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Nombre:

Palacio de Montecristo

Otro: Château de Monte-Cristo

Localización:

Tipo: Edificios Civiles

Categoría:

Foto:

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Continente: Europa

País: Francia

Localización: Le Port-Marly, Departamento de Yvelines, Región de la Isla de Francia

Año: 1844-1847

Estado: Terminado

Descripción:Palacio de Monte-Cristo, el capricho extravagante de Alejandro Dumas

En el cénit de su gloria, el escritor se hizo construir un palacio acorde con su estilo de vida desmesurado

El palacio de Monte-Cristo fue el capricho extravagante de Alejandro Dumas (1802-1870), uno de los escritores en lengua francesa más popular de todos los tiempos, también en el extranjero. Este coqueto château, a unos 20 kilómetros al oeste de París, es una perla escondida en una colina de Port-Marly, sobre el Sena. Aunque Dumas pudo disfrutar muy poco tiempo de esta residencia, pues se arruinó y hubo de venderla, su espíritu y su memoria siguen muy presentes.

El autor de Los tres mosqueteros se hallaba en el cénit de su gloria, en 1844, cuando adquirió la finca, que bautizó con el nombre de otra de sus obras más célebres, El conde de Montecristo (la traducción en castellano de la novela juntó las dos palabras, que en francés van entre guiones). Dumas necesitaba un lugar tranquilo para activar al máximo su imaginación y que las palabras fluyeran sobre el papel.

Era un hombre que no reparaba en gastos. Ordenó al arquitecto, Hippolyte Durand, que construyera un palacio principal en estilo renacimiento y otro adicional, para su despacho, de factura neogótica. Los jardines debían ser a la inglesa –con prados y bosquecillos, sin simetrías-, completados con fuentes, estanques y cascadas. El proyecto fue adelante y se completó en julio de 1847.

Dumas llevaba un estilo de vida desmesurado. Era un hombre rico pero dilapidaba el dinero. Irrefrenable donjuán, gourmet, anfitrión generoso de espléndidas fiestas y viajero incansable, el escritor no tenía suficiente con los ingresos que le proporcionaba su teatro, sus periódicos y sus libros. Acosado por los acreedores, se vio obligado a vender primero el mobiliario del palacio, en 1848, y, un año después, la entera propiedad.

En las salas de château el visitante aprende el origen de Dumas, nieto de una esclava negra de la isla de Santo Domingo, donde su abuelo, con título de marqués, poseía una plantación. Quizás esa raíz exótica impulsó el instinto viajero del escritor, que sentía debilidad por Italia. Una de las salas de Monte-Cristo tiene decoración morisca. Durante un viaje a Túnez, en 1846, Dumas quedó impresionado por la arquitectura del palacio del Bey. Decidió llevarse a Francia a dos artistas locales para que reprodujeran en Montecristo lo que él había visto en la Alhambra de Granada, en el Alcázar de Sevilla y en el mismo Túnez. La restauración de la sala, en 1985, fue financiada por el rey Hassan II de Marruecos.

Dumas fue considerado un instrumento útil del gobierno de su época. Lo animaron a visitar Argelia para que luego sus escritos animaran a los franceses a instalarse en la nueva colonia. En 1858, durante diez meses, recorrió Rusia y el Cáucaso. Lo recibieron como un príncipe. Lo agasajaron con recepciones y fue invitado a participar, en trineo, en una cacería de osos.

En la planta superior del château de Monte-Cristo hay una exposición, hasta el 9 de junio, dedicada a la relación de Dumas con las mujeres. El escritor fue durante toda su vida un extraordinario seductor, si bien caballeroso y generoso. Simultaneaba varias amantes. Con algunas de ellas tuvo aventuras fugaces; con otras la relación fue esporádica aunque duradera. Según escribió en uno de sus libros, “cuando se llega a una cierta posición de riqueza o de celebridad, no se tiene el tiempo de buscar ni la necesidad de mentir”. “He tenido en los brazos a las mujeres más bellas de París, de Florencia, de Roma, de Nápoles, de Madrid y de Londres”, afirmó en un texto de espíritu autobiográfico. En una carta escrita a su hijo, en 1852, le habla de una pastelera de Bruselas, Marie X. “Me he acostado con una chica muy bella que no quiere nada a cambio, salvo un sombrero de verano, de paja amarilla o simplemente blanco”, le contó.

