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Templo de Luxor

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Localización:
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Tipo: Monumentos

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Continente: África

País: Egipto

Localización: Luxor

Año: 1400 a. C.

Estado: Terminado

Descripción:Templo de Luxor.

Longitud 189 metros. Reinado de Amenofis III (1400-1362 año)

Luxor

Egipto tiene buenas canteras, pero no tiene madera; esto permitió la construcción de grandes monumentos y condicionó algunos aspectos técnicos: la dificultad de encontrar madera para las vigas del techo obligó, al no utilizar la bóveda (cuya técnica les era conocida), a multiplicar los soportes, básicamente la columna.

De entrada, sorprende que los egipcios invirtieran más esfuerzos en las construcciones para los dioses que para los humanos. Templos y tumbas, hechos con grandes bloques de piedra, perduran actualmente, mientras que las casas e incluso los palacios, hechos de ladrillo, han quedado reducidos a pocos vestigios. Cuál era, pues, la importancia y la función de los templos?

A menudo, en las paredes de los templos encontramos un conjunto de escenas que describen la concepción y el nacimiento real. Son los dioses quienes fecundan a las esposas del faraón, es el dios Sol quien interviene en la procreación de su descendiente y de su representante en la tierra. Parece, pues, que una de las funciones del templo consistía en recordar que el poder del faraón era de origen divino y que su poder era legítimo porque había estado concebido con intervención divina.

Además de esta primera función, en los templos el rey mantiene el equilibrio del mundo. Él es el único interlocutor y mediador entre los dioses y los humanos, es el único que puede intervenir ante los dioses, el único, por lo tanto, que puede ayudar a mantener el orden establecido por los dioses. Y los humanos forman parte de este orden, y por ello el dios supremo ha creado para ellos unos soberanos. La misión básica de rey consiste en satisfacer el ritual de la ofrenda: es preciso alimentar a los dioses si queremos que ellos nos alimenten. Lo que se le ofrece al dios manifiesta lo que se le pide.

La estatua del rey, en actitud de adoración ante los dioses, es decir, intercediendo para que renueven el ciclo de la creación (el paso de las estaciones, las inundaciones periódicas, el crecimiento de los cereales...) se convierte, pues, en objeto de culto en el templo (se la viste, se la lleva en procesión...), y ésta será la función de los sacerdotes.

Esta vinculación del templo con la economía se ve mejor si consideramos la inversión y organización de la mano de obra para extraer de las canteras los bloques necesarios para la construcción de los lugares de culto; la movilización de recursos para transportar los bloques de piedra; la explotación de terrenos agrícolas para aportar las ofrendas a todos los altares. Para los egipcios, pues, los dioses no son salvadores sino creadores y reguladores del mundo. Y el templo es, también, el palacio del dios, y por ello simboliza el cerro primitivo desde donde se realiza la acción creadora del dios, el horizonte por donde sale el sol, un microcosmos en el que el techo plano imita el cielo, y la plantas de papiro en la base de los muros evocan la tierra y su vegetación.

En un primer momento, a lo largo del Imperio Antiguo (2.700-2060 ane), los más característicos fueron los "Templos Solares", integrados por un gran obelisco levantado sobre una estructura en forma de pirámide truncada (en conjunto simbolizando un dedo gigante que señala al astro rey), y una gran barca de piedra que representa el barco en el que Ra navega diariamente por el cielo. El más conocido es el Templo Solar de Abusyr, construido por el faraón Niuserre de la V Dinastía.

Durante el Imperio Medio (2060-1580 ane) los faraones se hicieron construir la tumba y, en otro paraje, un templo, donde se le rendiría culto y veneración. Su estructura consistía en dos terrazas sobrepuestas, encima de las cuales se levantaba una gran forma piramidal, que conducían hacia una capilla excavada en la roca. Los templos de Mentuhotep y de la reina Hatsepsut, en Deir-el-Bahari, son los más representativos.

Sin embargo, los templos más conocidos se levantaron durante el Imperio Nuevo (1580-651 ane), erigidos, sobre todo, en el Valle de los Reyes. Entre sus características constructivas destacamos: los sillares de piedra superpuestos sin argamasa; muros en forma de talud para conseguir mayor altura y para mejorar el asentamiento sobre un terreno arenoso; la cubierta arquitrabada en la que los sillares se apoyan directamente sobre el capitel de la columna; la columna como elemento sustentante, que adopta la forma de la vegetación nilótica, y de esta manera podemos hablar de columna lotiforme (similar a la planta del loto), palmiforme (a la palmera) y papiriforme (a la plata del papiro); también encontramos la columna hathórica, cuyo capitel reproduce la cabeza de la diosa Hator, divinidad de la fecundidad; para reforzar la lejanía del dios, algunos templos subrayan la perspectiva y profundidad del edificio levantando un poco el suelo de las últimas salas y bajando, a la vez, su techo, lo que permite también iluminar su interior gracias al desnivel de las columnas.

La planta típica es la siguiente: una avenida de las esfinges que es un largo paseo (dromos) flanqueado por esculturas de cuerpo felino y cabeza humana (representación del faraón), o cabeza de carnero (símbolo de Amón), o de halcón coronado (alusión a Horus). Simboliza la protección que los dioses dispensan al templo, al que impedirán entrar cualquier principio maléfico. La Explanada de los Obeliscos, una plaza en cuyo centro se levanta uno o dos obeliscos que llevan grabados, en escritura jeroglífica, alabanzas a los dioses y al faraón. El Pilono o fachada principal del templo, que es una construcción maciza y en talud que sirve de portada. Consiste en dos grandes muros trapezoidales acabados en una cornisa, que enmarcan una gran puerta rectangular. Simboliza, a la vez, la unión del Alto y del Bajo Egipto a través de unos dioses comunes, así como las dos montañas del horizonte por donde sale el sol, y también la fortaleza que protege el dios contra las fuerzas nocivas. La Sala Hípetra (sin techo), que es un patio porticado al que tenía acceso la mayoría de la población durante las grandes solemnidades. La Sala Hipóstila, con techo plano aguantado por columnas, que es el lugar de los iniciados durante la celebración de los grandes rituales, y que sólo recibía la luz que entraba por la puerta que daba al patio y a través de unas celosías abiertas en la parte alta de las paredes. El santuario o "Sancta Santorum", que es una pequeña habitación donde se ubicaba la estatua objeto de culto y donde sólo podía entrar el faraón o el gran sacerdote.

