después de su comienzo. A pesar de las remodelaciones que siguieron al terremoto del 63 d.C., en la planta baja permanece evidente el carácter patricio de esta morada, donde se destacan el elegante atrio con piso de mosaicos sobre fondo negro y las paredes con pinturas sobre fondo rojo, el "tablinum" con piso marmóreo, las paredes enriquecidas con recuadros y medallones de tema mitológico y, en la parte superior, un friso con "Amorcillos"; de la sala de estar, en la que también se encontró un valioso portoncillo corredizo de madera, se accede al jardín porticado.

Una escalera conduce al piso superior, ocupado por habitaciones dadas en alquiler; en una de éstas se descubrieron los rastros de un emblema cruciforme que, según una discutida interpretación, sería la Cruz de Cristo, testimonio de la difusión del cristianismo en Herculano antes del 79 d.C. En el extremo septentrional del decumano máximo surgía la zona del Foro, de la que quedan pocos restos; más a la izquierda, cerca de la esquina del cardo III, se encuentra el pórtico de la Basílica, detrás de uno de los dos arcos conmemorativos que se elevaban en el decumano. El edificio cuadrado en el sur, con escenas mitológicas en las paredes, debía de ser la sede de la Curia o de las ceremonias del culto público de los Lares. En cambio, los vestigios traídos a la luz en la esquina opuesta podrían ser las del Colegio de los Augustales. Tomando el cardo IV desde el decumano máximo se llega a la Casa del salón negro y, casi enfrente, a la Casa del patio bello. De modestas proporciones, ésta última es notable por la insólita distribución de los ambientes, entre ellos el patio realzado, con piso de mosaicos y escalera que conduce al balcón corrido, adornada con motivos pictóricos; en la casa se han descubierto restos de muebles y esculturas de madera carbonizadas.

Bajando por el cardo se llega a la Casa del mosaico de Neptuno y Anfitrite, de dos pisos, con un bello "triclinium" de verano y un ninfeo decorado con mosaicos policromos con "Neptuno y Anfitrite" y "escenas de caza". Muy interesante es la tienda adosada a la casa, donde se conservan bien las estructuras lignarias y parte de la decoración. Sigue la Casa de los muebles carbonizados, que se caracteriza por tener una estructura del siglo II a.C. y por las refinadas decoraciones de mosaicos y pictóricas de la edad Claudia. Aquí se han hallado elementos de decoración de madera (una cama y una mesa) carbonizados, pero en óptimo estado de conservación. Del lado opuesto del cardo IV, enfrente de la Casa del telar, pequeña tienda de tejedores en la que se hallaron restos de material lignario y algunas partes de un telar, se encuentra la entrada de las Termas, construidas alrededor del 10 a.C. y luego redecoradas. El complejo posee cuatro ingresos, uno de los cuales se encuentra en el cardo III y da acceso a la sección masculina, y tres en el cardo IV, que conducen al patio de la palestra, a la sección femenina y al ambiente destinado a calentar el agua. La sección femenina es la más pequeña y menos decorada del conjunto, pero posee las estructuras mejor conservadas. La sección masculina, en cambio, en el centro tiene la zona de la palestra, desde la que se llegaba directamente al amplio vestuario. Un pasaje situado a la izquierda lleva al "frigidarium", con la bóveda de la cúpula decorada con figuras de peces, que debían de reflejarse en el agua de la tina colocada abajo. Desde aquí se vuelve al vestuario para entrar en el "tepidarium", con piso decorado con mosaicos que representan un "Tritón galopante".

En el "calidarium" se encuentran, de un lado, la piscina de agua caliente y, del otro, dentro de un ábside, el podio para el "labrum", la pila para las abluciones. Saliendo de las Termas por la entrada del cardo III, y dirigiéndose hacia el decumano máximo, se llega a la Casa de los dos atrios, de dos pisos con fachada en estilo "opus reticulatum", caracterizada por la presencia de dos atrios: el primero es tetrástilo; el segundo, más interior, es de tipo tuscánico y tiene un "impluvium" cerrado por un parapeto. Cuando se concluye la visita de la zona urbana de las excavaciones, se puede continuar por la avenida Herculano hasta la zona del Teatro antiguo, construido entre la edad augustea y postaugustea. También es de interés, en los alrededores de Herculano, la Villa de los papiros. Hallada durante la campaña de excavaciones del 1738-1766, restituyó un valiosísimo material antiguo formado por obras de arte de refinada factura y por la conspicua biblioteca de papiros de tema predominantemente filosófico descubierta entre el 1762 y el 1764: los casi dos mil rollos, hallados en estado de carbonización generado por un proceso físico-químico natural, actualmente están custodiados en la Biblioteca Nacional de Nápoles. Se accedía a la villa a través de un grandioso ingreso con pórtico de columnas que daba al mar y, desde aquí, se pasaba al atrio, decorado con un "impluvium" embellecido con once estatuillas y, luego, a la sala de estar y a otras salas que daban a un primer peristilo, entre las que se encuentra la destinada a contener la biblioteca. Un segundo, amplio peristilo se abría en torno al jardín (100 x 37 metros, que en el centro tiene un amplio estanque: en la galería y en la zona del jardín se encontraron las valiosas esculturas de mármol y de bronce que hoy, en parte, están expuestas en el Museo Arqueológico de Nápoles. Desde el jardín, por un paseo, se llegaba a una terraza panorámica ornada con un elegante piso marmóreo taraceado.

http://www.iesfuente.org/departamentos/latin/pompeya/herculano_htm/

Herculano (en italiano, Ercolano) era una antigua ciudad romana de la región de la Campania. Hoy en ruinas, en su tiempo fue más pequeña pero más rica que Pompeya. Es conocida por haberse conservado, como Pompeya, al haber sido enterrada en las cenizas de la erupción del Vesubio, el 24 de agosto del año 79. Muchos de sus habitantes perecieron debido al flujo piroclástico de la erupción, y la ceniza modeló sus cuerpos con la postura que éstos tenían en el momento de morir. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, junto con Pompeya y otros yacimientos arqueológicos de la zona, en 1997.

Las excavaciones comenzaron en la actual Ercolano, un suburbio de Nápoles, en 1738. La elaborada publicación de Le Antichitá di Ercolano ("Las antigüedades de Herculano") bajo el patrocinio del rey de las Dos Sicilias tuvo un efecto desmesurado en el incipiente neoclasicismo europeo teniendo en cuenta lo limitado de la circulación de esta obra. A finales del siglo XVIII comenzaron a aparecer motivos de Herculano en una gran diversidad de objetos, desde pinturas murales y mesas de tres patas hasta quemadores de perfume y tazas de té.

El primer descubrimiento importante de esqueletos romanos del siglo I tuvo lugar en Herculano. Dado que los romanos generalmente practicaban la cremación hasta el siglo III, resulta difícil encontrar huesos anteriores a esa fecha. Las excavaciones realizadas en la década de 1990 en el área del puerto de Herculano sacaron a la luz más de 200 esqueletos de diversas edades, sexos y condición social.

La más famosa de las lujosas villas herculanas es la Villa de los Papiros identificada como el fastuoso retiro con vistas al mar de Lucio Calpurnio Piso Caesomnio, suegro de Julio César.

http://es.wikipedia.org/wiki/Herculano

http://en.wikipedia.org/wiki/Herkulanium

http://it.wikipedia.org/wiki/Scavi_archeologici_di_Ercolano

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