El palacio de Monte-Cristo fue salvado de su destrucción en 1970. La finca era codiciada para un proyecto inmobiliario que al final se abandonó. Hoy depende de tres municipios y de una fundación. En el 2016 se realizó una importante obra de restauración. Periódicamente es escenario de representaciones teatrales, lecturas literarias, conciertos y espectáculos para niños. El entorno proporciona una atmósfera ideal para dar vida a lo que Dumas plasmó en sus libros y para incitar a leerlos.

https://www.lavanguardia.com/ocio/viajes/20190516/462105391401/castillo-monte-cristo-alejandro-dumas-paris-francia.html

El Castillo de Montecristo: Es una realidad

06 de Enero de 2013

Teresa Gutiérrez Chávez

El lugar que sirvió de inspiración a Alejandro Dumas sí existe en un hermoso rincón parisino.

Si me hablan de Los tres mosqueteros, imagino a D’Artagnan bajo los rasgos físicos del actor Michael York, quien encarnó al ilustre espadachín en la versión cinematográfica de 1973; aunque, asimismo, se me venga a la mente la tortuga de dibujos animados, que florete en mano y al grito de “D’Artagnan al ataqueeeeeeee...”, se lanzaba al rescate de todo aquel que estuviera en peligro.

En ese mismo orden de ideas, Alejandro Dumas padre, el autor de la célebre novela de capa y espada, que nos deleitara de niños o adolescentes, y la igualmente famosa El conde de Montecristo no podía tener otras características fisonómicas que las de Gérard Dépardieu: blanco, cabello lacio rubio y ojos azules, ya que el actor francés interpretó el papel del escritor en la película El otro Dumas.

Los diferentes bustos y fotos reunidos en el castillo de Montecristo me mostraron un Dumas mulato, de pelo negro ensortijado y ojos negros, por cuanto descendía de un marqués de origen francés, propietario de una plantación en la isla hoy llamada Haití, y de una esclava negra africana, Marie Césette du mas (de la finca).

El Castillo de Montecristo

En 1844, tras el éxito de Los tres mosqueteros y El conde de Montecristo, el prolífico hombre de letras compró un vasto terreno en la comuna de Port-Marly, uno de los lugares más hermosos de la región parisina, a fin de convertir su sueño en realidad. Deseaba morar en un castillo renacentista que tuviera vista a un pabellón gótico rodeado por un estanque, en medio de un parque con senderos y una tupida y abundante vegetación que ocultara rocas y cuevas, y cuyos claros dejaran entrever las cortinas de agua de las cascadas.

Desde su inauguración, el 25 de julio de 1847, el lugar se convirtió en el punto de convergencia de las personalidades de la época. Dumas organizaba suntuosas recepciones y comidas gastronómicas que él mismo minuciosamente elaboraba. El parque entero se llenaba de gente invitada y de quienquiera que apeteciera unirse al jolgorio, del que también participaban los numerosos perros, gatos, papagayos, buitres y monos que vivían allí.

Aquel fastuoso tren de vida y la anárquica administración de sus finanzas lo llevaron en poco tiempo a la bancarrota. La persecución a la que lo sometieron sus acreedores lo obligaron a vender sus muebles y objetos de valor e hipotecar el castillo. Tiempo después, sirviéndose de un amigo testaferro lo adquirió por 30.000 francos, aunque su precio real superaba los 200.000. Merced a dicha estratagema pudo seguir viviendo allí hasta el 10 de diciembre de 1851, fecha en que se exilió en Bélgica para escapar de sus 153 acreedores.

Visita el castillo

Empezamos en el Castillo de If, pero no aquel que se halla frente a los costas marsellesas y donde Dumas hizo que el conde de Montecristo, su personaje, viviera su cautiverio, sino por el pabellón de estilo gótico, que el escritor bautizó de esa manera y utilizaba como gabinete de trabajo. El pintoresco castillo semeja una casita de chocolate y frutas confitadas. Los títulos de sus obras, grabados sobre placas blancas, y las níveas imágenes esculpidas en piedra de algunos de sus personajes novelescos y teatrales cubren por entero las fachadas, produciendo la impresión de una nubecilla de azúcar impalpable espolvoreada sobre la pieza de repostería.

Un pequeño puente de piedra permite franquear el estanque y llegar hasta delante del pabellón. Debido a su exigüidad, está prohibido acceder a su interior. A través de una puerta de vidrio transparente nos asomamos al que fuera su aposento de escritura. Se cuenta que antaño era una habitación púrpura y oro, con cielo raso azul sembrado de estrellas y paneles pintados en las paredes.