Durante las grandes celebraciones, el pueblo avanzaba en procesión por la gran avenida y, llegado al obelisco, sólo el sector social más privilegiado podía traspasar la puerta del pilono, que permanecía en la sala hípetra dado que sólo la familia real y la nobleza más seleccionada tenía acceso a la sala hipóstila. Esta jerarquización social a través de los distintos espacios también está en relación con una gradación luminosa que simbolizaba la capacidad para desvelar los misterios; de esta manera, el pueblo se quedaba fuera, a plena luz, dado que se le consideraba incapacitado para entender los misterios; en la sala hípetra, con una luz más matizada, sólo accedían quienes, con más cultura, aún no estaban iniciados en los secretos divinos: la sala hipóstila, casi a oscuras, es para los iniciados; y la celda final, a oscuras, estaba reservada al faraón ya que con su naturaleza divina podía estar en contacto con todos los misterios que sólo él conocía.

Los templos de Luxor y Karnak reproducen perfectamente estas características.

http://cv.uoc.edu/~04_999_01_u07/percepcions/perc9.html

http://www.slideshare.net/maketas/el-templo-de-luxor-2709038

El Templo de Luxor es el monumento más destacable de la ciudad de Luxor. Ubicado en la orilla este de la provincia de Luxor, se comenzó a construir aproximadamente en el año 1400 a.c. Su construcción comenzó con Amenofis III y terminado por Ramsés II. Su nombre es Ipet-Resyt, lo que significa La Casa Sur del Haren. Toma este nombre en honor al Templo de Karnak con el que estaba estrechamente vinculado. Dedicado a Amón-Ra, Mut (esposa de Amón) y Khonsu o Jonsu, es el santuario del ka por excelencia

Amón era el dios local de Luxor. Los sacerdotes, para convertirlo en dios nacional, lo asociaron a Amón-Ra y al Nilo. Amón residía en el Templo de Karnak y salía de su morada, llevado a hombros por los sacerdotes, hasta el río, donde navegaba hacia la morada de su mujer (Mut) en el Templo de Luxor. La unión de ambos es el dios Khonsu (dios de la Luna). El Templo de Luxor está unido al Templo de Karnak por una avenida flanqueada por 4 esfinges.

Construcción

El santuario mide 260 metros de longitud. Amenhotep III fue quien inició la construcción del templo y a él se debe la edificación de la parte interior. Fue Ramsés II quién finalizó la construcción y a él se debe el recinto exterior. Sin embargo, el templo tuvo tal relevancia que varios faraones contribuyeron al engrandecimiento del recinto con decoración, construcciones suplementarias, relieves y cambios adicionales con los que, hoy en día, cuenta. Entre estos faraones podemos mencionar a Tutanjamón o Tutankamon, que impuso el culto al disco solar Atón y abandonó el culto a dioses tradicionales; Horemheb y, muchos años después, a Alejandro Magno

La construcción inicial estaba compuesta por un gran patio, la sala Hipóstila, el vestíbulo y el santuario. Más tarde, Ramsés II agregaría un patio, la fachada, los colosos y los obeliscos, lo que modificaría el aspecto final que hoy puede apreciarse.

El Pilono fue construido por Ramsés II y relata la batalla de Qadesh, librada contra los hititas. Representa la entrada al templo.

Frente al pilono se encuentran los 2 Obeliscos. Uno de ellos se encuentra en la Plaza de la Concordia en París desde 1836 como regalo de Mohamed Alí. El 2º de ellos se encuentra en su emplazamiento original y mide unos 25 metros de altura. Está decorado con una escena de Ramsés II adorando a Amón y jeroglíficos de alabanza a las construcciones y proezas del faraón.

En la entrada se encuentran las Estatuas Sedentes de Ramsés II decoradas con imágenes los 9 pueblos conquistados por Egipto. Nefertari (esposa de Ramsés II) aparece a cada lado del trono. Está representada en estatuas de granito gris de unos 15 metros de altura. Al momento de constucción, el lugar contaba con 4 estatuas de granito rosa, aunque sólo 1 queda (la que representa a Meritamón, hija de Ramsés II)

El Patio Peristilo mide 55 metros de longitud y fue construido por Ramsés II. Está compuesto por 74 columnas papiriformes que muestran al faraón con distintas divinidades. Las columnas están distribuidas en 2 hileras alrededor del patio. En el centro de estas se encuentran 3 capillas. La central está dedicada a Amón, la izquierda a Mut y la de la derecha a Khonsu o Jonsu. Fueron construidas por Hatshepsut y Thutmose II y decoradas por Ramsés II. La decoración representa la procesión de los distritos mineros que portan ofrendas al dios, un sacrificio de Ramsés II a una diosa y ceremonias religiosas.

A continuación encontramos la Columnata Procesional de Amenhotep III formada por 14 columnas de 16 metros distribuidas en 2 hileras. En estas columnas están grabados los cartuchos de Amenhotep III, Horemheb, Seti I y Ramsés II. Este lugar mide 52x20 metros y la entrada está flanqueada por 2 Colosos Sedentes de Ramsés II con la Reina Nefertari en su pierna derecha, vestida como la diosa Hathor. Al sur de ellas se encuentran 2 estatuas dobles de Amón y Mut.

