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Teatro de la Ópera de Sídney

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Tipo: Edificios Civiles

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Continente: Oceanía

País: Australia

Localización:

Año: 1973

Estado: Terminado

Descripción:Situado en Bennelong Point, al sur del puerto y cerca del puente, la figura del Teatro de la Ópera de Sydney se alza como un gigantesco cisne surrealista, una fantasía de acero y cemento que parece a punto de emprender el vuelo. La fascinante relación visual entre el teatro y el puerto, con sus barcos, sirvió de inspiración para las velas que parecen caer del edificio. Justo al lado del teatro se encuentra la inconfundible silueta del Puente del Puerto de Sydney, el conocido como Perchero, que posee una gran fuerza y elegancia. Desde su plataforma es posible contemplar un extraordinario panorama del Teatro de la Ópera. Todo el conjunto simboliza a Sydney como ningún otro monumento de la ciudad.

En 1959 se presentaron hasta 222 proyectos de 32 países al concurso para construir un teatro de ópera en Sydney. El ganador fue un arquitecto danés prácticamente desconocido, Joern Utzon, de cuarenta años de edad. Al igual que muchos otros concursantes, Utzon no había visto in situ el emplazamiento y trabajó exclusivamente con fotografías. Su diseño está inspirado, como ya dijimos, en parte por las velas de los yates del puerto de Sydney y por otra parte en los templos mayas y aztecas de México. Desde un punto de vista técnico, el proyecto de Utzon era el más difícil de poner en práctica, pero también el más insólito e interesante.

Tanto el aspecto del futuro edificio como el coste desmesurado despertaron gran controversia. Los taxistas de Sydney llegaron incluso hasta las manos al discutir sobre sus méritos. El Teatro debió haberse inaugurado en 1963, con un coste presupuestado en 7 millones de dólares, pero se tardaron aún más de diez años en construirlo y los costes se dispararon hasta la cifra de 100 millones de dólares. Gracias a la lotería se recaudó la mayor parte de la diferencia. El proyecto siguió adelante envuelto en todo tipo de debates y hostilidades. Utzon renunció al proyecto en 1966 y el ingeniero Arup retomó el mismo tras rediseñar los planos ante la imposibilidad de llevar a cabo los originales. Con todo, las computadoras acabaron por resolver muchas de las dificultades técnicas que entrañaba la construcción.

El Teatro de la Ópera fue inaugurado finalmente el 20 de octubre de 1973 por la reina Isabel II. Sin lugar a dudas, es uno de los edificios más bellos del mundo entero erigidos tras la Segunda Guerra Mundial. Aparece en todo su esplendor contemplándose desde las aguas del puerto y por la noche, cuando se ilumina, es simplemente maravilloso. En la ubicación en donde se alza el teatro antaño había un fuerte militar y posteriormente una cochera de tranvías. El complejo cubre una extensión de casi dos hectáreas y las conchas que conforman el tejado pesan unas 160.000 toneladas y están sujetas por unos 350 kilómetros de cable. En las velas hay más de un millón de tejas de protección contra los hongos, de fabricación sueca, que brillan al sol y no necesitan limpieza alguna.

El interior del edificio fue calificado en su época como gótico de la era espacial, con vigas de acero, abanicos de cemento y 6.200 metros cuadrados de vidrio tintado. El teatro posee úno de los telones más grandes del mundo, fabricado en lana, y cada cortina mide 93 metros de altura y necesita la presencia de seis personas para moverla. Confeccionadas en Francia, son un diseño del australiano John Coburn. El interior alberga cinco salas de actuaciones, un cine y dos restaurantes. La sala de ópera tiene capacidad para 1.500 personas y la de conciertos para 2.700. Por otra parte, el órgano es uno de los más grandes del mundo y tiene la asombrosa cifra de 10.500 tubos. El escenario sirve de base para la Orquesta Sinfónica y el Coro Filarmonía de Sydney.

http://leiter.wordpress.com/2011/03/22/el-teatro-de-la-opera-de-sydney/

La Ópera de Sydney o Sydney Opera House es sin lugar a dudas el símbolo por antonomasia de Australia. Está situada en la ciudad de Sydney. La Ópera de Sy­dney es también uno de los edificios más famosos del siglo XX. Fue diseñada por el arquitecto danés Jørn Utzon en 1957 e inaugurado en 1973. El edificio es singular en todos sus ángulos, el tejado tiene 67 metros de altura, tiene 27.000 toneladas de azulejos suecos, y más de 1.000.000 de piezas. 4.5 millones de visitas al año.