Hoy solo está su mesa de trabajo, esa sobre la que ininterrumpidamente llenaba páginas y páginas durante doce horas diarias, completando una cada quince minutos. Sin embargo, los historiadores afirman que, incluso a tal ritmo, el tiempo no le hubiera alcanzado para escribir las más de 300 extensas obras (novelas, dramas, tragedias, melodramas, poemas…) que publicó.

Al parecer, y no era secreto en la sociedad de su época, un grupo de 63 “colaboradores” le ayudaban en la tarea. De ahí que se le llamara el negro de los negros. Uno de ellos, un historiador de nombre Auguste Maquet, a quien esa relación terminó hastiando, lo llevó a juicio. El juez falló a favor de Dumas, alegando que los escritos de sus “colaboradores” estaban bien documentados y estructurados, pero que les faltaba el estilo propio del escritor.

A pocos pasos se yergue el Castillo de Montecristo. Sobre los dinteles de las ventanas de la planta baja, sendos medallones con los rostros en alto relieve de Lamartine, Chateaubriand, Sófocles, Homero, Virgilio, Byron, Shakespeare y otros autores de renombre abrazan el edificio. El de Dumas acoge a los visitantes desde la parte superior de la puerta de entrada. En el frontispicio aparecen también su divisa personal J’aime qui m’aime (quiero a quien me quiere) y las armas de sus antepasados.

Adentro se exhiben ejemplares del siglo XIX de sus obras, facsímiles de sus cartas y varios retratos de familia. El comedor se abre hacia el jardín a través de amplios ventanales, y la luz que penetra realza un busto en mármol del autor. Los trofeos dispuestos en el salón ponen de relieve su pasión por la caza, mientras que la edición original de su Gran diccionario de cocina (1873) da testimonio de sus innegables talentos culinarios. Un menú salido de sus manos se componía de 7 entradas, 3 o 4 asados, varias legumbres y 11 postres.

En el segundo piso, un salón de té de estilo morisco sorprende por la exquisitez de su decoración: arabescos finamente cincelados en estuco adornan el techo y las paredes, vidrieras de colores embellecen las ventanas y diversos muebles de madera tallada ostentan su sobria elegancia oriental.

Dumas viajó a Túnez en 1846 y quedó maravillado ante el mausoleo que el sultán se estaba haciendo erigir. Logró convencerlo de que le cediera en el acto a su escultor, pues una cámara mortuoria no revestía el mismo carácter de urgencia que la habitación de un hombre en vida. Poco después regresaba a Francia, acompañado del escultor, el hijo de este y otros artesanos tunecinos.

Dumas en el Panteón

El viernes 29 de noviembre del 2002 Dumas regresó a su amado castillo, tras haber permanecido 130 años en el cementerio de Villers-Citterêts, la pequeña localidad donde había nacido. Por decisión del entonces presidente de Francia, Jacques Chirac, sus restos mortuorios pasaron la noche en el Castillo de Montecristo antes de ser trasladados a París y enterrados en el Panteón, junto a otras grandes figuras de la historia francesa. Un manto de terciopelo azul con el lema de los mosqueteros: “Uno para todos, todos para uno” cubría su féretro.

Amigos de Alejandro Dumas

A raíz del exilio de Dumas en Bélgica, la propiedad poco a poco cayó en el abandono: el agua, que se infiltraba por las grietas de los tejados, deterioraba el interior y el parque solo era un jardín mustio, lleno de matorrales. Hacia 1969, la sociedad civil inmobiliaria que alquilaba el castillo desde hacía varios años, proyectaba destruirlo para construir 400 viviendas. Frente a tal amenaza, dos entidades se crearon para salvarlo: los municipios de Port-Marly, Marly-le-Roi y Pecq, reunidos en un Sindicato Intercomunal, y la Sociedad de los amigos de Alejandro Dumas, un grupo que actualmente cuenta con cientos de adherentes en Francia y el mundo.

En 1985, el rey de Marruecos Hassan II financió la refección del salón morisco. Gracias a ese trabajo mancomunado, podemos hoy visitar los dos castillos y descubrir los rincones ocultos del florecido jardín.

http://www.larevista.ec/cultura/sociedad/el-castillo-de-montecristo-es-una-realidad

El Castillo de Monte-Cristo y sus jardines se encuentran en la ciudad de Port-Marly

Por: María Carolina Piña

Redifusión. En el llamado País de los Impresionistas, se encuentra el Castillo de Monte-Cristo. Una elegante residencia que Alejandro Dumas hizo construir en las afueras de París para consagrarse a la escritura de sus novelas. El lugar está abierto al público y se mantiene impregnado de la personalidad del gran escritor francés.