La siguiente estancia está formada por El Patio Peristilo de Amenhotep III. El interior del patio está rodeado por una doble hilera de columnas distribuidas en 3 de sus lados. El cuarto al lado del patio está unido a la Sala Hipóstila que representa la primera estancia interior del templo

De la sala Hipóstila se accede a 4 estancias:

El Vestíbulo, decorado con imágenes de emperadores romanos superpuestas sobre ls originales egipcios.

La Sala de Ofrendas, la que se encuentra decorada con imágenes religiosas en honor de Amón y Min. En esta sala Alejandro Magno construyó un depósito de barcas.

En el lado oeste de la Sala de Ofrendas encontramos la Estancia del Nacimiento, compuesto por 3 columnas y decorada con relieves que describen el nacimiento divino de Amenhotep III

http://www.civilopedia.com/historia/egipto/arquitectura/templos/templo-de-luxor/

El Templo de Luxor

Javier Brotons G.

Es el monumento más destacable de la ciudad de Luxor. Se debe fundamentalmente a la obra de 2 faraones, grandes constructores, Amenhotep III y Ramsés II. El primero construyó la parte interior y Ramsés II el recinto exterior. No obstante, el templo tuvo tal importancia que muchos otros faraones contribuyeron al engrandecimiento del recinto, con la decoración, construcciones suplementarias, relieves o realizando diferentes cambios. Entre estos se encontraban Tutanjamón - quien retomó el proyecto tras la muerte de Ajenatón (Amenhotep IV) que había impuesto el culto al disco solar Atón y abandonado el culto a los dioses tradicionales -, Horemheb y mucho más tarde Alejandro Magno.

La construcción inicial se debe muy posiblemente al arquitecto Amenhotep. El proyecto original no se separa de las construcciones clásicas, con un gran patio, la sala hipóstila, el vestíbulo, y el santuario, aunque las posteriores construcciones de Ramsés II (un patio que pasó a ser el primero del templo, la fachada, los colosos y los obeliscos) modificasen el aspecto final que hoy puede apreciarse. La longitud total del templo es de 260 metros y estaba dedicado a Amón, que en concreto en Luxor tomaba la forma de Min bajo la denominación de Amón-Min. Se llamaba Ipet-resyt en relación con el templo de Amón en Karnak con el que estaba estrechamente vinculado y del que dependía. De hecho la función principal del templo de Luxor era la procesión que una vez al año, durante la celebración del Año Nuevo, se celebraba y en la que la imagen de Amón salía de su recinto de Karnak para, a través de la avenida de las esfinges, visitar el templo de Luxor.

El pilono (5) construido por Ramsés II relata la batalla de Qadesh, librada por el faraón contra los hititas. Representa la entrada al templo. En la decoración se incluye el poema de Pentaur que glorifica el valor del faraón en la batalla.

Frente a este pilono se encontraban 2 obeliscos (4), de los cuales uno fue trasladado a la plaza de la Concordia en París en el año 1836, como regalo de Mohamed Alí. El otro, de unos 25 metros de altura se encuentra actualmente en su emplazamiento original. El obelisco está decorado con una escena en la que aparece Ramsés II adorando a Amón, y 3 franjas de jeroglíficos en las que se describe el protocolo real junto a una fórmula de alabanza a las construcciones y victorias del faraón y la duración de su reinado.

En la entrada están las famosas estatuas sedentes de Ramsés II (4) decoradas con imágenes de prisioneros que representan los 9 pueblos conquistados por Egipto. La reina Nefertari aparece a cada lado del trono. Las estatuas son de granito gris con una altura de 15.6 metros. Originalmente existían 4 estatuas mas, realizadas en granito rosa de las que actualmente sólo queda una que representa a Meritamón, la hija de Ramsés II.

El patio peristilo (7), de 55 metros de longitud, fue añadido por Ramsés II y actualmente representa el primer patio. Está compuesto por 74 columnas papiriformes que muestran al faraón con distintas divinidades. Las columnas están colocadas en 2 hileras alrededor del patio. En el centro se encuentra un santuario formado por 3 capillas dedicadas a Amón (la central), Mut (la izquierda) y Jonsu (la derecha). Construidas por Hatshepsut y Thutmose III y decoradas posteriormente por Ramsés II, servían como almacén de las barcas sagradas. La situación de las capillas es lo que hizo que el patio no siguiese el eje del templo original, sino que se encuentra desviado hacia el este. La decoración interior del patio escenifica una procesión que personifica los distritos mineros que portan ofrendas al dios, un sacrificio de Ramsés II a una diosa, la inauguración de la entrada monumental en la que aparecen los hijos del faraón y ceremonias religiosas. Hay además una inscripción que refleja las partes del templo construidas por Ramsés II.

La siguiente estancia está formada por la columnata procesional de Amenhotep III (8), formada por 14 columnas, de 16 metros de altura, dispuestas en 2 filas. En las columnas están grabados los cartuchos de Amenhotep III, Horemheb, Sethy I y Ramsés II. La estancia mide 52x20 metros y la entrada está flanqueada por 2 colosos sedentes de Ramsés II con la reina Nefertari, vestida como la diosa Hathor, en su pierna derecha. Las estatuas están realizadas en granito negro y el zócalo está decorado con escenas de prisioneros que representan a los pueblos vencidos por el faraón. Situadas en el lado sur se encuentran 2 estatuas dobles de Amón y Mut. La decoración de los muros es obra de Tutanjamón y Horemheb y sus relieves relatan la fiesta de Opet, mostrando la procesión de barcos desde Karnak y el viaje de regreso.