La Ópera de Sydney tiene cuatro auditorios principales para Ópera, danza, conciertos y teatro. Realiza más de 2.400 eventos anuales, por lo que no sólo es un impresionante edificio, sino que también es una referencia para el arte. La Opera de Sydney fue declarada Patrimonio de la Humanidad en el 2007. Es la sede de la compañía Ópera Australia, la Compañía de Teatro de Sydney y la Orquesta Sinfónica de Sydney.

Opera de Sidney

Orígenes de la Sydney Opera House: A finales de los años 40 el director del Conservatorio de Música de Sydney sostuvo que la ciudad necesita un edificio para las grandes producciones. En 1954, Eugene Goossens obtuvo el apoyo del primer ministro australiano para su construcción. El lugar elegido fue la península de Bennelong Poing, sobre la Bahía de Sydney. El 13 de septiembre de 1955 se inició un concurso al que se presentaron 222 proyectos de 28 paí­ses. El ganador fue Jørn Utzon, un arquitecto de Dinamarca de 38 años. Su presupuesto inicial era de 7 millones de dólares, por debajo de los costes estimados de los ganadores del segundo y tercer premio (10.8 millones y 15.6 millones de dólares).

Opera Sidney

Jørn Utzon no presentó un proyecto terminado, sino unos diseños y diagramas. El proyecto fue muchí­simo más complejo de lo estimado, por momentos (años) incluso dudaron que pudiera construirse, pues llevaba a los arquitectos e ingenieros a los lí­mites de la tecnologí­a de aquellos años. Los conflictos generados por las demoras y los sobrecostes acabaron con la dimisión del arquitecto. El 20 de octubre de 1973, casi 17 años después de que el proyecto de Utzon fuera elegido, se inauguró la Opera de Sy­dney, con un coste superior a los 102 millones de dólares.

Syney Opera House

El arquitecto de la Opera de Sidney abandonó Australia y nunca llegó a ver concluida su obra. Bueno esto no es del todo correcto, en 1999, cuarenta y dos años después del inicio del proyecto, aceptó una invitación del gobierno australiano, y a dí­a de hoy co-dirige conjuntamente con su hijo, las obras de remodelación de los interiores.

http://www.pasaporteblog.com/opera-de-sydney/

Escrito por Ignacio Martínez Buenaga (CREHA)

Teatro de la Ópera

Jorn Utzon

Sidney. 1973.

La arquitectura posterior a la Segunda Guerra Mundial pone en cuestión los principios, hasta entonces incuestionables, que habían fijado las características de lo que hemos dado en llamar Movimiento Moderno en arquitectura. Principalmente sus ideales de funcionalidad y de rígido racionalismo constructivo, que se estaban convirtiendo en un corsé excesivamente estricto a la creatividad de los arquitectos, y a las posibilidades de diversificación del concepto de arquitectura. La consecuencia será la aparición de una serie de tendencias constructivas que se suceden febrilmente en la década de los años 50 y 60. Unas, todavía mantendrán a pesar de su nueva interpretación una deuda con el Movimiento Moderno, con el que no establecen una ruptura definitiva; otras por el contarrio reniegan del Movimiento Moderno, desarrollando un modelo constructivo completamente nuevo. Entre esas tendencias se encuentran el Neoexpresionismo, el Regionalismo, la Tendenza, el Populismo y la Arquitectura postmoderna.

Una de ellas, el Neoexpresionismo, rompe, como decimos, con la tradición del Racionalismo clásico y apuesta por seguir la estela abierta en su momento por la arquitectura de Mendelsohn y las formas orgánicas que surgieron en torno a la I Guerra Mundial. Hay en ello también una evidente influencia de Alvar Aalto, por lo que no es de extrañar que sean autores escandinavos sus principales representantes. Entre otros, Jorn Utzon y Eero Saarinen, autor este último de la Terminal de la TWA del aeropuerto Kennedy de Nueva York.