El Castillo de Monte-Cristo se encuentra en las colinas de Port-Marly, una ciudad al oeste de París. En el siglo XIX, este tranquilo suburbio sedujo al conocido escritor Alejandro Dumas quien en 1844 decidió construir allí su morada, lejos de la agitación parisina. Visitar este castillo es adentrarse en el universo exquisito y romántico de Dumas. Lamentablemente, el escritor disfrutó muy poco esta morada construida a su imagen y semejanza. Aquejado por las deudas, debió vender su mobiliario y luego la propiedad, apenas dos años después de haberla construido.

El Castillo de Monte-Cristo se encuentra en medio de un hermoso jardín a la inglesa que encierra grutas, rocallas y estanques; y un castillo diminuto, el Castillo de If, donde trabajaba largas horas en la escritura de sus novelas.

“Alejandro Dumas ya era un autor conocido cuando decidió instalarse en este suburbio. ‘Los tres mosqueteros’ y ‘El Conde de Montecristo’ habían sido publicados ya por capítulos y habían tenido un éxito inesperado. El escritor necesitaba un lugar tranquilo para dedicarse a escribir, así que compró estos terrenos e hizo construir esta propiedad tal y como él la imaginaba”, explicó a RFI Irene Gintzburger, especialista de la obra de Dumas y miembro de la asociación de Amigos del Castillo de Monte-Cristo.

El llamado “Castillo de If” es en efecto un castillete rodeado de vegetación y de un riachuelo. Este gabinete de trabajo, separado de la residencia principal, tiene gravados en sus paredes los nombres de algunos personajes y novelas de Alejandro Dumas.

En la puerta de este castillete trona una escultura de Edmond Dantès, el protagonista de la novela "El conde de Montecristo".

“El nombre que se le dio al castillete no es una casualidad. El Castillo de If es en efecto el nombre de una pequeña isla, frente a la ciudad de Marsella, donde el Conde de Montecristo fue encarcelado, en la novela de Dumas. Y fue el lugar donde Dumas se encerraba largas horas para dedicarse a la escritura de sus novelas”, agregó Gintzburger.

http://www.rfi.fr/es/cultura/20140109-visita-al-castillo-de-montecristo

El castillo de Monte-Cristo es un museo de la casa del escritor ubicado en la casa de campo del escritor Alexandre Dumas, padre.

Historia

El castillo fue construido en 1846 por el arquitecto Hippolyte Durand en Port-Marly, Yvelines, Francia. Dumas lo nombró por una de sus novelas más exitosas: El conde de Montecristo (Le Comte de Monte-Cristo, 1845-1846). Durand también construyó un estudio de escritura en el terreno, que Dumas llamó el Castillo de If después de otro escenario de la misma novela. En 1848, sin dinero, Dumas tuvo que vender la propiedad.

El castillo cayó en mal estado en la década de 1960, y fue restaurado con el patrocinio del rey Hassan II de Marruecos, quien financió la restauración de su habitación morisca. Desde 1994, los dos castillos y jardines han sido restaurados. Toda la propiedad funciona como un museo histórico público que conmemora Dumas, padre.

https://en.wikipedia.org/wiki/Château_de_Monte-Cristo

https://fr.wikipedia.org/wiki/Château_de_Monte-Cristo

https://www.flickr.com/photos/jlfaurie/albums/72157667648416798

https://www.flickr.com/photos/hummelissa/albums/72157687867108172

https://www.flickr.com/photos/73553452@N00/albums/72157605880407439

https://loveisspeed.blogspot.com/2013/03/the-chateau-de-monte-cristo-is-country.html

https://www.francetoday.com/learn/history/day_trips_from_paris_le_chateau_de_monte-cristo/

https://www.arts-in-the-city.com/2018/05/29/a-la-rencontre-dalexandre-dumas-et-dalexandre-mijatovic/

https://www.laparisiennedunord.com/2019/07/le-chateau-de-monte-cristo.html

https://www.riha-journal.org/articles/2017/0145-sanchez-garcia

Vídeo:

Web recomendada: https://www.chateau-monte-cristo.com/

Contador: 3602

Inserción: 2020-01-23 17:15:31

 

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