A continuación se encuentra el patio peristilo de Amenhotep III (9). El interior del patio está rodeado en tres de sus lados por 2 hileras de columnas con capiteles papiriformes cerrados. El patio se comunicaba con la columnata por una escalera, al estar más elevado que aquella. El cuarto lado del patio está unido a la sala hipóstila (10) que representa la primera estancia interior del templo. Originalmente la sala se encontraba techada. Cuenta con 32 columnas con capiteles papiriformes cerrados, dispuestas en 4 filas de 8 columnas cada una. Las imágenes de los dioses, que aparecen en la decoración, fueron restauradas durante la XIX dinastía ya que los originales fueron destruidos por Ajenatón .

De la sala hipostila se accede a 4 estancias o antecámaras con habitaciones auxiliares. Estas estancias son: el vestíbulo, la sala de ofrendas, la estancia del nacimiento y el santuario.

El vestíbulo (14) está decorado con imágenes de emperadores romanos superpuestas sobre los originales egipcios. La sala tiene 3 habitaciones auxiliares consagradas a Mut (11), Jonsu (12) y Amón-Min (13).

La sala de ofrendas (16) está decorada con imágenes religiosas en honor de Amón y Min. Consta de un santuario realizado por Amenhotep III. En esta estancia Alejandro Magno, que aparece representado ante Amón, construyó un deposito de barcas (17). En el lado oeste de la sala se encuentra la estancia del nacimiento (15) con 3 columnas fasciculadas y decorada con relieves que describen el nacimiento divino de Amenhotep III, como resultado de la unión del dios Amón con su madre Mutemuia. En las imágenes se lee la concepción, el embarazo y el nacimiento. A continuación hay una sala que hacía las veces de vestíbulo (18) a la última habitación, el santuario (19) construido por Amenhotep III y decorado con escenas del faraón introducido por Horus y Atum en presencia de Amón y el rey ante Amón. En el zócalo aparece una inscripción de Amenhotep III sobre la construcción del templo.

http://www.egiptologia.org/arte/templos/luxor/

Empezado por Amenofis III y terminado por Ramsés II, dedicado a Amón-Ra, Mut (esposa de Amón, representada por un buitre) y Khonsu, es el santuario del ka por excelencia.

Luxor, antigua Tebas, capital del imperio egipcio. Por razones políticas y geográficas, Tebas fue cobrando poco a poco importancia durante la X dinastía hasta transformarse en la capital de los faraones del Nuevo Imperio. Allí se veneraba con suntuosas ceremonias al dios Amón en tríada con Mut y Khonsu. A cada victoria, a cada triunfo, se erigían nuevos y grandiosos templos en honor del dios. La antigua capital egipcia fue dividida por un canal, al sur del cual surgió Luxor, en tanto que al norte fue extendiéndose el pueblo de Karnak.

El templo de Luxor, santuario del ka por excelencia, mide 260 metros de longitud y fue empezado por Amenofis III y terminado por Ramsés II. Está unido al templo de Karnak por una larga avenida adornada de esfinges un tiempo con cabeza de carnero, reemplazadas por esfinges con cabeza humana durante la XXX dinastía.

El Templo de Luxor

En la entrada del templo se levanta el monumental pilón construido por Ramsés II, que presenta un frente de 65 metros de largo. En él están esculpidos los bajorrelieves que relatan la campaña militar de Ramsés II contra los Hititas y está grabado el famoso "Poema de Pentaur", que celebra las hazañas guerreras del faraón.

Frente al pilón, había antiguamente dos obeliscos de Ramsés II que se alzaban al cielo para disipar las fuerzas nocivas y atraer los poderes celestes hacia el templo, de los que hoy sólo queda el de la izquierda, de 25 metros de altura, pues el otro fue transportado a Francia en 1833 en el centro de la Place de la Concorde.

Rodeando la entrada, dos de los seis colosos iniciales, de granito rosado de 15,50 metros de alto sobre un pedestal de 1 metro, representan al faraón sentado en su trono, quien custodia el acceso al templo del ka. Una vez atravesada esta entrada triunfal, se llega a la corte de Ramsés II, ornada por una doble hilera de columnas de capiteles papiriformes, con estatuas de Osiris en los intercolumnios. En la corte también se alza el pequeño templo de Tutmosis III, compuesto por 3 capillas dedicadas a la tríada de Amón, Mut y Khonsu.

Una imponente columnata de 25 metros nos introduce luego en la corte de Amenofis III, rodeada por tres lados por una doble hilera de columnas papiriformes. También la parte exterior del templo tiene aspectos interesantes, con sus muros provistos de numerosas capillas laterales cuyas paredes están adornadas de escenas de ceremonias religiosas y, aquí también, de escenas de la batalla contra la coalición siriaco-hitita.

Luxor es en la actualidad una pequeña ciudad de 60.000 habitantes, situada en la orilla derecha del Nilo, en el lugar que corresponde a la antigua Tebas. El nombre de Luxor deriva de la palabra árabe el-Uqsor, plural de el-Qasr que significa campamento o fortificación, haciendo referencia a dos campamentos militares que aquí se establecieron en época romana.

Tebas, que los egipcios llamaban Uaset, se extendía en el área que actualmente comprenden Karnak y Luxor. En esta gran ciudad (en el momento de máximo desarrollo contaba con más de un millón de habitantes), capital en el Imperio Nuevo de un imperio que se extendía desde el Éufrates a la Alta Nubia, se veneraba al dios Amón, cuyo centro de culto se hallaba en el gran templo de Karnak.