Jorn Utzon (Copenhague 1918-2008) pasa a la historia principalmente por su obra emblemática en la bahía de Sydney, su Teatro de la Ópera. Heredero de la tradición escandinava de Alvar Aalto y de la arquitectura orgánica impulsada por F. Lloyd Wrigth y por el propio Aalto, Utzon no es solamente el autor de este edificio, aunque así lo parezca cuando se lee su biografía, sino también de construcciones como la Iglesia de Bagsvaerd, en Dinamarca; el Can Lis de Mallorca; el Theater de Zúrich, o el Utzon Center en Aalborg, Dinamarca, su última obra. En todas ellas da muestras de su estrecha relación al organicismo arquitectónico, aunque con el paso de los años tiende a simplicar su estilo con una mayor sobriedad y sencillez formal. El reconocimiento a su obra y en concreto a su construcción más conocida, la que hoy nos ocupa, le llegó al final de su vida: en 1992, recibe el Premio de la Fundación Wolf de las Artes; en 2003, es nombrado Doctor Honoris Causa de la Universidad de Sydney, y finalmente ese mismo año recibe también el Premio Pritzker, el nobel de la arquitectura.

Su nombre por tanto, siempre estará unido a la construcción del Teatro de la Ópera de Sydney, por más que sufrió no pocas dificultades para avanzar en su construcción y que él mismo no sería quien acabara la obra. El resultado final especialmente en lo que se refiere a su apariencia externa es espectacular, y muy original. Se advierte el ascendiente directo de Alvar Aalto, que sin perder de vista una estricta racionalidad casi minimalista en sus construcciones, ya había dado buena prueba de su interés por asociar sus obras a elementos y organismos de la naturaleza. Su enorme influencia, sobre todo lógicamente en Escandinavia, y un nuevo interés por reconvertir ese organicismo en una propuesta abierta, original, imaginativa y libre del lastre racionalista, dará lugar al proyecto de un joven arquitecto que en 1957 gana el concurso de adjudicación de la Ópera de Sydney, el danés Jorn Utzon. Aunque curiosamente su proyecto sólo contaba con un dibujo del edificio y no el diseño completo con todas las medidas, lo que a la larga complicaría llevar a efecto la obra, si bien la belleza formal y la originalidad del proyecto convencieron al jurado.

Se asienta el edificio sobre una gran plataforma rectangular, aunque la verdadera originalidad y la complejidad estructural del edificio consistió en su abovedamiento: una serie de conchas blancas, yuxtapuestas y erguidas, que igual recordaban las velas de los barcos que los caparazones de unos gigantescos moluscos. Algo novedoso, imaginativo y además muy apropiado para el lugar en el que se iba a ubicar el edificio, en plena bahía de Sidney. La construcción en cualquier caso de dicha cubierta no iba a ser fácil. El proyecto original hubo de sufrir diversas variaciones, en especial las que reconvirtieron las conchas originales en casquetes de sección esférica por razones de cálculos estructurales, lo que en cualquier caso no afectaba a la apriencia orgánica del edificio. También se decidió que se construyeran a base de hormigón prefabricado, cubriéndose definitivamente con azulejería blanca. Sus dimensiones, especialmente su altura, y su forma, requirió además la construcción de un costillar de apoyo sobre el que asentar las bóvedas, así como un sistema de sostén de más de quinientos pilares cimentados incluso bajo el mar.

Los problemas siguieron, no obstante, sobre todo cuando el nuevo gobierno surgido de las urnas en Nuevas Gales del Sur en 1965 empezó a cuestionar el trabajo de Utzon, al que además se le obligó a verificar los proyectos en el nuevo Ministerio de Obras Públicas. Esta subordinación al poder político, que iba asociada además a un recorte presupuestario y a una limitación en su toma de decisiones, le empujó a abandonar el proyecto en 1966 sin que se hubiera concluido la obra. Se haría entonces cargo del proyecto Peter Hall, que introduciría algunos cambios, sobre todo en la concepción interior de algunas salas y en especial del Salón de la Ópera que se vería notablemente ampliado.

Finalmente, el edificio se inauguró en 1973, convirtiéndose hoy por hoy no sólo en el símbolo por excelencia de la ciudad y casi de aquel continente, sino en una imagen característica también de la arquitectura más actual. Y si bien la autoría sólo puede concederse a Utzon, y hemos visto al principio que con el tiempo se le reconoció su mérito en la propia ciudad de Sydney, las desavenencias que hubo no se olvidaron fácilmente, y tal vez por ello él nunca más regresó a Australia para ver terminada su obra maestra.

http://www.artecreha.com/Miradas_CREHA/jorn-utzon-opera-de-sidney.html

http://es.wikipedia.org/wiki/Ópera_de_Sídney

http://www.viajablog.com/el-teatro-de-la-opera-de-sidney-de-luto/

http://www.sydneyoperahouse.com/

Vídeo:

Web recomendada: http://www.skyscrapercity.com/showthread.php?t=327198

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