Una vez al año, con ocasión de la fiesta de Opet la «Fiesta del harem», que se celebraba en el segundo y el tercer mes de la estación de las inundaciones, una solemne procesión trasladaba la embarcación sagrada desde el templo de Karnak al de Luxor, llamado Ipet-resit, «Harem meridional de Amón». Este último, cuya longitud total actual es de cerca de 260 metros, lo mandó edificar Amenofis III (XVIII dinastía) sobre un edificio de culto preexistente erigido en la época de Hatshepsut; la reina había hecho edificar también seis pabellones para las paradas de la embarcación de Amón a lo largo del primitivo dromos de la XVIII Dinastía, la ruta sagrada que unía el templo de Luxor con el de Karnak.

En tiempos de Hatshepsut, la procesión de la fiesta de Opet seguía un itinerario terrestre, recorriendo el dromos que unía los dos templos, mientras que a partir de finales de la XVIII Dinastía, los simulacros de las embarcaciones sagradas de Amón, Mut y Jonsu, eran transportadas al templo de Luxor remontando el Nilo. En la fiesta de Opet, Amón de Karnak visitaba a Amón de Luxor, Amon-em-ipet, «Amón que está en su harem» y lo revitalizaba.

El templo de Luxor comprendía, en origen, una gran columnata con catorce columnas papiriformes de 19 metros de altura (su circunferencia medía casi 10 metros), delimitada al este y al oeste por una muralla adornada con relieves inspirados en momentos de la fiesta de Opet. Por la columnata, que se completó y se decoró en la época de Tutankhamón (1334-1325 a.C.), se entraba en el magnífico patio cerrado por una doble hilera de columnas, delimitado al sur por la sala hipóstila. De ahí se pasaba a la parte interna del templo, que comprende una serie de cuatro antecámaras, unas estancias accesorias y el santuario de la embarcación sagrada y que corresponde a la estancia más interna, cuyo pabellón fue reconstruido por Alejandro Magno.

Posteriormente, Ramsés II amplió el templo dándole la forma actual mediante la construcción del primer pilono decorado con relieves que representan la batalla de Qadesh, en Siria (1274 a.C.), el primer patio y, en la zona más interna del templo, un triple santuario para las embarcaciones de Amón, Mut y Jonsu, que constituían la tríada tebana. El patio de Ramsés II, delimitado por un peristilo[1] de setenta y cuatro columnas papiriformes dispuestas en doble hilera y decorado con dieciséis estatuas del propio faraón, comprende en el lado septentrional una capilla tripartita dedicaca a la tríada tebana que se remonta a la época de Hatshepsut: en el lado oriental se construyó en el siglo VI d.C., una iglesia bizantina sobre la que, durante el periodo de los sultanes Ayubís (siglo XIII d.C.) se construyó la mezquita de Abu el-Haggag, todavía hoy en funcionamiento.

También durante el reinado de Ramsés II se levantaron dos grandes obeliscos que precedían al primer pilono (palabra que deriva del vocablo griego pilon y significa «gran puerta») y que el pachá de Egipto Mohammed Alí donó a Francia en 1819. Uno de los dos obeliscos, el occidental de más de 22 metros de altura y 220 toneladas de peso fue trasladado a París en 1836 y erigido en la Plaza de la Concordia, donde actualmente se encuentra. En lo referente al segundo, se quedó in situ porque Francia renunció definitivamente a sus derechos de propiedad en 1980.

El templo de Luxor tenía una función compleja: cada año, en sus estancias más secretas, durante la fiesta de Opet, la fiesta del jubileo real, se celebraba el renacimiento divino del faraón, hijo de Amón, para reafirmar así su poder. En la penumbra de la «sala del nacimiento divino», Amón, que para la ocasión asumía la semblanza del faraón, iba al encuentro de la reina a la que Tot, el dios de cabeza de ibis, predecía su futuro destino de madre. Entonces Amón ordenaba a Knum, «el divino alfarero», que modelara en el torno al niño en gestación y su ka, su «doble», que representaría su esencia divina e inmortal. La reina, con la ayuda de Hathor, Isis y Neftis daba a luz a su hijo divino, hijo del rey de los dioses, así reconocido por el padre Amón. Y él presentaba ofrendas de incienso y flores frescas a Amón y recibía a cambio la naturaleza divina, la juventud y promesas de larga vida; luego se le coronaba como soberano legítimo de las Dos Tierras. El faraón así regenerado y reconfirmado en su papel real podía asegurar durante otro año la prosperidad a su pueblo.

El templo de Luxor también tenía la función de templo de culto de la parte divina e inmortal del faraón, el ka real, símbolo de la legitimidad de su poder. Esta función, que era de tipo universal y no estaba ligada a un único faraón, duró más de diecisiete siglos y explica el hecho de que Alejandro, cuya legitimación como soberano de Egipto dependía de su reconocimiento como hijo de Amón, reconstruyera el santuario de la embarcación del dios.

El templo de Luxor también era, según la cosmogonía tebana, adaptación local de la heliopolitana, el lugar de origen de la Ogdoade, nombre con el que se indicaban las ocho divinidades primordiales que, generadas por el demiurgo «creador de la tierra», la serpiente Irta, también llamada Kematef, crearon a su vez el mundo. Kematef y las ocho divinidades de la Ogdoade, finalizada su misión, fueron sepultados, según la tradición, en su mítica tumba de Medinet Habu donde, durante el Imperio Nuevo, se trasladaba Amón de Luxor cada diez días en la «Fiesta del décimo día».

En la época de Ramsés II, la entrada de la procesión en el templo no tenía lugar por la entrada principal del primer patio, sino por la puerta occidental que da al Nilo, reservándose la puerta oriental para que entrara el pueblo. El acceso principal del templo se utilizaba en cambio durante la fiesta anual de Amón-Min-Kamutef, en la que se conmemoraba al dios Amón como dios de la fertilidad.

En la época de Nectánebo I (380-362 a.C.), el dromos que unía Luxor con Karnak se adornó con centenares de esfinges de cabeza humana, que hoy en día son en parte visibles. Finalmente, durante el periodo romano, precisamente en tiempos de Diocleciano, hacia el 300 d.C., la parte más meridional del templo se utilizó para el culto imperial y el templo se incorporó al fuerte de la guarnición romana que se había establecido en Luxor.

Los trabajos de excavación en la zona del templo, los inició en 1885 el arqueólogo francés Gastón Maspero, entonces director del Service des Antiquités Égyptiennes, y dieron lugar al aspecto que ahora presenta el edificio. En este templo, en 1990, tuvo lugar uno de los descubrimientos más importantes de los últimos años: durante el transcurso de unos sondeos para comprobar la estabilidad de las columnas del patio de Amenofis III, se encontró un «escondrijo» que albergaba magníficas estatuas. La más hermosa, de cuarcita roja, representaba al faraón y se ha convertido en la pieza más famosa del Museo de Luxor.

[1] Peristilo: m. Entre los antiguos, lugar rodeado de columnas por la parte interior.

http://www.egiptologia.com/arqueologia/56-el-templo-de-luxor.html

La triada de Tebas

20-07-2009 | Maria Jose Rubin

En la mitología egipcia, muchos dioses forman grupos de tres deidades, conocidos como tríadas. Estas tríadas eran siempre identificadas con una gran ciudad, que les rendía culto y erigía templos para el conjunto de dioses y para cada uno de ellos en particular. Los habitantes del lugar los consideraban sus protectores, y a ellos pedían y agradecían, los respetaban y les temían.

La más famosa de las tríadas egipcias es seguramente la Tríada de Tebas, o Tríada Tebana. Estaba compuesta por Amón, Mut y Jonsu.

Los egipcios llamaban a la primera deidad con el nombre de Imen, pero los griegos lo cambiaron a Amón y así es como lo conocemos hoy. Se lo representaba en estatuas y pinturas como un ser humano con una corona formada por dos plumas verticales de gran tamaño.

Su nombre puede encontrarse en los más diversos sitios, desde inscripciones en muros hasta pequeñas piezas rituales. También se lo menciona en los textos de las pirámides, aunque sin darle demasiada importancia.

En la antigüedad, no era una deidad destacada. Surgió como el dios de un santuario de pequeñas proporciones, ubicado en el nomo IV del Alto Egipto. Con el tiempo, ganó gran presencia, sobre todo a partir de la transformación de su santuario en un templo dinástico, y su asimilación con Ra. Uno de los más famosos faraones egipcios lo eligió como parte de su nombre: Tut-ank-amón.

Mut era la figura femenina de la Tríada de Tebas. Se la representaba como una dama con corona doble, generalmente con un cetro de papiro en una de sus manos, y acompañada del dibujo de un anj.

Se la consideraba la diosa buitre, y la madre de todo el universo. Fue erigida en consorte de Amón, en reemplazo de Amonet. A partir de entonces, se hizo que adoptara a Montu y a Jonsu, pese a que ya había dioses que eran tenidos como hijos suyos.

Jonsu, por su parte, era una criatura de cuerpo humano y cabeza de halcón, coronado por un cuarto creciente y un disco lunar, ya que era el dios de la luna. Se lo representaba generalmente con un cetro.

http://sobreegipto.com/2009/07/20/la-triada-de-tebas/#more-2076

La mezquita de Abu Haggag

04-05-2009 | Maria Jose Rubin

Luxor es bien conocida como una ciudad de antiguos templos faraónicos, pero no son éstos los únicos atractivos que tiene para ofrecernos. La historia y la arquitectura también se combinan en otros monumentos de tiempos más recientes, que nos permiten apreciar épocas diferentes su pasado.

La Mezquita de Abu Haggag se encuentra, justamente, sobre las ruinas del antiguo Templo de Luxor. Fue construida en el siglo XI d.C. a partir de sus viejas columnas, datadas en el siglo XIV antes de Cristo.

Fue redescubierta al momento de la excavación en el templo mismo, a fines del siglo XIX. Los habitantes musulmanes de la ciudad se resistieron firmemente a que fuera destruida, y gracias a ello hoy en día podemos apreciar la magnífica conjugación de elementos islámicos y egipcios que compone.

Fue dedicada a Abu Haggag, un jeque sufí nacido en Baghdad que se trasladó a Luxor durante buena parte de los últimos tiempos de su vida. Murió en el año 1243, a 90 años de edad, y actualmente es una de las figuras espirituales más importantes de la ciudad.

Parte de la estructura de la mezquita es anterior a la época en que vivió Abu Haggag, ya que el minarete fue datado en el siglo XI, pero el edificio fue reconstruido en sucesivas ocasiones, y en una de ellas es que se lo erigió para honrar al difunto jeque. Esto se debió a que, en el momento en que el gobernante de la época decidió derribar la mezquita, él se opuso firmemente.

Acorde a la leyenda, el día mismo en que el oficial pensaba ejecutar las obras, despertó con el cuerpo paralizado, y atribuyó semejante fenómeno a un poder sobrenatural de Haggag.

La mezquita es un lugar religioso de referencia para el culto musulmán, y por ello se convirtió en el lugar en que se celebra una tradicional fiesta: la moulid. Esta costumbre, presente en diversas regiones del territorio egipcio, conmemora el aniversario de nacimiento de un personaje importante de la historia de la religión.

Por ejemplo, el principal moulid es el Moulid el-Naby, que recuerda el nacimiento del Profeta. En Luxor, se desarrolla el Moulid de Abu Haggag, en su mezquita. Tiene lugar generalmente a principios de noviembre.

http://sobreegipto.com/2009/05/04/la-mezquita-de-abu-haggag/

LUXOR

Empezado por Amenofis III y terminado por Ramsés II, dedicado a Amón-Ra, Mut (esposa de Amón, representada por un buitre) y Khonsu, es el santuario del ka por excelencia.

Luxor, antigua Tebas, capital del imperio egipcio. Por razones políticas y geográficas, Tebas fue cobrando poco a poco importancia durante la X dinastía hasta transformarse en la capital de los faraones del Nuevo Imperio. Allí se veneraba con suntuosas ceremonias al dios Amón en tríada con Mut y Khonsu. A cada victoria, a cada triunfo, se erigían nuevos y grandiosos templos en honor del dios. La antigua capital egipcia fue dividida por un canal, al sur del cual surgió Luxor, en tanto que al norte fue extendiéndose el pueblo de Karnak.

El templo de Luxor, santuario del ka por excelencia, mide 260 metros de longitud y fue empezado por Amenofis III y terminado por Ramsés II. Está unido al templo de Karnak por una larga avenida adornada de esfinges un tiempo con cabeza de carnero, reemplazadas por esfinges con cabeza humana durante la XXX dinastía.

En la entrada del templo se levanta el monumental pilón construido por Ramsés II, que presenta un frente de 65 metros de largo. En él están esculpidos los bajorrelieves que relatan la campaña militar de Ramsés II contra los Hititas y está grabado el famoso "Poema de Pentaur", que celebra las hazañas guerreras del faraón.

Frente al pilón, había antiguamente dos obeliscos de Ramsés II que se alzaban al cielo para disipar las fuerzas nocivas y atraer los poderes celestes hacia el templo, de los que hoy sólo queda el de la izquierda, de 25 metros de altura, pues el otro fue transportado a Francia en 1833 en el centro de la Place de la Concorde.

Rodeando la entrada, dos de los seis colosos iniciales, de granito rosado de 15,50 metros de alto sobre un pedestal de 1 metro, representan al faraón sentado en su trono, quien custodia el acceso al templo del ka. Una vez atravesada esta entrada triunfal, se llega a la corte de Ramsés II, ornada por una doble hilera de columnas de capiteles papiriformes, con estatuas de Osiris en los intercolumnios. En la corte también se alza el pequeño templo de Tutmosis III, compuesto por 3 capillas dedicadas a la tríada de Amón, Mut y Khonsu.

Una imponente columnata de 25 metros nos introduce luego en la corte de Amenofis III, rodeada por tres lados por una doble hilera de columnas papiriformes. También la parte exterior del templo tiene aspectos interesantes, con sus muros provistos de numerosas capillas laterales cuyas paredes están adornadas de escenas de ceremonias religiosas y, aquí también, de escenas de la batalla contra la coalición siriaco-hitita.

Luxor es en la actualidad una pequeña ciudad de 60.000 habitantes, situada en la orilla derecha del Nilo, en el lugar que corresponde a la antigua Tebas. El nombre de Luxor deriva de la palabra árabe el-Uqsor, plural de el-Qasr que significa campamento o fortificación, haciendo referencia a dos campamentos militares que aquí se establecieron en época romana.

Tebas, que los egipcios llamaban Uaset, se extendía en el área que actualmente comprenden Karnak y Luxor. En esta gran ciudad (en el momento de máximo desarrollo contaba con más de un millón de habitantes), capital en el Imperio Nuevo de un imperio que se extendía desde el Éufrates a la Alta Nubia, se veneraba al dios Amón, cuyo centro de culto se hallaba en el gran templo de Karnak.

Una vez al año, con ocasión de la fiesta de Opet la «Fiesta del harem», que se celebraba en el segundo y el tercer mes de la estación de las inundaciones, una solemne procesión trasladaba la embarcación sagrada desde el templo de Karnak al de Luxor, llamado Ipet-resit, «Harem meridional de Amón». Este último, cuya longitud total actual es de cerca de 260 metros, lo mandó edificar Amenofis III (XVIII dinastía) sobre un edificio de culto preexistente erigido en la época de Hatshepsut; la reina había hecho edificar también seis pabellones para las paradas de la embarcación de Amón a lo largo del primitivo dromos de la XVIII Dinastía, la ruta sagrada que unía el templo de Luxor con el de Karnak.

En tiempos de Hatshepsut, la procesión de la fiesta de Opet seguía un itinerario terrestre, recorriendo el dromos que unía los dos templos, mientras que a partir de finales de la XVIII Dinastía, los simulacros de las embarcaciones sagradas de Amón, Mut y Jonsu, eran transportadas al templo de Luxor remontando el Nilo. En la fiesta de Opet, Amón de Karnak visitaba a Amón de Luxor, Amon-em-ipet, «Amón que está en su harem» y lo revitalizaba.

El templo de Luxor comprendía, en origen, una gran columnata con catorce columnas papiriformes de 19 metros de altura (su circunferencia medía casi 10 metros), delimitada al este y al oeste por una muralla adornada con relieves inspirados en momentos de la fiesta de Opet. Por la columnata, que se completó y se decoró en la época de Tutankhamón (1334-1325 a.C.), se entraba en el magnífico patio cerrado por una doble hilera de columnas, delimitado al sur por la sala hipóstila. De ahí se pasaba a la parte interna del templo, que comprende una serie de cuatro antecámaras, unas estancias accesorias y el santuario de la embarcación sagrada y que corresponde a la estancia más interna, cuyo pabellón fue reconstruido por Alejandro Magno.

Posteriormente, Ramsés II amplió el templo dándole la forma actual mediante la construcción del primer pilono decorado con relieves que representan la batalla de Qadesh, en Siria (1274 a.C.), el primer patio y, en la zona más interna del templo, un triple santuario para las embarcaciones de Amón, Mut y Jonsu, que constituían la tríada tebana. El patio de Ramsés II, delimitado por un peristilo(1) de setenta y cuatro columnas papiriformes dispuestas en doble hilera y decorado con dieciséis estatuas del propio faraón, comprende en el lado septentrional una capilla tripartita dedicaca a la tríada tebana que se remonta a la época de Hatshepsut: en el lado oriental se construyó en el siglo VI d.C., una iglesia bizantina sobre la que, durante el periodo de los sultanes Ayubís (siglo XIII d.C.) se construyó la mezquita de Abu el-Haggag, todavía hoy en funcionamiento.

También durante el reinado de Ramsés II se levantaron dos grandes obeliscos que precedían al primer pilono (palabra que deriva del vocablo griego pilon y significa «gran puerta») y que el pachá de Egipto Mohammed Alí donó a Francia en 1819. Uno de los dos obeliscos, el occidental de más de 22 metros de altura y 220 toneladas de peso fue trasladado a París en 1836 y erigido en la Plaza de la Concordia, donde actualmente se encuentra. En lo referente al segundo, se quedó in situ porque Francia renunció definitivamente a sus derechos de propiedad en 1980.

El templo de Luxor tenía una función compleja: cada año, en sus estancias más secretas, durante la fiesta de Opet, la fiesta del jubileo real, se celebraba el renacimiento divino del faraón, hijo de Amón, para reafirmar así su poder. En la penumbra de la «sala del nacimiento divino», Amón, que para la ocasión asumía la semblanza del faraón, iba al encuentro de la reina a la que Tot, el dios de cabeza de ibis, predecía su futuro destino de madre. Entonces Amón ordenaba a Knum, «el divino alfarero», que modelara en el torno al niño en gestación y su ka, su «doble», que representaría su esencia divina e inmortal. La reina, con la ayuda de Hathor, Isis y Neftis daba a luz a su hijo divino, hijo del rey de los dioses, así reconocido por el padre Amón. Y él presentaba ofrendas de incienso y flores frescas a Amón y recibía a cambio la naturaleza divina, la juventud y promesas de larga vida; luego se le coronaba como soberano legítimo de las Dos Tierras. El faraón así regenerado y reconfirmado en su papel real podía asegurar durante otro año la prosperidad a su pueblo.

El templo de Luxor también tenía la función de templo de culto de la parte divina e inmortal del faraón, el ka real, símbolo de la legitimidad de su poder. Esta función, que era de tipo universal y no estaba ligada a un único faraón, duró más de diecisiete siglos y explica el hecho de que Alejandro, cuya legitimación como soberano de Egipto dependía de su reconocimiento como hijo de Amón, reconstruyera el santuario de la embarcación del dios.

El templo de Luxor también era, según la cosmogonía tebana, adaptación local de la heliopolitana, el lugar de origen de la Ogdoade, nombre con el que se indicaban las ocho divinidades primordiales que, generadas por el demiurgo «creador de la tierra», la serpiente Irta, también llamada Kematef, crearon a su vez el mundo. Kematef y las ocho divinidades de la Ogdoade, finalizada su misión, fueron sepultados, según la tradición, en su mítica tumba de Medinet Habu donde, durante el Imperio Nuevo, se trasladaba Amón de Luxor cada diez días en la «Fiesta del décimo día».

En la época de Ramsés II, la entrada de la procesión en el templo no tenía lugar por la entrada principal del primer patio, sino por la puerta occidental que da al Nilo, reservándose la puerta oriental para que entrara el pueblo. El acceso principal del templo se utilizaba en cambio durante la fiesta anual de Amón-Min-Kamutef, en la que se conmemoraba al dios Amón como dios de la fertilidad.

En la época de Nectánebo I (380-362 a.C.), el dromos que unía Luxor con Karnak se adornó con centenares de esfinges de cabeza humana, que hoy en día son en parte visibles. Finalmente, durante el periodo romano, precisamente en tiempos de Diocleciano, hacia el 300 d.C., la parte más meridional del templo se utilizó para el culto imperial y el templo se incorporó al fuerte de la guarnición romana que se había establecido en Luxor.

Los trabajos de excavación en la zona del templo, los inició en 1885 el arqueólogo francés Gastón Maspero, entonces director del Service des Antiquités Égyptiennes, y dieron lugar al aspecto que ahora presenta el edificio. En este templo, en 1990, tuvo lugar uno de los descubrimientos más importantes de los últimos años: durante el transcurso de unos sondeos para comprobar la estabilidad de las columnas del patio de Amenofis III, se encontró un «escondrijo» que albergaba magníficas estatuas. La más hermosa, de cuarcita roja, representaba al faraón y se ha convertido en la pieza más famosa del Museo de Luxor.

1) Peristilo: m. Entre los antiguos, lugar rodeado de columnas por la parte interior.

2) Galería de columnas que rodea un edificio o parte de él.

http://www.culturegipcia.es/pagina/templos/luxor/luxor.htm

El templo de Luxor, situado en el corazón de la antigua Tebas, fue construido esencialmente bajo las dinastías XVIII y XIX egipcias. Estaba consagrado al dios Amón bajo sus dos aspectos de Amón-Ra. Las partes más antiguas actualmente visibles remontan a Amenofis III y a Ramsés II. Seguidamente, nuevos elementos fueron añadidos por Shabako, Nectanebo I y la dinastía ptolemaica. En época romana, el templo fue parcialmente transformado en campo militar. El edificio, uno de los mejores conservados del Nuevo Imperio egipcio, aún mantiene numerosas estructuras. Además del gran pilono, el visitante puede también atravesar dos grandes peristilos y la columnata monumental que enlaza estos dos patios. El santuario propiamente dicho, residencia del Amón de Opet, al igual que las salas que conservan una gran parte de sus baldosas.

Forma parte del conjunto denominado Antigua Tebas con sus necrópolis, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979.

http://es.wikipedia.org/wiki/Templo_de_Luxor

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